Miguel Aragón
Breve Presentación.-
En algunos países como el Perú, en los
cuales no obstante el largo pero lento crecimiento económico capitalista,
la pesada herencia feudal mantiene casi toda su potencia en
los aspectos social, político, militar, judicial, religioso, y cultural.
En estas condiciones, las diversas
variantes del socialismo feudal, todavía subsistentes, rinden culto a
sus minúsculas organizaciones políticas “partidarias”.
Casi todos los caudillos personalistas
de la “izquierda” peruana, herederos, y depositarios de la nefasta influencia
de las congregaciones eclesiásticas promovidas por el catolicismo
criollo, y que viven enclaustrados en el secretismo y la intriga permanente,
acostumbran glorificar y santificar a sus minúsculas sectas político
“partidarias”, en las cuales impera el autoritarismo jerárquico y vertical,
y se promueve el rastrero servilismo entre sus “militantes”. Servilismo
y sometimiento similares a los implantados durante varios siglos en las
congregaciones eclesiásticas y en la organización militar feudal.
A continuación trascribo un comentario,
que inicialmente publiqué el 19 de enero de este año, como parte de mi modesta
contribución con la Conmemoración del Bicentenario del nacimiento de Carlos
Marx (Miguel Aragón, 03 de mayo de 2018).
Temas del Bicentenario de Carlos Marx
(01)
OPONERNOS AL “CULTO AL PARTIDO” (Parte I)
(19 de enero de 2018)
Por Miguel Aragón
El día 25 de diciembre, abriendo espacio con gran
dificultad entre la telaraña tejida por las airadas y vociferantes
declaraciones provocadas por la superficial e intrascendente crisis de
gobierno, en las recargadas páginas de Facebook le hice la siguiente
pregunta al “compa” Pavel Ortega: “¿en qué parte de su extensa obra ‘Marx
orientó siempre que la revolución socialista necesita de un partido
organizado’?” Y agregué “Agradeceré la referencia bibliográfica”. (Yo me
refería a una afirmación que Pavel había escrito un día antes).
I
Grata fue mi sorpresa que, más rápido
que inmediato, Pavel Ortega me respondió por intermedio de las mismas redes de
Facebook. A continuación trascribo su respuesta, que incluye dos citas:
“Manifiesto Comunista: "El propósito inmediato de los
comunistas es el mismo que el de todos los partidos obreros: constitución de
los proletarios en clase, destrucción de la supremacía burguesa, conquista del
poder político por el proletariado".
El 18 Brumario de LB: "La
fuerza del partido proletario estaba en la calle, y la de los pequeños
burgueses en la misma Asamblea Nacional. Tratábase, pues, de sacarlos de la
Asamblea Nacional a la calle y hacer que ellos mismos destrozasen su fuerza
parlamentaria antes de que tuviesen tiempo y ocasión para consolidarla. La
Montaña corrió hacia la trampa a rienda suelta. (pag 42, TAN VIGENTE, Escrito
por Carlos Marx en diciembre de 1851-marzo de 1852. Publicado con su firma,
como primer número de la revista Die Revolution en 1852, en Nueva York. Primera
edición: noviembre 2003. Fundación Federico Engels. ISBN: 84 - 932118 - 7 - 7.
Depósito Legal: M-51092-2003. Publicado y distribuido por la Fundación Federico
Engels C/
Hermanos del Moral 35, bajo 28019 Madrid. Teléfono: 91 428 38 70 · Fax: 91
428 38 71)”
A las dos citas trascritas, Pavel
Ortega agregó: “Mas no me puedo detener en estos temas, una buena, sincera y
seria interpretación dan fe de lo dicho. De los otros temas, ya no perdamos
tiempo. Las calles y la organización nos llaman. Saludos mil compa.”
Ese fue el texto de Pavel. Le estoy
profundamente agradecido por la respuesta tan rápida, y a la vez,
tan sustancial en su contenido.
En una primera, y apurada, lectura de
los dos textos citados por Pavel, podríamos llegar a la apresurada
conclusión, que para Carlos Marx la organización partidaria siempre es
necesaria.
Y a propósito, recordaré que hace
cincuenta años, en 1967, la primera vez que yo leí el Manifiesto
Comunista, llegué a la conclusión que “Marx y Engels militaron
orgánicamente en el Partido Comunista durante toda su vida política (Marx desde
1847 hasta 1883, y Engels desde 1847 hasta 1895)”. Ahora, tengo que reconocer
que esa apresurada, como equívoca, conclusión de mis años iniciales de
militancia en el movimiento socialista, perduró en mi mente por más de
quince largos años.
II
Recibida su respuesta, en primer lugar,
tengo que felicitar a Pavel Ortega. Debemos de estar muy seguros, que al participar
o apoyar la lucha política electoral, así como en la lucha
económica reivindicativa, para que éstas sean dos luchas efectivas,
necesariamente tenemos que acompañarlas de nuestra participación en
la también necesaria lucha teórica.
La lucha teórica es una lucha
permanente, que de “teórica” tiene muy poco, porque la teoría de los
maestros del proletariado no es otra cosa que la sistematización de la
práctica social de las masas. Los maestros del proletariado no han sacado
ninguna de las ideas “de su cabeza”, como muchos siguen
suponiendo, sino que, debemos entender que toda la teoría marxista no es otra
cosa que la síntesis de la práctica social (práctica social y no solamente
práctica individual). En eso radica la fuerza del folleto Manifiesto
Comunista de Engels y Marx, o del libro 7 Ensayos de
José Carlos Mariátegui, por recordar solamente dos, de los numerosos textos
fundamentales de la teoría marxista.
Pavel Ortega, con mucho acierto
ha trascrito dos citas. La primera del folleto Manifiesto
Comunista (1848), escrito por Engels con la colaboración de Marx; y la
segunda cita es del libro El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (Dic
1851-Marzo 1852), escrito por Marx con la colaboración de Engels.
Al leer, estudiar, y comentar, cualquier
artículo, ensayo, folleto, o libro, de los maestros del proletariado, lo
primero que debemos de tener presente es que son aplicaciones y desarrollos
de la concepción materialista de la historia, y por lo tanto, como su
propio nombre lo dice, son textos “históricos”.
Al comenzar la lectura de un nuevo
texto, siempre debemos de preguntarnos ¿en qué condiciones fue escrito?, ¿qué
hechos importantes ocurrieron, tanto antes, como después de ser escrito? En
caso contrario, caeríamos en el error de pensar que las ideas expuestas en los
textos marxistas siempre “son verdades eternas”, válidas para todos los
tiempos y para todos los lugares. Eso sería un error, y por eso mismo
considero que sería un grave error asumir como siempre válidas y
vigentes, las dos citas trascritas por Pavel Ortega.
La mayoría de socialistas, que se
inician, o que nos hemos iniciado, con la lectura del Manifiesto
Comunista, cometen, o hemos cometido, el error, de pensar que Marx y Engels
“militaron orgánicamente en un partido durante toda su vida política”, y
que siempre fueron dirigentes de la Liga Comunista (o Partido Comunista), desde
1847 hasta el día que ambos murieron.
Pero esa es una conclusión totalmente
equívoca, no se apoya en la realidad histórica, y justamente
ese error colectivo, trataré de explicarlo en las siguientes
líneas, de la manera más breve posible.
III
Para tener una visión más integral, del
periodo histórico en que fueron escritos ambos textos citados por Pavel Ortega,
le recomendaría revisar un tercer texto, Las Luchas de Clases en Francia de
1848 a 1850, escrito por Carlos Marx y publicado por partes el año 1850.
Adicionalmente, como complemento,
también recomiendo revisar la Introducción al libro las Luchas de Clases en
Francia, escrita por Federico Engels cuarenta y cinco años después
(en marzo de 1895). De esa manera se tendría una visión más completa del
momento en que fueron escritos los tres textos recomendados.
Bueno, pues, y ¿Qué ocurrió antes y
después, de ser escritos esos tres textos de los años 1848
(Manifiesto Comunista), 1850 (Las Luchas de Clases..) y 1852 (El
Dieciocho Brumario…)?
1.-Crisis económica y Situación
revolucionaria.-
En 1847 (en el año anterior a la
publicación del Manifiesto Comunista), lo primero que hay que
destacar es que había estallado la primera crisis económica capitalista
mundial (en realidad no abarcó todo el mundo, sino que fue una crisis que
abarcó a casi todo el continente europeo, que para ese tiempo, era “casi todo
el mundo capitalista”).
En segundo lugar, hay que recordar que
el desarrollo de la mencionada crisis económica, a su vez creó las
condiciones para la formación de una situación revolucionaria en varios
países europeos.
En tercer lugar, recordemos que la
formación de esa situación revolucionaria a partir de 1847, a su vez, creó las
condiciones para el estallido de una crisis revolucionaria.
Al escribir el Manifiesto Comunista,
Engels y Marx, estaban muy bien informados y tenían una idea muy clara de lo
que estaba ocurriendo en el desarrollo de las relaciones económicas de la
realidad europea de ese tiempo, y a partir del conocimiento de la crisis
económica en desarrollo, elaboraron una posición muy definida de lo que
tenían que hacer los socialistas en esas condiciones nuevas, condiciones objetivas
recién formadas el año 1847.
En la última parte del Manifiesto
Comunista, Engels y Marx escribieron “Los comunistas fijan su principal
atención en Alemania, porque Alemania se halla en vísperas de una revolución
burguesa y porque llevará a cabo esta revolución bajo condiciones más
progresivas de la civilización europea en general (…) y, por lo tanto, la
revolución burguesa alemana no podrá ser sino el preludio inmediato de una
revolución proletaria”.
Muy pocos de los lectores y
comentaristas del Manifiesto de 1848, incluidos varios con gran
experiencia, se han percatado de esas condiciones en las cuáles fue
escrito el Manifiesto de 1848: ¡En vísperas de una revolución!
Si no tenemos conocimiento, o no le
prestamos la atención debida, a esa situación (“en vísperas de una
revolución”), nunca entenderemos el contenido fundamental del Manifiesto de
1848.
Esa fue, una genial previsión científica
de Engels y Marx, que fue comprobada en los meses siguientes. El Manifiesto
Comunista, escrito a fines de 1847, fue publicado a comienzos de febrero de
1848. A fines de ese mismo mes, “el 24 de febrero de 1848 la revolución
arrojó del trono al rey de la burguesía francesa”, y pocas semanas
después, la revolución triunfó en Viena (Austria) el 13 de marzo y en
Berlín (Alemania) el 18 de marzo, y meses después la revolución también estalló
en Italia, Hungría, Polonia y otros países del continente europeo.
En esas condiciones nuevas (crisis
económica mundial y formación de situación revolucionaria), Marx y Engels
llegaron a la acertada conclusión que ya era necesaria la
constitución del partido del proletariado, justamente para aprovechar la
situación revolucionaria en desarrollo, e intentar transformarla en
crisis revolucionaria (para lo cual, justamente se necesita desarrollar
la conciencia y la organización). Ese fue el requisito necesario e
imprescindible, para que Marx y Engels, a mediados del año 1847,
asumieran la decisión de constituir el partido, precisamente en ese
momento, y no en otro.
La decisión de constituir el partido, no
fue un arrebato que “se les ocurrió de un momento a otro”, sino que fue una
decisión bien pensada, que obedeció a las exigencias de la evolución de ciertas
condiciones objetivas determinadas. (Esa decisión es muy diferente a lo que ha
ocurrido y sigue ocurriendo, en nuestro medio criollo, donde se fundan
“partidos” el día que a cualquier caudillo se le ocurre. A ellos igual
les da, el que exista o no exista situación revolucionaria en
desarrollo).
O dicho de otra manera. Si en 1847 no
hubiera estallado la crisis económica, y no se hubiera formado una situación
revolucionaria, es muy posible que Marx y Engels hubieran continuado
trabajando como lo venían haciendo antes de 1847, es decir hubieran continuado
trabajando sin necesidad de dirigir la constitución del partido del
proletariado.
2.-Reanimación de la industria y Derrota
de la revolución.-
La lucha de clases revolucionaria que
estalló a comienzos de 1848, se prolongó por dos años, 1848 y 1849,
pero esa gran lucha de masas, después de pasar por varios momentos,
en los cuales se alternaron avances y retrocesos, fue derrotada
militar y políticamente.
¿Por qué fue derrotada?
Por un lado, la crisis
económica que había estallado el año 1847, pronto fue superada, dando paso
a una nueva situación de prosperidad industrial. Engels lo explico
textualmente con las siguientes palabras: “la crisis del comercio mundial
producida en 1847 había sido la verdadera madre de las revoluciones de
febrero y marzo, y que la prosperidad industrial, que había vuelto a producirse
paulatinamente desde mediados de 1848 y que en 1849 y 1850 llegada a su pleno
apogeo, fue la fuerza animadora que dio nuevos bríos a la reacción europea
otra vez fortalecida. Y esto fue decisivo” (Engels, Introducción a Las
Luchas de Clases en Francia de 1848 a 1850, escrita en 1895, Obras
escogidas de Marx Engels, pag. 675)
La evolución del modo capitalista de producción, entre otras particularidades,
se caracteriza por su evolución cíclica, o evolución a saltos periódicos. En la
historia de los países capitalistas, no hay “crisis permanentes”, ni tampoco
hay “prosperidad permanente”. A los periodos de temporal auge, necesariamente
le siguen periodos de crisis, luego de estancamiento y reanimación temporales,
para luego repetirse nuevamente el ciclo.
La primera crisis capitalista ocurrió en
1825 en Inglaterra, en ese entonces el país capitalista más desarrollado, y la
primera crisis capitalista de alcance mundial (en realidad solo abarcó a
varios países europeos y parcialmente a América del Norte) ocurrió en
1847.
3.-La organización partidaria ya no era
necesaria.-
Al concluir el ciclo de la
crisis económica (1847-1849), disminuyeron los factores favorables para
la continuación de la situación revolucionaria de esos años. Y se entiende que,
al disminuir o superarse esos factores, ya no había condiciones para
continuar la lucha revolucionaria de esos años.
Sin continuación de la crisis económica, y sin desarrollo de la situación
revolucionaria, Marx y Engels, entre fines de 1850 y comienzos del año
1852, llegaron a la conclusión que la organización política partidaria ya no
era necesaria.
De esta nueva conclusión, a la cual Marx y Engels arribaron en el transcurso
del año 1851 o 1852, no se trata en los tres documentos
recomendados, Manifiesto… (publicado en 1848), La Lucha de
Clases….(publicado en 1850), y El 18 de Brumario… (publicado a
comienzos de 1852)
Se entiende que, la nueva conclusión es posterior a la redacción y
publicación de los tres textos citados.
Marx y Engels al arribar a la conclusión
que la “organización partidaria ya no era necesaria” no pudieron proponerla de
inmediato. Postergaron la presentación y aprobación de la misma en la Liga
Comunista, para no interferir con el desarrollo del Juicio de Colonia,
en el cual fueron enjuiciados y sancionados penalmente varios militantes de la
Liga Comunista que habían participado activamente en las luchas revolucionarias
de esos años.
No bien concluyó el juicio, con fecha 12 de noviembre de 1852 Marx y Engels
presentaron la propuesta de auto disolución de la Liga Comunista. Propuesta
trascendental (tan importante como la propuesta de constitución de la Liga
Comunista) que fue aprobada el día 19 de noviembre de 1852.
La lucha revolucionaria de esos años ya
había ingresado a una etapa de repliegue, y consecuentemente Marx
y Engels comprendieron que ya no era necesario sostener una organización partidaria
de carácter revolucionario.
La propuesta de autodisolución del
partido revolucionario presentada por Marx y Engels, no fue adoptada por
unanimidad. Al interior de la Liga Comunista se desarrolló una corriente de
oposición: “Willich y Schapper fundaron una Liga aparte, que no tardó en
degenerar en un juego de aventureros revolucionarios” (Franz Mehring, Biografía
de Carlos Marx, pag. 168). En palabras de Engels: “Con el proceso de
Colonia termina el primer periodo del movimiento obrero comunista en Alemania.
Inmediatamente después de la condena disolvimos nuestra Liga; pocos
meses más tarde fenecía también la Liga escisionista de Willich - Schapper”
(Engels, Contribución a la Historia de la Liga Comunista, octubre de
1885, en Obras Escogidas de Marx Engels, pag. 469). Tiempo después, Engels
recordaría que al asumir esa decisión: “esto nos valió el ser proscritos
y anatemizados como traidores a la revolución” (Engels, Introducción
a Las Luchas de Clases en Francia, marzo de 1895, en Obras Escogidas de
Marx Engels, pag. 678)
Los textos en castellano, en los cuales se expone la decisión de
Marx y Engels del año 1852, son muy escasos. A partir
del año 1919, los funcionarios de la Internacional Comunista, se encargaron de
filtrar, eludir la traducción y la difusión de esos textos, hasta prácticamente
hacerlos salir de circulación.
Por otro lado, la mayoría de los
activistas de mi generación (desde hace buen tiempo ya mayores de 60
años, y próximos a cumplir los 80), nos hemos formado durante varias
décadas en la equívoca idea que “los partidos son eternos”, hasta ahora
continúan pensando así, y no piensan replantearse esa errónea conclusión,
porque según ellos, eso es “un tópico superado”. Es muy posible que la mayoría
de ellos pronto mueran con esa idea en la mente.
El verdadero replanteo de esas tesis
equívocas, tal vez le vaya a corresponder a los activistas jóvenes de la
próxima generación (2020-2045). Ellos tendrán que realizar verdaderas
excavaciones profundas, buscar los textos faltantes en ediciones en alemán,
francés o inglés, para más adelante divulgar esos textos masivamente, y
replantear seriamente el futuro trabajo de construcción partidaria.
IV
A manera de corolario.-
El desarrollo de la investigación histórica, de los grandes sucesos ocurridos
en Europa, y de las ideas desarrolladas por Marx y Engels en el quinquenio
transcurrido entre los años 1847 y 1852, es uno de los temas más
importantes a tratar en la digna Conmemoración del Bicentenario
del nacimiento de Carlos Marx (1818-2018), acontecimiento que estamos
recordando este año.
Para un mejor aprovechamiento práctico de las conclusiones de esta
investigación teórica, debemos de plantearnos seriamente algunas preguntas,
relacionadas con las necesidades del desarrollo del movimiento socialista
peruano en el presente:
1.-Actualmente, la evolución económica
de la realidad peruana se encuentra en “crisis general y generalizada”; o
por el contrario, se encuentra atravesando “un largo periodo de crecimiento
capitalista”.
2.-Actualmente la evolución de la
realidad peruana se encuentra en “grave crisis de inestabilidad política”; o
por el contrario “se está viviendo un largo periodo de relativa estabilidad
política burguesa”.
3.-¿Actualmente hay situación
revolucionaria en el Perú, y nos encontramos en vísperas del estallido de
la crisis revolucionaria? De ser afirmativa la respuesta ¿Cuáles son las
manifestaciones de esa probable situación?
4.- Después de ser respondidas
seriamente las tres preguntas anteriores, debemos de preguntarnos ¿actualmente
es necesaria la constitución del partido del proletariado peruano? ¿Qué
hacer con los mini partidos, comités y colectivos existentes, que se
reclaman ser “la vanguardia del proletariado peruano”? (Continuará)
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