martes, 26 de abril de 2016

ACABAR CON LOS PARAÍSOS FISCALES




Michael Roberts
Miércoles 20 de abril de 2016

[Mientras la deuda pública aumenta a más del 100% del PIB y el gobierno del PP ha implantado una reforma fiscal en beneficio de las empresas y de las rentas y patrimonios más elevados, con una caída estimada de la recaudación de mil millones de euros, cada día aparecen casos escandalosos de fraude y evasión fiscal asociados con la corrupción. En los mismos aparecen estrechamente vinculados dirigentes políticos y empresariales. El artículo que publicamos ahora sobre los paraísos fiscales es el tercero que publicamos en Viento Sur. Los sitúa en el fenómeno global de evasión fiscal practicado por las grandes empresas con la tolerancia y complicidad de los estados y de las instituciones internacionales. En el caso de Panamá, el Estado español se ha significado por ocupar una posición especialmente tolerante con el fraude fiscal. En efecto, mediante un acuerdo de doble imposición firmado el 7-10-2010, el gobierno de Rodríguez Zapatero retiró a Panamá de la lista de paraísos fiscales para permitir que las empresas españolas pudieran optar a la adjudicación de las obras de ampliación del Canal tales como las grandes constructoras ACS, Acciona, FCC y SACYR. Las obras fueron adjudicadas al Grupo Unidos por El Canal, tras el que se encuentra SACYR, por un precio de 2.250 millones de euros, al que se puede sumar un sobrecoste reclamado (con el apoyo del gobierno) por más de 3.000 millones. FCC también ha sido adjudicataria de otra gran obra: la del Metro de Panamá, por mil millones de euros. Es curioso que mientras la Comisión Europea sigue considerando paraíso fiscal a Panamá solo es seguida en este asunto por nueve países europeos, entre los que no se cuentan los más grandes y los más ricos estados (salvo Italia). Mediante el convenio de doble imposición las empresas que obtengan beneficios en Panamá pueden acogerse al régimen fiscal de las Entidades de Tenencia de Valores Extranjeros, que permite no tributar en el Estado español por esos beneficios.

La decisión de eximir a Panamá de la calificación de paraíso fiscal ha sido apoyada por el PP, que ha reiterado estos días su apoyo a la medida de retirada de la lista a través de una entrevista en El País (18 de abril) de su ministro de Asuntos Exteriores. De esta forma muestran mucho más interés en defender los intereses de las grandes empresas transnacionales españolas que en controlar el fraude fiscal y de esta forma permitir la financiación de los servicios públicos, cada vez en peor estado. Mikel de la Fuente]

Los papeles de Panamá contienen 11,5 millones de documentos confidenciales que proporcionan información detallada sobre más de 214.000 empresas offshore registradas por el proveedor de servicios corporativos de Panamá, Mossack Fonseca, incluyendo la identidad de sus accionistas y directores. Una fuente anónima hizo llegar los documentos al diario alemán Süddeutsche Zeitung, a principios de 2015.

Los bufetes de abogados en general, juegan un papel central en las operaciones financieras en los paraísos fiscales y Mossack Fonseca es uno de los más grandes en el negocio. Sus servicios a sus clientes incluyen la creación y gestión de empresas fantasmas en su nombre en “jurisdicciones amigables”. Pueden crear estructuras complejas de compañías encubiertas que, aunque legales, permiten a los clientes de la empresa operar detrás de una pared secreta a menudo impenetrable. Los documentos filtrados detallan algunas de sus intrincadas estructuras corporativas multinacionales. Mossack Fonseca ha actuado en nombre de más de 300.000 empresas, la mayoría de ellas registradas en centros financieros que son territorios británicos de ultramar. La firma trabaja con las instituciones financieras más grandes del mundo, incluyendo Deutsche Bank, SBC, Société Générale, Credit Suisse, UBS, Commerzbank y Nordea.

Los documentos muestran cómo los ricos, incluidos los funcionarios públicos, esconden su dinero. Los documentos identifican cinco líderes de los gobiernos de Argentina, Islandia, Arabia Saudí, Ucrania y los Emiratos Árabes Unidos, así como funcionarios públicos, familiares y socios de varios jefes de gobierno de más de otros 40 países. Las Islas Vírgenes Británicas son el hogar de la mitad de las empresas.

Los reporteros encontraron que algunas de las empresas fantasmas pueden haber sido utilizados para actividades ilícitas, incluyendo fraude, tráfico de drogas y evasión de impuestos. Igor Angelini, jefe del Grupo de Inteligencia Financiera de Europol, dijo recientemente que las empresas utilizadas para este propósito también "juegan un papel importante en las actividades de lavado de dinero a gran escala" y la corrupción: a menudo son un medio para "transferir dinero de sobornos". La Red de Justicia Fiscal ha calificado a Panamá como uno de los paraísos fiscales más antiguos y conocidos en las Américas, y "el destinatario del dinero de la droga de América Latina, además de otras fuentes de dinero sucio de los EE UU y otros lugares".

Lo más sorprendente acerca de los papeles de Panamá no es la criminalidad y el lavado del narco-dinero, sino que es legal. En la mayoría de los países es legal establecer cuenta para una compañía o fideicomiso en un paraíso fiscal, siempre que los directivos no sean residentes en el país en el que se deben pagar impuestos. La empresa puede estar sujeta a impuestos locales, pero estos son mínimos o inexistentes. Así que si gestiona un fondo y se halla inscrito en Panamá o en Luxemburgo y todos los ingresos de esa empresa se ganan en el país de origen, no se pagan impuestos en el país. Por supuesto, si se toma dinero y lo ingresa en su cuenta bancaria, usted debe pagar impuestos. Pero el dinero puede mantenerse en el paraíso fiscal hasta que se jubile en el extranjero, o se puede usar para comprar propiedades o diamantes en el extranjero. Los territorios británicos de ultramar, como las Islas Vírgenes o Jersey, operan así y son la principal fuente de ingresos de estas islas. En los EE UU, los estadounidenses pueden establecer una compañía offshore en Delaware o de otros estados como Nevada, y ni siquiera tienen que ir a Panamá.

Dos tercios de las compras de empresas fueron hechas por empresas registradas en cuatro territorios británicos de ultramar y dependencias de la corona, que funcionan como paraísos fiscales: Jersey, Guernsey, Isla de Man y las Islas Vírgenes Británicas. Los territorios de ultramar británicos tienen una función importante en el papel que el imperialismo británico ha desarrollado como centro financiero global y canal para el flujo de capital internacional. Estas antiguas colonias en el Caribe fueron ’alentadas’ a desarrollar la industria de servicios financieros, al permitir que las antiguas colonias se beneficien de los acuerdos fiscales del Reino Unido (y de este modo tener acceso al sistema financiero mundial), al mismo tiempo que establecen sus propias normativas de tributación local para las compañías offshore/1.

Tres maneras

Como ya he señalado, las grandes corporaciones globales con muchas operaciones pueden cambiar sus obligaciones fiscales en todo el mundo para encontrar la obligación tributaria más baja a través de empresas especiales establecidas en los llamados paraísos fiscales de las Islas Caimán, las Islas del Canal, Luxemburgo y jurisdicciones secretas, como la propia City de Londres. Solo Barclays tiene más de 30 "empresas fantasma" para evitar impuestos. En su devastador libro de 2012, Nicholas Shaxson expone el funcionamiento de todos estos métodos de evasión de impuestos a nivel global de las grandes corporaciones y cómo los gobiernos se confabulan con ellas o lo permiten/2.

Hay tres maneras de que alguien (persona o empresa) pueda reducir sus impuestos o no pagar nada en absoluto. Pueden mentir sobre sus ingresos (evasión de impuestos); pueden contratar a una legión de contables para elaborar estructuras empresariales diseñadas exclusivamente para evitar el pago de impuestos (evasión fiscal); o simplemente pueden negarse a pagar (incumplimiento tributario).

Uno de los casos más notorios de negativa a pagar impuestos que le correspondían legalmente ha sido el de la empresa de telefonía móvil global Vodafone. Debía al gobierno del Reino Unido 6 mil millones de libras, porque había ocultado ganancias en una subsidiaria, registrada en Luxemburgo, simplemente para evitar el pago de impuestos en el Reino Unido. La ley era clara. El gobierno del Reino Unido reclamó a la compañía los impuestos, pero en el último momento cerró un acuerdo secreto por el cual Vodafone abonó sólo 1,2 millones de libras, 800 millones en el acto y el resto lo pagará a lo largo de cinco años. La razón eximida para el acuerdo -cuando fue hecho público- fue que era un "buen acuerdo en efectivo". Pero Vodafone luchó paso a paso en los tribunales.

De acuerdo con la Red de Justicia Fiscal, alrededor de 25 mil millones de libras se pierden a través de mecanismos de evasión de impuestos en el Reino Unido, mientras que otros 70 mil millones no son recaudados como resultado de la evasión fiscal de las grandes empresas y los contribuyentes ricos. Debido a la falta de inspectores fiscales, otros 26 mil millones de libras quedan sin ingresar en el fisco/3.

Lo irónico es que los mismos especialistas que en las empresas de contabilidad organizan estas evasiones de impuestos son contratados por los departamentos de recaudación de impuestos del gobierno para perseguir a los evasores de impuestos. Edward Troup, jefe de la agencia tributaria (HMRC) del Reino Unido -el departamento gubernamental que supervisa la investigación de 10 millones de libras de los Papeles de Panamá- fue socio de un importante bufete de abogados de la City, Simmons and Simmons, que actuó en nombre de Blairmore Holdings y otra compañías offshore que aparecen en las filtraciones, cuando la empresa tenía contactos con Mossack Fonseca. Troup, quien calificó los impuestos como "extorsión legalizada" en un artículo periodístico de 1999, hizo su carrera asesorando a las empresas sobre cómo evadir o defraudar fiscalmente, antes de incorporarse a la función pública en 2004. Mientras trabajaba en la City, Troup encabezó la oposición a las reformas propuestas por Gordon Brown para frenar la evasión fiscal corporativa en 1999, publicando una nota de prensa que se titulaba: "los abogados de la City piden al gobierno retirar la propuesta para hacer frente a la evasión de impuestos".

Según The Guardian, "Más de 170.000 millones de libras de propietarios del Reino Unido se encuentran actualmente en el extranjero... Casi una de cada diez de las 31.000 empresas en paraísos fiscales que poseen activos británicos están vinculadas a Mossack Fonseca". En 2015 se investigaron compras de activos británicos por valor de más de £ 180 millones como probable resultado de la corrupción -casi todos comprados a través de compañías offshore- según los datos catastrales.

Por supuesto, los recortes de impuestos para las corporaciones y los ricos, junto con los aumentos de impuestos para las familias y los pobres, no se limitan al Reino Unido. Los investigadores del Fondo Monetario Internacional estimaron en julio de 2015 que la transferencia de ganancias de las compañías multinacionales costó a los países en vías de desarrollo alrededor de 213.000 millones de dólares anualmente, casi el 2% de su ingreso nacional. La la Red de Justicia Fiscal estima que la élite capitalista internacional oculta unos 21 a 32 billones de dólares de activos libres de impuestos.

Thomas Piketty ha señalado que, en 2014, la investigación LuxLeaks reveló que las multinacionales no pagan casi ningún impuesto en Europa, gracias a sus filiales en Luxemburgo. En 2016, los Papeles de Panamá han demostrado hasta que punto las élites financieras y políticas en el norte y el sur ocultan sus activos. Todavía hay una falta total de transparencia por lo que se refiere a los activos privados registrados en paraísos fiscales. En muchas zonas del mundo, las más grandes fortunas han seguido creciendo desde 2008 mucho más rápidamente que el tamaño de la economía, en parte porque pagan menos impuestos que los demás.

En los EE UU, pocas empresas grandes pagan realmente el 35% del impuesto de sociedades oficial. Las ganancias han crecido un 21% desde 2007, mientras que la contribución fiscal total de las empresas en EE UU se ha reducido un 5%. Las empresas estadounidenses están haciendo miles de millones en ganancias récord, pero 60 de las empresas más grandes del país están situando el 40% de sus ganancias en paraísos fiscales en un esfuerzo por evadir impuestos en Estados Unidos, según el Wall Street Journal (4). En el presupuesto de 2016, Obama propuso imponer un "peaje de transición" del 14% a los más de 2 billones de dólares de ganancias corporativas depositados en el extranjero. Ese impuesto único estaría dirigido contra sólo una de las diversas lagunas que utilizan las empresas de EE UU para deslocalizar sus beneficios, fuera del alcance del Servicio de Impuestos Internos.


El truco más conocida es el llamado ’’inversiones fiscales”: las empresas estadounidenses pueden trasladar sus sedes al exterior, aunque mantengan a sus ejecutivos en Estados Unidos, lo que les permite licitar a los contratos gubernamentales y aprovechar al máximo los beneficios públicos para sus empleados. Y adivine sonde se iniciaron en primer lugar esas “inversiones fiscales”: ¡Panamá! La “inversión fiscal” comenzó en 1983, cuando la empresa constructora McDermott International, cambió su sede a Panamá para evitar el pago de más de 200 millones de dólares en impuestos.



Las inversiones no son la única manera de esquivar al recaudador de impuestos. Las ganancias en el extranjero no se gravan hasta que se ’repatrían’, por lo que las empresas pueden acumular ganancias en sus filiales o divisiones en el extranjero. Entre 2008 y 2013, las empresas estadounidenses depositaron más de 2.1 billones de dólares en beneficios en el extranjero, que equivale a 500 mil millones en impuestos no pagados.

Un economista compañero de Piketty, Gabriel Zucman, ha publicado recientemente un libro que muestra que 7.6 billones de dólares en activos están situados en paraísos fiscales en el extranjero, lo que equivale al 8% del total de los activos financieros en el mundo/5. En los últimos cinco años, la cantidad de riqueza en los paraísos fiscales ha aumentado más de un 25%. Nunca ha habido tanto dinero en efectivo offshore que en la actualidad.

Caída de beneficios

Aparte de la codicia, hay una muy buena razón económica para un sistema fiscal que beneficia a las corporaciones y los ricos, y perjudica a las familias medias y los pobres. Una parte creciente de los beneficios del sistema capitalista de Estados Unidos se produce en el extranjero y en el sector financiero. Al mismo tiempo que se produce la presión de una tasa decreciente de ganancia en el capitalismo.

El aumento de la desigualdad de ingresos y riqueza -bien documentada para la mayoría de los países en los últimos 30 años- no es simplemente consecuencia de la codicia y la evasión de impuestos. Es el resultado de una mayor explotación del trabajo por el capital. Ha habido un aumento de la tasa de explotación, junto con una enorme transferencia de valor hacia el sector financiero, que pertenece y es controlada por el 1%, o incluso sólo por la parte superior, el 0,1%. El llamado "período neoliberal" se caracterizó por la contención de los salarios, la globalización, una reducción de la seguridad laboral y la privatización de los servicios públicos, todo lo cual aumentó la tasa de plusvalía. Así que estamos en el mundo de los superdirectivos, los oligarcas y las familias importantes, que evitan y evaden impuestos.

La reducción de la carga fiscal de las empresas ha buscado contrarrestar la caída de la rentabilidad del capital en las principales economías. Basta comparar la evolución de la tasa real fiscal sobre las corporaciones estadounidenses, en comparación con la tasa efectiva de impuestos sobre sus empleados. La tasa efectiva de impuestos es una medida de lo que están realmente pagado en comparación con los ingresos, en lugar de la tasa de impuestos oficial. Mientras que en la década de 1950 las empresas estadounidenses pagaron una tasa efectiva de alrededor del 40-45% de sus ganancias (sin dañar su rentabilidad ni el crecimiento económico, por cierto), en la década de 1990 esa tasa se había reducido a un 30-35%. En la última década se redujo aún más, a menos del 25%, y alcanzó un mínimo histórico en 2009 en plena Gran Recesión.

La tendencia es clara: las empresas pagan cada vez menos impuestos para preservar su rentabilidad. Por el contrario, el impuesto sobre la renta efectiva de los empleados se ha mantenido bastante estable, alrededor del 35%. Menos impuestos para los capitalistas y más impuestos para los trabajadores. En su último presupuesto, el ministro de hacienda del Reino Unido, George Osborne, anunció un nuevo recorte del impuesto de sociedades, a un mínimo histórico para los países del G7, del 17% antes de acabar esta legislatura.



Mientras que las empresas y los ricos pagan menos impuestos en el país y sacan gran parte de sus ganancias a los paraísos fiscales en el extranjero, el resto de nosotros tenemos que pagar por la pérdida de estos ingresos fiscales. A medida que la tasa efectiva del impuesto de sociedades de Estados Unidos se desplomó, los impuestos sobre la renta y los hogares fueron estáticos hasta que la Gran Recesión provocó desempleo y la caída de los ingresos. La media de los ingresos en los Estados Unidos se ha reducido un 8,5% desde el año 2000.



¿Que hay que hacer? En el Reino Unido, el gobierno debe poner fin a los paraísos fiscales de los territorios británicos de ultramar. Las empresas allí registradas deben pagar los mismos impuestos que en el Reino Unido. Si los más pobres en estos pequeños enclaves sufre pérdida de ingresos, el gobierno del Reino Unido puede compensarlos. Los gobiernos deben negociar un acuerdo internacional para poner fin a los paraísos fiscales como Panamá e imponer sanciones económicas contra ellos si no lo hacen. Por encima de todo, hay que acabar con los que organizar el lavado de dinero y las evasiones fiscales. Hay que situar bajo propiedad y control público los principales bancos e instituciones financieras que dominan el mundo y fomentan y proporcionan servicios para la élite rica y corrupta (como se revela en un escándalo tras otro).

Esto proporcionaría no sólo ingresos fiscales adicionales para cubrir las necesidades reales de las personas de servicios públicos e inversión sino que también permitiría que la banca y las finanzas se convirtieran en un servicio público para la provisión de créditos para la inversión.

Por supuesto, la mayoría de los gobiernos actuales y sus ricos patrocinadores se opondrían enérgicamente a tales medidas y la mayoría de los movimientos de oposición de izquierda las ignorarán por “demasiado radicales”. Pero sin estas medidas la historia de los Papeles de Panamá continuará.

Michael Roberts es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.

Notas:
2/ N Shaxson Treasure islands, tax havens and the men who stole the world London 2012.
5/ G Zucman The hidden wealth of nations: the scourge of tax havens Chicago 2015.
12/4/2016
Traducción: Enrique García

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