En el primer debate
electoral de los candidatos a la presidencia de la república en Piura, la
candidata Keiko Fujimori prometió construir cárceles en lugares remotos y
a
más de 4,000 metros sobre el nivel del mar para los delincuentes de
alta peligrosidad. En el segundo debate
en Lima ocurrido el domingo 29 de mayo, la candidata Fujimori insistió y agregó:
a mí no me tiembla la mano. A lo que
Kuczynski respondió: Eso
me parece una crueldad, mejor hacer penales productivos donde los presos
trabajen (como en USA). Esto, a varios analistas del debate, les pareció “un grave error”, una
“patinada”. Entre esos comentaristas
figura “El Buho”, un extraordinario comunicador, columnista del diario el Trome.
(Ver última página, lunes 30
de mayo 2016). Sin embargo, Kuczynski había trazado una línea demarcadora entre democracia o Estado de Derecho, y autocracia o
arbitrariedad.
En los mítines que
siguieron inmediatamente al segundo debate, la señora Fujimori se vanaglorió de
su propuesta y caricaturizó a Kuczynski mostrándolo como una persona blanda
para encarar el problema de la seguridad ciudadana. Esto le sirvió para captar votos de una población de baja cultura política y de
cortina de humo para cubrir la alta peligrosidad de ella y de su padre.
Además, el mismo
Kuczynski ha contribuido a ello, por la omisión de una explicación magistral de
lo que significa su propuesta para desbaratar la demagógica propuesta de su
contrincante. No sintoniza con la
mayoría de la población.
Una cárcel a como la que propone la señora Fujimori no debe
existir. Ni siquiera para recluir a los
reos de alta peligrosidad como Vladimiro Montesinos y Alberto Fujimori.
Para comprender lo que es una prisión a más de 4,000 metros sobre el
nivel del mar y las violaciones de la normatividad legal, apreciemos el
siguiente artículo:
Challapalca, oprobio nacional
A Angela
Ramos (1896/1988),
Valiente periodista.
Hemos perdido la capacidad de indignación
José
Saramago,
Portugués,
premio Nobel de Literatura 1998
Clarín, Buenos Aires, 12 de abril del 2004
El
año 1997 el gobierno del ingeniero
Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesino, consecuentes
con su política de terrorismo de Estado, inauguraron el penal de Challapalca con la finalidad de
exterminar a los subversivos que capturaron vivos. Solamente una mentalidad
teratogénica concibe traer el infierno a Challapalca.
Hoy día,
Fujimori, el privilegiado delincuente, ha solicitado amnistía, salir de su
exclusiva suite; sin embargo, en
la balanza que ostenta la alegoría a la
Justicia, pesa su engendro: Challapalca.
Challapalca
es incompatible en un Estado de Derecho. Los derechos humanos son inherentes a
las personas; solamente son conculcados por un régimen autocrático y de
crueldad extrema. En tal sentido, Challapalca debe ser clausurado definitivamente.
Aunque con
la clausura de Challapalca todos salimos ganando; no es suficiente. Construir
más cárceles no previne el delito.
Estas se vuelven a hacinar. La prevención del delito empieza con la erradicación del desempleo y la vigencia
del principio: igualdad ante la ley.
De quien engendró Challapalca, diremos -parafraseando a
Hannah Arendt- que sin su gobierno
podríamos no haber conocido nunca la naturaleza verdaderamente radical del mal. (Página 27, “Los
orígenes del totalitarismo” Alianza editorial, Madrid
2006).
Condiciones climáticas
Challapalca, el establecimiento penitenciario de castigo, se encuentra ubicado sobre la Cordillera de los Andes, en
la provincia del Collao, distrito Capazo, departamento de Puno, a una altitud de 4,200 m. s. n. m. El
caserío más cercano es Callapuma a una hora y treinta minutos por vía
terrestre, constituido por un reducido número de viviendas precarias. La ciudad
de Puno esta a cinco horas de recorrido tortuoso en camioneta. Challapalca está
en medio de una zona inhóspita,
fuera de todo contexto socialmente capaz de auxiliar las demandas de la instalación
penitenciaria.
En la prisión, las condiciones
climatológicas son extremadamente
severas; la temperatura tiene un
promedio de 8ºó 9º C durante el día y,
en la noche, descendiendo a 18C bajo
cero. Un permanente viento helado
agudiza y empeora los efectos de la altura, situación que se agrava a partir del mes de junio, pues, comienza la época de helada cuando por la noche
la temperatura desciende hasta 25º C bajo cero.
La
única vegetación que crece es el ichu, pasto
natural que alimenta a las alpacas. Un reo fugitivo solo encontrará
pocos y dispersos pastores de puna de habla aimara.
¿Qué es Challapalca?
Si perder
la libertad ya es una forma de castigo; las condiciones carcelarias deplorables,
también lo son. Challapalca es un abominable establecimiento penitenciario, es
un depósito insalubre de inculpados y sentenciados; que a corto o mediano plazo
serán cadáveres. Por eso, la depresión
los atrapa, pero, no a todos; entonces, apuestan al motín o a la fuga con la
remota esperanza de sobrevivir. No es
exagerada esa afirmación. Puesto que la
agresión geográfica es muy grave para reos mal alimentados y provenientes de la
costa y la selva; el soroche o Mal de Monge como se le llama científicamente, se
torna crónico. Aunado a un severo régimen penitenciario (una visita al mes y
dos horas de salida al patio) y a un diseño arquitectónico no adecuado a las
condiciones climáticas del lugar.
El
difícil acceso al Penal limita el derecho a la visita de familiares, el derecho
a la defensa por abogados y el apoyo emocional de algún agente religioso. Los reos están en extremo aislamiento, a
merced del personal del Instituto Nacional Penitenciario (INPE).
El
personal del INPE destacado a Challapalca contra su voluntad y por sus condiciones
de vida, están frustrados y se desquitan
maltratando a los internos. Y hostilizando a las escazas visitas que tienen
dinero y se aventuran a viajar. Las protestas de los internos y las quejas y
denuncias de los familiares son frecuentes.
Si
oficialmente se inhabilitara Challapalca, aparte de los delincuentes
trasladados a otros penales, son beneficiados los mismos trabajadores del
Instituto Nacional Penitenciario. Dichos
trabajadores, aunque solo permanecían tres meses y con mayor remuneración que
en otro lugar, nadie quería ir a Challapalca. Ocurre que a veces se prorroga la permanencia
del servidor sin que éste pueda oponerse a tal medida. Tanto celadores como
presos están expuestos a factores de riesgo para contraer enfermedades físicas
y/o mentales.
Las condiciones de (in)habitabilidad del penal se
aprecian en el video realizado y narrado por los propios internos y entregado a
un canal de Tv para su difusión. ( http://www.larepublica.pe/16-09-2012/video-revela-extremas-condiciones-de-vida-en-penal-de-challapalca
). En el video indicado, se muestra el agua
contaminada y escaza y todas las condiciones físicas que afectan la salud de
los internos; derecho fundamental, protegido por el artículo 76° del Código de
Ejecución Penal, que contempla la obligación de la administración penitenciaria
para la prevención, promoción y
recuperación de la salud. De la misma manera, la ubicación geográfica y las dificultades de acceso al penal
restringía el derecho de visita, previsto y regulado en el artículo 38° del mismo cuerpo de normas, como elemento
resocializador y de apoyo material para satisfacer las necesidades de los
internos.
Challapalca pone en
evidencia la falsedad una política penitenciaria que busca la readaptación,
rehabilitación y reinserción del interno a la sociedad, así como promover
el binomio interno-familia. Además, la
existencia y funcionamiento del Penal de Challapalca, vulnera el principio de humanidad de la pena; puesto que no solo se les
priva de la libertad, sino se les quiere exterminar.
Ni en el virreinato ni en la época del caudillismo
militar republicano la crueldad humana llegó a tanto. La prisión de castigo estaba en la isla de
Taquile, en el lago Titicaca. Taquile
por su encanto paisajístico es uno de los actuales atractivos turísticos de
nuestro país.
El amotinamiento
El martes 13 de noviembre los
presos aprovecharon la oscuridad de la noche y la paralización preventiva de 48
horas del personal del INPE en demanda de mejores condiciones laborales para
urdir una treta; demandaban a gritos atención médica para un supuesto herido.
La treta les dio resultado. Primero retuvieron
a cinco agentes del Pabellón 1. Luego de golpearlos los amenazaron con
cortarles la yugular. Ante esta situación, nueve agentes del personal
de seguridad externo del pabellón se vio obligado a abrir los cerrojos y
candados y también fueron capturados. Finalmente, se apoderaron de 15 ametralladoras
modelo MGP, de uso penitenciario y de las municiones.
Los 154 internos tomaron el control de todo el penal. Entre las personas retenidas por los delincuentes se
estuvieron el director del penal de Challapalca, Jorge Fernández; el jefe de
seguridad, Moisés Mercado; y la asistenta social, Sonia Estrada.
Los amotinados calcinaron las instalaciones del penal con el fin de
reforzar su objetivo: el traslado y la
clausura del penal.
Los refuerzos policiales llegaron al día siguiente procedente de Tacna y
Puno. Cien policías y soldados del cuartel cercano acordonaron el perímetro del
Penal. Tuvieron que
convertirse en meros espectadores del motín, luego que los intimidaron
los delincuentes con una ráfaga de metralleta.
Puesto que así como es difícil escaparse de un amurallado penal, también
es difícil apoderarse de él desde el exterior; sobre todo, cuando los presos
están con metralletas y dispuestos a jugarse la vida. Además, los delincuentes tenían un botín: el
poder decidir la vida o la muerte de los
rehenes.
En esas condiciones de emergencia, una comisión integrada por representantes del Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo (Martha Llerena), Policía Nacional
y el INPE calcularon la relación costo
beneficio y negociaron antes que el conflicto se extendiera. Lograron un acuerdo y retomaron el control del penal.
El
día jueves a las 16.00 horas, los
internos decidieron entregar la totalidad de armas que tenían en su poder. Eso solo ocurrió cuando empezó
el traslado de los reos. En ese momento decidieron entregar las ametralladoras
MGP, escopetas, pistolas y municiones que sustrajeron de la armería del penal.
Jacinto Aucayari, alias “Cholo Jacinto",
especialista en secuestros, fue trasladado el jueves al penal
de La Capilla en Juliaca con el primer grupo de 38
delincuentes. Al día siguiente, fue el turno del ranqueado delincuente José
Torres Saavedra, alias "El Burro",
con un grupo de 41 internos.
Por la voluntad política de los sucesivos gobiernos, el
Estado ha pagado las consecuencias, pues, se ha deslegitimado al negociar con
delincuentes. Y las autoridades
gubernamentales no puede burlarse del acuerdo, tiene que respetarlo, pues, al
“Burro” y al “Cholo Jacinto lo respalda una organización criminal. En suma, El presente gobierno se ha
desprestigiado una vez más.
Los
delincuentes “Burro”, “el Cholo Jacinto” y sus secuaces han inhabilitado Challapalca. Es decir, por salvar sus vidas y
la de todos los reclusos, ejecutaron lo que los informes de la Defensoría del
Pueblo, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización
de Estados Americanos y organizaciones no gubernamentales de derechos humanos
recomendaban: inhabilitar o clausurar
Challapalca. Así mismo, ejecutaron la resolución del Tribunal
Constitucional. Por eso se amotinaron. ¡Díganme ustedes si no tenían
fundamento! La rebelión se
justificaba. Hasta en esos delincuentes
hay algo de humanidad.
¡Imagínense!
Los delincuentes han realizado lo que debieron hacer el Presidente de la
república, el Ministro de justicia o la labor fiscalizadora de los
parlamentarios.
Ahora
entendemos el origen del llamado “realismo mágico” del boom hispanoamericano en la literatura. Sin embargo, los literatos, en nuestro país,
no necesitan nada de magia; son, simplemente, hiperrealistas.
Si oficialmente se inhabilitara Challapalca, aparte
de los delincuentes trasladados a otros penales, serían protegidos los mismos
trabajadores del Instituto Nacional Penitenciario.
¿Quién es El
Burro?
José Luis Torres Saavedra fue uno de los capos de la banda "Los
Chiclayanos". Su apelativo, “El Burro”; se originó por su lealtad
a un compañero de oficio (“causa”) que cayó abatido por la policía en 1997 al realizar su primer asalto a una tienda. José Luis Torres se
apareció en el velorio y lo capturaron. A ese episodio se debe su apelativo; no
vaya a creerse que su apelativo, “Burro”, se
originó por ostentar un órgano sexual desmesurado.
"El Burro" El año 2006,
en el asalto a una distribuidora, asesinó a un policía. El 23 de abril de 2010 lo condenaron a 30 años de cárcel.
Fugó dos veces, una mientras era trasladado a Chiclayo y en otra del penal de
Challapalca.
“El Burro”
y “El Cholo Jacinto” son ídolos en la población penitenciaria compuesto por
gente pobre, pues, han robado a los ricos.
Son aclamados cuando ingresan al penal.
En cambio, los violadores de niños son detestados y los hostilizan hasta
cuándo van al baño.
“El Burro”
pertenece a la elite de los delincuentes; lo que se denomina “Taita”. No es un cualquiera. Se ha rebelado contra el oprobio de la existencia de Challapalca.
Su última aparición pública
fue en un programa periodístico al que le hizo llegar un video donde se quejaba
de las malas condiciones del penal de Challapalca y pedía que se le cambie de
prisión junto a todos sus compañeros.
¿Quién
es más burro?
Si bien, el control del penal retornó al INPE, la
reacción de la autoridad ante la opinión pública fue notable por su
insensatez. Tal es el caso de César San
Martín, presidente del Poder Judicial quien declaró: Sería una locura y un absurdo pensar
en cerrar un penal como Challapalca. Argumentó, el
déficit de cárceles en el país. Este argumento no es principista en la
defensa de los derechos humanos; es, simplemente, utilitario y arbitrario. ¿Qué afirmaría San Martín si pasara un día y
una noche en Challapalca, haciendo observación participante? Indudablemente,
recién exclamaría: ¡Qué se clausure!
En cambio “El Burro”
y sus secuaces se amotinaron no solo para que lo trasladen a él y a sus
secuaces; sino para que clausuren el
penal y trasladen a todos los
presos.
José Luis Pérez
Guadalupe, director
del INPE, ante el requerimiento de una periodista de la Tv para que opine del
video que muestra las condiciones carcelarias en Challapalca, se inhibe,
“argumentando” que no puede opinar porque el video ha sido obtenido
clandestinamente. ¿Qué quería? Que el
video saliera por conducto regulara y que fuese entregado en mesa de partes
para que le estampara el nihil obstat y
de ésta manera el video obtenga la
autorización oficial. Indudablemente, que arguye la clandestinidad porque es un
burócrata del Estado y fiel cumplidor de la política del gobierno. Si no fuera así, tendría que renunciar o “lo
renuncian”.
(Pido disculpas a todos los burros, especialmente a los
piuranos, por haber utilizado la acepción estereotipada de BURRO)
Epílogo
Finalmente, la existencia de Challapalca no es lo peor
de todo; sino la incapacidad de indignación de nosotros lo peruanos ante tal
engendro. La cárcel peruana es un
indicador de la barbarie en la que vivimos; lo que es corroborado, por un
postulado inscrito en el frontis del penal, tal como usted puede apreciarlo.
¡Oh, ironía!
Antonio Rengifo Balarezo.
Lima, 22 de noviembre del 2012
Fuentes de consultadas:
Video narrado por “El
Burro” y otros compañeros de prisión en Challapalca
INFORME DEFENSORIAL N° 73
INFORME SOBRE EL
ESTABLECIMIENTO PENITENCIARIO
DE RÉGIMEN CERRADO
ESPECIAL DE CHALLAPALCA*
Defensoría del pueblo.
Lima, 07 de marzo de 2003
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