viernes, 2 de diciembre de 2016

REFLEXIONEMOS ¿QUIÉN TIENE LA CULPA?

En verdad, ¡reflexionemos!



El Domingo, 27 de noviembre, 2016 21:03:26,
Antonio Sucre <sbolivarecuador@yahoo.es> escribió:

REFLEXIONEMOS

¿QUIÉN TIENE LA CULPA?

Diego C. Delgado Jara
PRIMER CASO:

Varios países de Europa pusieron el grito en el cielo por la presencia de cientos de miles de refugiados de Siria, Libia, Iraq, Afganistán, Yemen, y otras nacionalidades, que llegaron cruzando el Mar Mediterráneo hasta sus fronteras. Pero lo que no dicen esos países de la Comunidad Económica Europea es que esos ciudadanos y sus familias huyen de la guerra que precisamente fue desatada y propiciada por la OTAN y los Estados Unidos para apoderarse del petróleo, gas y otros recursos de los países agredidos.

Si no hubiesen existido las guerras de agresión de los ejércitos y aviación de la OTAN y de EE UU, para apoderarse del petróleo iraquí o libio, o del gas afgano, entre otros casos, esos refugiados habrían permanecido pacíficamente en sus casas y en sus países. Sin las guerras de agresión nadie habría pensado en salir en forma angustiosa como refugiados y llevando por tan dolorosos senderos a sus familias. Los agresores y destructores de esos países de conducta imperial hoy se rasgan las vestiduras de las consecuencias provocadas por ellos mismo. ¿Quiénes son los culpables y merecerían ser enjuiciados?

SEGUNDO CASO:

Varios círculos de poder y sectores ciudadanos de los Estados Unidos hoy lamentan, con toda razón, el triunfo de Donald Trump. Pero cabe recordar que la dirección del Partido Demócrata, en conducta de la que no era ajena la señora Hillary Clinton, maniobró y en forma nada limpia bloquearon la elección del otro candidato demócrata, el señor Sanders, que proponía el derecho a la educación y a la salud sin los actuales costos excluyentes, y quien habría derrotado con facilidad al señor Trump. Recordemos que varias figuras de la dirección del Partido Demócrata renunciaron cuando les pillaron en su juego sucio contra Sanders.

Pero no fueron los únicos culpables. Trump ofreció dar trabajo y defender las fuentes de empleo fabriles en los Estados Unidos acusando en forma perversa que los culpables de que no exista trabajo eran los migrantes que habían tomado las ubicaciones a las que debían acceder los trabajadores blancos y residentes en los Estados Unidos. Falso, de falsedad absoluta. Desde los EE UU salieron en las últimas dos décadas 345 mil fábricas a la República Popular China, 115 mil a la India, y 20 mil a los llamados dragones asiáticos, México, países de América Central y África.

Los responsables de la salida de las fábricas desde los EE UU fueron los empresarios y accionistas de las multinacionales dueñas de las factorías. Un obrero norteamericano gana 8 dólares la hora. En una jornada de diez horas percibe 80 dólares. En 5 días tiene 400 dólares y en 4 semanas al mes percibe al menos 1.600 dólares. Un obrero chino tiene una remuneración mensual promedio de 60 dólares. 25 obreros chinos ganan 1.500 dólares en conjunto, al mes. Con el equivalente a cuatro obreros norteamericanos se pagan cien obreros chinos y hay un vuelto de 400 dólares adicionales. La confección de un par de zapatos Nike cuesta de 32 a 34 dólares en Estados Unidos. En la China se reconoce que el precio llega máximo a 8 o 9 dólares.

Es verdad que hay mucho menos trabajo en los Estados Unidos, lo que ha generado una penosa crisis para decenas de millones de familias norteamericanas. Pero, ¿quiénes son los culpables? ¿Los empresarios o dueños de las multinacionales, poseídos de una codicia insaciable y que buscan en forma frenética mayor ganancias; o, como en forma infame se acusa, los migrantes deseosos de sobrevivir y cuidar a sus familias? Seamos justos en el análisis y determinemos las verdaderas responsabilidades.

TERCER CASO:

El gobierno norteamericano y sus grupos de poder corporativos (en ningún caso el pueblo de los EE UU, que como todas las colectividades del planeta es generoso, noble y magnánimo), impusieron durante décadas dictaduras genocidas en América Latina y en El Caribe. En Nicaragua tenía a los Somoza, a Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana, en Cuba al sargento Fulgencio Batista. Sanguinarios como ellos solos. Pero en el caso de la Patria de José Martí se organizó su juventud, se armó y sacó a balazo limpio a los sátrapas encabezados por Batista. La juventud estaba incorporada al Movimiento 26 de Julio, en homenaje a la fecha del año 1953 cuando asaltaron el Cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Los dirigía un abogado llamado Fidel Castro. Esa es la historia que no cuentan y pretenden ocultar.

Los revolucionarios cubanos llegaron al poder en enero de 1959 y, para brindar recursos para educación y salud de su pueblo, nacionalizaron la empresa Cubana de Teléfonos –que de cubana solo llevaba el nombre-, y nacionalizaron las tierras e ingenios en manos de las multinacionales. Entonces ardió Troya. Los gobiernos de EE UU decidieron financiar agresiones militares y asfixiar económica y financieramente a la Isla de José Martí. En los hechos mantenían un estado de guerra y todo el tiempo saboteaban su economía incluso con virus y bacterias sobre su población, su ganado y su agricultura, conforme lo reconoció la comunidad internacional.

¿Por qué no dejaron que los cubanos se organicen como les daba su soberana voluntad? Pues no; decidieron bloquear su economía y expidieron leyes mediante las cuales sancionaban a las empresas que negocien y suministren alimentos o medicamentos a su población. Ni siquiera los repuestos de vehículos o electrodomésticos podían llegar a la isla cubana. Los buques que se acercaban a sus puertos no podían acoderar en los puertos norteamericanos varios años. El bloqueo ha durado 56 años, desde el año 1960 en forma ininterrumpida.

¿Cuánto tiempo duraríamos los ecuatorianos con un cerco similar de los puertos Bolívar, Guayaquil, Manta, Esmeraldas y Baquerizo Moreno, en Galápagos? ¡No puede interpretarse en forma correcta y justa lo sucedido en Cuba sin tomarse en cuenta la conducta imperial abusiva del gobierno norteamericano desde 1959, así como de su complejo industrial militar! Luchar por la sobrevivencia soberana de una nación ante un colosal y peligroso agresor ¿a quién le hace culpable?

EE UU impuso romper relaciones con Cuba a todos los países del hemisferio. Sólo México no acató esta brutal decisión. Ecuador rompió en 1962 las relaciones diplomáticas, consulares y comerciales con Cuba. Todos los presidentes de EE UU apretaban la garganta de la hermana Cuba –para asfixiarla- en medio del silencio cómplice de muchos países de América Latina. Esa es la verdad histórica.

El general Dwight Eisenhower empezó el cerco económico perverso e inclemente y lo aplicó hasta 1961 cuando dejó el poder. John Kennedy financió la invasión militar de Bahía de Cochinos en abril de 1961, y los 1.500 mercenarios fueron derrotados en 48 horas. Desde 1963 hasta 1969 Lyndon B. Johnson, desde 1969 a 1974 Richard Nixon, desde 1974 a 1977 Gerard Ford, desde 1977 a 1981 Jimmy Carter, desde 1981 a 1989 Ronald Reagan, desde 1989 a 1993 George Bush, desde 1993 al 2001 Bill Clinton, desde el 2001 al 2009 George W. Bush, y desde el 2009 hasta la fecha con Barack Obama, se ha mantenido el cerco asfixiante, si bien este último, ante el fracaso de esta medida criminal a una nación entera, que motivó el formal reclamo de tres pontífices (Juan Pablo II, Benedicto XVI, y el actual papa Francisco), ha buscado suavizar esta monstruosidad única en la historia de la humanidad. ¡Jamás antes una nación o sociedad, en miles de años, resistió con tanta abnegación y tremendo sacrificio una arremetida tan prolongada, cruel y desalmada! ¡Y Donald Trump ofrece revisar y anular lo poco que ha hecho Barack Obama por aligerar la asfixia económica que dura más de medio siglo!

¿Quién tiene mucha culpa en el drama del pueblo cubano y en sus actuales condiciones de vida? ¿Desde cuándo se pretendía que una nación de América Latina se arrodille humillada ante tan brutal agresor? ¿Quiénes han sido los responsables de la situación de guerra permanente en contra de Cuba, país que incluso debía destinar una parte de sus limitados ingresos para la defensa ante un monumental adversario a solo 90 millas de sus costas?

Es obvio deducir que un estado de guerra permanente, desigual e inminente, conllevó, en forma lamentable, a limitaciones en determinados tipos de libertades. Pero esta situación tiene responsables; no puede acusarse a una nación por defender la vida y soberanía por su derecho a sobrevivir. ¡Un estado de guerra no es un asunto de juego y menos ante la primera potencia del mundo!

¿Desde cuándo puede ser indicio de culpa el derecho irrenunciable a defenderse frente a una amenaza inminente de liquidar a un pueblo de nuestra América Latina? Estos aspectos no pueden silenciarse si alguien pretende realizar un análisis serio del drama cubano. No es ninguna casualidad que por décadas la Asamblea General de las Naciones Unidas ha condenado el cerco en contra de Cuba en forma rotunda.

No solo que jamás se arrodilló Cuba sino que, en conducta singular, en proceder solidario e internacionalista incomparable, envió decenas de miles de soldados a África donde derrotaron a los ejércitos del apartheid y del racismo de Sudáfrica y Namibia, protegiendo la vida y la soberanía nacional de varios países agredidos por el imperialismo, con Angola a la cabeza.

No es ninguna casualidad que cuando salió de la cárcel de Sudáfrica, luego de 27 años de prisión infame, Nelson Mandela, manifestó que quería ir a Cuba a abrazar a Fidel porque sin él, y el sacrificio heroico del pueblo cubano, los pueblos de África todavía padecerían muchas mayores desgracias. Esos son los hechos y esa es la historia. No pueden los prejuicios obnubilar la justicia y la explicación objetiva de controversiales hechos políticos.

Fidel se retiró de la dirección de Cuba, muy enfermo, en el año 2006, antes que el régimen entreguista de una supuesta “revolución ciudadana”, al servicio de las multinacionales y como parte fundamental del pro yanqui Plan Colombia, asumiera en el Ecuador el poder, disfrazándose de “Socialismo del siglo XXI”, en enero del 2007. Esa también es la realidad; precisión indispensable de formular para evitar afirmaciones injustas o interpretaciones distorsionadas sobre su accionar y responsabilidades. ¡Paz en su tumba!

de: Villavicencio Atienza, CÈSAR A. atienza_ddhh@yahoo.com [AHuA] <AHuA@yahoogrupos.com.mx>
fecha: 28 de noviembre de 2016, 17:48
asunto  [AHuA] Los culpables. Saludos.
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