jueves, 12 de mayo de 2016

LAS AVES NOS DAN LAS CLAVES PARA COMPRENDER LA CREATIVIDAD HUMANA




Los animales innovamos cuando tenemos que responder a problemas nuevos a los que nunca nos hemos enfrentado antes. Por lo tanto, es poco probable que esta habilidad pueda haber evolucionado por ella misma por selección natural. Si la capacidad de innovación no se ha seleccionado directamente, ¿cómo ha podido evolucionar? Un artículo publicado recientemente en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society sugiere que la capacidad de innovar no ha sido seleccionada directamente sino que emerge cuando se combinan varias adaptaciones que han evolucionado para otros propósitos, como poseer un cerebro grande, tener curiosidad para explorar el entorno y disponer de apéndices que permitan manipular objetos. Cuando se combinan estos rasgos, el animal adquiere la capacidad de resolver problemas innovando.

Esta nueva teoría explicaría algunas observaciones sorprendentes. Se sabe, por ejemplo, que especies que nunca utilizan herramientas en estado salvaje, como las grajas, en el laboratorio exhiben una habilidad sorprendente para utilizarlas y ser capaces de extraer alimento de un tubo. Esto refuerza la idea de que la capacidad de innovar, al depender de un conjunto de adaptaciones que han surgido para otros fines, ya está presente en algunos animales incluso cuando estos no la utilizan en la naturaleza.

Aunque en el pasado se creía que la creatividad era una propiedad exclusiva de los humanos, hoy sabemos que se encuentra en muchos otros animales, principalmente primates, cetáceos, loros y cuervos. ¿Porque estas adaptaciones han evolucionado conjuntamente en algunos animales? El estudio, liderado por científicos del CREAF y el CSIC, en España, propone que las adaptaciones necesarias para innovar son parte de la estrategia vital de algunas especies que frecuentemente se enfrentan a cambios ambientales.

Analizando información de 1018 especies de aves, los investigadores han descubierto que las especies de aves que presentan una mayor capacidad de innovación tienden a tener dos características principales, una capacidad de vivir muchos años y una ecología generalista. Los animales de vida larga no solo disponen de más tiempo para innovar, sino que suelen enfrentarse a nuevos retos a lo largo de sus vidas. Además, las innovaciones tendrán más valor porque cada nuevo comportamiento podrá ser utilizado durante más tiempo en el futuro. A todo ello se le une el hecho de que una vida larga permite retardar el desarrollo, lo que ofrece el tiempo necesario para desarrollar cerebros grandes, un requisito para sobresalir en creatividad. Ser generalista, por otro lado, expone frecuentemente al individuo a nuevos desafíos, como el tener que encontrar nuevos alimentos, y esto requiere capacidades como explorar, discriminar, manipular y recordar. Los animales con requerimientos más especializados, que solo comen un alimento en concreto por ejemplo, no necesitan estas adaptaciones y su capacidad para innovar está limitada por este motivo. (Fuente: CREAF)


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