En el Aniversario 198° del nacimiento de Carlos Marx
INVITACIÓN AL ESTUDIO
Y DEBATE DEL MANIFIESTO COMUNISTA
(15 de mayo de 2016)
Por Miguel Aragón
I.
¿Cuál fue el método aplicado por Marx y Engels al escribir el
Manifiesto Comunista de 1848?
El método aplicado
por Marx y Engels, al escribir el Manifiesto Comunista de 1848, está
expuesto al comenzar el segundo capítulo de ese folleto:
“Las tesis teóricas de los
comunistas no se basan en modo alguno en ideas y principios inventados o
descubiertos por tal o cual reformador del mundo.
No son sino la expresión de
conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases existente, de un
movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros ojos. La abolición
de las relaciones de propiedad antes existentes no es una característica propia
del comunismo.
Todas las relaciones de propiedad han
sufrido constantes cambios históricos, continuas transformaciones históricas.
La revolución francesa, por ejemplo,
abolió la propiedad feudal en provecho de la propiedad burguesa.
El rasgo distintivo del comunismo no es
la abolición de la propiedad en general, sino la abolición de la propiedad
burguesa” (Marx y Engels, Manifiesto Comunista, capítulo II).
Esa es la característica
principal del Manifiesto Comunista y de todas las obras de los maestros
del proletariado: “Las tesis teóricas de los comunistas (…) no son sino
la expresión de conjunto de las condiciones reales de una lucha de clases
existente, de un movimiento histórico que se está desarrollando ante nuestros
ojos”
Todo el folleto está
cruzado por la aplicación de ese método, cada idea se apoyó íntegramente en las
condiciones reales de una lucha de clases existente, de un movimiento histórico
que se estaba desarrollando ante sus ojos.
Esa es la primera
enseñanza, que debemos de aprender de los maestros del proletariado: partir
siempre de la realidad existente, y no de especulaciones imaginarias.
Mariátegui al
estudiar las obras de los maestros del proletariado lo entendió así, y ese fue
el método que aplicó al estudiar la realidad peruana y la realidad
mundial de su tiempo, por eso afirmó: “El marxismo, del cual todos hablan pero
que muy pocos conocen y, sobre todo, comprenden, es un método fundamentalmente
dialéctico. Esto es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en
los hechos. No es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de
principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y
todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña misma de la
historia. El marxismo, en cada país, en cada pueblo, opera y acciona sobre el
ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades. Por eso,
después de más de medio siglo de lucha, su fuerza se exhibe cada vez más
acrecentada” (JCM, Mensaje al Congreso Obrero, enero de 1927)
II. ¿Cuáles fueron los objetivos
y las partes fundamentales del Manifiesto Comunista de 1848?
En el preámbulo del
Manifiesto, Marx y Engels expusieron cuales fueron los objetivos buscados al
escribir tan trascendental documento programático:
“(…) ya es hora de que los comunistas expongan
a la faz del mundo entero sus conceptos, sus fines y sus
tendencias, que opongan a la leyenda del fantasma del comunismo un manifiesto
del propio partido”.
Y precisamente esos
tres objetivos, forman las tres primeras partes del Manifiesto Comunista de
1848:
Al exponer “sus
conceptos”, se referían a sus conceptos teóricos desarrollados en el
capítulo I titulado “Burgueses y Proletarios”
Al exponer “sus
fines”, se referían a sus fines políticos, desarrollados en el capítulo
II titulado “Proletarios y Comunistas”
Al exponer “sus
tendencias”, se referían a las diferentes tendencias
que en esos años formaban parte del conjunto del movimiento comunista o
socialista, lo cual fue desarrollado en el capítulo III titulado “Literatura
socialista y comunista”.
En ese tercer
capítulo ellos analizaron las siguientes tendencias:
1. El socialismo reaccionario
a. El socialismo feudal
b. El socialismo pequeño burgués
c. El socialismo alemán o socialismo
“verdadero”
2. El socialismo conservador o burgués
3. El socialismo y el comunismo
crítico-utópicos
Esas tres partes del
Manifiesto de 1848 son las que, posteriormente, con el aporte de otras
generaciones, se les ha denominado “construcción teórica, construcción
política y construcción orgánica”.
En las obras de los
maestros del proletariado, comenzando por el Manifiesto Comunista de 1848,
ellos nunca se plantearon la absurda “construcción ideológica”,
concepto idealista de reminiscencias feudales, totalmente ajeno en
las obras de Marx y Engels. Concepto que al ser introducido en el
movimiento socialista en décadas posteriores ha causado y sigue causando
un gran daño a la unidad de los socialistas en el mundo entero.
Y aquí es necesario
informar y aclarar, que por mucho tiempo la edición del Manifiesto Comunista
que yo acostumbraba leer fue la edición publicada por Ediciones en Lenguas
Extranjeras, editada en Beijing China en los convulsos años 60 del siglo
pasado, en la cual los objetivos planteados por Marx y Engels en el
preámbulo aparecen mal traducidos, o tal vez tergiversados. En esa
edición, en vez de leer “sus conceptos, sus fines y sus tendencias”,
aparece escrito “sus conceptos, sus fines y sus aspiraciones”, con lo
cual se nubló, o se intentó ocultar la existencia de tendencias dentro
del movimiento socialista.
III. ¿Cuál fue la idea fundamental de
que estaba penetrado todo el Manifiesto?
En el Prefacio a la
edición alemana de 1883, Engels informó y explicó lo siguiente:
“La idea fundamental de que está
penetrado todo el “Manifiesto” –a saber: que la producción económica y la
estructura social que de ella se deriva necesariamente en cada época histórica
constituyen la base sobre la cual descansa la historia políticas e intelectual
de esa época; que, por tanto, toda la historia (desde la disolución del régimen
primitivo de propiedad común de la tierra) ha sido una historia de lucha de
clases, de lucha entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y
dominadas, en las diferentes fases del desarrollo social, y que ahora esta
lucha ha llegado a una fase en que la clase explotada y oprimida (el
proletariado) no puede ya emanciparse de la clase que lo explota y la oprime
(la burguesía), sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a la sociedad
entera de la explotación, la opresión y las luchas de clases--, esta idea
fundamental pertenece única y exclusivamente a Marx” (F. Engels, prefacio a
la edición alemana de 1883 del Manifiesto Comunista, junio de 1883)
IV. ¿En qué época histórica, y en qué
momento fue escrito el Manifiesto Comunista de 1848?
Comenzando el primer
capítulo Marx y Engels explicaron:
“La moderna sociedad burguesa,
que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las
contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las
viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas.
Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin
embargo por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad
va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes campos enemigos, en dos grandes
clases, que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado.” (CM y
FE, Manifiesto Comunista, Cap. I)
Marx y Engels definieron la “época histórica”, en primer lugar, por el modo de
producción, tal como lo hizo Marx en el Prólogo de la Contribución a la
Crítica de la Economía Política, al afirmar: “A grandes rasgos, podemos designar
como otras tantas épocas de progreso, en la formación económica de la sociedad,
el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués”; y
en segundo lugar, también definieron la época “por la cuestión de que clase
ocupa una posición central en esta o aquella época, determinando su contenido
principal, la dirección principal de su desarrollo” (ver Lenin, Bajo una
bandera ajena).
Planteado así, se
entendía que al modo capitalista de producción que alcanzó su máximo
apogeo durante el siglo XIX, históricamente debería sucederle el modo
socialista de producción; y a “la época de la burguesía” necesariamente
debería sucederle “la época del proletariado”. Acertada previsión científica
que se cumplió a partir de 1917, con el inicio de la instauración del
socialismo en Rusia.
Entre la época
capitalista, o época moderna como también se le conocía, y la época
socialista, o época contemporánea, no ha existido ni existe ninguna otra
época histórica intermedia. La mal llamada “época del imperialismo” es un
absurdo con el que se ha pretendido romper la continuidad del desarrollo de la
humanidad. El llamado “imperialismo” (que para ser más precisos, debería
denominarse capitalismo monopolista), no es una época histórica diferente
al capitalismo, sino simplemente una fase dentro de la evolución de la
época del capitalismo. La burguesía monopolista sigue siendo burguesía, y el
modo de producción durante la fase del capitalismo monopolista sigue siendo el
modo capitalista de producción.
Si en términos
generales, esa era la época en que fue escrito el Manifiesto Comunista, para
entender el objetivo principal del citado manifiesto, también debemos estudiar
y entender cuál era el momento concreto en que fue redactado.
En el capítulo IV,
los autores escribieron “Los comunistas fijan su principal atención en Alemania
, porque Alemania se halla en vísperas de una revolución burguesa y
porque llevará a cabo esta revolución bajo condiciones más progresivas de la
civilización europea en general, y con un proletariado mucho más
desarrollado que el de Inglaterra en el siglo XVII y el de Francia en el siglo
XVIII, y, por lo tanto, la revolución burguesa alemana no podrá ser sino el
preludio inmediato de una revolución proletaria” (CM y FE, Capítulo IV)
Sin esas condiciones
concretas, sin encontrarse en “las vísperas de la una revolución burguesa en
Alemania”, posiblemente no hubiera sido necesario constituir la Liga
Comunista, ni tampoco se hubiera escrito el Manifiesto Comunista. Es conocido
que la primera crisis económica capitalista estalló en Inglaterra
en 1825, primera crisis que solamente tuvo un alcance nacional. A
esa primera crisis, en años posteriores le siguieron otras crisis
cíclicas, y en 1947 estalló la primera crisis que abarcó en forma conjunta a
varios países europeos en los que ya se habían iniciado el desarrollo
capitalista. Impulsada por esa crisis económica mundial (en realidad europea),
a partir de 1847 en varios países europeos se formó una situación
revolucionaria, y sobre esa base de condiciones objetivas se crearon
las condiciones necesarias para el próximo estallido de una crisis
revolucionaria, la cual estalló primero en Paris, en febrero de 1848, un
mes después de publicado el Manifiesto Comunista.
V. ¿Por qué revolución comunista?
En la parte final del
Manifiesto de 1848, Marx y Engels expresaron “Las clases dominantes
pueden temblar ante una Revolución Comunista. Los proletarios no tienen
nada que perder en ella más que sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que
ganar” (Manifiesto Comunista, capítulo IV)
Como he recordado más
arriba, toda la teoría desarrollada por Marx y Engels se apoyaba íntegramente
en el estudio de la realidad, en el desarrollo de la lucha de clases, tanto de
la lucha de la burguesía contra la clase feudal, como en la lucha del
proletariado contra la burguesía. Al escribirse el Manifiesto a comienzos del
año 1848, todavía no se tenía ninguna experiencia concreta de lucha del
proletariado contra la burguesía por el poder. Esa situación recién ocurriría
unos pocos meses después de su publicación. Al escribir el Manifiesto todavía
no se tenía una idea precisa de cómo se desarrollaría la revolución del
proletariado, y por eso ellos todavía suponían que se podía y se debía pasar
directamente del capitalismo al comunismo, por eso plantearon como tarea la
“revolución comunista”.
El Manifiesto
Comunista fue escrito en las vísperas de la revolución de febrero
de 1848 que estalló en París, y de las grandes luchas de masas
desarrolladas en varios países europeos en el transcurso de los años 1848 y
1849. Tiempo después, Engels nos recordó que: “En junio de 1848 se libró en
Paris, entre el proletariado y la burguesía, la primera gran batalla por el
poder”. De esa gran lección práctica, Marx y Engels extrajeron grandes
lecciones, y partiendo de esa gran experiencia llegaron a la conclusión de la
necesidad de la dictadura del proletariado, de la necesidad de la revolución
socialista como paso previo para la futura instauración del comunismo. Y este
hecho no hace sino confirmar que “sin movimiento revolucionario no hay
posibilidad de desarrollar la teoría revolucionaria”.
VI. ¿Por qué se constituyó y porque se
auto disolvió la Liga Comunista?
Ya he dicho más
arriba, en el punto IV, acerca de que en momento se escribió el Manifiesto, que
la Liga Comunista se constituyó para afrontar la situación revolucionaria
que ya se había formado en 1847, y así aportar a la transformación de la
situación revolucionaria en crisis revolucionaria. Esa fue la condición
necesaria y determinante para la constitución de la Liga Comunista. El primer
partido del proletariado no se constituyó porque “de un momento a otro se le
ocurrió a Marx y Engels” como todavía suponen algunos confusos y
confundidos, sino que el partido se constituyó atendiendo una necesidad
del proletariado, para afrontar la situación revolucionaria en desarrollo.
De igual manera,
concluida la situación revolucionaria de esos años, la organización partidaria
del proletariado ya no era necesaria, y por eso mismo Marx y Engels decidieron
autodisolver la Liga Comunista. Ellos pensaron hacerlo en el transcurso del año
1852, pero para no interferir en la defensa de los acusados en el proceso de
Colonia, postergaron la propuesta hasta la culminación del mencionado proceso.
El día 12 de noviembre de 1852 Marx y Engels presentaron la propuesta de
autodisolver la organización partidaria, y el acuerdo se asumió por mayoría
dentro de la Liga Comunista el día 19 de noviembre de 1852. Desde entonces,
Marx y Engels nunca más volvieron a militar en un “partido
comunista”, ni tampoco se plantearon la reconstitución del mismo. Ellos
nunca consideraron que el partido fuera una organización eterna, ni
tampoco “rindieron culto al partido”. Marx y Engels siempre entendieron
el socialismo como un movimiento, como un movimiento social,
político y cultural del proletariado, y a la organización partidaria la
consideraban como un instrumento de necesidad temporal, que debía formarse en
determinadas condiciones específicas, dentro del movimiento socialista.
José Carlos
Mariátegui, por sus propios medios, sin conocer todavía la experiencia y la
teoría marxista, llegó a una conclusión similar. En julio de 1918
escribió: “Los partidos no son eternos. Responden a una necesidad o una
aspiración transitorias como todas las necesidades y aspiraciones. Una
vez que desaparece el motivo de su existencia desaparece su fuerza” (JCM, La
reorganización de los grupos políticos, en Nuestra Época N°2)
VII. ¿Base de Unidad Partidaria o
Programa?
En las últimas
décadas del desarrollo del movimiento socialista peruano, prácticamente
desde mediados del siglo pasado, se introdujo el concepto de “Base de
Unidad Partidaria” en oposición a la propuesta de “unidad programática”. El
concepto de Base de Unidad Partidaria, así como el concepto de “construcción
ideológica” o “unidad ideológica”, son conceptos de procedencia
idealista feudal, que por muchos años han causado, y siguen causando,
grandes daños al desarrollo de la unidad de los socialistas en el
Perú.
Marx y Engels, como
firmes y consecuentes materialistas, nunca propusieron semejantes
despropósitos. Explicando el origen del Manifiesto, en el Prefacio de la
edición alemana de 1872, ellos informaron que “redactaron el
Manifiesto como un programa detallado del partido, a la vez
teórico y práctico, destinado a la publicación”. En toda su experiencia
revolucionaria, desde 1844 hasta sus respectivos fallecimientos, cada vez que
se ponía en el orden del día la organización de los revolucionarios, ellos
siempre plantearon la unidad programática, nunca plantearon una supuesta
“base de unidad partidaria”, o algo por el estilo. El propio Manifiesto
Comunista de 1848, así como las Glosas Marginales al Programa del Partido
Obrero Alemán, de 1875 (más conocido como Crítica del Programa de Gotha”)
destacan como dos de los mejores ejemplos, de los términos adecuados en que
debe plantearse la unidad de la organización del proletariado.
VIII. ¿Cuáles fueron las cuestiones
tácticas propuestas en el Manifiesto Comunista?
La cuestión de las
propuestas tácticas merece un tratamiento aparte, lo cual lo comentaré en
una segunda entrega.
* * *
Tenía pensado
terminar de redactar y divulgar este comentario para el día 5 de mayo, en el
Aniversario 198° del nacimiento de Carlos Marx, como parte de los preparativos
para la Conmemoración de los Bicentenarios de Marx y Engels. Pero la
falta del tiempo y la calma necesarios, no me lo permitieron. Solamente espero,
que estas apresuradas líneas sirvan para contribuir al replanteamiento de
la teoría y la práctica del movimiento socialista peruano, próximo ya a cumplir
su primer centenario de existencia.
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