Publicado por Daniel Eskibel en May 2,
2017
La vida
psicológica humana está compuesta por un peculiar mix:
- 5 % (o menos) de pensamientos racionales conscientes
- 95 % de mecanismos mentales inconscientes e irracionales
Sin embargo la
comunicación política trabaja casi exclusivamente con el 5 % y deja de lado el
95 % que es la zona más determinante de la conducta.
Por eso el fracaso es casi la norma en la comunicación política.
Lo que no ves es lo que te hunde
Es la noche del 14
de abril de 1912. El cielo está estrellado y el mar muy calmo. El enorme barco
transatlántico, el más grande y seguro del mundo, navega a su velocidad de
crucero. La gran mayoría de las 2223 personas que van a bordo descansa
tranquilamente. Habían partido del puerto británico de Southampton y se
dirigían rumbo a Nueva York.
A las 23.40 uno de
los vigías del barco divisa un gran bloque de hielo en la trayectoria del
buque. Suenan las alarmas, la tripulación realiza todas las maniobras
necesarias y el transatlántico logra evitar el impacto frontal contra el bloque
de hielo. Pero el casco roza la parte
sumergida del iceberg.
El Titanic se hunde y
fallecen 1514 personas.
Partidos políticos ven lo racional pero chocan contra lo irracional
Un iceberg es
peligroso para la navegación porque lo que ves sobre el mar es apenas el 12,5 %
de su tamaño real. El gigantesco 87,5 % restante es invisible a tus ojos porque
está oculto debajo de la superficie del agua.
Así de peligrosa
es la psicología
del votante para los partidos políticos.
Porque los
partidos políticos suelen ver solo lo que está sobre la superficie de la vida
psicológica: lo consciente, lo que cada persona percibe en sí mismo, en su
mente y en la realidad circundante.
Pero hace ya más
de 100 años que sabemos, a partir principalmente de los trabajos
fundacionales de Sigmund Freud, que lo consciente es solo la parte visible
del iceberg.
Hundido en las
profundidades psicológicas, lo
inconsciente manda, determina, domina.
Los partidos
políticos, mayoritariamente, prefieren ignorarlo. Dejan de lado lo
inconsciente. Simplemente no lo ven. Y también dejan de lado los aspectos
emocionales conscientes. Con lo cual se arrinconan en el pequeño 5 % de la
mente humana. Quedan atrapados en la racionalidad consciente.
Y chocan contra el
95 % de la mente humana. Chocan contra lo inconsciente, contra lo irracional,
contra las emociones.
Entonces se
hunden.
Comunicación política y psicología del votante
Muchos partidos políticos
protestan ante los llamados errores de las encuestas. Y es cierto:
los cambios en la vida cotidiana de las personas y en los estilos de
comunicación han creado nuevos desafíos para quienes estudian la opinión
pública. Y la propia metodología está en plena revisión.
Pero hay un factor
que va más allá de la metodología: se están haciendo las preguntas equivocadas.
¿Por qué
equivocadas?
Porque solo se está preguntando para conocer lo consciente, lo racional, lo que cada entrevistado ya sabe sobre sí mismo. Pero esa consciencia racional ya vimos que solo es una parte relativamente pequeña de la ecuación.
A pesar de ello,
los partidos políticos preparan su comunicación
con los votantes a partir de dichas bases endebles. La comunicación
política que hacen, como no podía ser de otra manera, se dirige a ese mismo
pequeño sector de la mente humana.
Fracasa. Claro que
fracasa.
No podía ser de otra manera.
Piensa: los partidos políticos perciben solo el 5 % de la vida psicológica de los humanos. Y se comunican con ese mismo 5 %. ¿Cómo podrían convencer en ese contexto?
¡Imposible!
Elige tu camino: ¿Freud o el Titanic?
La comunicación
política es la vida misma de un partido, un candidato o una campaña. Pero antes
que nada debes tomar una decisión estratégica: ¿Freud o el Titanic?
Al mencionar a
Freud no digo que tengas que ser freudiano ni psicoanalista. Pero sí que te va
la vida en alinear tu comunicación con el 95 % de la psicología del votante: lo
inconsciente, lo irracional, las emociones, las fantasías, los mitos…
La
política no es un juego racional donde triunfa quien tiene más o mejores
argumentos lógicos o quien inunda al votante con datos, hechos y cifras.
La razón es parte
de la política, claro que sí. Y es necesaria la comunicación con esa parte
racional.
Necesaria pero no suficiente.
Para avanzar
políticamente tienes que ir mucho más allá. Tienes que ir al encuentro de ese
enigmático 95 % de la vida psicológica del votante. Tienes que comunicarte con
la parte oculta del iceberg.
PD: ¿Sabías que 1 hora de
vídeo-conferencia con Daniel Eskibel te ayuda a cambiar tu comunicación
política aplicando la psicología?
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