Punto
Final
09-01-2017
Hace 150
años, en una carta del 16 de agosto, un jubiloso Marx escribía a eso de las dos
de la madrugada a Engels, su colaborador y amigo de toda la vida: “Querido
Fred: Acabo de terminar la corrección del último pliego del libro”. Y enseguida
añadía: “¡Solo a ti te debo que esto haya sido posible! Sin tu entrega
personal, yo no habría podido por nada del mundo realizar este trabajo… ¡Te
abrazo, lleno de gratitud!”.
El libro al que se refería Marx era ni más ni menos
que el primer tomo de El Capital , del que este 2017 se conmemora el
150º aniversario de publicación de su primera edición.
La alegría y agradecimientos del revolucionario
alemán no dejaban de estar justificados. Desde que iniciara su vida de exiliado
en la segunda mitad de la década del 40 del siglo XIX, Marx y su familia
tuvieron que atravesar por una serie de peripecias, la mayor parte de las veces
originadas por una situación económica precaria fruto de la inestabilidad
laboral de Marx. De ahí que Engels no solo cumpliera el rol de un colaborador
intelectual que Marx siempre tuvo en estima, sino también de un sostén
económico y afectivo de él y su familia.
EL CONTEXTO EUROPEO
Fuera de las dificultades que significó el exilio
para Marx, éste le permitió hacerse de un profundo conocimiento del nuevo
contexto político-social que se venía configurando en el continente europeo
durante el siglo XIX. Seasistía a la consolidación en el plano político de la
sociedad burguesa, lacual a su vez daba paso al surgimiento de un nuevo actor
con potencialidades revolucionarias: la moderna clase trabajadora.
Con el reflujo de los alzamientos populares y su
asentamiento definitivo en Inglaterra, Marx pudo dedicarse por completo al
estudio de lanueva sociedad que tomaba cuerpo. Allí entró en contacto con una
de las expresiones más avanzadas del pensamiento burgués de la época, la
economía política clásica. En efecto, la teoría económica marxista arranca de
los aportes realizados a la comprensión del capitalismo por dicho corpus
teórico, y en particular por la obra de David Ricardo. Si bien Marx rompe en
varios aspectos fundamentales con Ricardo, siempre reconoció la deuda
intelectual que tenía con este economista.
El auge de la economía política en Inglaterra no
era casualidad. Este país constituía la cuna del modo de producción
capitalista, llegando a ser la primera potencia industrial del mundo. Este era
por tanto el escenario perfecto para estudiar “los antagonismos sociales que
resultan de las leyes naturales de la producción capitalista”, ya que en este
sentido “el país industrialmente más desarrollado no (hacía) sino mostrar al
menos desarrollado la imagen de su propio futuro”.
OBJETO, METODO Y ESTRUCTURA DE “EL CAPITAL”
En El Capital Marx se propone como objetivo
último “sacar a la luz la ley económica que rige el movimiento de la sociedad
moderna”. Precisamente acotar su objeto de estudio a los límites históricos de
las sociedades capitalistas, es lo que hace que la obra cumbre de Marx
conserve, 150 años después de publicada, toda su vigencia. De hecho, es a
medida que las relaciones capitalistas se han ido extendiendo a todos los
ámbitos de la economía (salud, educación y previsión incluidas) que las leyes
descritas en El Capital cobran particular fuerza y relevancia.
Para alcanzar el objetivo propuesto, Marx se sirvió
de un particular método para enfocar los problemas sociales que se instalaban
una vez que laproducción pasaba a ser dominada por las relaciones capitalistas.
Este método no era sino el desarrollado por Hegel -el gran maestro de juventud
de Marx-, solo que esta vez era puesto sobre una base materialista: las
relaciones deproducción. El método hegeliano -o dialéctico- pone el énfasis en
el movimiento con base en contradicciones, y Marx fue el primero en aplicarlo
al terreno de la economía.
Si bien lo anterior puede sonar complejo, su
aplicación es bastante sencilla. La diferencia del enfoque de Marx con la
actual ciencia económicasalta a la vista. Esta última nunca ha podido explicar
convincentemente el conflicto que constantemente aflora entre empresarios y
trabajadores si no es recurriendo a elementos “externos” a dicha relación
(envidia, acción de agitadores, etc.); en cambio, en el enfoque marxista la
relación misma es inherentemente conflictiva en la medida en que se basa en la
explotación de los trabajadores.
Si bien el plan original de la obra estaba
proyectado en tres tomos, Marx solo alcanzó a publicar el primero. Correspondió
a Engels la publicación de los tomos restantes a partir de un enorme cúmulo de
apuntes y borradoresdejados por su amigo al morir.
La idea de Marx en los tomos restantes era ir más
allá de la relación capital-trabajo en el ámbito de la producción. Junto con
develar el origen de la ganancia capitalista -objetivo del primer tomo-, se
proponía lograr además una visión comprehensiva del proceso capitalista de
producción, abordando en detalle las fases de la circulación del capital y cómo
las distintas fracciones capitalistas se reparten finalmente, bajo diversas
formas (intereses, renta, salarios gerenciales, etc.), los frutos de la
explotación del trabajo.
Precisamente uno de los temas que son tratados en
estos tomos no publicados por Marx, y que cobra particular relevancia para
economías como la chilena, es la renta asociada a la explotación de los recursos
naturales.
EL ORIGEN DE LA GANANCIA Y LA CRITICA DEL
CAPITALISMO
Si bien Marx realiza una serie de progresos con
respecto a la teoría del intercambio mercantil de David Ricardo, todo el
edificio de la economíamarxista descansa sobre el descubrimiento del origen
último de la ganancia capitalista: la plusvalía. Este es el gran aporte de Marx
a la ciencia económica y al pensamiento social.
Como bien se sabe, el principio fundamental que
guía la producción capitalista es el criterio de la ganancia, o sea el
acrecentamiento constante del valor puesto en circulación por el capital.
Explicar el origen de ésta no es sencillo ya que requiere ir al trasfondo mismo
de la relación capitalista. Hasta el día de hoy la ciencia económica dominante
recurre a las más fantásticas e inverosímiles explicaciones (abstinencia de los
empresarios, capacidad innovadora, etc.), o simplementerecurre a las más burdas
superficialidades.
Marx, en cambio, basa su explicación del origen de
la ganancia capitalista en la explotación del trabajador, introduciendo la
distinción clave entre fuerza de trabajo y trabajo.
Así, si en la superficie el mercado laboral se
presenta como un intercambio igualitario entre pares, la desposesión de medios
de producción por parte del trabajador obliga a éste a vender su fuerza laboral
al capitalista que la pone a trabajar, apropiándose de un conjunto de
mercancías que contienen un valor por sobre el que costó su producción
(salarios incluidos). El mercado finalmente realizará la ganancia contenida en
las mercancías, pero en ningún caso la crea.
Este enfoque provee una crítica radical del
capitalismo, que se distancia de muchas visiones actualmente en boga en la
misma Izquierda. Porejemplo, de aquellas que establecen como el problema
principal del capitalismo contemporáneo la capacidad de los empresarios de
coludirse y establecer precios “abusivos”, desplazando así el eje del conflicto
desde la relación capital-trabajo a la de vendedor-consumidor.
La solución de los males del capitalismo en Marx no
pasa en ningún caso por regular la conducta de las empresas o abogar por un
comportamiento más “ético” de los negocios, sino por subvertir la relación
capital-trabajo.
“EL CAPITAL” Y EL CAPITALISMO CONTEMPORANEO
Si bien El Capital de Marx establece las
bases de una comprensión y crítica hasta ahora no superadas -y difícilmente
superables- del capitalismo, e indispensables para cualquier acción
revolucionaria, la obra, sin embargo, no agota el estudio de las sociedades
burguesas y sus contradicciones.
Esto es imposible por dos razones. En primer lugar,
por más grande que fuera la genialidad de Marx, no podía agotar un fenómeno tan
vasto y complejo como es el capitalismo. No por nada su obra conserva un estado
inconcluso, abierta a seguir profundizándose.
En segundo lugar, el mismo desarrollo del
capitalismo ha puesto en juego nuevas contradicciones -así como también ha
superado otras-, las que en la época de Marx apenas podían ser vislumbradas. Se
trata de problemáticas como el deterioro ambiental y la subordinación de
género, que abren espacios para la emergencia y constitución de nuevos actores
con eventuales potencialidades transformadoras. El desafío radica en integrar
la comprensión de dichos fenómenos en la lógica del análisis de las leyes de la
acumulación del capital descubiertas por Marx. Se trata de llevarlos al terreno
de la crítica marxista de la sociedad burguesa, y no dejarlos a merced de modas
intelectuales carentes de perspectivas de transformación social de fondo o
teorías abiertamente burguesas
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 868, 6 de
enero 2017, Chile.
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