Eran las primeras horas de la mañana del 14 de
abril de 1972 y la guerrilla
urbana Tupamaros desplegaba por lo menos 10 grupos armados en diversos
puntos de Montevideo, la capital de Uruguay.
Su misión era emboscar y matar a un detallado
listado de militares, policías y civiles a los que acusaba de formar parte de
un escuadrón paramilitar de extrema derecha. Al finalizar cada operativo su
responsable llamaba a un teléfono fijo e
informaba en clave el resultado de la acción.
Varios de los principales dirigentes de la
guerrilla esperaban aquellas llamadas desde una casa de seguridad ubicada en el
barrio Cordón. Desde allí coordinaban las acciones y tomaban las decisiones
principales de aquel día de guerra. El teléfono fijo era su herramienta de
comunicación interna.
Pero los dirigentes no estaban solos en la línea.
Estaban acompañados por los servicios de inteligencia uruguayos que habían
intervenido el teléfono por una mezcla de casualidades, descuidos y
corazonadas. Y mientras avanzaba la mañana y las calles de la ciudad se
llenaban de sangre, algunos oficiales de inteligencia que escuchaban aquel
teléfono descubrían con asombro que allí estaba el centro de mando de aquellas
operaciones violentas.
Sobre el mediodía las tropas rodearon y atacaron la
casa hasta que sus sorprendidos ocupantes se rindieron. Los comandantes
guerrilleros y quienes estaban con ellos fueron sacados a la calle y fusilados
frente a la vivienda.
Era el principio del fin de la guerrilla.
La comunicación interna como
engranaje decisivo en las organizaciones
La comunicación interna es el oxígeno de las
organizaciones, su elemento vital, su sustento. Podrá ser una organización
guerrillera como la del ejemplo anterior, o una organización deportiva,
religiosa, política, cultural, económica o social. Más allá de su cometido, si
es una organización necesita fluidos mecanismos de comunicación interna. Si no
los tiene se ahoga.
Empecemos por el principio: ¿qué es comunicar?
Si apelamos al diccionario de la Real Academia
Española encontramos diversas definiciones del concepto:
- Hacer a una persona partícipe de lo que se tiene.
- Descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo.
- Conversar, tratar con alguien de palabra o por escrito.
- Transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor.
- Establecer medios de acceso entre poblaciones o lugares.
- Consultar con otros un asunto, tomando su parecer.
- Coincidir en ideas o sentimientos con otra persona.
- Extenderse, propagarse.
Todo lo anterior es comunicar. Y si repasas cada
una de las definiciones verás que son acciones que se pueden ejecutar tanto
hacia afuera como hacia adentro de las organizaciones. Comunicación externa y
comunicación interna, por lo tanto.
Se habla y se escribe mucho sobre la comunicación
hacia afuera, hacia los públicos externos, pero poco acerca de la comunicación
interna.
Sin embargo es decisiva.
¿Decisiva para qué?
Para el logro de los objetivos de la organización.
La organización con una buena comunicación interna
tiene varias ventajas importantes:
1. La información necesaria para
trabajar fluye dentro de la organización.
2. Se incrementan la participación y
la colaboración.
3. Crecen los niveles de motivación
para las tareas.
4. Los miembros tienen mayor sentido
de pertenencia a la organización.
5. La comunicación entre personas y
grupos es más veloz.
6. La organización gana en
coherencia e integridad.
7. La comunicación con los públicos
externos se potencia.
¿Acaso no es esencial que tu organización política
también tenga estas ventajas?
El papel de la mensajería
instantánea en la comunicación política interna
Los partidos políticos, los gobiernos y las
campañas electorales viven con la obsesión de comunicarse hacia afuera para
convencer a sus audiencias. Pero suelen descuidar el factor esencial,
imprescindible y previo a todo ello: la comunicación política interna.
¿Cómo describimos la comunicación
política interna?
Son los mecanismos y procesos comunicacionales que se construyen y ponen en funcionamiento al interior de las organizaciones políticas.
Si caminamos por la huella de las definiciones de
la palabra comunicar que da la Real Academia Española, podemos decir que la
comunicación política interna:
1. Hace que todos los miembros del
partido, gobierno o campaña compartan las ideas, los valores y los proyectos
comunes.
2. Facilita la circulación de
información entre las diversas instancias políticas así como entre dirigentes y
militantes, entre dirigentes entre sí y entre militantes entre sí.
3. Promueve las conversaciones y el
diálogo al interior de las estructuras partidarias, gubernamentales y
electorales.
4. Forja los códigos
comunicacionales, políticos e ideológicos propios de la organización.
5. Facilita las conexiones políticas
entre estructuras y activistas.
6. Enriquece los procesos de
consulta interna para una mejor toma de decisiones.
7. Provoca sentimientos y emociones
compartidas a nivel colectivo.
8. Propaga velozmente la información
que todos y cada uno necesitan para su actividad política, gubernamental o
electoral.
9. Eleva en la organización política
los niveles de motivación y el sentido de pertenencia.
10.
Brinda a
todo el dispositivo político un más alto estándar de identidad y coherencia.
11.
Mejora
sustancialmente la efectividad del partido, gobierno o campaña y también su
comunicación externa hacia la sociedad.
En este marco la mensajería instantánea es una de
las herramientas más potentes de que disponemos. Lejos estamos de aquellos
tiempos en los que los miembros de una organización tenían que llamar a un
teléfono fijo para que la información sobre lo que ocurría en la calle fluyera
hacia la dirección del grupo.
Considerando que vamos con los teléfonos móviles a
todas partes durante todo el día, pues allí tenemos un eje central para la
comunicación interna de nuestra organización política. De hecho, si todos los
militantes y todos los dirigentes están todo el tiempo con un dispositivo móvil
de comunicación en la palma de su mano, sería un desperdicio imperdonable no
utilizar bien dicha tecnología.
Piensa entonces en WhatsApp, Telegram, Signal,
Facebook Messenger, Hangouts, Line
o cualquier otro servicio de mensajería instantánea. Y piensa cómo diseñar un
sistema comunicacional interno dentro de tu organización política. Un sistema
que sea simple pero efectivo.
Es interesante para ello diseñar ese sistema sobre
la base del diseño organizacional del partido, de la campaña electoral o del
gobierno.
En cada nivel organizacional vas a encontrar
estructuras, organismos. Por ejemplo el cuarto de guerra, el comité ejecutivo,
el comité político, la dirección provincial, la dirección local, el gabinete de
gobierno, el equipo
de campaña electoral…Cada estructura que identifiques debe tener su propio
nivel de comunicación interno, tal vez a través de la funcionalidad que permite
crear grupos de WhatsApp, de Telegram o de cualquier otro servicio similar.
En cada grupo deberán participar solo quienes
tienen responsabilidades o actividad a ese nivel. Y habrá que decidir también
cuales grupos deben comunicarse con otros grupos y a través de qué canales. De
esa manera vas construyendo una telaraña comunicacional a lo largo y a lo ancho
de toda la organización.
Mientras leías lo anterior posiblemente pensabas en
WhatsApp o en Telegram. Los dos servicios son muy buenas opciones, aunque en lo
personal me decanto por recomendar Telegram.
Ventaja principal de Telegram
sobre WhatsApp para la comunicación política interna
El principal factor en el cual Telegram aventaja a
WhatsApp es de enorme gravitación política: seguridad.
Ya lo viste en la historia sobre los guerrilleros
uruguayos que te conté al comenzar este artículo: de nada sirve la comunicación
interna si hay alguien espiando en la línea. Esto vale para todas las
organizaciones. Los gobiernos, los partidos políticos y las campañas
electorales tienen siempre una multiplicidad de planes, decisiones y acciones
que necesariamente son reservadas. Que tienen que circular solamente en el
nivel que corresponda.
¿Cómo sorprender al adversario sin reserva? ¿Cómo
procesar una decisión difícil si antes de hacerlo ya aparecen las
conversaciones en la prensa? ¿Cómo evaluar distintos escenarios políticos o
electorales si trascienden antes de tomar decisiones? ¿Cómo manejar con
inteligencia nombres de posibles candidatos a un puesto si al día siguiente
esos nombres ya quedan expuestos públicamente?
La reserva, pues, es fundamental. La reserva brinda
tiempo
para reflexionar y llegar a las mejores decisiones. La reserva evita
problemas y ayuda a madurar las opiniones. La reserva, además, es gran aliada
de la estrategia y de las sorpresas tácticas.
Por lo tanto la necesidad de reserva obliga a una
comunicación interna segura.
El cifrado de extremo a extremo de WhatsApp ofrece
garantías importantes. Mayores garantías, de hecho, que los mensajes “comunes”
de Telegram. Pero Telegram ofrece, además, una posibilidad que no tiene
WhatsApp: los chats secretos.
El
chat secreto de Telegram es tan fácil de realizar como el común, pero
agrega un cifrado tan potente como el de WhatsApp. Un cifrado que hace que
nadie, excepto quien lo envía y quien lo recibe, puede descifrar el mensaje.
Nadie, ni siquiera Telegram. Y agrega también la caducidad de los mensajes, su
autodestrucción en un tiempo determinado de antemano. Esto significa que al
enviar un mensaje puedes fijar cuánto tiempo de vida tendrá ese mensaje. Y al
cumplirse ese tiempo ese mensaje se borra inmediatamente tanto del teléfono del
que lo envió como del que lo recibió.
Más aún: el mensaje recibido por chat secreto no es
posible reenviarlo. Con lo cual le cierras el camino a las filtraciones de
información, tan notorias en estos días y tan perjudiciales para los intereses
de las formaciones políticas.
Y para que la comunicación por Telegram sea aún más
segura, el servicio te alerta si un receptor hizo una captura de pantalla de tu
mensaje para filtrarlo por otra vía.
Nunca hay seguridad total en ninguna comunicación,
por cierto. Pero estas funcionalidades de Telegram le dan una ventaja
comparativa muy relevante para la comunicación política interna. Si además
consideramos que la seguridad fue desde el inicio la razón misma de ser de
Telegram y su valor diferencial, pues todo apunta a que continuará blindando
las comunicaciones con mayor potencia que sus competidores.
¿No quieres ver en la prensa de mañana lo que hoy
discutiste en el grupo de mensajería de tu bancada legislativa o de tu gabinete
o de la ejecutiva de tu partido o del cuarto de guerra de tu campaña?
Pues te recomiendo Telegram (y no tengo ninguna vinculación con dicha empresa, dicho sea de paso y por las dudas…).
Pero todo el mundo usa WhatsApp y
pocos usan Telegram…
Todos
usan WhatsApp y pocos usan Telegram. Es cierto. Es una objeción potente. Y
en realidad ya expresé antes que WhatsApp es también una buena opción.
Pero el argumento puede darse vuelta y considerarse
del lado del revés.
Tal vez el hecho mismo de que pocos usen Telegram
lo hace mucho mejor todavía para la comunicación política interna. Porque puede
ser un canal comunicacional dedicado en forma casi exclusiva a las tareas
políticas, gubernamentales y electorales.
¿Qué prefieres?
1. ¿Las notificaciones de los
mensajes de otros miembros de la dirección del partido en el mismo entorno que
las correspondientes a tus amigos, familiares, clientes y conocidos?
2. ¿O esas notificaciones en un
servicio de mensajería aparte que utilices básicamente para la comunicación
política interna sin mezclarla con nada más?
Lo segundo seguramente es más efectivo.
Telegram es tan fácil de usar como WhatsApp, por lo
tanto su curva de aprendizaje es casi cero, de inmediato lo instalas y
comienzas a usarlo. Lograr que esos pequeños grupos del partido, el gobierno o
la campaña lo instalen y utilicen es algo simple y rápido.
Sin descartar WhatsApp que te sirve también para
muchas cosas. O cualquiera de los otros servicios de mensajería (nadie dice que
tengas que tener uno solo instalado en tu móvil…).
Para finalizar la comparación, Telegram tiene otras
ventajas sobre WhatsApp: puedes compartir todo tipo de archivos (audios,
vídeos, pdfs, docs, fotos, stickers) incluso algunos realmente pesados (hasta
1.5 GB de tamaño), las llamadas de audio a través de la aplicación son de muy
buena calidad, no necesitas darle tu número telefónico a desconocidos, y puedes
proteger tus conversaciones con un código de acceso por las dudas que alguien
acceda físicamente a tu teléfono. Además no tiene las caídas frecuentes que
tiene WhatsApp y funciona de modo óptimo en su versión de escritorio, por lo
cual también lo puedes manejar desde tu computadora.
La principal ventaja de WhatsApp, por otra parte,
es el servicio de videollamadas del que carece Telegram.
Finalmente: más allá de cual es la mensajería
instantánea que prefieres, lo principal es que diseñes en tu organización
política un sistema de comunicación interna en el que dicha mensajería cumpla
un papel destacado. Recuerda que la comunicación interna es el oxígeno de la
comunicación política de gobiernos, campañas y partidos.
No improvises. Organízate.
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