miércoles, 27 de abril de 2016

¿CÓMO NEGAR QUE LOS RICOS VIVEN DE LOS POBRES?




Dr. Hugo SALINAS

La inversión de las empresas multinacionales en países como el nuestro no es gratuita. Con el manido pretexto de “crear puestos de trabajo”, y con el aval de gobiernos corruptos, se encargan de llevarse los recursos naturales en forma prácticamente gratuita, pagar salarios con un gran diferencial con el estándar internacional de salarios por el mismo tipo de trabajo, y de contribuir al Fisco con sumas que, por su insignificancia, ellos mismos lo han denominado “óbolos”.
Algunas cifras y comentarios para aprehender una realidad nacional y mundial.
“En vísperas de la Primera Guerra Mundial, el PBI de Reino Unido, primer inversionista mundial, fue del orden del 10% más elevado que su producción interior. La diferencia superaba en 5% en Francia, segunda potencia colonial e inversionista mundial, y se aproximaba a Alemania, cuyo imperio colonial era reducido, pero cuyo desarrollo industrial le permitía una fuerte acumulación de préstamos sobre el resto del mundo.”[i]
“O sea que los países ricos lo son doblemente, en producción interior y en capital invertido al exterior, lo que les permite disponer de un Ingreso Nacional superior a su producción.”[ii] Pero en los países del Sur sucede todo lo contrario.
Tomemos el caso del África. “Según la Balanza de Pagos a nivel mundial […], el Ingreso Nacional del cual disponen los habitantes del continente africano es sistemáticamente inferior de cerca del 5% a su producción interior (la diferencia supera el 10% en algunos países del África). […] Es interesante señalar que el flujo de remuneraciones al capital que sale es tres veces más elevado que el flujo que ingresa de ayuda internacional.”[iii]
A partir de los datos señalados, realicemos una comparación para medir los efectos perversos de la Configuración Mundial.
Según las cifras del FMI (Fondo Monetario Internacional)[iv], en 2013, el Reino Unido generó un PBI del orden de los 2 billones 536 mil millones de dólares. El 10% de ese monto sería 253.6 mil millones de dólares. Una cifra que es igual al 122.5% del PBI del Perú para el mismo año. Es decir, comparado con el Perú, el Reino Unido se llevaría gratuitamente cada año la totalidad del PBI del Perú más un 22.5%.
Si la misma comparación lo efectuamos con el nuevo gendarme del mundo, los Estados Unidos, el resultado es terrorífico. Y es esto lo que sucede actualmente.
Para el mismo año y según el FMI, Estados Unidos tiene un PBI del orden de los 16 billones 780 mil millones de dólares. El 10% de su PBI sería 8.1 veces mayor que el PBI del Perú. En cristiano, cada año, los Estados Unidos absorbe gratuitamente de los pueblos del mundo, un monto superior a 8  veces el PBI del Perú.
En términos reales, el diferencial es mayor aún si tomamos en cuenta, por ejemplo, la fuga de talentos o los trabajadores-inmigrantes a salario mísero y formación profesional gratuita.
¿Cómo negar que los “ricos” viven de los “pobres”?
El mecanismo de extorsión que utiliza el Capitalismo es la Configuración Mundial, muy superior a la propiedad privada de los medios de producción que utilizó el esclavismo, feudalismo y gamonalismo. La Configuración Mundial, como mecanismo de extorsión, que nace a partir de la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica, es incoloro, inodoro y se sirve de todos los elementos del proceso de trabajo, además de que crea otros.
Y como Piketty lo señala con cifras en mano, la extorsión es permanente y se viene realizando durante siglos. Combatirla con una propuesta de aumentar el salario mínimo a mil soles, o renegociar los contratos con las empresas multinacionales, es simplemente risible. Es no haber comprendido el problema o, simplemente, estar conforme con el Capitalismo y sus efectos perversos.
La “izquierda” política sigue haciendo mucho daño a las luchas por el cambio de modelo. No hay que confundir entre los elementos fundamentales del modelo de desarrollo alternativo al Capitalismo, y las medidas de acompañamiento para realizar el Cambio.
Lima, sjl, 26 de abril del 2016


[i] PIKETTY Thomas, [2013] Le capital au XXIe siècle, Editions Seuil, p. 118-19
[ii] Ibid., p. 117
[iii] Ibid., p. 118
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