19/10/2016
Ponencia para el Encuentro Internacional Europa –
América Latina, aliados estratégicos en la cooperación para el desarrollo -
CEXECI – LATN.
La crisis financiera
La crisis actual no es una crisis del comercio ni
de la producción de bienes o servicios. La crisis del sector financiero y su
causa es de naturaleza ideológica: la distorsión de las ideas del liberalismo
clásico. El liberalismo admitía la naturaleza egoísta del empresario como un
motor de movimiento económico, pero con normas que lo encausen. El célebre
«laissez faire, laissez passer» se refería sólo al movimiento de mercancías.
La eliminación de las restricciones a la emisión de
dinero inorgánico acordadas en Bretton Woods con el patrón oro (35$/onza) en
1971, lo que técnicamente fue un «default», unido a la gradual eliminación de
restricciones a la actividad bancaria en los centros financieros llevó a la
separación de la economía de mercado en dos mundos económicos. El mundo de la
economía real y el mundo de la economía especulativa.
La economía real es socialmente positiva, porque a
medida que crece reparte beneficios a todos los actores. Esa economía se basa
en la producción de bienes agrícolas, industriales y servicios. En el comercio
y en el ahorro.
La economía especulativa es socialmente negativa.
Sus actores suelen ser empresas apátridas, sin vínculos sociales. La base es
financiera, con la emisión de valores sin respaldo que se comercian entre las
plazas financieras, su principal actividad es la manipulación de futuros y su
único móvil es la ganancia a corto plazo, que no viene distribuida ni puede ser
absorbida en la economía real.
La economía real se mueve con el comercio nacional
e internacional de bienes y servicios. Su relación con la parte financiera la
señalan el teorema de Hecksher y Olin y la Paradoja de Leontiev. Su desarrollo
lo explican las teorías de Kondratieff, Schumpeter, Pérez y Freeman sobre las
innovaciones como motor de ciclos económicos. En la economía real hay una
revolución incesante marcada por crisis que causan el relevo de los
protagonistas históricos. Creo que vivimos uno de esos momentos.
En el año 2008 explotaron cuatro burbujas:
1. Burbuja de materias primas y
alimentos, cuya primera expresión fue la llamada « crisis de la
tortilla » en México. Aumentaron, súbitamente, de precio el maíz, el
petróleo y los cereales, sin que hubiese aumentado el consumo ni disminuido la
producción. Por los cereales se culpó la producción de agro-combustibles, sin
que esa hubiese aumentado. Los precios bajaron de pronto y nadie dio
explicaciones.
3. La burbuja inmobiliaria donde los
precios que venían subiendo estimulados por préstamos irresponsables
respaldados por hipotecas con un valor superior al de los bienes hipotecados (derivatives
y otros « productos » financieros.
4. La burbuja de las bolsas, donde
los valores suben y bajan sin que hayan mayores inversiones ni mayores
dividendos. Siguen los movimientos de cifras colosales que, por ser mucho
mayores que las de la economía real, solo pueden circular en ámbitos virtuales.
5. Burbujas en el cambio de las
divisas, donde las monedas suben y bajan sin que haya cambio en las cifras
macroeconómicas de los países. La campaña de prensa contra el euro sucede
cuando el dólar está en situación crítica. La deuda pública de España con
relación al PIB es del 68 %, mucho menor que la de Estados Unidos que
oficialmente ya superó su PIB (13 billones) y que garantiza valores emitidos en
dólares por cifras que superan los 160 billones (trillions). La balanza
de pagos española es equilibrada y ventajosa, cosa que no se puede decir de
Estados Unidos, sin embargo es España quien debe someterse a una política de
austeridad, es decir, de sacrificio. La deuda de Grecia es del 166 % de su
PIB y la de Japón es de 228 %, pero los intereses que se cobran a Grecia
son más caros, porque así lo decretaron las evaluadoras de riesgo.
Esas burbujas que hicieron crisis señalan que
estamos ante uno de esos momentos de cambio en protagonistas. Está claro que
hay dos mundos económicos divergentes. Un mundo que rescata a sus
banqueros con cifras siderales a cargo del contribuyente. Otro mundo que ya
sufrió esa práctica y que ahora utiliza el dinero público para estimular su
crecimiento.
El primero se caracteriza por: a)
la falta de control en sus servicios financieros, b) deuda pública superior al
PIB, c) bajo crecimiento y creciente desempleo, d) reservas decrecientes o
nulas, e) exportación de capitales y de empleo, f) gran importancia de los
servicios en el PIB, g) excelente tecnología e infraestructura, h) agricultura
subsidiada, i) erosión demográfica, g) salarios altos y vida cara.
El segundo se caracteriza por: a) control racional
de servicios financieros, b) deuda pública muy inferior al PIB, c) expansión
económica, d) reservas crecientes, e) importación de empleo calificado y de
capitales, f) mayor participación del sector industrial en el PIB, g) Nivel de
tecnología e infraestructura muy desigual, h) agricultura no subsidiada, i) ventaja
demográfica, g) salarios bajos y desiguales.
Es preferible que el cambio de equilibrio entre los
protagonistas se haga de manera gradual y por la vía pacífica, porque ya hemos
vivido dos grandes guerras mundiales y algunas regionales, estimuladas por ese
tipo de rivalidad.
El comercio
El impacto de la crisis financiera en el comercio
ha sido desigual; afectó más a unos que a otros y afectó más a los bienes que a
los servicios. Tampoco hubo un reflejo inmediato; la crisis tuvo su momento más
agudo en el 2008 y el comercio se vio afectado sobre todo en 2009. La
recuperación ha sido de una velocidad desigual. La hipótesis más evidente es
que la crisis financiera afectó el poder adquisitivo de los consumidores en los
países directamente expuestos.
Las diferencias en la disminución
del comercio son marcadas cuando analizamos el desarrollo del comercio país por
país. Una primera mirada sugiere que el comercio se vio afectado primero y de
manera más radical en aquellos países donde el consumidor estaba más endeudado
y donde las redes de estabilidad social son endebles, como en Estados Unidos.
Su comercio total cayó de 3.319 millardos (billions) a 2.615 ; un
23 %. La ventaja para Estados Unidos es que su déficit comercial bajó de
-816.199 a -503.582, un 38 %.
La disminución del crédito
disminuyó la capacidad de compra de los consumidores del principal mercado
importador del mundo. Aún así, el modo en que eso afectó a sus socios
comerciales no fue para nada homogéneo. Las exportaciones de los países petroleros
no mostraron cambio. Las exportaciones de bienes intensivos en capital, que son
productos caros, se vio mucho más afectada que la de bienes intensivos en mano
de obra, que son más baratos.
Por eso las exportaciones de
Europa (-16%) -grande exportadora de maquinaria sofisticada- se vieron más
afectadas que las de China (-12%) y mucho más que las de los exportadores de
bienes primarios. Un detalle interesante, es que el movimiento de joyas y
productos de gran lujo aumentó; un indicio de que el grupo pudiente, apodado el
1 %, no fue visiblemente perjudicado.
Hay que admitir el principio
mercantilista de que un país sufre más cuando en su comercio bajan las
exportaciones que cuando es a la inversa. También que el efecto de una
alteración en el flujo del comercio afecta de manera diferente según el signo
de la balanza comercial, la balanza de pagos o las reservas.
Las cifras del comercio de
Estados Unidos con Iberoamérica muestran que la crisis no perjudicó el comercio
de modo uniforme. Tampoco el efecto posterior fue el mismo, pero ese análisis
escapa el horizonte del presente trabajo. Al abordar el efecto de la
crisis financiera, originada en Wall Street, sobre el comercio de Estados
Unidos con Iberoamérica, analizamos primero el de los países que comercian bajo
las normas de un TLC.
El comercio con su principal
socio, México, comenzó a desacelerase desde 2008 y en 2009 cayó en un
-18 %. El comercio total con CAFTA, donde las exportaciones
norteamericanas crecían, cayó abruptamente en 2009 : de 44.746 millones a
38.7786, un -13 %. Con Chile, las importaciones ya habían caído de 8.999
en 2007 a 8.198 millones (8%) en 2008 y luego se zambulleron a 5.949 en 2009,
un desplome del -27 %. Las importaciones chilenas habían subido de 8.148 a
11.857 en 2008, pero cayeron a 9.346 en 2009 (-21%) pero la balanza comercial
negativa de Chile varió mucho menos: de 3.662 a 3.396 (-7%). Perú fue también
afectado. Sus exportaciones, que venían subiendo mucho, cayeron de 5.813 en
2008 a 4.223 en 2009 (27%) y las importaciones bajaron de 6.183 a 4.919 en 2009
(- 20 %).
Colombia firmó su TLC con Estados
Unidos y modificó su legislación para poderlo implementar, pero el acuerdo no
fue ratificado por Estados Unidos durante 6 años, y solo entró en vigencia en
mayo de 2012. En todo caso, visto que se vienen aplicando las normas por el
lado colombiano y que a Colombia se le aplicaban las normas de la CBI, no
parece que esa formalidad jurídica cambie mucho en el comercio entre los dos
países. Las exportaciones colombianas habían subido mucho: de 9,433.6 en 2007 a
13,093.2 en 2008, de modo que en 2009, cuando fueron golpeadas por la crisis,
bajaron a 11,323 (13%), pero quedaban muy encima del nivel anterior. En esto
tiene mucho que ver que el petróleo sea el principal producto de exportación
colombiano.
Fuera de la red de los TLC figura
eminente Mercosur, que es el segundo socio comercial iberoamericano de Estados
Unidos. La crisis financiera tuvo en ese comercio dos rasgos sobresalientes.
1º) En 2009 duplicó el déficit comercial de Mercosur con Estados Unidos, que de
4.199 millones en 2008, pasó a 9.510. Más relevante aún es que en 2010 se
duplicó de nuevo con 17.547 y siguió subiendo hasta 19.452 en 2011. Esto es
signo de un cambio estructural en la relación comercial. 2º) El principal socio
de Mercosur, y marcadamente de Brasil, pasó a ser China. Esto pudiera explicar
en parte lo señalado en el primer punto.
El Paraguay mantiene una balanza
comercial muy desfavorable con Estados Unidos. Sus exportaciones a Estados
Unidos son poco significativas cuando se les compara con las importaciones. En
el 2007, por ejemplo, fueron apenas el 5,6 %. Su mejor año ha sido 2011,
en que exportaron 110 millones, pero que fueron de nuevo el 5,6 % de sus
1975 millones de importaciones.
Las exportaciones de Uruguay a
Estados Unidos venían bajando desde el 2006, cuando de 512 millones
descendieron a 492 en 2007 para desplomarse a 244 (50%) en 2008, el año mismo
de la crisis. Por eso puede decirse que mejoraron tendencia durante 2009, el
año en que más afectó la crisis al comercio, cuando bajaron a 239 (-2%), una
tendencia que siguió durante el 2010. Sólo en 2011 remontaron a 292, que es
apenas un 57 % de lo que exportaron en 2007.
Las exportaciones de Argentina a
Estados Unidos llegaron a su cima en 2008, en pleno descalabro financiero, con
5.822 millones. En 2009 bajaron a 3.890 (33%) y continuaron bajando hasta 3.803
en 2010 (2%). Solo en 2011 recuperaron los niveles del 2007. Aún deberían
crecer 1.320 millones (27%) para llegar al nivel del 2008.
Brasil es el país de Mercosur que
más exporta a Estados Unidos. Algo como 6 veces la suma de las exportaciones de
sus socios. En América del Sur es el principal socio comercial de Estados
Unidos. Sus exportaciones a Estados Unidos apenas han aumentado en 5 años en
5.369 millones, de 26.367 millones en 2006 a 31.736 en 2011. Si consideramos la
devaluación del dólar en ese lapso obtenemos un valor negativo. Es importante
notar que el flujo del comercio brasileño se ha desviado hacía Mercosur,
Iberoamérica y en sus cifras más importantes hacia los BRICS, notablemente
China e India.
Los BRICS como nuevos actores
El término BRICS, inventado como
por caso por un funcionario de Goldman Sachs, es un nombre que agrupa a las
economías emergentes de mayor peso. Aunque las dimensiones económicas y su peso
en el comercio son desiguales, entre ellos tienen en común ser economías que
aún representan el mundo en desarrollo, del cual emergen como nuevos actores.
Otro elemento en común su relativa independencia y su competencia
con los actores tradicionales y que a pesar de las disparidades de escala son
las economías de más peso en sus regiones respectivas.
China es ya la segunda economía
del mundo y si se midiese el PIB de manera más orgánica, bien pudiese ser la
primera. Por ahora es sin duda la de mayores reservas entre las grandes
economías. Sus detractores pintan a China como una máquina de sólo
exportaciones que quita empleos, pero en realidad su comercio es bastante
equilibrado. Al punto de haber sustituido a los Estados Unidos desde que
impactó la crisis financiera como la economía cuyo crecimiento arrastra la
economía mundial.
La percepción de China como
maquina exportadora viene desde la perspectiva de Estados Unidos, porque tiene
poco que exportar a China. Los países en desarrollo que son proveedores de
materia prima hace tiempo que tienen crecientes saldos positivos o equilibrados
en su comercio con China. La Unión Europea es su principal proveedor de bienes
industriales de alta tecnología.
El comercio de la Unión Europea
con China crece a un alto ritmo. Las exportaciones Europeas a China pasaron de
156 millardos de euros en 2009 a 255 en 2011. Un crecimiento de 99 millardos en
dos años, que significa un aumento del 63 %, algo verdaderamente
dramático. Es cierto que la balanza comercial sigue siendo desfavorable, pero
mientras las importaciones chinas de Europa aumentan, la balanza permanece casi
estática. Entre 2009 y 2011 paso de 206 millardos a 235, un aumento del
14 %, mientras que el comercio total aumentó de 518 millardos en 2009 a
744 millardos en 2011, un aumento del 44 %.
Otro fenómeno interesante que
estimuló la crisis financiera y que apunta hacia un futuro distinto en el flujo
del comercio es el incremento del intercambio comercial entre los países del
grupo BRICS. Es un hecho que comenzó impulsado por el desplome de los mercados
tradicionales y que ahora es una política deliberada, que evita el dólar y
acepta otros instrumentos de pago, como compras hechas en las monedas
nacionales del grupo.
China, la economía más grande del
grupo es también su garantía de crecimiento y su motor más potente. Durante los
años de la crisis el comercio entre el grupo y sobre todo con China creció con
cifras espectaculares. En gran parte porque una característica común del grupo
es el alto crecimiento de sus economías. Entre, 2008, el año de la crisis, y el
2011, el comercio de China con sus socios BRIC no cesó nunca de crecer. Con
India creció un 43 %; con Rusia un 39 %; con Brasil un 73 % y
con África del Sur un 154 %.
La crisis y el comercio de
servicios
Los servicios son un sector
difícil de medir y sobre el que es difícil encontrar estadísticas directas. En
los países iberoamericanos, las cuentas nacionales casi siempre presentan
cifras agrupadas que al preguntar en los bancos centrales o las entidades que
las emiten, no es frecuente que las sepan desagregar. En los países europeos
las fuentes directas son asociaciones de actividades específicas, pero lograr
por ese método una cobertura total es altamente improbable. Las fuentes usadas
son por lo tanto las cifras de la OCDE, la UNCTAD y la OMC, cuyo divulgador es
el Centro de Comercio Internacional de Ginebra.
El impacto de la crisis en el
comercio de bienes causó oscilaciones más dramáticas que en el comercio de
servicios, pero la recuperación fue más rápida. El comercio de servicios venía
creciendo de manera sostenida hasta 2008, el año de la crisis financiera. Igual
que con los bienes, el impacto se sintió el año siguiente. El comercio mundial
de servicios llegó a 5.758 millardos en 2008 y bajó a 3.541 en 2009, una caída
del 38 %. El impacto ha sido duradero, porque aún en el 2011, con 4.096
millardos estaban lejos de recuperar sus niveles. Un motivo evidente de ese
rezago es que el carácter intangible de los servicios hizo que muchas de esas
cifras crecientes hasta 2009, fueran un reflejo de la burbuja que impulsaba la
especulación en el sector de los servicios financieros.
Los cuatro principales actores en
la exportación de servicios son hoy día los Estados Unidos, el Reino Unido,
Alemania y China. La crisis no los afectó en la misma medida. En Estados Unidos
el impacto fue coyuntural y limitado al año 2009, donde sus cifras muestran un
descenso de 32 millardos, un 6 %. El país más afectado fue el Reino Unido,
otro actor de primer rango en la crisis financiera. Sus cifra de servicios cayó
en 55 millardos, un 10 %. En Alemania la caída fue de 31 millardos, un
11 %, pero la recuperación ha sido algo más sostenida, sin duda por el
mayor vigor de la economía alemana. China fue también afectada con un descenso
de 17 millardos, que por ser sus cifras menores que la de los otros
protagonistas, fueron un 11 % de su anterior cifra de negocios; sin
embargo al año siguiente los recuperó con creces, subiendo de 130 millardos a
171, un ascenso del 32 %. Al año siguiente sube 183 millardos, un
7 %.
En la importación de servicios
los actores son los mismos y las cifras andan por los mismos rangos, pero hay
que destacar que China ya desplazó al Reino Unido en el tercer lugar. Entre el
2009 y el 2011 la importación de servicios de China pasó de 159 millardos a
238, un crecimiento de 79 millardos, un 50 %.
El principal rubro en el comercio
de servicios son los viajes, un hecho coherente con un mundo globalizado. Como
en la mayoría de los casos la crisis financiera influyó en el comportamiento
del comercio en el año 2009, cuando cayó un 9 %. En el 2011 ya había
superado el nivel del 2008 en dólares, pero no en euros.
España figura en segundo lugar en
las cifras sobre exportaciones de servicios de viaje, con 60 millardos, un
5,3 %. Sus exportaciones van principalmente a Europa donde
tuvieron una caída de la cual aún no parece recuperada. En cambio las
exportaciones hacía América no fueron afectadas y han seguido creciendo durante
la crisis sin alteraciones. De 3,7 millardos en 2007 pasaron a 5 en 2011, un
aumento del 35 %. Esto es un indicio de las posibilidades de la cooperación
entre España e Iberoamérica.
El segundo rubro en importancia
es el de transporte y su comercio bajó de un 23 % durante el 2009 y en las
cifras del 2011 aún no se había recuperado. En transporte, España es más
discreta (2%) y su comercio es principalmente con África.
Los siguientes rubros con mayores
cifras en el comercio de servicios son Otros Servicios empresariales, Servicios
Financieros, Regalías y Derechos de Licencia, Servicios de Informática e
Información. En todos, la crisis tuvo algún impacto y en servicios financieros
aún no se han recuperado los niveles del 2007, lo cual es una buena noticia. En
ninguno de esos comercios España tiene una participación de alto relieve.
El otro rubro que sigue en
importancia es Servicios de Construcción y allí de nuevo se destaca España, con
un 5,5 %. Esos servicios tampoco han recuperado a nivel mundial los
niveles del 2007, pero en España las cifras del 2010 y el 2011 ya las
superaron.
Conclusión
El comercio mundial no tiene
problemas propios. El problema viene de un mundo paralelo de finanzas que fluye
en un circuito desligado del mundo real de la producción y el comercio. Son
actividades especulativas que interfieren con la economía real y la
distorsionan.
El mundo de las finanzas tiene
cifras inventadas que no pueden hacerse realidad porque son varias veces
superiores a la economía real.
La fantasía monetaria, que sin
algún respaldo continúa circulando en las bolsas, deben seguir su destino y
desaparecer. Eso provocará la quiebra de muchas entidades financieras, pero es
el destino que la economía de mercado ha dictado para las empresas
ineficientes. Los rescates solo prolongan su agonía.
La economía real no está enferma
de enfermedades económicas. Está enferma de la captura de la clase política
por el sector financiero especulativo. Europa tiene más que nunca la capacidad
técnica para mantener su nivel competitivo y una población que garantiza su
consumo.
La economía europea se diferencia
marcadamente de la de Estados Unidos que tiene un saldo comercial crónicamente
deficitario. El problema comenzó en 1971, cuando Estados Unidos renegó sus
deudas, hizo « default », y desde entonces paga con moneda sin
fondos. La crisis que estamos viviendo es una consecuencia cumulativa de ese fenómeno
parasitario.
La debilidad de Europa fue que.
con el pretexto de homogenizar la legislación financiera europea, se importaron
las normas inglesas y norteamericanas, que dejan plena libertad a la codicia.
Lo que demuestra que la crisis la han sufrido menos los países que mejor
controlan sus bancos. El remedio es político.
- Umberto Mazzei es doctor en
Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Es Director del Instituto de
Relaciones Económicas Internacionales Sismondi, en Ginebra. www.ireisismondi.org;
www.ventanaglobal.info
http://www.alainet.org/es/articulo/181078
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