Ediciones
Dyskolo publica “La novela y la vida. Siegfried y el profesor Canella”, de José
Carlos Mariátegui
04-09-2017
Sosias
es, además del personaje de una comedia –“Anfitrión”, de Plauto- una persona de
tal parecido con otra que puede llamar a la confusión. Tal vez constituya
también la clave de la única novela publicada por el pensador y escritor
marxista José Carlos Mariátegui (1894-1930), “La novela y la vida. Siegfried y
el profesor Canella”. Publicada por primera vez en Lima, 25 años después de la
muerte del periodista, político y revolucionario peruano, Ediciones Dyskolo recuperó
el texto en marzo de 2015.
De este relato corto (menos de un centenar de
páginas) se ha escrito que representa la búsqueda de identidad -después de una
guerra- por parte de un personaje sin memoria. El “Amauta” –“maestro”, en
quechua, tal como se le conoció a Mariátegui- publicó en vida sólo dos libros:
“La escena contemporánea” (1925) y “Siete ensayos de interpretación de la
realidad peruana” (1928). Sus textos completos se publicaron de manera póstuma
en varios volúmenes; El gran público tuvo acceso entonces a “El artista y la
época”, “Defensa del marxismo” o “Signos y obras”, entre otros ensayos del
ideólogo marxista, uno de los fundadores del comunismo latinoamericano.
El profesor Giulio Canella fue, en la novela de
Mariátegui, un profesor de enseñanza secundaria, bondadoso y severo, respetuoso
de la ley y del orden, también humanista y a quien podría adscribirse a la
escuela de Jose Carducci: un poeta clásico y de tono anticlerical. A los 30
años Canella contrajo matrimonio con una sobrina de nacionalidad brasileña, de
modo que su espíritu neoclásico sufrió una “crisis romántica”; la boda en
Verona –ironiza el escritor peruano- llegó a alterar un punto sus reflexiones y
tareas cotidianas, fieles a la herencia grecolatina.
La novela relata los doce años en que Giulio
Canella tuvo una segunda existencia, la del tipógrafo Mario Brunelli, sosias
del profesor. Los dos aprecian las humanidades, a Carducci y sienten rechazo
tanto por el decadente D’Annunzio como por el futurista Marinetti; tenían
aproximadamente la misma edad, ambos se habían casado en primavera y eran de
similar fisonomía. Pero también tenían diferencias políticas. Con un
liberalismo “iluminista” como punto de partida, Brunelli asumió un marxismo
“algo ecléctico”, con frases elocuentes del socialista Jaurés leídas en el
periódico “L’Humanité” y algunos conceptos traducidos de Marx. A partir del
trastrueque de identidades, de la evolución del personaje y su doble, Mariátegui
elabora la narración.
En 1920 el pensador y político peruano se desplazó
a Italia, donde siguió las huelgas de Turín y los procesos “consejistas” que
recorrían las fábricas. Entre julio y octubre también viajó por Milán y
Venecia. Antes había fundado en Perú la revista “Nuestra época”, de orientación
socialista, y el periódico “La Razón”. Los tres años de estancia en Italia,
donde le alejó por sus posiciones críticas el presidente Augusto Leguía,
permitieron a Mariátegui macerar su pensamiento. A ello se agrega su estancia
en países como Alemania, Austria y Francia. “Desde Europa me concerté con
algunos peruanos para la acción socialista; mis artículos de esa época señalan
estas estaciones de mi orientación socialista”, escribió en una carta el 10 de enero
de 1927 al escritor Enrique Espinoza, director de “La Revista Literaria” de
Buenos Aires.
En la introducción de la edición de Dyskolo, el
escritor e investigador Carlos Morales Falcón subraya que dos ciudades
italianas –Verona y Turín- marcan el eje de “La novela y la vida. Siegfried y
el profesor Canella”, que el autor terminó de escribir en 1930. El argumento se
inspira en un relevante caso judicial de la Italia de principios del siglo XX.
Pero aquel conflicto, recogido por los periódicos de la época, no sólo
fundamenta la trama de esta obra, sino también la de una novela anterior,
“Siegfried et le Limousin” (1922), de Jean Giraudoux. Morales Falcón pone el
acento en que Canella y Brunelli participen, sin conocerse, en un mismo
regimiento durante la guerra de 1914. “En las trincheras verán confundidas sus
identidades, debido a una explosión; sólo uno sobrevivirá sin memoria y, años
después, será reclamado por los tribunales de la Italia fascista”, resume el
investigador. Pone además el ejemplo de unas líneas de la novela, en las que
Mariátegui revela el proceso indagatorio de Canella: “No perseguía sino su
equilibrio moral y doméstico; era un escolástico que, caído en el error, se
encamina de nuevo hacia la verdad”; y lo hace por los caminos tortuosos de la
tentación.
Cuando Mariátegui retorna a Perú, sus convicciones
marxistas se han solidificado y se muestra como un revolucionario ya entregado
a la causa latinoamericana. Es entonces, cuenta en la carta a Enrique Espinoza publicada
en 1930, cuando el marxista peruano elabora reportajes, artículos e imparte
conferencias en la Federación de Estudiantes y la Universidad Popular sobre la
coyuntura de Europa; Asimismo da inicio a la tarea de investigación sobre la
realidad de Perú, desde una perspectiva marxista. Fundó la revista “Amauta” en
1926, de gran influencia continental y en circulación hasta 1930 (“Queremos
desterrar de esta revista la retórica”, afirmaba el primer número). Antes de
morir a los 35 años en Lima, el periodista y pensador organizó el Partido
Socialista (1928), después convertido en el Partido Comunista Peruano; y fundó
la Confederación General de Trabajadores del Perú, en 1929.
El Archivo José Carlos Mariátegui (en el Marxists
Internet Archive, Sección en Español) reproduce diferentes comentarios de
escritores sobre la novela editada por Dyskolo. Así, el poeta y narrador
peruano Sebastián Salazar Bondy destacó en La Prensa de Lima (1955) el dominio
del lenguaje que alcanza el autor, y que lo aproxima a su estilo personal:
“cortante, directo y pleno”. Además Mariátegui “vuelve con éxito a la vocación
literaria primigenia”. Pero Salazar Bondy, miembro de la denominada Generación
de los 50, va un punto más allá en el análisis y recoge, en palabras del autor
de la novela, su intención: “Decepcionar a los que no creen que yo pueda
entender sino marxistamente, y en todo caso como una ilustración de la lucha de
clases, ‘L’aprés midi d’un faune de Debussy o la Olimpia de Manet”.
El narrador y cuentista cubano Enrique Labrador
Ruiz resaltó en Alerta de La Habana (1955) que con la obra sobre Canella y
Brunelli, José Carlos Mariátegui priorizó la fantasía sobre su habitual
mentalidad analítica. Asimismo se refiere a la citada misiva del marxista
peruano a Enrique Espinoza, en la que dice que en el texto se mezclan realidad
y ficción, cuento y crónica, en una novela corta que era un relato. Ello se
pone de manifiesto ya en el título, “La novela y la vida”.
El escritor y ensayista argentino, Dardo Enrique
Cúneo, subrayó en Mundo Argentino de Buenos Aires (1955) algunos rasgos
biográficos del pensador marxista. Su universidad fueron las redacciones de los
periódicos; de hecho, tenía a gala su condición de autodidacta (“tal vez
antiuniversitario”, llegó a afirmar); En 1924 perdió una pierna y estuvo en un
tris de perder la vida. En 1927 Mariátegui fue capturado y recluido en el
Hospital Militar de San Bartolomé.
Dardo Cúneo considera que la tesis de la novela es
que ésta no tiene nada que envidiarle a la existencia; resalta además el estilo
de novela policial, “a despecho de la burda popularización actual del género”;
se trata, en resumen, de un relato corto con ingredientes de “travesura
literaria”, pero que sin duda dejaría paso a un robusto pensamiento político.
Con notables aportaciones, como la importancia de las masas indígenas en su rol
de proletariado continental; o las sintetizadas por el sociólogo y filósofo
marxista, Michael Löwy, en el artículo “Comunismo y religión: La mística
revolucionaria de José Carlos Mariátegui”, publicado en la revista
“Herramienta. Debate y crítica marxista”. Löwy pone de relieve la heterodoxia
del comunista peruano, ya que ante el racionalismo y el ateísmo que se le
presuponen al marxismo, Mariátegui se muestra más cercano a las corrientes románticas;
a volver la mirada a los mitos y a los héroes: al “donquijotismo” de Unamuno,
recuerda el sociólogo. Aquel que en tiempos de la Revolución de 1917 “insufló
en la doctrina socialista un ánima guerrera y mística”.
La novela y la vida
Siegfried y el profesor Canella
José Carlos Mariátegui
Prólogo de Carlos Morales Falcón
1ª edición (digital), marzo 2015
Dominio público
pdf. 92 pag. / epub. 1 Mb / Mobi. 1,3 Mb
Página del libro (descarga): http://www.dyskolo.cc/cat%C3%A1logo/lib010/
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