El silencio de los introvertidos en el ruidoso mundo de la política
Lee el artículo en http://maquiaveloyfreud.com/politica-introvertidos
Estudiando la psicología del votante arribamos a un
tema de enorme importancia pero casi invisible: los introvertidos. Son un
segmento psicosocial numeroso e influyente, y tenemos que pensar en ellos a la
hora de formular una estrategia de comunicación política. Porque no sirve de
nada comunicarse con el público introvertido con los mismos parámetros que lo
hacemos con el público extrovertido.
Y sin embargo…¡qué poco se sabe al respecto y
cuántas ideas equivocadas circulan disfrazadas de verdades!
Ese es el tema del artículo "Dicen que la
política no es para introvertidos…".
Nota: me interesa conocer tus preguntas, opiniones
y comentarios sobre mis artículos. Comunícate conmigo en mi Colección Política
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DICEN QUE
LA POLÍTICA NO ES PARA INTROVERTIDOS…
Publicado por Daniel Eskibel en Sep
26, 2017
– Buenos días. Mi
nombre es Daniel Eskibel y soy introvertido -dije con una leve sonrisa y me
quedé mirándolos.
Eran poco más de las 09.15 am en Washington DC y así comenzaba mi intervención en el Campaign Management School Day presentado por la Virginia International University y los Napolitan Victory Awards.
Algunos de los
asistentes me observaron con cierta sorpresa.
Luego de un breve silencio aclaré que decir eso no era
mi presentación en un grupo de autoayuda ni tampoco la confesión de un problema
ni de una dificultad. Aunque en una etapa de mi vida sí que lo sentí como un
problema y lo viví como una dificultad. En la adolescencia me sentía diferente
a los muchachos de mi edad. Miraba a mi alrededor y veía a mis amigos volcando
toda su energía hacia afuera: conversaciones, fiestas, ruido, mucho movimiento…
Escuchaba toda
aquella agitación adolescente y pensaba que tal vez había algo en mí que estaba
mal. Y la voz de mi padre lo confirmaba: “leer tanto te va a hacer mal”.
Considera los
verbos que acabo de resaltar: verbos como observar, escuchar, leer, pensar. Son
casi el identikit de un introvertido. En realidad son fortalezas, no
debilidades. Pero esto recién lo comencé a descubrir alrededor de los 20 años
mientras cursaba la carrera de Psicología en la Universidad. Y lo consolidé
después, con la ayuda de mis queridos terapeutas. Fue así que pude luego ayudar
a mis propios pacientes durante décadas. Tanto a los introvertidos como a los
extrovertidos. Y fue así, también, que un buen día desembarqué en el ruidoso
mundo de la comunicación política.
Esta pequeña historia
es mi forma personal de darte la bienvenida al abordaje de un tema casi
invisible en el ámbito político: los introvertidos y la política. En aquella
conferencia en Washington DC cubrí básicamente 3 aspectos:
1. Cual es la principal diferencia psicológica entre introvertidos y
extrovertidos
2. Cómo comunicarnos políticamente con el segmento de los votantes introvertidos
3. Qué debe hacer una campaña cuando el candidato es introvertido
2. Cómo comunicarnos políticamente con el segmento de los votantes introvertidos
3. Qué debe hacer una campaña cuando el candidato es introvertido
En este artículo
me voy a limitar al primer aspecto, dejando los otros dos para próximas
publicaciones.
Introvertidos y extrovertidos en el mundo de la política
Muchos dicen que el
mundo político es sinónimo de hablar mucho, desplegar actividades múltiples
e intensas y conectar socialmente con gran cantidad de personas. Eso dicen y
eso hacen: liderazgos
políticos extrovertidos y campañas electorales
para extrovertidos. Pero se equivocan. Su error reside en desconocer qué
significan realmente términos como extroversión e introversión.
Introversión y
extroversión son 2 rasgos de personalidad absolutamente diferentes y
absolutamente normales. Ambos. Que una persona sea introvertida o extrovertida
no dice nada acerca de su salud mental ni de su estabilidad emocional ni de sus
logros personales ni de su contribución a la comunidad. Son simplemente dos tipos
de personalidad, dos formas diferentes de estar en el mundo.
Para comprender en
qué se diferencian tenemos primero que despejar tres confusiones, tres ideas
erróneas que están muy arraigadas y que conducen a cometer grandes
equivocaciones.
3 ideas equivocadas sobre los introvertidos
La primera idea
errónea es pensar que introversión es igual a timidez.
Falso. Son dos cosas completamente diferentes. La persona tímida es insegura y
vergonzosa. Ninguna de esas dos características define a un introvertido. Es
cierto que algunos introvertidos son tímidos. Pero eso es tan cierto como decir
que también algunos extrovertidos son tímidos.
Piensa por ejemplo
en una reunión del Cuarto de Guerra de una campaña o de la dirección política
de un partido. La persona tímida que habla poco en la reunión lo hace porque
siente temor. Desea hablar pero teme, tal vez teme equivocarse, o teme no ser
clara, o teme no ser aceptada por los demás. Y cuando habla vacila, se siente
agobiada, incómoda. La persona introvertida que en la misma reunión habla poco,
en cambio, lo hace porque se siente cómoda escuchando, porque prefiere escuchar
primero, escuchar y pensar, y solo después hablar. Y cuando habla se siente
habitualmente segura y confiada.
Como ves,
introversión y timidez son dos conceptos completamente diferentes.
La segunda idea
errónea que tenemos que descartar es pensar que a los introvertidos les
desagradan las personas. Falso también. A veces parece que fuera así, pero en
realidad no lo es. Introvertido no es antisocial. De hecho puede ser tan social
como el extrovertido, solo que de un modo diferente.
¿Cual es esa
modalidad diferente? Piensa por ejemplo en las reuniones políticas. El
introvertido no disfruta mucho de las reuniones multitudinarias. Prefiere los
grupos pequeños y las conversaciones con un solo interlocutor. El introvertido,
además, suele ser muy malo para la pequeña charla, para esas conversaciones
breves, fragmentadas, esos diálogos rápidos y casuales que pasan de un tema al
otro y que son importantes en la conexión social. Lo que prefiere el
introvertido, y se siente muy cómodo en ello, son las conversaciones más
lentas, más profundas, más concentradas en determinados temas.
Y la tercera idea
errónea, justamente, es pensar que a los introvertidos no les gusta hablar.
Falso, otra vez. En realidad es una cuestión de contexto y de ritmo. De
contexto porque en ciertas circunstancias disfruta mucho de hablar. De hecho
puede sostener conversaciones estimulantes durante horas. Y de ritmo porque
siempre prefiere pensar antes de hablar. Entonces disfruta cuando en la
conversación se logra un cierto ritmo de escuchar, pensar, hablar y ser
escuchado, volver a escuchar y recomenzar todo el ciclo.
¿Cual es la principal diferencia entre introvertidos y extrovertidos?
Todo lo anterior
nos lleva al punto exacto que hace a la diferencia entre introvertidos y
extrovertidos. No es la mayor o menor timidez. No es la actitud diferente ante
las personas. No es tampoco el mayor o menor gusto por la conversación. El
punto exacto está en la energía. En la fuente de energía.
Piensa en el smartphone y en todas las tareas que realizas con él. Cada una de esas tareas consume energía. Y cada día llega ese maldito momento en el cual se nos está acabando la batería. Es el momento de conectarlo a una fuente de energía porque de lo contrario ya no podrá seguir funcionando.
Tú, yo, todos los
seres humanos somos como el smartphone. Realizamos tareas y eso va consumiendo
nuestra energía a lo largo de las horas. Y también necesitamos recurrir a la
conexión con una fuente de energía para recargar nuestra batería y poder seguir
adelante.
Y aquí está el
punto. La fuente de energía de los extrovertidos está fuera de ellos mientras
que la fuente de energía de los introvertidos está dentro de ellos.
Entonces el
extrovertido recarga su batería conversando, socializando, encontrándose con
otros, moviéndose, poniéndose en contacto con muchos estímulos externos. Y
cuando se queda solo y en silencio, entonces su batería se va descargando poco
a poco.
En cambio el introvertido
recarga su batería a solas consigo mismo, en silencio, encontrándose con su
propio mundo interior, reduciendo al máximo los estímulos externos. Y cuando
está con otros y recibiendo muchos estímulos, entonces su batería se va
descargando poco a poco.
En suma: los
introvertidos viven una vida plena y saludable, establecen buenas relaciones
sociales, son personas estables, son muy buenos escuchando y observando, les
gusta leer y escribir y en el contexto adecuado pueden ser hasta grandes
conversadores.
Y además votan.
Lo cual nos lleva
a un punto especialmente relevante para las campañas políticas: ¿cómo
comunicarse con este segmento de la población?
Pero ese será tema del próximo artículo.
PD: Te propongo
algo mientras esperas el próximo artículo. Si eres introvertido, comunica estas
ideas a un reducido y selecto grupo de personas. Si eres extrovertido, comparte
estas ideas con todos. En ambos casos: sé fiel a tu manera de ser. Esa es mi propuesta.
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