28/05/2017
En la primera fase de 45 días del Plan
Insurreccional, el eje principal estaba en la movilización de calle, la
protesta violenta, la guarimba y los asesinatos.
La estrategia insurreccional contra el
Gobierno constitucional del Presidente Nicolás Maduro, liderada por los
sectores más radicales de la Mesa de la Unidad Democrática y por la Conferencia
Episcopal Venezolana, ha causado ya más de 55 víctimas fatales, de las
cuales sólo 6 han sido ocasionadas presuntamente por los cuerpos de seguridad,
3 eran efectivos policiales y guardias nacionales, 14 murieron durante los
saqueos, 8 fueron producto de las barricadas, 15 de los fallecidos se
encontraban cerca de las guarimbas y en 8 casos aún se desconocen las causas.
Mientras tanto, las corporaciones mediáticas
globales han logrado colocar en la opinión pública internacional un perverso
relato que acusa al Gobierno bolivariano como un brutal violador de los
derechos humanos en nuestro país, cuando la verdad es que contra Venezuela
se ejecuta un plan insurreccional.
Con esta escalada insurgente, se pretende lograr la
caotización del país, la neurotización de la sociedad, la ingobernabilidad, la
desintegración nacional, el aislamiento internacional y la anomia generalizada;
así como sabotear la recuperación económica y productiva y degradar nuestra
calidad de vida.
El objetivo es crear las condiciones para el
derrocamiento del presidente Maduro.
No importa si la violencia no tiene respaldo social
o si no se produce finalmente un desbordamiento social. Para los factores
externos anti-chavistas, que son los que realmente dirigen la insurrección, la
clave está en destruir el país y desmantelar el Estado-Nación.
Mientras el Gobierno Bolivariano intenta mantener
el conflicto en el tablero de la política y la negociación mediante el llamado
al diálogo, la convocatoria a una Asamblea
Nacional Constituyente y la agenda electoral regional y municipal, la
oposición sigue llevando la confrontación al plano militar.
Si en la primera etapa de 45
días del Plan Insurreccional, el eje principal estaba en la movilización de
calle, la protesta violenta, la guarimba y los asesinatos, en la segunda etapa,
también de 45 días, el eje principal es militar, donde el propósito no es ganar
batallas sino destruir, caotizar y desintegrar.
Por ahora, solo señalaré que, en este escenario,
las acciones desplegadas se basan en metodologías y actores paramilitares,
apoyadas internamente por grupos armados de oposición y en el frente
internacional por una intervención multilateral. Se busca un desenlace
vertiginoso y fulminante.
Hay que darle una oportunidad a la Paz
Es el momento de encontrar un nuevo espacio de
reconocimiento, entendimiento, convivencia y acuerdos.
Es el momento de transformar
el conflicto en una oportunidad. Para ello es necesario que las partes
entiendan que ninguna tiene el poder para aplastar a la otra. También
tienen que estar conscientes de las amenazas contra la paz y contra el Estado
Nación.
Hay que acordar además un programa común compartido
y alcanzable.
Hay que establecer garantías mínimas de
convivencia, cohabitación y alternancia.
Hay que diseñar nuevos mecanismos para ir al
encuentro de todos los sectores.
Hoy más que nunca hay que darle una oportunidad a
la paz.
26 Mayo, 2017
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