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press
31-01-2017
WASHINGTON (AP).- El presidente Donald Trump,
involucrado en una disputa diplomática con México, planea alterar el comercio
en América del Norte.
Trump prometió reescribir el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN) o abandonarlo por completo. Sus planes
han generado preocupación sobre el futuro comercial entre Estados Unidos,
México y Canadá.
Aquí lo que hay en juego:
¿QUE ES EL TLCAN?
Negociado por el presidente George H.W. Bush y
firmado y aprobado por el presidente Bill Clinton, el TLCAN entró en vigor el 1
de enero de 1994. El pacto comercial eliminó aranceles -impuesto a las
importaciones- y otras barreras comerciales entre Estados Unidos, Canadá y
México. Se demoró el impacto a algunas industrias estadounidenses vulnerables.
Por ejemplo, los aranceles a textiles y prendas de vestir fueron desapareciendo
gradualmente. Lo mismo ocurrió con muchas barreras comerciales en la industria
automotriz.
Quienes estaban a su favor señalaron que el acuerdo
promovería el comercio y crearía empleos a lo largo y ancho de un mercado único
de América del Norte. En otras palabras, sería un triunfo para todos. Sus
detractores argumentaron que la competencia de salarios más bajos en México
eliminaría los empleos de manufactura en Estados Unidos. En 1992, el candidato
presidencial Ross Perot pronosticó "un enorme sonido de succión"
causado por los empleos estadounidenses que se trasladaban al sur de la
frontera.
¿QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ EN REALIDAD?
Explotó el comercio entre los países miembro. Pero
también el déficit comercial de Estados Unidos con México.
En 1993, el año previo a que entrara en vigor el
TLCAN, Estados Unidos le había vendido a México 41.600 millones de dólares en
artículos y compró productos por 39.900 millones de dólares, un superávit
comercial de 1.700 millones de dólares. Para 2015, Estados Unidos había
exportado 235.700 millones de dólares en productos a México (un incremento de
467 e importó 296.4000 millones (un aumento de 643%). Eso creó un déficit
comercial de 60.700 millones de dólares.
Es una cifra a la que Trump ha recurrido para
argumentar que los negociadores mexicanos aprovecharon la ingenuidad de sus
contrapartes estadounidenses. Pero la brecha comercial se ha incrementado, en
parte, a que los consumidores estadounidenses están ansiosos por adquirir autos
y otros artículos procedentes de México a un precio relativamente bajo.
El impacto del TLCAN en la economía fue más pequeño
de lo que habían esperado los partidarios de ambos espectros del debate. Se
debe, en parte, a que el comercio representa una sorprendente pequeña porción
de la economía estadounidense - 28% en 2015, de acuerdo al Banco Mundial, uno
de los porcentajes más bajos del mundo. Y el comercio con México representa una
porción incluso menor.
El Servicio de Investigación del Congreso concluyó
que el impacto del TLCAN en la economía estadounidense "ha sido
relativamente pequeño". El Instituto Peterson de Economía Internacional,
un grupo de expertos a favor del libre comercio con sede en Washington, estima
que Estados Unidos pierde anualmente alrededor 203.000 empleos y suma 188.000
"a causa del comercio bilateral con México". Eso representa una
pérdida neta de 15.000 empleos anuales, lo que representa apenas un margen de
error en una nación con 145 millones de trabajadores.
¿QUÉ QUIERE HACER TRUMP?
El presidente ha prometido negociar un mejor TLCAN,
o abandonar el acuerdo en caso de no conseguirlo. Adam Posen, presidente del
Instituto Peterson, piensa que el tratado debe ser actualizado para reflejar,
por ejemplo, el incremento del comercio electrónico en los últimos 23 años.
Trump no ha delineado cómo quiere realizar los cambios al pacto. Pero
claramente intenta reducir la brecha comercial con México al reducir las
importaciones, aumentar las exportaciones o las dos cosas. Uno de sus posibles
objetivos: las automotrices estadounidenses, japonesas y de otras naciones, que
enviaron más de 100.000 millones de dólares en vehículos y autopartes de México
a Estados Unidos en 2015.
Después del TLCAN, las empresas automotrices
comenzaron la producción de pequeños vehículos en México para enviarlos a
Estados Unidos. Los empleados mexicanos de la industria tienen salarios menores
a los 10 dólares por hora, lo que le permite a los fabricantes mantener sus
vehículos a un precio bajo, accesible para las familias estadounidenses que no
cuentan con un presupuesto alto.
Pero Estados Unidos y otras compañías han
construido una complicada cadena de abasto a lo largo de la frontera con
México. Retirarse del TLCAN provocaría un caos en sus operaciones. Aunque los
autos se fabrican en México, las compañías estadounidenses también hacen un
gran negocio (30.000 millones de dólares en 2015) con el envío de autopartes a
México.
El Centro de Investigación Automotriz, una
organización sin fines de lucro, estima que Estados Unidos perdería al menos
31.000 empleos en caso de que Trump prosiga con su amenaza de imponer un
arancel de 35% a las importaciones automotrices procedentes de México.
Paul Wiseman está en Twitter como:
https://twitter.com/PaulWisemanAP
© 2017, La Prensa Asociada.
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