31/03/2017
Son estas preguntas claves frente a la escaramuza
de poderes y conflicto político que ha recrudecido en Venezuela y que ha sido
planteado a partir de un dictamen del 29 de marzo del Tribunal Supremo de
Justicia, que asume de manera accidental y eventual funciones del parlamento
venezolano, hoy en desacato y en situación de nulidad en sus actos
administrativos.
¿Hubo autogolpe?
No. Para empezar, que el dictamen del Tribunal
Supremo de Justicia asume la situación actual de desacato de la Asamblea
Nacional venezolana, al no resolver la situación de 3 mal llamados diputados de
Amazonas, cuya juramentación fue espuria por haber sido impugnada ante el ente
electoral venezolano. Aunque el TSJ declara los "constantes" actos de
desacato del parlamento y su actitud contraria a la institucionalidad señalada
en la Constitución por desconocimiento del Poder Judicial, no desconoce la
existencia del mismo ni los cargos de quienes (sin impugnaciones) lo integran y
cuentan con su nombramiento.
En esencia, el dictamen del TSJ mantiene el espíritu de
dictámenes anteriores, donde se conminó repetidamente al parlamento a desistir
de su posición de desacato, ya que el TSJ declara que asumirá funciones del
parlamento "hasta la superación del desacato" del parlamento. Lo que
constituye una situación de "golpe de Estado" es el desplazamiento de
un factor político, desmembrándolo. No hay golpe de Estado cuando ese factor
político puede, por vías legales e institucionales, volver a funciones, como
efectivamente podría hacer la Asamblea Nacional si decide volver al ruedo
institucional superando su desacato. Un golpe de Estado desconocería esa
posibilidad que aún tiene el parlamento.
¿Se disolvió a la Asamblea Nacional?
Definitivamente no. De hecho, la Asamblea Nacional
podría volver a funciones en sólo unos días si tan sólo Henry Ramos Allup y la
directiva electa en enero de 2016 deciden desincorporar a los
"diputados" de Amazonas y luego colocar a Julio Borges en la
presidencia del parlamento. La directiva de Ramos Allup ha sido la única electa
en situación de acato constitucional. No es el caso de la directiva de Julio
Borges. Visto así, todos los actos de la directiva de Borges son nulos.
Recordemos que en el mes de enero, luego del
diálogo con el chavismo, la AN aceptó retirar a los diputados de Amazonas. Aún
estando en desacato, nombraron a Borges y retiraron a los diputados de
Amazonas. Ese acto es nulo. El TSJ conminó al parlamento a cumplir con el
mecanismo de manera jurídicamente correcta, pero se rehusaron e
intempestivamente se retiraron del diálogo trancando el juego político.
Una Asamblea Nacional en condiciones y con
garantías de volver a funciones, no es una Asamblea disuelta.
¿Por qué asume funciones el TSJ?
El TSJ, al igual que todos los poderes públicos,
está en la obligación de resguardar el hecho constitucional, el hecho
institucional y en definitiva proteger a la sociedad de todo tipo de
conmociones. Es decir, se trata de la protección del "pacto social"
venezolano.
Dada la situación de estancamiento del parlamento
autoanulado y en desacato, se cierne sobre el hecho político la ausencia
intermitente de uno de los poderes del Estado. Situación que ya lleva más de un
año. Esto implica un espacio vacío del Estado, la ausencia de un poder,
situación que pone en desequilibrio y vulnerabilidad institucional al Estado. En
los hechos la MUD ha usado el parlamento para embestir al Estado todo, al poder
Ejecutivo y a los demás poderes públicos y esta afrenta pone en peligro las
instituciones todas y significa una vulneración del Estado de Derecho. Ante
esto, el TSJ se ha pronunciado.
El propósito es sostener el funcionamiento del
Estado, de manera accidental, eventual, mientras los factores políticos que son
mayoría en el parlamento deciden superar su actual situación cuyo nombre
jurídico exacto es "Omisión Inconstitucional Parlamentaria", según la
interpretación del TSJ de la Constitución.
Se recrudece el ciclo de confrontación en los
frentes interno y externo en Venezuela
Hay que insistir en que esta será una situación que
persistirá en la medida en que los factores de la MUD en el parlamento lo
decidan. El TSJ es claro y afirma en el numeral 4to de su dictamen:
"Mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las
actuaciones de la Asamblea Nacional, la Sala Constitucional garantizará que las
competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el
órgano que ella disponga, para velar por el Estado de Derecho".
¿Hay un evento económico que detonó el asunto?
El chavismo ha denunciado que el parlamento en
manos de la MUD ha elevado exponencialmente los enfrentamientos políticos
nacionales, ahora choques de poderes. Se ha producido una escalada sin
precedentes que para el chavismo y el Gobierno venezolano se traducen en
"intentos de paralización del Estado y del país". El chavismo denuncia
también que el parlamento es parte de un boicot institucional para profundizar
otras situaciones de boicot económico, cuestiones que han dado la única
victoria parlamentaria a la derecha venezolana en 18 años. No es temeraria ni
exagerada esa afirmación. Veamos.
El dictamen del TSJ es consecuencia de una consulta
realizada por el Ejecutivo venezolano por medio de la empresa y corazón de la
economía venezolana, Petróleos de Venezuela (Pdvsa), quienes están en la
obligación de someter al parlamento conformar "empresas mixtas" o
consorcios, para interactuar financieramente con empresas inversionistas en los
desarrollos petroleros de Venezuela. Pdvsa, ante la situación del parlamento,
sometió a consideración del TSJ una vía para poder conformar nuevas empresas
mixtas y atraer nuevas inversiones.
El TSJ respondió en el numeral 1ero de su dictamen
lo siguiente: "Sobre la base de la omisión inconstitucional declarada (del
parlamento), declaró (la Sala Constitucional del TSJ) que no existe impedimento
para que el Ejecutivo Nacional constituya empresas mixtas en el espíritu que
establece el artículo 33 de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, debiendo
informarle a la Sala Constitucional de todas las circunstancias pertinentes a
dicha constitución y condiciones. Así como también cualquier modificación
posterior de las condiciones deberá ser informada a la Sala". Ese es el
meollo. Esa es la única función que el TSJ asume y que aparece explícitamente
señalada en su dictamen.
Esto significa que el TSJ sólo debe ser notificado
de las asociaciones de Pdvsa para que el TSJ vele por el cumplimiento de la
actual Ley de Hidrocarburos, y nada más. Autorizan al Presidente a continuar
llevando la dirección económica en el marco del "Estado de Excepción y
Emergencia Económica" vigente para continuar en la labor de tomar las
acciones pertinentes para superar la situación económica actual.
¿Cuál es la apuesta de los enemigos del chavismo
dentro y fuera de Venezuela?
Nadie debe poner en duda que Pdvsa y Venezuela
requieren un aumento del flujo de la inversión extranjera, más todavía si tiene
lugar en las áreas vitales y sensibles a la economía nacional, como es el caso
de los desarrollos petroleros nacionales y el proyecto petrolero más grande del
mundo: la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez. ¿Cuál es la apuesta del
parlamento al intentar boicotear esto? ¿Acaso apuesta al recrudecimiento de la
situación económica venezolana? Debemos preguntarnos.
La reacción desproporcionada de la derecha en
Venezuela y en el extranjero, al declarar un "golpe de Estado" y una
"disolución del parlamento" se inscribe en la trama de caotización e
injerencismo que auspicia el antichavismo dentro y fuera de Venezuela
respectivamente. Ocurre justo ahora, una aceleración de los eventos y una
intoxicación política desproporcionada en varios frentes en simultáneo.
Estados Unidos y otros países obedientes a su
agenda exterior mueven fichas y reaccionan, desconociendo el apego a la
legalidad del TSJ venezolano. Y esto es un asunto de cuidado. A sólo horas del
dictamen del TSJ, el Secretario General de la OEA Luis Almagro, ha convocado a una nueva "reunión de urgencia" del
Consejo Permanente de esa organización para decretar a Venezuela como Estado
forajido. Se recrudece con esto el ciclo de confrontación. Tal parece que las
acciones de boicot a Venezuela recrudecen de maneras cada vez más consistentes,
y a la vez insólitas.
Marzo 31 de 2017
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