14/09/2016
Seguramente
a muchos les habrá parecido bien el anuncio del Premier Fernando Zavala en su
exposición al Congreso señalando que el nuevo gobierno dará a las universidades
públicas, además de su presupuesto, 100 millones de soles, de acuerdo a los
resultados que estas demuestren. Escuchado así puede sonar como un interés de
este Ejecutivo por la Universidad. Sin embargo, la realidad es muy diferente.
En el año
2016 las 51 universidades públicas han tenido un presupuesto de aproximadamente
4,400 millones de soles. De ellos, 2,500 millones provenientes del Tesoro
Público y 1,900 millones de recursos propios. Se trata de un presupuesto magro
con el cual las universidades apenas funcionan y que se ha mantenido —salvo por
el aumento vegetativo del número de instituciones— más o menos igual en los
últimos años.
Frente a
esta situación decir que van a ponerse “a concurso” 100 millones, algo más del
2% del presupuesto universitario, de acuerdo a cómo se porten las
universidades, parece una broma de mal gusto. Por lo demás, no sabemos si estos
100 millones se van a concursar entre las 51 universidades autorizadas a
existir, las 47 en funcionamiento, las 31 institucionalizadas o las 12 que
señala la ley universitaria 30220 en el Programa de Mejoramiento de la Calidad
Educativa que ella propone. Pero, en cualquier caso, no es sino un acto
demagógico que no va a solucionar ningún problema sustantivo de la Universidad.
Esto no hace sino seguir la política de migajas que inauguró el Ministro de
Educación —¡ahora dependemos del Ministerio de Educación!— Jaime Saavedra en
mayo pasado cuando concursó, de igual forma, 90 millones de soles entre un
determinado número de universidades públicas.
Pero esta
política estrenada por Saavedra no es sino continuación de una política de
desprecio y despojo de la universidad pública que tiene su antecedente en el
programa Beca 18. Así como los comentados 100 millones es una política que
tiene “buen lejos”, pero que se muestra perversa apenas uno se acerca a los
detalles.
Beca 18 es
el programa estrella del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo
PRONABEC supuestamente diseñado para que jóvenes de escasos recursos accedan a
una educación superior de calidad. Es un programa del gobierno de Humala que
empezó el año 2012 y que el 2016 ha contado con un presupuesto de 927 millones
de soles.
¿Para qué un
programa de becas cuyo objetivo es el mismo de las universidades públicas cuya
característica es ser gratuitas y entre las que, además, se cuentan las de
mayor calidad en el país? ¿Para qué el absurdo de destinar un presupuesto que
llega al 21% del total del presupuesto de las universidades públicas y al 37%
de lo que da el Tesoro Público para una actividad paralela y externa a las
universidades, dirigida por el Poder Ejecutivo?
Cuando
analizamos los pormenores aparecen las respuestas. Este programa dedica más del
90% de su presupuesto a financiar estudiantes que van a universidades privadas,
la mayoría privadas con fines de lucro. Es decir, es un programa encubierto de
financiamiento estatal de la universidad privada, en especial de las privadas
empresa que poco tienen que hacer con la educación superior de calidad. Si
durante décadas se ha hablado de “privatización de la educación” como parte de
una retórica radical pero sin mostrar mayor evidencia, hoy tenemos un caso de
privatización de dineros públicos —casi mil millones de soles— que deberían
estar en manos de las universidades nacionales para cumplir sus fines.
Beca 18 no
es sino una arma más de quienes quieren terminar con la educación pública de
calidad. Asimismo, su existencia constituye un despojo a la universidad pública
de lo que ha debido ser el aumento sostenido de su presupuesto, en especial en
dos rubros: bienestar universitario e investigación. El primero, que hace
exactamente lo mismo que Beca 18: subvencionar a los estudiantes de menores
recursos, actividad en la que San Marcos, por ejemplo, tiene una experiencia
centenaria. El segundo, que toca a la actividad central de la universidad que
es producir conocimientos, en el que a pesar de la pobreza seguimos dando
sorpresas.
El
Presidente Kuczynski, como hijo de profesor sanmarquino, debería prestar
atención a estas graves contradicciones entre los programas de vitrina y la
realidad, atendiendo de una vez por todas con seriedad y no con migajas el
presupuesto universitario público, dejando de engordar el bolsillo de las
universidades privadas empresa.
http://www.alainet.org/es/articulo/180255
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