EL FRAUDE DE KINSEY Y SUS
CONSECUENCIAS PARA LA SOCIEDAD
Los modernos "educadores sexuales"
utilizan frases como éstas para encubrir sus verdaderas intenciones: la de
incitar a la juventud a las relaciones sexuales fuera del matrimonio y aún a
relaciones sexuales contra la naturaleza (como por ejemplo, el homosexualismo).
Por Raquel M. Chaviano, Magaly Llaguno y Adolfo J.
Castañeda
¿Qué credenciales tenía Kinsey para establecer
pautas con respecto a la sexualidad humana?
Hace 50 años Kinsey era un famoso experto en
taxonomía (clasificación de plantas y animales según su relación natural), en
la Universidad de Indiana en los EE.UU. Después fue coordinador de los nuevos
cursos sobre el matrimonio, establecidos en dicha universidad, y se dedicaba a
"aconsejar" a los estudiantes sobre temas sexuales. Así comenzó a
recopilar documentación y acabó por cambiar los conceptos de lo que la sociedad
consideraba normal en cuanto a las prácticas sexuales, a pesar de que tenía un
conocimiento mínimo de la sexualidad o de la psicología.
Kinsey consideraba las relaciones sexuales entre
animales, un "modelo" para el comportamiento sexual humano. La única
diferencia que veía era que los animales actúan sin inhibiciones, sólo por
instinto. Sin embargo, la sociedad les impone ciertas normas a los seres
humanos que, según Kinsey, injustamente inhiben y hasta prohiben el
"comportamiento sexual natural." Según el Informe Kinsey sobre los
Hombres (publicado en 1948), "el llevar a cabo todo tipo de actividad
sexual es liberarse del condicionamiento cultural que la sociedad impone, y que
lleva a hacer distinciones entre lo que está bien o mal, lo que es lícito o
ilícito, normal o anormal, aceptable o inaceptable en nuestra sociedad"2.
Kinsey no tomaba en cuenta que las normas morales
sobre la sexualidad se fundan en la naturaleza humana, es decir, en aquello que
conduce al ser humano a su verdadero bien, algo que una reflexión serena y
objetiva puede descubrir. Por lo tanto, la moral en materia de sexualidad (como
en cualquiera otra dimensión de la vida humana), no es simplemente el producto
de la vida social, sino que es una realidad inscrita en el ser mismo del
hombre.
Permisivismo total
El concepto más famoso de Kinsey, el cual está
siendo utilizado más ampliamente, es el de los "desahogos sexuales".
Según Kinsey existen seis tipos de éstos con respecto al hombre: la
masturbación, las emisiones nocturnas, las caricias heterosexuales, las
relaciones heterosexuales, las relaciones homosexuales y las relaciones con los
animales de otras especies3.
También según Kinsey, todos los "desahogos
sexuales" son igualmente "aceptables" y "normales".
Kinsey opinaba que el concepto de la bisexualidad es el más
"balanceado" de todas las orientaciones, puesto que incluye tanto las
actividades heterosexuales como las homosexuales.
En las propias palabras de Kinsey: "Hablando
en términos biológicos, no existe en mi opinión ninguna relación sexual que yo
considere anormal"4. El problema según él, es que la sociedad
está condicionada a través de normas tradicionales, para creer que la actividad
heterosexual en el matrimonio es la única correcta y sana de las expresiones
sexuales. Kinsey opinaba que todas las relaciones o formas de expresarse
sexualmente son sanas, y que si una de ellas fuera anormal o inferior a las
otras, ésta sería la relación sexual entre personas de distintos sexos5.
Obviamente Kinsey rechazaba la verdad de que la
sexualidad tiene una doble finalidad: la expresión del amor conyugal entre un
hombre y una mujer, así como la transmisión de la vida. Al separar la
sexualidad de estos valores, terminó reduciéndola a una mera interacción física
para obtener placer o para "desahogar tensión". Esta empobrecida
visión de la sexualidad termina empobreciendo y despersonalizando al propio ser
humano, cuya felicidad radica en el amor, el cual, en el caso del matrimonio,
es capaz de darse a sí mismo engendrando nuevas vidas.
Promoción de la pedofilia
De todos los conceptos desarrollados por Kinsey, el
más preocupante es el que justifica las relaciones sexuales con niños
(pedofilia). Kinsey opinaba que los niños están predispuestos a la actividad
sexual desde el momento en que nacen, y que las actividades sexuales entre
niños y adultos están incluídas entre los "desahogos sexuales". Sin
embargo, según él, la sociedad las cataloga como "tabú" por haber
sido condicionada por las normas, cuando en realidad se trata de un
comportamiento sexual "normal" que debe ser practicado. Según Kinsey,
si estas relaciones sexuales se llevan a cabo en circunstancias
"apropiadas", es decir, si el adulto genuinamente siente afecto por
el niño como lo sentiría un padre u otro pariente, dichas relaciones podrían
ser una experiencia "sana" para el niño. Los resultados son
desfavorables, según Kinsey, sólo cuando las autoridades públicas o los padres
le han hecho creer al niño que este comportamiento es inmoral o incorrecto6.
Kinsey, sus colegas y los que han sido
influenciados por su ideología sexual, caen en el error de pensar que las
normas morales sobre la sexualidad son imposiciones arbitrarias que sólo logran
frustrar la "libre" expresión de la inclinación sexual. Pero los
mandamientos de Dios con respecto a la sexualidad, como todos los demás
mandamientos, existen precisamente para ordenar el ejercicio de este
maravilloso don de Dios hacia el verdadero bien de la persona humana. La recta
razón y la experiencia han demostrado que las relaciones sexuales fuera del
matrimonio, indisoluble y abierto a la vida, entre un hombre y una mujer, sólo
llevan a la frustración y a un sin número de problemas tales como las
enfermedades de transmisión sexual, los embarazos fuera del matrimonio, los
matrimonios y las familias destruídas, los niños traumatizados y a lo peor de
todo: a la separación de Dios, si es que no hay un sincero arrepentimiento.
Por otro lado, la ideología de Kinsey olvida la más
elemental psicología, al no caer en la cuenta de que el niño y el adolescente
necesitan madurar afectivamente antes de estar listos para después entregarse a
sí mismos total, responsable y amorosamente en el matrimonio.
Las investigaciones de Kinsey sobre la sexualidad
humana fueron manipuladas para que los resultados pudieran reafirmar su
ideología, aunque no tenían una verdadera base científica.
¿Qué le motivó a actuar así? Según Paul Robinson,
uno de sus biógrafos, Kinsey se dedicó en su trabajo, a "socavar las
normas tradicionales de la sexualidad"7. Quizás el motivo por
el cual Kinsey quería cambiar las normas sexuales de la sociedad, era su
aversión a los principios judeo-cristianos en los cuales ésta se basa.
"Kinsey conocía bien la tradición judeo-cristiana y estaba indignado por
lo que ésta le había hecho a nuestra cultura", dijo Pomeroy (8). Kinsey
tenía su propio plan de acción inmoral y esperaba utilizar sus
"investigaciones" como la base "científica" para
"cambiar los valores morales tradicionales de la sociedad"9.
Las investigaciones de Kinsey consistieron de dos
partes principales: 1- usó datos de las "historias sexuales" de cerca
de 18,000 personas y 2- dirigió experimentos sexuales en varios cientos de
niños de dos meses a casi 15 años de edad.
La información que se obtuvo no sólo fue
manipulada, sino que los entrevistados, en el caso del primer tipo de
"investigación", no representaban a la sociedad porque fueron
deliberadamente escogidos (algunos se brindaron), precisamente por ser
depravados. Aunque Kinsey decía que quería documentar y mostrar lo que la
sociedad estaba haciendo con respecto a la sexualidad, sólo se concentró en un
segmento de ésta: los depravados. Un gran número de los
"entrevistados" eran criminales culpables de agresiones sexuales,
pedófilos (que abusaban sexualmente de los niños) y exibicionistas. Alrededor
del 25% de ellos eran ex-reclusos o presidiarios, la mayoría de los cuales se
inclinaban hacia los actos sexuales ilícitos. Kinsey y sus investigadores
observaron y tomaron notas sobre varios "experimentos" filmados, que
mostraban diferentes tipos de comportamientos sexuales aberrantes, especialmente
de actos sexuales entre hombres homosexuales10.
Las investigaciones llevadas a cabo con varios
cientos de niños consistieron en actos sexuales perpetrados por un grupo de
nueve personas. Algunas de ellas fueron "entrenadas". El Informe
Kinsey sobre los Hombres, afirma que los niños reaccionaron a las
manipulaciones sexuales por parte de los nueve adultos de diversas maneras: se
retorcían, gritaban horriblemente, tenían violentas convulsiones, grandes
temblores y/o experimentaban horribles dolores11. Todo esto se llevó
a cabo supuestamente para "demostrar" que los niños son seres
sexuales que pueden "disfrutar" del placer sexual igual que cualquier
adulto, y que podrían beneficiarse de las relaciones sexuales.
No existe documentación alguna sobre quiénes eran
los niños o de dónde provinieron. Sin embargo, a pesar de que los experimentos
eran fradulentos y carecían de verdadera validez científica, los conceptos de
Kinsey hicieron su aparición después en los cursos de "educación"
sexual.
John Bancroft, que actualmente dirige el Instituto
Kinsey, ha dicho que "un practicante de la pedofilia mayor de edad (que
tuvo relaciones sexuales con cientos de hombres, mujeres, niños y animales),
fue la fuente de los datos sexuales de Kinsey con respecto a los niños"12.
Sin embargo, Judith Reisman, co-autora del libro Kinsey, Sex and Fraud,
se ha mostrado escéptica en relación a la declaración de Bancroft. Reisman ha
afirmado que "si usted alega que fue solamente uno [el de los datos
sexuales] y esa persona ya ha muerto, entonces usted se encuentra en una
posición de mayor ventaja que la de admitir que fueron varios hombres y que
algunos de ellos todavía no han muerto"13.
La Dra. Reisman recientemente pidió que el Congreso
de los EE.UU. llevara a cabo una investigación acerca del Informe
Kinsey. La Dra. Reisman cree que ya es hora de que la comunidad científica
norteamericana "reexamine el grupo de investigadores de Kinsey y lo
denuncie como una fuente de fraudes y mentiras"14 La Dra.
Reisman cree que el público americano debe estar al tanto de la fraudulenta
labor realizada por el grupo de Kinsey, ya que se cita a éste ampliamente como
una fuente "autorizada" sobre el comportamiento sexual humano.
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