23/03/2016
Hoy parece que la política es privatizar el dinero,
que los bancos creen y sean dueños de todo el dinero. Estamos lejos de Adam
Smith, Ricardo, Sismondi, cuando afirmaron que sólo el trabajo crea valor y que
el dinero es sólo el medio de contabilizarlo. Ellos describieron el capital
como una cantidad de cosas útiles producidas por el trabajo y que se pueden
comerciar. Desde entonces, el dinero se consideraba sólo un bien que expresa el
valor del capital y facilita el comercio.
Esa diferencia entre capital y dinero, establecida
hace doscientos años, está a la base de la ciencia económica y no ha dejado de
ser cierta, lo que sucede ahora es que se confunde riqueza o capital con
crédito y deuda. Sismondi ya dijo que El dinero es riqueza adquirida por el
trabajo,... y es una parte del capital circulante. Por confundir dinero con
capital... se ha creído…poder aumentar el capital nacional con dinero ficticio[1].
La confusión entre deuda y riqueza, que es tan
corriente en la economía actual, se origina, según Sismondi, en el primer
gobierno independiente de los Estados Unidos de América. Desde la
administración de George Washington, en que Alexander Hamilton fue el primer
Secretario del Tesoro. Dice Sismondi « ¿cómo ha podido confundirse deuda
con riqueza? Es imposible hacerse una ilusión mas completa que la de Alexander
Hamilton, 1er. Secretario del Tesoro de Estados Unidos, hombre apreciado. En su
memoria a la Cámara dice: “Hay una especie de capital…en los EE UU, que excluye
toda inquietud sobre la falta de capital: es la deuda financiada” y consagra 20
páginas a confundir activo con pasivo »[2]
A este comentario Sismondi le añade, en el capítulo siguiente, algo que muestra
un comportamiento consistente en los bancos de los Estados Unidos: « Los
bancos americanos...incitan las empresas especulativas, con capitales
fácilmente obtenidos.»[3]
El dinero como medio de pago
Según los tres clásicos de la economía moderna, el
dinero facilita el comercio, porque es el patrón neutro que sirve de referencia
a lo que es siempre un intercambio subjetivo de los productos del trabajo. Un cambio
en que cada actor percibe mayor valor en lo que recibe que en lo que entrega.
Para dar estabilidad al valor recibido y constituir en sí mismo una garantía
intrínseca, desde tiempo inmemorial se usan metales raros reducibles a una
calidad homogénea y divisible.
Sismondi explica que se escogieron el oro y la
plata porque ambos son divisibles hasta el infinito y susceptibles de
volverse a reunir sin pérdida; incorruptibles durante todo el tiempo que se les
conserve, susceptibles de purificarse hasta un grado que los haga perfectamente
iguales a sí mismos y perfectamente similares en cantidades[4].
Creemos probable que también influyera una asociación mágica con el color
de los reflejos del Sol y el brillo pálido de la luna, que son las dos primeras
fuentes de efectos vitales evidentes. La división de esos metales en trozos de
peso y calidad idéntica es lo que llamamos moneda. El progreso científico y
tecnológico en el acuñamiento permitió gravar en ellas, con exactitud, la
descripción de su peso y calidad. La garantía de su veracidad fue asumida desde
la antigüedad por los gobiernos, que se atribuyeron por eso el monopolio del acuñamiento.
Hasta allí coinciden los tres famosos economistas y a partir de allí comienzan
sus divergencias.
Smith no quiere que la intervención del gobierno
vaya más allá de garantizar su valor, de efectuar el acuñamiento. Ricardo
tampoco lo quiere y llega incluso a preferir las notas de papel emitidas por
los bancos privados como la forma perfecta del dinero: La moneda está en el
estado más perfecto cuando se compone únicamente de papel, pero de un papel
cuyo valor es igual a la suma de oro que dice representar. El uso del
papel en lugar del oro remplaza un agente muy dispendioso, por otro que lo es
muy poco; lo cual pone al país, sin que resulte alguna pérdida para los
particulares, en condición de cambiar todo el oro que empleaba antes para ese
propósito, contra materias primeras, utensilios y subsistencias, cuyo uso
aumenta a la vez la riqueza y los goces de la nación[5].
Sismondi se burla de Ricardo y dice que eso le
recuerda al Almirante inglés Anson quien en su viaje a China, advirtió que
las fortificaciones hechas a lo largo del río de Cantón, y destinadas a hacer
respetar aquella potencia, aunque tenían muy buena apariencia desde lejos,
estaban hechas con papel machacado, y guarnecidas con cañones de cartón. Los
chinos habían razonado poco más o menos como M. Ricardo. El uso del papel en
lugar de cobre, para la artillería, remplaza un agente muy dispendioso, por
otro que lo es muy poco, lo que pone al país, sin que resulte ninguna pérdida a
los particulares, en estado de cambiar todo el cobre que empleaba antes para
sus cañones contra materias primeras, utensilios y subsistencias, cuyo uso
aumenta a la vez la riqueza y los goces de la nación. Esto será muy bueno todo
el tiempo que dure la paz, pero a la primera guerra, se sabrá que los escudos
de papel y los cañones de cartón no equivalen los de plata, cobre y bronce.
La similitud que encuentra Sismondi entre el dinero
de papel de Ricardo con los cañones de cartón que el Almirante Anson viera en
Cantón, puede encontrarse también en el anuncio de que tanto la Reserva Federal
como el Banco Central Europeo piensan retirar de la circulación los billetes de
US$ 100 y los de € 500 y €100, para obligar a que la circulación del dinero se
haga a través de los bancos. Esta idea viene de economistas neoliberales
como Larry Summers y hasta hay otros, como Kenneth Rogoff, que quieren sólo
dinero electrónico, para que sólo gastándolo se pueda sacar dinero del banco.
Esto permite que luego, al llevar los bancos centrales la tasa de interés a
cero, que en realidad es tasa negativa, los bancos capitalicen a su favor la
devaluación del dinero.
El pretexto sería que los billetes de alta
denominación facilitan el lavado de dinero proveniente de la droga.
Prescindiendo de que el comercio al detalle de las drogas en realidad se hace
con billetes de menor valor, el resultado de retirar los billetes de alta
denominación sería concentrar todo tipo de ahorro en los bancos y afirmar la
tendencia a convertirlos en los intermediarios obligados de toda transacción.
Ya existen limitaciones en cuanto a las cantidades que se pueden retirar de los
depósitos propios, cosa que es de dudosa legalidad, pero esa medida adicional
busca evitar toda autonomía y privacidad en el gasto personal. ¿Que sucederá,
en un mundo sin dinero físico si, como es harto probable, quiebran los bancos?
¿Como hará la gente para comprar o vender si los capitales y los ahorros sólo
consisten en impulsos electrónicos contabilizados en los archivos virtuales de
los bancos? A la hora de la crisis financiera, las tarjetas de plástico que
mueven el consumo electrónico van a ser tan útiles como los cañones de cartón
que viera el Almirante Anson.
En cuanto al pretexto de combatir el lavado de dinero
al dejar al público sólo billetes de baja denominación y entregar a los bancos
el control de la circulación del comercio, nada pudiera ser más falso. Hay uno
de los más grandes, el HSBC, valorado en US$ 215 millardos, que está
vinculado a la droga desde el comienzo. Desde que, en 1865, fue creado justo
para manejar el dinero proveniente del tráfico del opio que la mojigata
Inglaterra victoriana impuso, con una guerra, a la China de los cañones de
cartón. Hoy, sus continuos escándalos hacen titulares y sus 556 subsidiarias en
paraísos fiscales lo muestran como una institución fiel a su origen. Hace tres
años fue multado con US$ 1,9 millardos por lavado de dinero proveniente de la
droga. En este momento está acusado por el gobierno de Estados Unidos de lavar
US$ 881 millones proveniente de carteles de la droga en México y Colombia. Lo
curioso es que, a pesar de que los delitos penales son de personas naturales,
por definición, los banqueros, aunque cómplices de traficantes que van presos,
no son acusados y es la persona jurídica del banco quien paga una multa, que es
siempre menor que las ganancias obtenidas. Pudiera decirse que con la multa el
gobierno sólo reclama su parte.
De acuerdo al Informe Mundial sobre Drogas (World
Drug Report) de las Naciones Unidas (2005) “las ganancias del tráfico de drogas
forman una parte importante del sistema financiero mundial”[6].
No por nada el mismo informe señala que desde la ocupación de Afganistán, este
país se ha convertido en el origen del 87% del opio. Según ese informe, para el
año 2005 el tráfico de drogas ilegales ya valía US$ 177 millardos. La
última cifra de la ONU lo pone en 320 millardos por año. Alain Labrousse, del
Geopolitical Drug Dispatch, estima que cerca del 80% de las ganancias son
lavadas en los bancos de los países ricos[7].
Antonio Maria Costa, jefe de la Oficina de las Naciones Unidas para el crimen
y las drogas, atestiguó que fue sólo el lavado del dinero de la droga y la
corrupción lo que evitó el colapso de la economía global durante la crisis del
2007-8[8].
No es precisamente la abuelita que atesora billetes de € 500 para regalar a los
nietos en sus cumpleaños quién estimula el lavado de dinero.
El fraude del papel moneda
Para Sismondi El dinero es una riqueza adquirida
por el trabajo, como los otros valores, y forma, lo mismo que ellos, una parte
del capital circulante[9],
por lo tanto es un bien público de gran importancia porque garantiza el
valor de todos los otros bienes y servicios. Dice que el dinero es el camino
del comercio; que por esa razón los gobiernos deben intervenir para impedir
la fluctuación de su valor y vigilar su uso. Esa es la razón de ser de los
bancos centrales. Añade luego, basado en una experiencia de abusos que Smith no
conoció y que hoy es evidente: el principio de que la ley no debe regular a
los bancos privados, es totalmente falso. Estos bancos toman prestado el
dinero nacional, una propiedad pública, que está y debe estar siempre bajo la
vigilancia de la autoridad soberana[10].
Dice Sismondi que la propuesta de Ricardo de
sustituir la circulación de monedas con valor intrínseco por una circulación de
papel se debe a la confusión entre dinero y capital. Las ideas de Ricardo
moldearon la Economía de los Estados Unidos desde su independencia y el dinero
de papel se adoptó allí desde un principio. En Inglaterra se aplicó por primera
vez durante la crisis de los bancos ingleses de 1826, cuando se recogió todo el
dinero metálico. Desde entonces los países anglosajones tienden a sostener una
circulación de papel moneda y fueron fomentando su uso en el resto del mundo
después de la Primera Guerra Mundial.
Desde entonces los principios de Sismondi que
exigen al Estado garantizar el valor del dinero obtenido con el trabajo,
resultan incómodos para las prácticas actuales y no es la última razón por la
que se abandonó su estudio y se le quiere ignorar. Hoy los ciudadanos
reciben, a cambio de su trabajo y su ahorro, papeles con una denominación
monetaria cuyo valor en los términos reales, en términos de su poder de compra,
fluctúa siempre hacia abajo. El papel de los Bancos Centrales como garantes del
valor de las monedas, es algo que parece completamente olvidado. Tanto que se
usa la devaluación o los subsidios para promover exportaciones, que según
Sismondi es pagar a sus mercaderes para ponerlos en estado de vender más
barato, pero a expensas de sus otros súbditos[11]
Sismondi contradice a lo largo de su obra la manipulación de la moneda y del
precio para favorecer un sector minoritario de la economía nacional a expensas
de los otros, como desde entonces se practica a favor de los exportadores y
como ahora que se sacrifica todo ante el sector financiero.
Un ejemplo reciente lo da el Banco Central Europeo
-BCE – Presidido por el Sr. Mario Draghi, antiguo ejecutivo de Goldman Sachs,
quien hizo el relevo a la Reserva Federal en la emisión de dinero sin fondos
(Quantitative Easing), cuando eso comenzaba a afectar el valor del US$. Al BCE
le parece adecuado emitir un millardo seiscientos mil millones de Euros en una
economía europea estancada. El Sr. Draghi, al comentar las críticas a su
emisión de dinero sin fondos, acusando de sabotear el valor del Euro, respondió
que su intención es hacer bajar el Euro hasta su paridad con el US dólar. Una
afirmación evidentemente hecha para precipitar una fuga del Euro hacia el
Dólar. La última hazaña del Sr. Draghi es hacer el relevo a la Reserva Federal
también en cobrar cero interés por los préstamos del Banco Central Europeo, lo
que en realidad es una tasa de interés negativa: es pagar por prestar. La
medida, anunciada el 10 de marzo, 2016, con el pretexto de promover la
inversión y el empleo, tendrá el efecto real de sostener los valores ficticios
de las burbujas en las bolsas creadas por la especulación del sector financiero
y retardar la explosión de las burbujas, para que los ejecutivos de los bancos
sigan cobrando su premios millonarios.
Los banqueros centrales deberían escuchar a
Sismondi, cuando señala que el estancamiento económico no se debe a falta de
dinero, sino a que el dinero del consumidor que no remplaza con suficiente
rapidez el capital[12].
El Libro V de sus Nuevos Principios es sobre el dinero y tiene un
Capítulo IV cuyo título es Que el interés es fruto del capital y no del
dinero. Eso merecería alguna reflexión del Sr. Mario Draghi del BCE y de la
Sra. Janet Yellen, de la Reserva Federal, cuyas entidades, que aún son ejes de
la economía mundial, emiten cantidades siderales de dinero sin fondos para
prestarlo a los bancos a cero tasa de interés. Una reflexión útil sólo en el
caso de que ambos quieran mejorar la economía mundial y no las ganancias de los
banqueros.
La moneda fiduciaria privada y universal
El principio de que el Estado debe regular los
bancos privados y vigilar e intervenir en el manejo del dinero, porque es una
cosa pública del mayor interés, nunca fue mejor justificada. Los desmanes
cometidos por los bancos no han hecho sino aumentar desde 1913. Ese año un
grupo de bancos privados constituyó la Reserva Federal en los Estados Unidos de
América y convirtió el dinero en propiedad privada al sustituirse al gobierno –
concretamente a la Secretaría del Tesoro- en su emisión. Desde entonces no es
el gobierno de Washington el dueño del dinero norteamericano, sino ese consorcio
de bancos privados, que decide la política monetaria, emite el dinero que
considera oportuno y se lo presta, con cobro de intereses, al Gobierno Federal.
Es de temer que esas funciones las realicen en su exclusivo beneficio.
Después de la Segunda Guerra Mundial esa
privatización norteamericana del dinero se fue expandiendo al resto del mundo.
En Bretton Woods los Estados Unidos se comprometieron a cumplir con la
condición ricardiana de mantener un dinero de papel cuyo valor sea igual a
la suma de oro que dice representar. A cambio de la garantía por la Reserva
Federal de un patrón de US$ 35 por onza de oro, su US$ pasaba a ser la moneda
de referencia internacional. Eso duró 25 años, lo que duró la ventaja de ser la
única economía favorecida por el daño causado por dos guerras mundiales.
En 1973, cuando su balanza comercial ya era
deficitaria, Estados Unidos renegaron su patrón oro y desde entonces el mundo
comercia y acumula reservas en US$, emitidos por la Reserva Federal sin alguna
garantía de valor. Ese mismo año los Estados Unidos lograron de los países de
la OPEP el compromiso de vender petróleo sólo en US$. Desde entonces ese dinero
fiduciario universal se emite según las necesidades de los bancos dueños de la
Reserva Federal. Como dijo Emmanuel Todd en Aprés l'Empire, La
América ya no es esencial al mundo por su producción sino por su consumo... Los
Estados Unidos crearon un mundo keynesiano, como el de los faraones egipcios,
en que la América sería ahora nuestra pirámide, mantenida con el trabajo de
todo el planeta. Su déficit comercial se mantiene porque pagan sus compras
en su moneda, que tiene un comportamiento talmente mágico que algunos
economistas han deducido que el papel económico de los Estados Unidos ya no es,
como las otras naciones, el producir bienes sino dinero[13].
El fraude bancario universal
Sismondi ya decía, cuando hablaba de los Estados
Unidos e Inglaterra de hace dos siglos: Sus banqueros, en virtud de su
crédito, parecen tener capitales inagotables… Ese crédito parece tener un
poder creador, y los especuladores… se entregan a ilusiones peligrosas para
ellos y para los estados que les prestan fe… Cada día un nuevo especulador presenta
un proyecto gigantesco… si logra arrastrar a los más ricos capitalistas
de la nación, puede hacer que su especulación se convierta en un negocio
nacional. [14]
El negocio nacional que ha atraído a los más ricos capitalistas, que hoy
son bancos y gigantescas empresas, es la especulación en bolsa. Allí se
comercian valores que no son más que deuda basada en los créditos mal
garantizados. En general sólo son variaciones sobre el viejo tema de la
justamente llamada Pirámide de Ponzi, en que se colocan papeles de
crédito sobre los que se pagan ganancias emitiendo y colocando más papeles de
crédito (deuda). No son otra cosa las burbujas de la bolsa. El procedimiento
mecánico es comprar intensamente ciertos créditos para inflar su valor y luego
venderlos a los inversores en cuyas manos explotan.
Es un viejo fraude descrito ya por Sismondi, como
señala el Profesor Fabrizio Bientinesi, de la Universidad de Pisa, en un
importante artículo titulado Sismondi y los peligros del sistema financiero[15]
En ese escrito Bentinesi señala que después de las guerras napoleónicas, el
auto financiamiento, que antes era la norma para las empresas y que contribuía
a regular la inversión según la demanda, fue suplantado por el recurso al
crédito y el crédito en cuanto tal, no tiene prácticamente límite. De allí el
pasaje final hacia las finanzas internacionales como sistema que garantiza la
propia existencia a expensas del resto de la economía.
Bientinesi cita textualmente a Sismondi, que en sus
Études sur les sciences sociales en frases que son pertinentes hoy día,
porque nada ha cambiado. Escribe Sismondi: “Los banqueros que negocian los
préstamos para Grecia, para los nuevos Estados de América, para España o
Portugal, a falta de la garantía de un ingreso proporcionado a los intereses,
imaginaron otra; la de conservar en sus manos, sobre los fondos mismos que
adelantan al gobierno, una porción de capital suficiente para pagar los
intereses de los dos primeros años. De ese modo dan a entender que después de
la crisis que se trata de superar, el Estado encontrará nuevos recursos; pero
contando más bien con que la regularidad de esos primeros pagos ilusionará a la
masa de los capitalistas, y estos se adelantarán para comprar todos los cupones
que tienen encima, cuando ellos los vendan.
Esos fraudes se repitieron cien años después
especulando con las deudas de las economías afectadas por la Primera Guerra
Mundial y con las reparaciones exigidas por el Tratado de Versalles. Eso
contribuyó mucho a la crisis del 1929 y la recesión que le siguió. Como
consecuencia de esa crisis, durante la Administración de Franklyn D. Roosevelt
se aprobaron en Estados Unidos normas que protegían los ahorristas de ese tipo
de fraude, entre ellas la separación entre bancas de ahorro y bancas de
inversión. Eso y la economía de guerra que continuó durante la Guerra Fría
dieron a Occidente una estabilidad financiera internacional que duró hasta la
época en que Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en Inglaterra
comenzaron a de-regular la actividad bancaria. Sin embargo, la eliminación de
la regulación que aún protegía a los ahorristas de especulaciones y fraudes
tuvo lugar en Estados Unidos bajo la Administración de William Clinton.
Desde entonces la actividad bancaria, con el apoyo
natural del consorcio que constituye la Reserva Federal, se desencadenó en
especulaciones de todo tipo que llevaron a la crisis financiera que explotó en
2008. Crisis en que para evitar la quiebra de los especuladores, la Reserva
Federal y los bancos centrales europeos usaron dinero público, imprimieron
dinero sin fondos y pidieron prestado a los bancos... para dar dinero a esos
mismos bancos y salvarlos de la quiebra. Entre 2008 y 2014 la Reserva Federal
emitió 3 billones (US trillions) de US$ -deuda pública- sin otro objeto que
salvar a los bancos de sus malas especulaciones. En 2015 el Banco Central
Europeo tomó el relevo emitiendo € 1,6 billones para que pudiera continuar el
carnaval en las bolsas.
Gráfico 1. Emisiones de “Quantitative
Easing” por la Reserva Federal 2008- 2014
Un carnaval en que magos financieros pronuncian en
inglés conjuros de sonido técnico con que transfieren los ahorros del 99,5% de
la población, a un 0,5% que ya es rico. Una jerga engañadora donde Quantitative
Easing quiere decir emitir dinero público sin fondos para darlo a los
bancos; Default Equity Swaps significa garantía mutua sobre deudas
impagables; Sub-prime mortages está por hipotecas sin garantía real.
Estos y otros eufemismos de la palabra fraude se cobijan bajo el término amplio
de Derivativos, que son apuestas que se entrecruzan en la bolsa. De
acuerdo al Banco Internacional de Pagos (Bank for International Settlements) de
Basilea, los Derivativos en lugar de disminuir después de la crisis que
causaron, han doblado. En 2015 alcanzaron una cifra que ronda los US$ 800
billones (US trillions), con un comercio diario entorno a los 25 billones (US
trillions). Para dar una idea de su exceso sobre la economía real, recordamos a
nuestros lectores que el PIB de los Estados Unidos es de US$ 18 billones (US
trillions).
El monto de las deudas de los bancos es impagable,
pero la FED y el BCE procuran retardar el colapso exprimiendo la riqueza del
99,5% de la población mientras los directivos de los bancos aún sigan ganando
dinero en sus apuestas fraudulosas. Mientras tanto, los banqueros también
cometen otros delitos claramente penales. Por las dimensiones de esos delitos,
creemos que buena parte del 0,5% favorecido por los bancos centrales debiera
estar en la cárcel. En un caso escandaloso se descubrió que los
« traders » usaban seudónimos como The Cartel, The Mafia,
Bandit's Club que muestran clara conciencia de sus actividades. Sin
embargo, hasta ahora el único país que ha puesto banqueros en la cárcel es
Islandia, que además se negó a pagar sus deudas con dinero público.
Sería imposible y tedioso recorrer en este espacio
la lista de los fraudes cometidos por los bancos y por eso citaremos tan sólo
un par de ejemplos, entre tantos escándalos que siguen haciendo titulares a
pesar de que la insólita discreción que muestra la prensa cuando se trata de
bancos.
Leemos, el 20 de agosto, 2014, que el Bank of
America, el segundo en importancia en Wall Street, fue multado con 17 millardos
por fraude. La multa fue la más grande que haya pagado banco alguno hasta hoy[16].
Un año después, el 14 de agosto, 2015, la prensa anunció que 9 bancos de los
más importantes del mundo –algunos son parte de la Reserva Federal– fueron
acusados de manipular las tasas de cambio a expensas de sus clientes. El delito
se saldó con una multa de US$ 2 millardos y el pago de otros US$ 2 millardos a
los inversionistas. Los bancos culpables fueron Goldman Sachs, Bank of America,
Citi, Barclays, BNP Paribas, HSBC, JPMorgan, RBS and UBS. Hubo otros bancos
extranjeros acusados de complicidad y fueron Standard Chartered Plc, Societe
Generale SA, Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ Ltd., RBC Capital Markets, Deutsche
Bank AG, Credit Suisse Group AG y Morgan Stanley[17].
El mercado de las tasas de cambio interbancarias tiene un movimiento de US$ 5,3
billones (US trillions) diario. Se ve que robar es buen negocio bancario,
aunque se les descubra y multe. Nadie fue preso.
Conclusiones
Sismondi tenía razón al calificar el dinero de bien
público, que debe ser legislado y vigilado por el Estado. La independencia de
los bancos centrales es un falso mito sagrado, bajo el que se cobijan pandillas
que usan las finanzas nacionales en beneficio de intereses privados
internacionales.
El sistema financiero actual es un parásito de la
economía mundial, que despoja al público del dinero que gana con su trabajo en
la economía real, la economía de bienes tangibles y servicios útiles. El
crédito irresponsable y el endeudamiento frauduloso de banqueros privados
llevaron en Europa a liquidar activos públicos y sistemas de seguridad social
para pagar deudas privadas. Es curioso que sean los mismos países que, hace dos
siglos, mencionó Sismondi como víctimas de las mismas especulaciones
financieras. Tal como Grecia, donde con sus museos se privatizó el milenario
testimonio cultural de nuestra civilización.
Los bancos dominan los gobiernos y eso hace
imposible una solución política antes de la explosión financiera final. Habrá
entonces tres remedios, que no son excluyentes:
a) recuperar el control de los
bancos centrales y de la emisión de dinero, imponer un patrón para evitar la
erosión de valor del dinero, que sólo sirve a los deudores y exportadores pero
perjudica a todos los salarios y ahorros.
b) estatizar los bancos
rescatados y administrarlos bajo estricta vigilancia colegiada para el
desarrollo económico y social del país.
c) aplicar la ley anti-monopolio
a los bancos y repartirlos en bancos comunitarios, bajo normas de separación de
actividades, como antes de Bill Clinton y las fusiones que siguieron.
Estas medidas básicas obedecen a los principios de
la economía política de Sismondi, pensada hace tiempo y más valiosa que nunca.
Los crecientes problemas de concentración de riqueza y fraudes financieros de
hoy vienen de las abstracciones sesgadas que Sismondi denunció en la economía
ricardiana, esa que aún guía la política económica del mundo anglo-sajón. Son
efectos de esa mano invisible furtiva que, si no la controlamos con
firmeza, continuará hasta robarnos todo.
Ginebra, 14/03/2016
[5] Citado
por Sismondi en Nuevos Principios de Economía Política, Libro V– del dinero,
Capítulo VIII de los bancos.
[13] Emmanuel Todd.
Après l'Empire, Chapitre 3 La dimension impériale ; Chap. 4 La
fragilité du tribut. Traducción UM
[14] Sismondi.
Ibidem, Libro V del dinero; Capítulo VIII- el crédito no crea la riqueza de la
que dispone.
[15] Fabrizio
Bientinesi. http://www.argenpress.info/2014/02/sismondi-y-los-peligros-del-sistema.html
[16]
Aug 20, 2014: Bank of America agrees to $17bn fine over mortgage fraud – report
America’s second largest lender has reached a $17 billion settlement with US
federal authorities over selling bad mortgages. www.independent.co.uk
› News › Business › Business News ; www.rt.com/business/181724-bank-of-america-17-billion/
http://www.alainet.org/es/articulo/176245
- See
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