martes, 31 de mayo de 2016

NO A LOS PPKEIKOS: PERSISTIR EN FORTALECER LA UNIDAD DEL FRENTE





(31 de mayo de 2016)
Por Miguel Aragón

            Habiendo precisado, en primer lugar, que la contradicción principal en la sociedad peruana, es la contradicción entre el pueblo peruano y la clase dominante; y en segundo lugar, habiendo señalado que la contradicción entre los grupos políticos acaudillados por PPK y Keiko Fujimori, es una contradicción secundaria, una contradicción dentro de la propia clase dominante;  ahora, y en tercer lugar, me corresponde  contribuir a analizar algunos aspectos de una de las contradicciones  secundarias en las filas del propio pueblo peruano. 

EL GRAN AVANCE  DEL 4 DE OCTUBRE

El acto político más importante del año 2015, fue las Elecciones Ciudadanas del 4 de octubre,  elecciones primarias convocadas y dirigidas por el Frente Amplio, movimiento político que en la actualidad  es una de las secciones más importantes del frente unido del pueblo peruano.

Ese día 4 de octubre,  más de 30,000 pobladores en todo el  país, mayores de edad, identificados con nuestro actual DNI, participamos en forma consciente y voluntaria en esa acción  democrática. 

Nadie nos ofreció “regalos” para sobornarnos y votar por ellos; nadie  nos amenazó con sancionar ni  cobrar “multas” a los que no pudieron, o no quisieron asistir a votar. Fue un acto plenamente consciente y voluntario. Un acto sobre el cual, en días previos a su realización, más de un prestigioso y reconocido analista conocedor de los procesos electorales en todo el continente,   puso en dudas  su efectividad.
  
Con esa nueva experiencia del 4 de octubre, quedaban atrás las viejas experiencias de las conocidas “repartijas” en las alturas,  a las cuales ya nos tenían acostumbrados los caudillos de la vieja “izquierda” tradicionalista. Incluso, el trascendental acto democrático del 4 de octubre se realizó días antes de los plazos oficialmente establecidos  por el Jurado Nacional de Elecciones, por eso mismo, los veedores y supervisores del JNE no pudieron asistir a dicho  acto electoral.

Aparte de la incredulidad y la natural indiferencia de muchos pobladores, y tal como era de esperarse, las críticas y los ataques a las elecciones ciudadanas del 4 de octubre vinieron desde diversos  flancos. Entre ellos,  no faltaron los virulentos ataques de  un desaforado Aldo Mariátegui, vocero del sector más recalcitrantemente reaccionario de la derecha peruana,  quien calificó a las elecciones ciudadanas de “conclave de terroristas”, “pantomima de caviares y de tontos útiles”, más otras sandeces propias de su estilo; y desde otro extremo, el ocasional comentarista Ramón García,  ha calificado las elecciones del 4 de octubre de “pantomima electoral”, y además ha calificado a la izquierda en general, y al Frente Amplio en particular, de ser “la izquierda de la derecha”, entre otros argumentos pueriles, propios de su  idealismo  subjetivo, y de su ya acostumbrado caudillaje personalista y arrogancia.

Al margen de estas expresiones, de algunos de los críticos del momento, lo cierto es que las elecciones ciudadanas del 4 de octubre fueron  una expresión práctica, real  y efectiva de  democracia directa, de desarrollo germinal de la democracia participativa, y de germen de la futura  democracia nueva en un Perú Nuevo.

En las próximas jornadas de lucha política, en las cuales  tengamos que seleccionar  dirigentes, y  tengamos  que elegir candidatos para nuevas jornadas de lucha electoral,   como por ejemplo, las próximas elecciones municipales de octubre de 2018, y las próximas elecciones generales del año 2021, las elecciones primarias del 4 de octubre necesariamente serán una referencia obligada.

Las futuras elecciones de los candidatos del pueblo, necesariamente tendrán que ser iguales o superiores a las elecciones del 4 de octubre de 2015. Adiós a “las repartijas” en las alturas, adiós a las imposiciones  de los caudillos personalistas de la vieja “izquierda” tradicionalista, como ocurría anteriormente. La conquista del 4 de octubre, es una conquista democrática irrenunciable del pueblo peruano.     

LA GRAN VICTORIA DEL 10 DE ABRIL

Tres meses después, comenzando el mes de enero del presente año, se realizaron las elecciones primarias para seleccionar los candidatos al parlamento, elecciones convocados por el Frente Amplio. No tengo la información precisa de la cantidad total de votantes que participaron ese día, aunque a los pocos días, la dirigente Marisa Glave  declaró en un diario, que en la provincia de Lima  habían concurrido más de 17,000 electores.

A partir de esa información parcial, puedo suponer que en el conjunto de las  otras provincias del país, asistió una cantidad similar o superior. En una primera aproximación, podemos suponer que  en todas las provincias del país, para seleccionar a los candidatos a las elecciones parlamentarias,   asistieron en total entre 35,000 y 45,000 electores.  Cantidad muy destacable, y con mayor razón, si partimos del hecho concreto,  que  hasta ese momento en enero de 2016,  según las encuestas electorales los candidatos del Frente Amplio solo recibían el 1% del apoyo de los encuestados.

            Si las elecciones primarias del 4 de octubre recibieron innumerables críticas, y fueron menospreciadas por muchos, las elecciones de  candidatos al parlamento, recibieron una mayor cantidad de ataques. Entre ellos, nuevamente destacó un desaforado Aldo Mariátegui, quien denunció públicamente la ocurrencia de “trampas, alteración de actas,  marginaciones y vetos”. Incluso señaló los nombres de los postulantes Apaza en Arequipa y Quintanilla en Puno, como dos candidatos a los cuales se les “había robado y desconocido sus votos”. Es cierto, se presentaron algunos casos de intentos de vetos, pero que rápidamente fueron rectificados por la dirección del Frente Amplio, respetándose la voluntad de la mayoría. Las altas votaciones obtenidas por los postulantes  Apaza y Quintanilla, fueron reconocidas, ambos dirigentes de bases llegaron a postular como candidatos del Frente Amplio en las elecciones del 10 de abril, e incluso el supuestamente “marginado” Quintanilla, ha  resultado  elegido al parlamento. Hasta el presente, Aldo Mariátegui sigue guardando silencio, y no ha reconocido la falsedad de su “gran denuncia”.  

En contra de los resultados de las elecciones primarias de enero, también se desató una “cacería de brujas”, buscando, por aquí y por allá, la presencia de “terroristas”, o por lo menos de “hijos  de terroristas” o de “hermanos de terroristas”.  Nefasta y perniciosa campaña,  que también fue  desarticulada rápidamente.     

Como resultado de seis meses continuados de intensa agitación y movilización, superando los estrechos límites de recursos humanos y financieros, en las Elecciones Parlamentarias del 10 de abril, los candidatos del pueblo conquistaron una Gran Victoria político electoral, victoria del pueblo que ha cambiado  radicalmente los términos de la lucha política en el país. Gran victoria, cuya real importancia  hasta ahora no la hemos logrado asimilar en su verdadera magnitud y trascendencia. A medida que vayamos comprendiendo su real importancia, iremos entendiendo el viraje que se ha producido en la lucha de clases en el país.

Los candidatos del pueblo, que postularon en las listas del Frente Amplio y de Democracia Directa,  obtuvieron un gran respaldo político en todo el país. Repasemos esta realidad desde tres formas diferentes de apreciarlas, ensayando tres aproximaciones:    

 Primera mayoría.- En primer lugar hay que destacar, que los Candidatos del Pueblo obtuvieron la mayoría de votos en más de 500 distritos, en más de 70 provincias, y en 8 departamentos del país, por encima de los candidatos de los partidos burgueses con los cuales compitieron. En siete departamentos del sur y en uno en el norte, en Cajamarca, la victoria fue de los Candidatos del Pueblo. Han sido 8  departamentos, que abarcan extensas zonas del país. Incluso, en varios distritos y provincias, y en algunos departamentos, la victoria fue tan contundente, que la votación alcanzada supero el 50% de los votos emitidos.

¿Si estos resultados, no han sido una victoria de esos pueblos? ¿Entonces, cómo  llamarlo? ¿Derrota de “la izquierda”? ¿Derrota del pueblo? Posiblemente podría ser una derrota del sector de la “izquierda” que se ilusionó con “obtener el 100% de los votos en unas elecciones democrático burguesas” dirigidas y manipuladas por la clase dominante, pero no derrota del pueblo, que nunca se ilusionó con “ganar las elecciones”, sino que concurrió al acto electoral simplemente para hacer presencia del pueblo, y aprovechar la oportunidad para agitar sus propias reivindicaciones.  

Segunda mayoría.- En segundo lugar, si analizamos los resultados generales, diferenciando y tratando por separado, la provincia de Lima de las otras provincias del país, la victoria alcanzada se puede apreciar de una mejor manera y con más realismo y objetividad. En un país tan  extenso y variado como es el Perú, país en el cual el capitalismo periférico tiene un desarrollo desigual, con mayor razón, podemos comprobar que las relaciones y representaciones políticas también tienen un desarrollo desigual.  Una cosa es Lima capital, que concentra la mayor parte de la población, y a la vez concentra la mayor parte del poder económico y del poder político; y otra cosa, muy diferente, son las otras provincias que ocupan la mayor parte del extenso y variado territorio. Analizando el resultado de las elecciones parlamentarias del 10 de abril, en forma diferenciada, y considerando todas las provincias (con excepción de la provincia de Lima), los Candidatos del Pueblo obtuvieron la segunda votación, superando el 30% del apoyo electoral en el acumulado de todas las provincias, muy por encima de la tercera fuerza (Peruanos por el Kambio) y muy cerca de la primera fuerza (Fuerza Popular). ¿Si esta gran votación, realmente no fue una victoria, nuevamente pregunto, cómo llamarlo?   

            Tercera mayoría.- En tercer lugar, tenemos que reconocer que el respaldo conseguido en Lima, no ha sido tan importante para el pueblo, como en las otras provincias del país, por el contrario ha sido su punto más débil. Por eso, por la influencia de los resultados en Lima, en el acumulado general, el apoyo a los candidatos del pueblo se ubica en el tercer lugar.

Así y todo, siendo tercera mayoría a nivel nacional, incluido Lima,   no podemos ocultar, que los Candidatos del Pueblo son  la segunda bancada en el Parlamento, y a la vez la primera bancada de oposición, una gran responsabilidad, que tendrá que luchar contra la bancada conjunta de los PPKs y los fujimoristas.

La lucha parlamentaria, en el  lapso por comenzar, del 2016 al 2021, será una lucha desigual, de 20 identificados con el pueblo, contra aproximadamente 90  identificados abiertamente con la clase dominante (PPKs más fujimoristas).  Pero, acorde con la actual correlación de fuerzas, y con las tareas propias de este momento, tenemos que reconocer, que  por ahora, no se necesitan más parlamentarios para utilizar la tribuna del parlamento como tribuna de denuncia, como trinchera complementaria a las luchas del pueblo en los campos y en las calles.     

Por eso mismo, me parece que este gran respaldo popular, esta Gran Victoria del pueblo peruano,  de un momento a otro,  no se puede echar por  la de borda, llamando equívocamente a “votar por el candidato burgués PPK”. Eso sería “un suicidio político”.

Y con mayor razón, sería un gran retroceso,  si ya sabemos que el presidente que salga elegido el 5 de junio, sea PPK o KF, necesariamente terminará su periodo gubernamental igual, o tal vez peor, que los últimos presidentes electos; Toledo, García y Humala, que al día de hoy, más parecen “muertos vivientes”, que deambulan de un lugar a otro, sin que nadie los tome en cuenta, y encima cargando sobre sus hombros innumerables denuncias y juicios penales. Así o peor, terminará quien resulte electo presidente el 5 de junio, que al final no interesa si se llama PPK o KF. Ante esta perspectiva realista, considero que  sería un suicidio político, brindarle apoyo, así sea “Apoyo Crítico” al mal menor del momento.   

IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA DEL VOTO NULO

Toda la prensa escrita, radial y televisiva, pretende “encajonar” al pueblo en una falsa disyuntiva política, como siempre lo ha hecho cada cinco años, desde 1980 hasta el presente. En esta oportunidad el dilema que nos planten la prensa burguesa, es: “O votas por PPK, o votas por KF”, los dos candidatos de los movimientos políticos más representativos de la clase dominante.

Pero esa es una disyuntiva totalmente falaz e insostenible.

La disyuntiva real  es: “O votamos en apoyo al programa reivindicativo del pueblo peruano, o votamos en apoyo al programa del continuismo neoliberal propuesto por  la clase dominante”. Esos son los términos reales de la presente lucha político electoral. 

 Quienes consideramos que debemos persistir en colocar en primer lugar la agitación del programa reivindicativo del pueblo peruano, nos reafirmamos en nuestra posición de ejercer, en esta oportunidad  el derecho al VOTO NULO. Esa es mi posición, y esa es la posición de varios cientos de miles de pobladores peruanos, que aspiramos al cambio social en el país. 

 Se nos critica que el Voto Nulo es “un voto perdido”, que no tiene ningún valor ni  importancia práctica, que en este caso “no llevará  a la anulación de las elecciones”. ¿Entonces, para que votar Nulo? Me ofende, que algunos nos consideren tan ingenuos, como para pensar, que se puede boicotear las elecciones burguesas, sin la existencia de una situación revolucionaria en desarrollo.  

Entonces ¿para qué, y porqué,  Votar Nulo o en Blanco?

1.      En primer lugar, considero que debemos de votar Nulo o en Blanco, por qué es necesario  expresar y reivindicar la independencia política de clase del pueblo peruano.

2.      En segundo lugar debemos de votar en Blanco o Nulo, para continuar, mantener y desarrollar la identidad democrática de todos los que hemos apoyado a los candidatos del pueblo en la gran victoria del 10 de abril,  y que apoyamos el programa de reformas democráticas agitado  en esta campaña electoral.    

3.      En tercer lugar, debemos de Votar Nulo o en Blanco, para mantener la continuidad de la oposición democrática poblana que se ha ido gestando en los últimos quince años, y que se está acrecentando significativamente en los últimos nueve  meses, desde las elecciones ciudadanas del 4 de octubre hasta el presente. Meses caracterizados por ser de  intensa agitación política. Si el 5 de junio, en las elecciones presidenciales  alcanzamos un regular porcentaje de Votos Nulos y de Votos en Blanco, digamos si logramos entre  un 15% a un 20% del total de votos emitidos, o sea un total de 3,0 o 3,5 millones de Votos Nulos y Blancos, será la mejor expresión del rechazo de amplios sectores del pueblo al actual orden social,  será el mejor compromiso y la mejor garantía de la continuidad de las luchas del pueblo, y a la vez, será la mejor advertencia y el mejor freno al desborde de los planes anti democráticos que viene maquinando la clase dominante.   

4.      En cuarto lugar, un porcentaje regular de Votos Nulos y Votos en Blanco, nos permitirá evaluar y conocer cuántos somos los que estamos realmente dispuestos a persistir en la lucha por las reformas democráticas y por el  cambio social.

Podemos estimar que  en octubre de 2015, las diversas fuerzas de oposición del pueblo peruano estaban conformadas  aproximadamente por 100 mil personas (cantidad que,  además de  los 30,000 que participamos en las elecciones primarias del Frente Amplio, también incluía  a los que en ese momento  apoyaban  a los candidatos  de Democracia Directa, del Partido Perú Libertario,  del Partido Humanista Peruano, más un 30% de los que en ese momento ya apostaban por el Voto Nulo y el Voto  en Blanco). Cuando las encuestas anunciaban menos de 1% de apoyo, ya éramos 100 mil. 

Seis meses después,  el 10 de abril del presente año, las diversas fuerzas  de la oposición democrática poblana, abierta y declaradamente  ya sumábamos más de 3 millones de pobladores (lo cual incluye los que votaron por los candidatos del Frente Amplio, más los que votaron por los candidatos de Democracia Directa, más un 50% de los Votos Nulos y Blancos, que también votaron conscientemente en oposición al actual orden social)

Ahora, para el 5 de junio, también  necesitamos saber ¿cuántos somos? Y estoy seguro que lo sabremos, y nuevamente será la tercera victoria electoral seguida,  del pueblo peruano.  

PERSISIT EN LA UNIDAD DEL  FRENTE UNIDO DEL PUEBLO

Así como reconocemos que existen contradicciones internas de carácter secundario en las filas de la clase dominante,  como es la contradicción entre los seguidores  de PPK y KF, también reconocemos que en las filas del pueblo existen contradicciones de diversos tipos, existen contradicciones  internas, contradicciones de carácter secundario, como por ejemplo, la contradicción  entre quienes hemos  decidido ejercer nuestro derecho al Voto Nulo y al Voto en Blanco,  con quienes, en las filas del pueblo han decidido optar por el Apoyo Crítico  al candidato burgués PPK.

Antes de analizar las causas y desarrollo de esta contradicción temporal, y por encima de esta misma contradicción,  considero necesario recordar que la tarea más importante del presente periodo sigue siendo fortalecer la unidad del pueblo peruano, unidad trabajosamente alcanzada y conquistada. Considero que la contradicción  entre los que nos hemos decidido por el Voto Nulo o en Voto en Blanco, y los que ya se han decidido por un Voto Crítico de apoyo al candidato PPK, no es una contradicción antagónica, como pretenden presentarlo los voceros de la clase dominante, expertos en propiciar rencillas y disputas en las filas del pueblo peruano.  

 Por delante, tenemos todo el tiempo disponible que queramos, para analizar el surgimiento y desarrollo de esta contradicción secundaria, pero hoy en día, lo más importante es señalar y trabajar por fortalecer la unidad  del pueblo peruano

Para el domingo 5 de junio, día de la elección presidencial, espero que en las provincias y distritos de los ocho departamentos en los cuales se obtuvo mayoría en las elecciones parlamentarias del 10 de abril, ahora los Votos Nulos y los Votos en Blanco  consigan superar el 20% del total de los votos emitidos. 

En segundo lugar, en las provincias y distritos de los otros 16 departamentos, sin considerar Lima, abrigo la esperanza que  los Votos Nulos y los Votos en Blanco superen el 10% del total de los votos emitidos.

Y en tercer lugar, en la provincia de Lima, principal bastión social y político de la clase dominante, no me hago ilusiones, y con un 5% de Votos Nulos y Votos en Blanco, por ahora, será más que suficiente, para acompañar a los pueblos de las otras provincias que se ya han puesto en la primera línea de lucha contra la clase dominante.

Los “limeños”, tenemos que reconocer que los pueblos de Cajamarca y Ayacucho, de Huancavelica y Puno, de Tacna, Apurimac, Moquegua y Cusco, en la presente jornada de lucha político electoral, están en la primera línea de la lucha por el cambio social. Desde hace quince años atrás, la lucha de clases en el país se está decidiendo en las otras provincias del sur, del norte  y del centro del país, en las otras provincias de la selva, de la sierra y de la costa, y no… en Lima.

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