(05
de junio de 2016) (*)
Por
Miguel Aragón
El domingo 22 de mayo, el diario El Comercio,
principal vocero de la cúpula que dirige a la CONFIEP, publicó una larga
entrevista del periodista Fernando Vivas (FV) al escritor y político
reaccionario Mario Vargas Llosa (MVLL). La entrevista cubrió dos páginas
enteras, y fue resaltada con una fotografía que ocupó la mayor parte de la
portada de esa edición dominical.
La larga entrevista abarcó varios temas de la
actual situación continental, como son las complicadas situaciones que se
presentan en Venezuela, Argentina y Brasil; y la parte principal estuvo
dedicada a la evolución de la situación política en el país en los últimos años.
En esa fecha no podía faltar una pregunta obligatoria: sobre su posición
respecto a la contienda electoral presidencial del próximo 5 de junio.
En un momento poco oportuno de la entrevista,
Fernando Vivas le hizo una “pregunta incómoda”, no al escritor,
sino al político Vargas Llosa, quien siempre muy locuaz, en este caso,
respondió con una evasiva, para así no delatar uno de los secretos de la
presente contienda electoral.
Veamos la pregunta y la evasiva respuesta:
“FV: ¿PPK fue asesor económico de su plan de
gobierno en 1990?
MVLL: Es un hombre de ideas y bastante especial. Siendo
economista, tiene gran sensibilidad artística, toca instrumentos musicales.
Tiene una magnifica imagen en el extranjero que al Perú le servirá de mucho si
es presidente.”
Esa fue “toda” la ejemplar y evasiva respuesta del
laureado escritor.
A la pregunta “si PPK fue asesor económico de su
plan de gobierno en 1990”, Mario Vargas Llosa respondió, lo que todos ya
sabemos, que PPK también es flautista.
EL PLAN DE GOBIERNO DE 1990, PLAN QUE SEGUIRÁ
VIGENTE HASTA EL AÑO 2021
Al margen de la entrevista, nosotros nos
preguntamos, ¿A qué “plan de gobierno en 1990”, se refería Vivas?
Pues nada menos que, al plan de gobierno del FREDEMO.
(Para ilustrar a los más jóvenes, que no
conocen que fue el Frente Democrático –FREDEMO-, brevemente anotaré que
ese fue una coalición multipartidaria de la derecha, constituida principalmente
por el Movimiento Libertad formado por Mario Vargas Llosa, el Partido Acción
Popular, el Partido Popular Cristiano, y toda la derecha “no aprista” de ese
entonces).
¿Y quiénes fueron los asesores principales en los
lineamientos económicos de ese plan de gobierno?
Pues, entre otros, fueron PPK, Hernando
de Soto, Juan Hurtado Miller, y Carlos Boloña, este último
en ese entonces novel economista de la escuela neoliberal de los
llamados “Chicago Boys”, que en esos años eran muy propagandizados y
cotizados por su intervención determinante en el gobierno del
general Pinochet en Chile.
En ese plan de gobierno del FREDEMO, de 1990,
estuvieron contenidas las orientaciones fundamentales que han dirigido la
aplicación del plan económico neoliberal en el país durante los últimos
35 años, desde 1990 hasta el presente. Plan de gobierno, que es la Hoja de
Ruta matriz, utilizada y aplicada por los gobiernos de Alberto Fujimori
(1990-2000), PPK-Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y
MVLL-Ollanta Humala (2011-2016), y que ahora seguirá siendo aplicado en el
gobierno de PPK-KF que está por iniciarse (2016-2021).
Ese plan de gobierno del FREDEMO del año 1990
estuvo elaborado a la medida de MVLL, que en ese entonces era el
candidato presidencial de la derecha peruana, y fue redactado para que él
personalmente dirigiera su aplicación, y si era necesario, lo aplicara
a “sangre y fuego”, para amenguar la grave crisis económica y política en
que se encontraba el país en esos años.
FUJIMORI, UN PRESIDENTE IMPROVISADO, SUMISO
INSTRUMENTO DE LA CLASE DOMINANTE
Pero la mayoría del pueblo peruano le dio la espalda
al reputado escritor, y a falta de otra alternativa clara, en las elecciones de
junio de 1990 la mayoría optó por “el mal menor”.
Así, por mayoría de votos, se eligió a un
improvisado político, pero muy hábil ingeniero agrónomo, dedicado a la
enseñanza de matemáticas, llamado Alberto Fujimori. Su mayor mérito
anterior, era el haber llegado a ser Rector de la Universidad
Nacional Agraria - La Molina. A partir de su candidatura presidencial fue
más conocido como “el chino”, aunque él no era de ascendencia
china, sino japonesa.
En las elecciones de 1990, Fujimori no postuló a la
presidencia como primera opción. En ese momento, su máxima aspiración era
ser elegido “congresista”. Por eso, postuló con el número uno en la lista
congresal de su improvisado grupo político llamado Cambio 90. Pero
a falta de un candidato a la presidencia, que representara a toda la lista
congresal y que “jalara el coche”, él también se inscribió como candidato
a la presidencia, sin hacerse ninguna ilusión. En esas circunstancias,
obligado a improvisar un plan de gobierno, recurrió al apoyo de
unos pocos asesores, dirigidos por Santiago Roca, los cuales
en ese entonces coqueteaban con un sector de la izquierda más moderada,
plan que fue resumido en la pegajosa consigna “Honradez, Tecnología y
Trabajo”.
En la primera vuelta electoral de abril
de 1990 AFF fue elegido congresista, y también postulante a la segunda vuelta
electoral presidencial, superando al candidato aprista y a los dos candidatos
de la dividida “izquierda unida”. A continuación, entre abril y junio,
subido en un viejo y modesto tractor de chacra, continuó haciendo campaña
“pueblo por pueblo” al mejor estilo del arquitecto Belaunde de los años 60,
para lo cual contó con el apoyo económico de algunos dirigentes de las
pequeñas empresas (entre ellos Máximo San Román), y con el apoyo social de uno
de los grupos de religiosos evangélicos más amplios y activos de esos años, que
lo ayudaron a recorrer todo el país.
Mientras que, por el otro lado, los
candidatos “del mal mayor”, del FREDEMO, que postulaban a la presidencia al
escritor Mario Vargas Llosa, hacían un descomunal derroche de dinero,
desplegando una sofocante propaganda por los medios televisivos, que
contrastaba con la grave crisis económica que golpeaba diariamente al pueblo,
en medio de una hiperinflación galopante que parecía ser de duración infinita.
Fujimori, sin proponérselo, superó en la segunda
vuelta electoral de junio de 1990, al laureado escritor. Una
derrota, demasiado humillante, para “la vanidad de vanidades” hecha persona en
el frustrado aristócrata hispanista de apellido compuesto Mario Vargas Llosa.
Concluido el conteo de los votos, y conocido que el
hasta hace poco desconocido Fujimori era el nuevo presidente, en la
segunda semana de junio de 1990, ocurrió un primer hecho insólito.
Durante más de 30 días el presidente electo AFF, desapareció totalmente del
escenario público. Nadie daba razón de su real ubicación, se hicieron mil
especulaciones y conjeturas, incluso corrió la “bola” que “había viajado
de incognito al Japón”, para conseguir dinero y asesores prestados.
Tiempo después, se divulgó que el “chinito” elegido presidente, había sido
secuestrado por la cúpula del Ejército y retenido en el campus del
Círculo Militar, obedeciendo órdenes directas de la cúpula de la clase
dominante.
Durante algo más de 30 días, el presidente electo
recibió, o mejor dicho le impusieron, una revisión y aprendizaje
acelerado del plan de gobierno del FREDEMO. La disyuntiva fue muy clara: “¿O
renuncias, o tu nos dejas aplicar, durante “tu” gobierno, el
Plan de Gobierno del FREDEMO?”
Sin otra alternativa posible, Fujimori sumisa y
servilmente aceptó la imposición, abandonando a sus asesores previos, y a
su programa de gobierno original.
¿Y quiénes fueron sus instructores durante el
secuestro temporal?
Pues nada menos que “el flautista” PPK,
y Hernando de Soto, el segundo de los cuales adelantándose al
falsificador César Acuña, había presentado como suyo, el libro titulado
“El Otro Sendero”, libro best seller en su tiempo, que había sido
escrito por otros dos autores de su misma calaña. Juan Hurtado
Miller, que provenía de una de las alas del belaundismo, también fue parte
del equipo de instructores, quien ya se había preparado con
anticipación para ser el sacrificado ministro encargado de anunciar y
aplicar el shock económico que debía decretar el presidente frustrado
Mario Vargas Llosa. También formó parte de ese círculo selecto de instructores,
el que estaba destinado a ser el próximo recambio en el cargo de
ministro de economía, Carlitos Boloña, conocido en ese entonces como
“cara de bebe”.
Todos ellos, y otros más, se habían formado
juntos, y conformaban una facción neoliberal dentro del partido
belaundista, partido en el cual todavía predominaba la fracasada
tendencia populista derrotada humillantemente en las elecciones de 1985. Esa
ala neoliberal no tuvo el más mínimo escrúpulo, ni reparo alguno, para
aplicar el plan acordado, así sea bajo la cobertura de otro presidente.
En ese momento crucial en el cual se encontraba el país, no interesaba si el
presidente electo se llamaba “Mario Vargas” o “Alberto Fujimori”, lo importante
para los grupos de poder era aplicar el Plan de Gobierno del FREDEMO.
Para aplicar el shock, el sacrificado fue
Juan Hurtado Miller, él fue el elegido para “dar la cara” y recibir las cientos
de maldiciones e iras del pueblo. Después de él, Carlitos Boloña, sería
el encargado de aplicar e implementar el resto del programa neoliberal.
Ahí, en esa oportunidad, y en ese ambiente
castrense del Círculo Militar, en junio de 1990, hace 36 años, comenzó la
convivencia entre los PPK y los Fujimori, convivencia ahora llamada Gobierno
de Concertación Nacional, o Gobierno de Ancha Base.
No dispongo de la información precisa, pero es muy
posible que en ese mismo ambiente del Círculo Militar, y en ese mismo tiempo,
Fujimori también conoció, y tuvo que aceptar, la asesoría del oscuro capitán
Vladimiro Montesinos, como representante de la cúpula militar en el gobierno
que estaba por instalarse a partir del 28 de julio de 1990.
Las razones, de los que le impusieron ese “asesor”,
fue muy simples: Si el presidente Manuel Odría tuvo un asesor y jefe de
seguridad llamado Esparza Zañartu, el hombre más odiado durante el “ochenio
odriista” y que le servía de “pararrayos” para recibir las críticas y ataques a
su gobierno (revisar novela Conversación en la Catedral, escrita por Mario
Vargas Llosa, cuando todavía escribia más o menos bien) ; el nuevo presidente
AFF, también necesitaba alguien que se sacrificara como su protector
“pararrayos”. Ahí nació, con el padrinazgo de los instructores del FREDEMO y de
la cúpula del Ejército, la dupla “Fujimori-Montesinos”, burda
imitación de la dupla “Odría-Esparza Zañartu”.
El plan de gobierno aplicado durante el gobierno de
Fujimori, en lo fundamental fue diseñado por PPK y Hernando de Soto, por
encargo de la propia clase dominante. No fue “creación” de Fujimori, ni de su
entorno de modestos asesores propios utilizados inicialmente (Santiago Roca,
Oscar Ugarteche y otros).
PPK antes de ser un miembro muy destacado del
FREDEMO, ya tenía experiencia como funcionario público, y como funcionario de
la banca internacional. Venía de ser funcionario de alto nivel en el
primer gobierno de Fernando Belaunde (1963-1968), y posteriormente también fue
funcionario, con cargo de ministro en varias carteras, durante el segundo
gobierno de Fernando Belaunde (1980-1985), y por lo tanto encubridor de las
matanzas de campesinos, obreros e intelectuales, incluido periodistas,
perpetradas durante ese “respetable” gobierno democrático burgués.
Relación de matanzas que incluyó la matanza de periodistas en Uchuracay, crimen
de las fuerzas armadas, encubierto descaradamente por el laureado
“demócrata” Mario Vargas Llosa.
INICIOS DE LA APLICACIÓN DEL PLAN DE GOBIERNO DE
“LA DUPLA FREDEMO-FUJIMORI”
Para comenzar, el plan de gobierno del
FREDEMO, en primer lugar incluía la imposición del necesario e
inevitable shock económico. Bajo las condiciones de predominio de
las relaciones capitalistas de producción, no había otra alternativa para
desembalsar los precios artificialmente contenidos, y frenar de un solo golpe
la hiperinflación galopante totalmente desbordada durante el gobierno alanista
(1985-1990).
Quienes hasta ahora, siguen denunciando y
criticando la rudeza (“la crueldad” dicen) del “fuji-shock” de agosto de
1990, nunca se han atrevido a sugerir, o por lo menos insinuar, si es que había
otra alternativa, para contener la hiperinflación dentro del orden
capitalista imperante en el país.
En segundo lugar, el Plan de Gobierno del FREDEMO,
incluía el también necesario cambio de Constitución política, en
remplazo de la obsoleta constitución populista de 1979, que era de tardía
inspiración hayista-velasquista.
Sin cambiar la constitución, no se podían aplicar
las reformas de corte neoliberal ya programadas y acordadas en las Cartas
de Intención firmadas por los representantes del estado peruano con el BM
y el FMI. Y si era necesario dar golpe de estado, para superar las resistencias
al cambio, pues, ni modo, ¡Tenía que darse el golpe de estado!
Desde el punto de vista burgués, en ese momento no
había otra alternativa posible.
El autogolpe del 5 de abril no fue decisión
personal del presidente electo, sino que fue un mandato imperativo de la
clase dominante.
Y ocurre que, todavía no nos damos cuenta, que
todas las constituciones “democráticas” que se han dado en el país, han sido hijas
de algún golpe de estado. Así se promulgaron las
constituciones de 1920 (gobierno de Leguía); la de 1933 (gobierno de
Sánchez Cerro); la de 1979 (gobierno militar de Velasco –Morales Bermúdez); y
la de 1993 (gobierno de la dupla FREDEMO-Fujimori). Todas esas
constituciones “democráticas”, fueron precedidas por un golpe de estado
previo.
Y ahora podemos prever, que la próxima
constitución, también tendrá ese sello. O será hija del próximo golpe de
estado, o será hija de la revolución, que ya no será
propiamente un golpe de estado.
(Entre paréntesis, anotaré, que uno de los más
graves errores, o torpezas para ser más preciso, de los candidatos del pueblo
Verónika Mendoza y Gregorio Santos, ha sido proponer “nueva constitución”. Esto
es ¿ignorancia o ingenuidad?)
CONTINUACIÓN DE LA APLICACIÓN DEL PLAN DE GOBIERNO
DE LA DUPLA FREDEMO-FUJIMORI
Iniciado el gobierno de Fujimori, con minoría en el
parlamento de la raleada e inexperta bancada de Cambio 90, no se podían aplicar
plenamente las mediadas estipuladas en el Plan de Gobierno. La mayoría de
congresistas que eran de la bancada del FREDEMO y del entorno de amistades de
Mario Vargas Llosa, resultaron ser la principal traba para aplicar el plan de
gobierno del propio FREDEMO.
En esas condiciones, la única salida era aplicar
“la mano dura”. Y es que, el shock no era suficiente para impulsar la
aplicación de las reformas neoliberales. Al shock económico, debía sumarse el
shock político.
Al comenzar la política de privatizaciones de los
bienes públicos, medida estipulada en el Plan del FREDEMO, ocurrió otro
hecho insólito.
Las licitaciones para el remate de las
principales empresas públicas, habían sido preparadas para que las empresas
amigas de PPK y Boloña, cuyas matrices se encontraban en EEUU,
salieran como ganadoras en una competencia “limpia”, contra otras
empresas más débiles. Pero, los muy descuidados, no habían tomado en
cuenta, que el Rey Juan Carlos de España, en representación de la Unión
Europea, ya había iniciado la reconquista de América para los europeos,
para lo cual, la primera Cumbre Ibero Americana realizada en Guadalajara
el año 1991, había sido el punto de partida. Recordemos que en esas cumbres,
por el hecho de ser “iberoamericanas”, no tenían cabida los representantes de
Estados Unidos de Norteamérica, ni tampoco los representantes canadienses, por
ser ellos de ascendencia “inglesa” unos y “francesa” los otros. Las cumbres
ibero americanas eran para los gobiernos de las ex colonias españolas y
portuguesas.
Las grandes empresas monopolista de capital
europeo, españolas por fuera, pero posiblemente alemanas por dentro,
decidieron dar la pelea y entrar a la competencia en la política de
privatizaciones, no solamente en el Perú, sino en toda América del sur
(revisar revistas norteamericanas Newsweek y Times de esos años,
en las cuales denuncian la arremetida económica europea en los países
“latinos”)
Así fue, como los grandes consorcios de
fachada española, coparon la propiedad o la concesión, de
sectores claves de la economía, como las telecomunicaciones, la banca, la
producción y comercialización de energía eléctrica, la producción y
refinerías de petróleo, y otras ramas más.
Recuerdo, que la obsoleta Compañía Peruana de
Teléfonos hasta ese entonces de propiedad estatal, al licitarse le colocaron
como “precio base” la cantidad de escasamente 400 millones de dólares,
prácticamente un regalo a precio de ganga. A la licitación postularon 8
empresas, todas conocedoras del precio real. Así, siete de ellas,
ofrecieron pagar más del doble, o sea más de 800 millones de dólares, con lo
cual estaban seguras de ganar y recuperar muy pronto su inversión. Pero una de
las postulantes, la empresa Telefónica de España, ofreció cinco veces el precio
base, ofreció 2,000 millones de dólares.
Nunca antes en el país, se había
concertado una venta empresarial de esa enorme magnitud. Dos años después, la
Telefónica ya había recuperado con creces su inversión inicial, y a
partir de ese momento hasta el presente, todo es, y sigue siendo, utilidad
neta. Junto con la Telefónica, llegaron el Banco Santander, el Banco
Bilbao Viscaya, REPSOL, y otras decenas más de empresas europeas, que
entraron a competir en un mercado reservado durante más de ochenta años al
predominio casi absoluto de las empresas norteamericanas.
Un amplio sector de la clase dominante peruana no
tuvo el más mínimo escrúpulo en cambiar, de la dependencia a las inversiones y
negocios con los capitales norteamericanos, a la dependencia de las nuevas
inversiones y negocios con los capitales predominantemente europeos.
Durante la década de 1990 comenzó a desarrollarse
un proceso similar, pero de sentido inverso, al ocurrido a comienzos del
siglo XX, cuando los principales sectores de la clase dominante peruana
se mutaron de su anterior dependencia a la influencia inglesa, a la nueva
predominancia de los capitales de procedencia norteamericana. (Continuará)
(*) Avances de un comentario, incompleto, que
yo pensaba divulgar el mismo día 5 de junio, día de la elección
presidencial. Por falta de tiempo y calma, no lo he podido continuar y
culminar. Espero hacerlo más adelante.
Esta demás anotar, que yo no comparto las opiniones
de quienes aprecian una gran diferencia económica y política, entre los
grupos liderados por PPK y Fujimori, ambos sirven a la cúpula de la clase
dominante. Incluso, un parlamentario de tendencia moderada, como Manuel
Dammert, lo acaba de confirmar, al criticar el objetivo de las Facultades
Legislativas recién otorgadas por el Parlamento al Ejecutivo, con lo cual se ha
sellado la Concertación Nacional entre los seguidores de PPK, fujimoristas y
alanistas, tres grupos burgueses que están dispuestos a barrer
totalmente todos los derechos del pueblo. A continuación trascribo la
declaración de Dammert.
FACULTADES PARA KUCZYNSKI ENTREGAN MAYORES
BENEFICIOS A LOS GRANDES BANCOS
En el Pleno he señalado que en las Facultades
Legislativas que ha solicitado el Ejecutivo lo fundamental que buscan es seguir
con los beneficios a los grandes grupos financieros y bancarios, descartando a
la micro y pequeña empresa que seguirán endeudándose con grandes intereses.
El gobierno de Kuczynski está dando grandes
facilidades a los grupos financieros para que se instalen en el Perú nuevos
bancos que seguirán cobrando altísimos intereses a los ciudadanos, no generando
ingresos a través de la productividad, sino capturando los recursos del país y
de la gente.
En las Facultades el gobierno pretende crear un
Ministerio de la Descentralización, que en realidad es el Ministerio de la
Privatización, que es la fusión del MEF, de la Confiep y el sistema de
inversión pública, para ahogar a las regiones y municipios.
El gobierno está apostando a que el desarrollo del
país lo ponen los bancos y eso es completamente falso. El desarrollo el país lo
pone la gente, la industrialización, el trabajo digno con sueldos justos y
ampliando las capacidades de nuestras micro y pequeñas empresas.
El #FrenteAmplio invoca al
Congreso que estas situaciones sean rechazadas por la representación nacional,
así como rechazar la privatización del patrimonio arqueológico que está
incluida en estas facultades que pide el Ejecutivo.
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