Dr. Hugo SALINAS
La inversión de las empresas multinacionales en
países como el nuestro no es gratuita. Con el manido pretexto de “crear puestos
de trabajo”, y con el aval de gobiernos corruptos, se encargan de llevarse los
recursos naturales en forma prácticamente gratuita, pagar salarios con un gran
diferencial con el estándar internacional de salarios por el mismo tipo de
trabajo, y de contribuir al Fisco con sumas que, por su insignificancia, ellos
mismos lo han denominado “óbolos”.
Algunas cifras y comentarios para aprehender una
realidad nacional y mundial.
“En vísperas de la Primera Guerra Mundial, el PBI
de Reino Unido, primer inversionista mundial, fue del orden del 10% más elevado
que su producción interior. La diferencia superaba en 5% en Francia, segunda
potencia colonial e inversionista mundial, y se aproximaba a Alemania, cuyo
imperio colonial era reducido, pero cuyo desarrollo industrial le permitía una
fuerte acumulación de préstamos sobre el resto del mundo.”[i]
“O sea que los países ricos lo son doblemente, en
producción interior y en capital invertido al exterior, lo que les permite
disponer de un Ingreso Nacional superior a su producción.”[ii] Pero en los países del Sur
sucede todo lo contrario.
Tomemos el caso del África. “Según la Balanza de
Pagos a nivel mundial […], el Ingreso Nacional del cual disponen los habitantes
del continente africano es sistemáticamente inferior de cerca del 5% a su
producción interior (la diferencia supera el 10% en algunos países del África).
[…] Es interesante señalar que el flujo de remuneraciones al capital que sale
es tres veces más elevado que el flujo que ingresa de ayuda internacional.”[iii]
A partir de los datos señalados, realicemos una
comparación para medir los efectos perversos de la Configuración Mundial.
Según las cifras del FMI (Fondo Monetario
Internacional)[iv], en 2013, el
Reino Unido generó un PBI del orden de los 2 billones 536 mil millones de
dólares. El 10% de ese monto sería 253.6 mil millones de dólares. Una cifra que
es igual al 122.5% del PBI del Perú para el mismo año. Es decir, comparado con
el Perú, el Reino Unido se llevaría gratuitamente cada año la totalidad del PBI
del Perú más un 22.5%.
Si la misma comparación lo efectuamos con el nuevo
gendarme del mundo, los Estados Unidos, el resultado es terrorífico. Y es esto
lo que sucede actualmente.
Para el mismo año y según el FMI, Estados Unidos
tiene un PBI del orden de los 16 billones 780 mil millones de dólares. El 10%
de su PBI sería 8.1 veces mayor que el PBI del Perú. En cristiano, cada año,
los Estados Unidos absorbe gratuitamente de los pueblos del mundo, un monto
superior a 8 veces el PBI del Perú.
En términos reales, el diferencial es mayor aún si
tomamos en cuenta, por ejemplo, la fuga de talentos o los
trabajadores-inmigrantes a salario mísero y formación profesional gratuita.
¿Cómo negar que los “ricos” viven de los “pobres”?
El mecanismo de extorsión que utiliza el
Capitalismo es la Configuración Mundial, muy superior a la propiedad privada de
los medios de producción que utilizó el esclavismo, feudalismo y gamonalismo.
La Configuración Mundial, como mecanismo de extorsión, que nace a partir de la
Repartición Individualista del resultado de la actividad económica, es
incoloro, inodoro y se sirve de todos los elementos del proceso de trabajo,
además de que crea otros.
Y como Piketty lo señala con cifras en mano, la
extorsión es permanente y se viene realizando durante siglos. Combatirla con
una propuesta de aumentar el salario mínimo a mil soles, o renegociar los
contratos con las empresas multinacionales, es simplemente risible. Es no haber
comprendido el problema o, simplemente, estar conforme con el Capitalismo y sus
efectos perversos.
La “izquierda” política sigue haciendo mucho daño a
las luchas por el cambio de modelo. No hay que confundir entre los elementos
fundamentales del modelo de desarrollo alternativo al Capitalismo, y las
medidas de acompañamiento para realizar el Cambio.
Lima, sjl, 26 de abril del 2016
[i] PIKETTY Thomas, [2013] Le capital au XXIe siècle, Editions
Seuil, p. 118-19
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