Dr. Hugo SALINAS
La cuestión central de este artículo es determinar
si es suficiente la abolición de la propiedad privada de los medios de
producción[i] para lograr la
emancipación del proletariado, tal como lo propusieron Marx y Engels.
“La Liga de los Comunistas […] encargó [a Marx y
Engels] que redactaran un programa detallado del partido, a la vez teórico y
práctico, destinado a la publicación. Tal es el origen de este Manifiesto”,
nos dicen sus autores. (p. 3)[ii]
Es así cómo, Karl Marx a los 29 años y Federico
Engels a los 27, escriben una de las más célebres proposiciones. A esa corta
edad logran sintetizar la práctica y la teoría de un mundo en evolución, para
luego proponer a inmensos sectores de la población agobiados por la pobreza y
el desempleo, una teoría y práctica alternativa.
En el Prefacio de la edición alemana de 1872[iii], pocos años antes de la muerte
de Marx, manifiestan lo siguiente: “aunque las condiciones hayan cambiado mucho
en los últimos veinticinco años, los principios generales expuestos en este Manifiesto
siguen siendo hoy, en grandes rasgos, enteramente acertados.” (p. 3).
A.
Sobre la propiedad privada de los medios de producción
¿Es suficiente la propiedad privada de los medios
de producción para la sumisión y explotación del proletariado?, es el tema
central de nuestra discusión.
a. La propuesta del
Manifiesto Comunista: abolición de la propiedad privada de los medios de
producción
Marx y Engels diferencian la propiedad
personal de la propiedad privada: “se nos ha reprochado a los comunistas el
querer abolir la propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio
[…]. ¿Os referís acaso a la propiedad del pequeño burgués, del pequeño
labrador, esa forma de propiedad que ha precedido a la propiedad burguesa? No
tenemos que abolirla: el progreso de la industria la ha abolido y la está
aboliendo a diario.” (p. 25).
Luego puntualizan que “todas las relaciones de
propiedad han sufrido constantes cambios históricos, continuas transformaciones
históricas. La Revolución francesa, por ejemplo, abolió la propiedad feudal en
provecho de la propiedad burguesa.” (p. 24-25). Es decir que “los medios de
producción y de cambio, sobre cuya base se ha formado la burguesía, fueron
creados en la sociedad feudal.” (p. 14). [Cuando] “las relaciones feudales de
propiedad, cesaron de corresponder a las fuerzas productivas ya desarrolladas
[…] se estableció […] la dominación económica y política de la clase burguesa.”
(p. 14).
Luego, Marx y Engels concluyen de la manera
siguiente: “el rasgo definitivo del comunismo no es la abolición de la
propiedad en general, sino la abolición de la propiedad burguesa.” (p. 25). “En
este sentido, los comunistas pueden resumir su teoría en esta fórmula única:
abolición de la propiedad privada.” (p. 25).
b. ¿Qué hay detrás
de la propiedad privada de los medios de producción?
Pero hay algo que no ha quedado claramente
explicitado. Y esto lo sentimos cuando Marx y Engels escriben lo siguiente: “la
moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la
sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente
ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas
formas de lucha por otras nuevas.” (p. 8). ¿Por qué, entonces, estos cambios de
propiedad de los medios de producción no logran abolir “las contradicciones de
clase”?
Es decir, ¿por qué el pasaje de la propiedad
privada de tipo feudal a otra de tipo burgués, no toca en lo más mínimo a “las
contradicciones de clase”? Es simplemente porque estos dos tipos de propiedad
guardan un común denominador en las contradicciones de clase, que no ha sido
tocado en lo absoluto.
¿Cuál es ese común denominador que no ha sido
tocado? Es la apropiación de la totalidad del Resultado Neto[iv] de la actividad económica. Tanto
los señores feudales como los burgueses se apropian del 100% del Resultado
Neto. De ahí que, como lo dicen Marx y Engels, no han sido abolidas “las
contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las
viejas condiciones de opresión.”
c. Una cosa
es producir y otra, muy diferente, repartir[v]
La apropiación del 100% del Resultado Neto del acto
económico es lo que podemos llamar la Repartición Individualista de resultado
de la actividad económica. Este tipo de repartición se encuentra al lado
opuesto de la Repartición Igualitaria del resultado de la actividad económica.
Un reparto del Resultado Neto entre todos los miembros del grupo social, y en
condiciones de igualdad. Este tipo de repartición existió antes de la propiedad
del amo o del señor feudal; es decir, antes de la propiedad privada.
Hace unos diez mil años aproximadamente que se crea
una nueva forma de trabajar y de producir riquezas en base a la tierra
cultivable. Se trata de la agricultura primitiva, en completa superioridad a
las formas tradicionales de recolección, pesca y caza. Pero, al mismo tiempo, la
tierra cultivable, por sus propias características, hace posible, por primera
vez en la historia de la Humanidad, la aparición de la propiedad privada de los
medios de producción y, por consiguiente, la Repartición Individualista. Este
tipo de repartición sustituye a la Repartición Igualitaria existente hasta
entonces.
Desde entonces queda claramente explicitado que,
primero, existen dos tipos de repartición del Resultado Neto de la actividad
económica; segundo, una cosa es producir y otra, muy diferente, repartir el
Resultado Neto.
Es la Repartición Individualista del Resultado
Neto, de la actividad económica, que no fue tocado en lo más mínimo durante el
pasaje de la propiedad feudal a la propiedad burguesa. Y es esto lo que no
lograron visualizar Marx y Engels cuando se refirieron a que, a pesar de un
cambio en las formas de propiedad no se abolieron “las contradicciones de
clase”.
Este momento histórico sirve igualmente para
explicitar que la actividad socio-económica está compuesta de dos elementos:
uno, la forma de producir, de trabajar; es decir, el proceso de trabajo
que se encuentra en la base de la actividad económica con el cual se crean los
bienes y servicios. Otro, es la forma de repartir el Resultado Neto de la
actividad socio-económica. Es la decisión socio-económica, la misma que
puede tomar la forma de Repartición Igualitaria o de Repartición
Individualista.
Por otro lado, tanto el proceso de trabajo como el
tipo de repartición, los dos elementos de todo acto económico, cuentan con sus
propias características y, sin embargo, en el momento del acto económico son, a
simple vista, indiferenciables. Y lo que es peor, solamente se deja apreciar la
parte física del acto económico: el proceso de trabajo. Esto se debe a que el
proceso de trabajo es esencialmente material, visible, mientras que el tipo de
repartición es producto de una decisión, motivo por el cual es esencialmente
inmaterial, invisible.
De donde, cuando apreciamos, por un lado, los
bienes y servicios con los que cuenta una sociedad y, por otro, el fenómeno
pobreza / riqueza, nos dan la impresión de no tener casi ninguna relación. Y,
no obstante, son las manifestaciones de cada uno de los dos elementos de una
actividad socio-económica concreta.
d. El origen de la
pobreza
En el caso de los señores feudales, la propiedad
privada de la tierra cultivable es un mecanismo imparable para apropiarse no
solamente del Resultado Neto de la actividad económica, sino de la totalidad de
la producción, de los recursos naturales e incluso del ser humano mismo. Los
trabajadores (esclavos, siervos, pongos y sus familias) al no contar con un
pedazo de tierra cultivable se encuentran inevitablemente bajo el dominio del
propietario de las tierras cultivables. Este el origen de la pobreza.
Y el círculo de dominación y explotación no tiene
escape porque se trata de una economía de autoconsumo. En ella, la parte
significativa de la actividad económica gira alrededor de los bienes
alimenticios que requieren de la tierra cultivable para su producción. Sin
tierra cultivable no hay prácticamente actividad económica. Todos estarían
destinados a morir. Esta es la fuerza de este mecanismo de extorsión.
En cambio, el señor burgués no vive en una economía
de autoconsumo. Es hijo de una economía de intercambios en términos de precios
expresados en unidades monetarias. En este tipo de economía, la unidad celular
de producción es la fábrica. En ella, el patrón no puede apropiarse el valor de
la totalidad de la producción. Está obligado a pagar un salario a sus
trabajadores si quiere que la fábrica funcione. El patrón desearía no pagar los
salarios pero los obreros tienen que alimentarse para poder trabajar al día
siguiente. Tiene que pagar igualmente los otros insumos si quiere que los otros
empresarios le aprovisionen.
De esta forma, disminuido los costos de producción,
le resta el Resultado Neto; es decir, las utilidades de la empresa. Es
así cómo, el burgués se apropia totalmente el 100% del Resultado Neto de la
actividad económica.
e. El origen
del desempleo
Bajo la hegemonía de la Repartición Individualista,
la pobreza se ve agravada por el desempleo cuando se pasa de la propiedad
feudal a la propiedad burguesa.
Los burgueses viven en una economía de intercambios
en donde sus empresas son autónomas unas de las otras. Cada patrón decide muy
libremente al interior de su propia empresa. Así, aprovechando del estado de
pobreza de la mayoría de los trabajadores y sus familias, el salario que paga a
sus obreros es el mínimo indispensable para sobrevivir. Esto marca la
continuidad de la pobreza en el mundo burgués.
Por otro lado, su decisión de contratar un nuevo
trabajador tiene una relación estricta con sus planes de producción y las
condiciones de eficiencia y rentabilidad de su empresa. No tiene nada que ver
con la masa de trabajadores disponibles de la sociedad. Es decir, no existe
ninguna relación de correspondencia entre el volumen de contratos de empleo de
los empresarios y el nivel de la población económicamente activa de la
sociedad. De esta forma, las condiciones para la aparición del desempleo están
creadas.
Y el desempleo se agrava cada vez que se efectúan
innovaciones tecnológicas, en donde una máquina, o un robot, remplazan a varios
trabajadores. Por un lado la acumulación de capital se intensifica y, por el
otro, el volumen de desempleo se agrava. Este clima de desempleo no era posible
en una economía basada en la agricultura primitiva en donde, al contrario, era
altamente demandante de mano de obra. Esto no es más posible en una agricultura
moderna, en donde una segadora mecánica, por ejemplo, remplaza a varios
trabajadores agrícolas.
Entonces, mientras nuestra economía se desarrolle
esencialmente en base a intercambios con precios y unidades monetarias, y no se
elimine la posición hegemónica de la Repartición Individualista, no se podrá
eliminar ni la pobreza ni el desempleo.
Pero, actualmente, ¿la propiedad privada de los
medios de producción sigue siendo el único mecanismo para la apropiación del
Resultado Neto de la actividad económica? No. Las características de una
economía de intercambios basada en una forma de trabajo denominada proceso
artificial de producción,[vi] y de
la Repartición Individualista, han dado nacimiento a otro mecanismo mucho más
potente, flexible, inodoro, e incoloro llamado Configuración Mundial.[vii]
B.
La Configuración Mundial, mecanismo moderno de apropiación del Resultado
Neto
En las economías de agricultura primitiva, en donde
se impuso la Repartición Individualista, el esclavista o el señor feudal
efectúan una apropiación directa de la totalidad del resultado de la actividad
económica. Ellos son amos y señores del condado o de la región de su propiedad.
Y tienen, por tanto, en el caso de los amos, la potestad de otorgar, según su
voluntad, una retribución en especies a sus esclavos o personal de servicio.
En el caso de los señores feudales, ellos juegan
libremente con la fracción de tierra cultivable que es entregada en posesión a
sus siervos para su producción y el mantenimiento de sus familias.
Esta práctica se va transformando a medida que
avanzan las conquistas territoriales y que una economía de intercambios en
precios expresados en unidades monetarias se va imponiendo. La Repartición
Individualista ya no se efectúa directamente. Ella se va amoldando a las
características de la nueva forma de trabajar, el proceso artificial de
producción. De una apropiación física, visible, local, se va pasando hacia
una apropiación invisible, en términos de valor, expresada en las
utilidades de las empresas.
Y ya no solamente a nivel local, sino nacional,
regional, mundial. Estamos hablando de un nuevo mecanismo de extorsión
flexible, inodoro, incoloro: la Configuración Mundial. Ella se apoya, además de
la propiedad privada, en una economía-mundo, en la división del trabajo, en las
fronteras nacionales, en los gobiernos locales y en el consentimiento de la
sociedad, para nombrar a sus principales elementos.
a. Una
economía-mundo
El proceso artificial de producción es una nueva
forma de trabajar que genera bienes y servicios destinados a los intercambios,
los mismos que se efectúan a través de precios enunciados en unidades
monetarias. Cada intercambio genera su propio espacio económico. Con la
particularidad de que es un espacio abstracto, flexible, en función del radio
de acción de la empresa y de la ubicación de los demandantes de los bienes y
servicios.
La red de intercambios, por consiguiente, genera un
espacio económico a nivel mundial, y con la misma particularidad: abstracto y
flexible. Es una revolución con relación a las características del espacio
económico de la agricultura primitiva: fija, física y, por consiguiente,
visible.
Aquí el testimonio de Marx y Engels. “La burguesía
ha desempeñado en la historia un papel altamente revolucionario. Dondequiera
que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales,
patriarcales, idílicas. Las abigarradas ligaduras feudales que ataban al hombre
a sus ‘superiores naturales’ las ha desgarrado sin piedad para no dejar
subsistir otro vínculo entre los hombres que el frío interés, el cruel ‘pago al
contado’. […] Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio (p.
10). […]
Al médico, al jurisconsulto, al sacerdote, al
poeta, al hombre de ciencia, los ha convertido en sus servidores asalariados.
La burguesía ha desgarrado el velo del emocionante sentimentalismo que encubría
las relaciones familiares, y las ha reducido a simples relaciones de dinero.
(p. 11). […] En lugar del antiguo aislamiento y la amargura de las regiones y
naciones, se establece un intercambio universal, una interdependencia universal
de las naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material, como a la
intelectual.” (p. 12).
Sin explicitarlo, describen las características y
tensiones de una economía-mundo. “En lugar del antiguo aislamiento y la
amargura de las regiones y naciones, se establece un intercambio universal, una
interdependencia universal de las naciones.” (p. 12).
“Los bajos precios de sus mercancías constituyen la
artillería pesada que derrumba todas las murallas de China y hace capitular a
los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las
naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las
constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burgueses.”
(p. 12-13). […] “Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus
productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas
partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes” (p. 11).
“Mediante la explotación del mercado mundial, la
burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos
los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la
industria su base nacional.” (p. 12). La extorsión se instala, entonces, en una
economía-mundo.
b. La división del
trabajo
Paralelamente a la formación de esta economía-mundo
se desarrolla la división del trabajo. Ya nadie produce todo para su
autoconsumo. Al contrario, todos tienen que acudir a los diferentes mercados a
comprar los bienes y servicios que requieren. Y los intercambios se realizan en
precios “justos” expresados en unidades monetarias.
Pero, en una economía que nace con el principio de
la Repartición Individualista, esos “inocentes” intercambios ya llevan consigo
el fruto de la extorsión. Y todo se pasa a través de la cadena de producción,
de la escalera de salarios, países, y de la complicidad de los gobiernos
locales y nacionales, como lo veremos luego. Sin lugar a dudas que juega
igualmente un papel importante el consentimiento de la población.
“La burguesía ha sometido el campo al dominio de la
ciudad,” (p. 13) aseveran Marx y Engels. Así es, la condición infrahumana de la
gente del campo, como consecuencia de la dominación de los amos y señores
feudales, define el mínimo vital de subsistencia para los obreros. El campo se
encarga de alimentar a la ciudad con los precios más bajos.
Y el que se beneficia de todo ello, ya no es el
señor feudal o el amo. Es el burgués, a través de la venta de sus bienes
manufacturados, y cuyas utilidades (Resultado Neto) se incrementan sin cese
mientras que el campesino sufre de pobreza. Es la primera forma de
transferencia, sin dolor ni color, del Valor Agregado por los campesinos,
hacia los que manejan la economía burguesa. Y todo ello, a través de la
compraventa de bienes alimenticios a precios “justos”.
El crecimiento de la nueva economía a través de los
intercambios, acelera también la división del trabajo en la ciudad. El proceso
artificial de producción facilita esa división del trabajo, lo que era
imposible en una agricultura primitiva. Así, “la división del trabajo entre las
diferentes corporaciones desapareció ante la división del trabajo en el seno
del mismo taller,” (p. 9) anotan Marx y Engels.
Es famoso el ejemplo de Adam Smith sobre la
división del trabajo en la fabricación de alfileres. Esto incrementa la
productividad y cadencia del trabajo por un igual o menor salario. “Cuanta
menos habilidad y fuerza requiere el trabajo manual, es decir, cuanto mayor es
el desarrollo de la industria moderna, mayor es la proporción en que el trabajo
de los hombres es suplantado por el de las mujeres y los niños.” (p. 17).
Pero la división y especialización del trabajo no
queda al interior de una fábrica ni al interior de una ciudad, menos al
interior de un país. Mientras que los de la capital del país producen el bien
final, las provincias se encargan de los bienes intermedios o del suministro de
materias primas. Mientras un país se encarga de la producción de un bien de
alta tecnología, los otros se dedican a abastecer los bienes intermedios o
materias primas. Mientras un país se encarga de la concepción de un producto,
los países de segundo y tercer nivel se encargan de su fabricación, montaje,
producción de bienes intermedios o simplemente el abastecimiento de materias
primas.
Es la famosa división internacional del trabajo que
lleva consigo una escalera de salarios, en donde el último nivel de
remuneración lo tienen los obreros que viven en el interior del país, en las
zonas más deprimidas.
Como siempre, los intercambios son a “precios
justos” que camuflan la transferencia del Valor Agregado por los pueblos de la
periferia hacia el centro del país-centro. Un engranaje facilitado por las
características del proceso artificial de producción pero, muy bien utilizado
para una succión del esfuerzo de los trabajadores del mundo, sin dolor ni color
ni sabor.
Ya Marx y Engels lo ponían en estos términos. ““El
trabajo industrial moderno, el moderno yugo del capital, que es el mismo
en Inglaterra que en Francia, en Norteamérica que en Alemania, despoja al
proletariado de todo carácter nacional.” (p. 22) Sin embargo, las fronteras de
los países no podían quedar abiertas, al libre tránsito de las personas, menos
aún de los trabajadores. Era necesario sellarlas para garantizar la diferencia
de salarios por países y así consolidar la succión del Valor Agregado por las
grandes empresas transnacionales asentadas en los países del Norte.
c. Las
fronteras nacionales
El óptimo desarrollo del proceso artificial de
producción exige una economía-mundo sin barreras. Es decir, exige una plena
movilidad de los factores de producción (capital, trabajo) y de los bienes y
servicios. Hace más de seis siglos que deberíamos haber llegado a lo que nos
conduce inevitablemente el proceso artificial de producción: una sola sociedad
y un solo país a nivel mundo.
Sin embargo, las grandes empresas multinacionales
que se benefician de la Repartición Individualista del Resultado Neto de la
actividad económica no lo han querido así. En su lugar, nos han “propuesto”
varios sueños como, por ejemplo, el orgullo nacional, el Estado-Nación, el
patriotismo nacional, el nacionalismo… Todo ello con un solo interés: succionar
al máximo posible el Valor Agregado por los pueblos del mundo, con el pleno
consentimiento de los “esclavos, siervos y asalariados”.
“Las provincias independientes, ligadas entre sí
casi únicamente por lazos federales, con intereses, leyes, gobiernos y tarifas
aduaneras diferentes han sido consolidadas en una sola nación, bajo un solo
Gobierno, una sola ley, un solo interés nacional de clase y una sola línea
aduanera” (p. 13) remarcan Marx y Engels. Entonces, dentro de esta
Configuración Mundial, ¿cuál es esencialmente el rol del Gobierno de un país?
d. Los Gobiernos
nacionales
Dentro de la Configuración Mundial, los Gobiernos
nacionales juegan, en su mayoría, el rol de mayordomos al servicio de las
grandes empresas multinacionales para la transferencia del Valor Agregado por
los habitantes de su país. Con ese mismo propósito, ponen al servicio de las
multinacionales todo el aparato policial, militar, jurídico y educativo.
Se desarrolla una cultura de dependencia y
sumisión. Son casos excepcionales aquellos jefes de Estado que escapan a la
influencia del gendarme mundial y/o al poder de las grandes empresas
multinacionales.
No es nada raro por ello que, en los países del
Tercer Mundo, toda protesta, reclamo o simplemente el ejercicio de la
organización social, sindical o política es rechazada con violencia,
encarcelamiento y muerte. Los pueblos de los países del Norte no escapan
tampoco a este comportamiento de sus gobiernos.
e. El consentimiento
El profesor y antropólogo Maurice Godolier sostiene
que “todo poder de dominación se compone de dos elementos: la violencia y el
consentimiento. Nuestro análisis nos conduce necesariamente a afirmar que de
los dos componentes del poder, la fuerza la más poderosa no es la violencia de
los dominantes sino el consentimiento de los dominados a su dominación. […] La
represión hace menos que la adhesión, la violencia física o psicológica menos
que la convicción del pensamiento que conlleva con ella la adhesión de la
voluntad, la aceptación o a la cooperación de los dominados.”[viii]
Conclusión
En tiempos de una agricultura primitiva, la
propiedad de los medios de producción; es decir la propiedad de la tierra
cultivable, fue el mejor mecanismo para apropiarse de la totalidad del
Resultado Neto de la actividad económica. En una economía, como la de ahora, de
intercambios de bienes y servicios a través de precios expresados en unidades
monetarias, un nuevo mecanismo se ha impuesto: la Configuración Mundial.
Ya no se trata de una apropiación directa, cruel,
visible. Ahora es invisible, flexible, inodora, e incolora. Todo se pasa a
través de los intercambios a “precios justos”, a través de los cuales se va
succionando la casi totalidad del Valor Agregado por los pueblos del mundo
hacia el centro de un país-centro, dentro de los linderos de una
economía-mundo.
Escapar de ese enemigo invisible, pero mortífero y
perverso, es mucho más difícil. Ha creado un sentimiento de fatalidad y de
impotencia en el comportamiento de las personas. No obstante, conocer la
estructura, comportamiento y objetivo de la Configuración Mundial, es la mejor
manera de esclarecer nuestras conciencias y actuar correctamente en el difícil
camino de la liberación de nuestros pueblos. Desde hace diez mil años, la
Humanidad sufre de la apropiación individualista del Resultado Neto de la
actividad económica, por un reducido número de personas, a nivel local,
nacional y mundial. Es urgente superar este entuerto.[ix]
[i] MARX Karl y ENGELS Federico, [1848] Manifiesto
Comunista, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2007, p. 49
[ii]
En lo sucesivo solamente haremos mención al número de página del Manifiesto
Comunista de donde se extrajo la cita.
[iii]
Edición realizada sobre la base de las Obras escogidas que fuera
publicado por la Editorial Progreso en 1973. Traducción al español en
1983 y disponible in http://www.monteavila.gob.ve/mae/pdf/manifiesto.pdf
[iv]
Descontado los insumos de la producción total se obtiene el Resultado Neto del
acto económico.
[v]
Prefiero utilizar el término “repartir” en lugar de “distribuir”, a fin de
hacer una neta diferencia entre repartir el Resultado Neto de una actividad
económica y distribuir el Valor Agregado por una actividad económica. De esta
forma elimino la confusión que entretiene la economía clásica entre estos dos
fenómenos económicos.
[vi]
El proceso artificial de producción es una manera de trabajar que no replica a
lo que ofrece la Naturaleza como es el caso de la agricultura primitiva. Este
proceso de trabajo puede crear “n” bienes diferentes uno de los otros y nunca
antes han existido. Basta imaginárselo, diseñar el procedimiento de fabricación
para que “m” fábricas puedan producirlo en masa.
[vii]
Cf. capítulo VII del libro Hacia dónde va la economía-mundo (1992) de
Hugo Salinas. Se le puede descolgar a partir de http://bvirtual.bnp.gob.pe/donaciones/hacia_donde_va_la_economia_mundo_3ra_edicion.pdf
[viii]
GODOLIER Maurice [1984] L’Idéel
et le matériel. Pensée, économies, sociétés, Librairie Fayard, p. 205
Hugo
Salinas González
Facebook:
hugosalinasgonzalez.581
No hay comentarios:
Publicar un comentario