El
ingeniero y docente Julio Vargas Neumann. (Foto: PUCP)
El 14 de enero
pasado, un sismo de 6.8 en la escala de Richter interrumpió la cotidianidad de
los habitantes de Caravelí (Perú). El sismo, que afectó principalmente al
departamento de Arequipa, dejó 103 heridos, dos muertos y decenas de
damnificados. Los medios de comunicación informaron que el sismo ocasionó el
derrumbe de alrededor de 20 casas hechas de adobe. Debido a las pérdidas humanas
y materiales, el jefe de Estado se acercó a la zona donde evaluó el daño. Fue
entonces cuando hizo un pedido a la población: “Por favor, no construyan ese
tipo de casas, ya que son muy vulnerables”.
Al respecto
hablamos con Julio Vargas Neumann, investigador y docente del Departamento de
Ingeniería de la PUCP, quien ha desarrollado numerosas investigaciones
relacionadas con la construcción de viviendas con tierra y es uno de los
responsables de un proyecto que apuesta por la construcción de viviendas
sismorresistentes.
“Lo cierto es que
la construcción con tierra es y ha sido muy común en Sudamérica, ya que los
materiales con los que las personas construyen suelen ser los que tienen a su
alrededor”, nos dice. Vargas Neumann precisa que quienes construyen con tierra
usualmente son autoconstructores e informales. Además, muchas veces las
personas “no piden permiso porque los municipios de los pueblos no tienen un
departamento de obras que les apruebe la construcción”, precisa.
Por ello, el
ingeniero considera que pedir que no se construya con tierra oculta una falta
de conocimiento respecto al problema real. Lo que se debe hacer es enseñar a la
población a construir mejor, con los materiales y las posibilidades que tienen
a su alcance. “Las casas se cayeron por falta de conocimiento técnico, tenemos
que invertir en enseñar, integrar y ayudar a las personas”, comenta el docente.
El modelo de
viviendas a base de tierra que ha desarrollado el Departamento de Ingeniería de
la PUCP ha podido soportar el daño producido por un sismo de grandes
proporciones y ha dejado la construcción casi intacta. “Los modelos se han
creado inspirados en una tecnología usada cinco mil años atrás en las pirámides
de Caral, las cuales se mantienen en pie hasta el día de hoy”, explica.
La cultura Caral
había descubierto que usar bolsas hechas de soguillas de ichu rellenas con
piedras servía como base para la construcción de sus pirámides, ya que disipaba
el movimiento sísmico y evitaba los derrumbes. Estas bolsas, denominadas
shicras, “actúan de forma tal que permiten que las piedras se muevan entre sí
pero que no se desparramen”, precisa el especialista. Este conocimiento fue
difundido a través de la tradición oral a lo largo de 400 km. de la costa. El
ingeniero afirma que estas bolsas se han encontrado desde el sur de Lurín hasta
el norte del río Casma.
Vargas Neumann, en
compañía de los ingenieros Carlos Iwaki y Álvaro Rubiños, estudiaron las
pirámides de Caral por año y medio y descubrieron que podían usar una técnica similar
en los modelos que construían ya que las shicras, al controlar la energía
sísmica que trae el terremoto, pueden hacer que la edificación se comporte como
si hubiera recibido un sismo muy leve. “Probamos los modelos de casas de adobe
con base de shicras en una mesa vibradora que simula terremotos y los
resultados fueron increíblemente positivos. Con los terremotos ampliados, ni
siquiera se rajaba significativamente la casa de tierra”, indica el ingeniero.
Vargas Neumann considera que, gracias a la investigación y a la tecnología
sobre el refuerzo en tierra, “no solamente va a evitar las pérdidas humanas
sino es probable que también disminuya significativamente los daños
materiales”.
Las casas
construidas usando como guía el modelo desarrollado por el Departamento de
Ingeniería PUCP serán mucho más resistentes, y, además de eso, son tan
sencillas de construir que pueden ser hechas por las mismas personas que luego
las habitarán. Además, el ingeniero afirma que las casas hechas de tierra
cuentan con diversas ventajas frente a las que tienen concreto.
Primero, el costo.
El ingeniero precisa que, al construir con materiales locales, el costo es
mínimo. “No te cuesta trasladarlos. La tierra ni siquiera la compras, la sacas
de alrededor de la casa y construyes”. Los otros materiales que se usan son
piedras, contenidas en las shicras, y unas soguillas sintéticas con las que se
envuelven los muros y que se pueden encontrar en cualquier ferretería en todo
el país.
Por otro lado, los
muros de adobe tienen una capacidad de inercia técnica, lo que es perfecto para
las personas que viven en zonas donde deben soportar temperaturas entre -15° y
30° en un mismo día. “Los muros de tierra son anchos, por lo que al recibir el
calor del sol se van calentando durante el día, en la noche el cuarto ya está
caliente, duermes y al día siguiente está frío de nuevo debido a la temperatura
de la noche. Vargas Neumann sostiene que “otros materiales no sirven, este sí y
es casi el único que lo hace, además es barato, gratis y accesible”. (Fuente:
PUCP/DICYT)
No hay comentarios:
Publicar un comentario