07-07-2018
Uno
de los errores más frecuentes entre quienes deseamos superar
el capitalismo es el confundir nuestros deseos con la realidad. En cada recodo
de la historia creemos ver el fin del sistema y el triunfo inexorable de sus
sepultureros. Sin embargo, se trata de un error muy frecuente,
incluso entre gobiernos y estados poderosos, que suelen sobrestimar sus
capacidades y subestimar las de sus adversarios.
Por
eso resulta interesante el editorial del diario oficialista chino Global
Times del 24 de junio, titulado Mantener la calma ante la brecha
tecnológica entre China y Occidente (goo.gl/ZQMrBd). El artículo toma como punto de partida una
conferencia de Liu Yadong, editor jefe del Science and Technology Daily (periódico
del Ministerio de Ciencia y Tecnología) que causó sorpresa al afirmar
que la brecha tecnológica entre China y los países desarrollados es cada
vez mayor.
El
editor del periódico criticó la inclinación por la jactancia y la
exageración en el campo tecnológico de China y afirmó que los logros del
dragón siempre fueron precedidos por los de otros países.
Lo
interesante es que el editorial de un diario de la importancia del Global
Times elogie el discurso de Liu marcando la necesidad de
una introspección interna y destacando que la crítica a la
exageración de los logros tecnológicos de China llega en el momento justo.
Ese
momento es la guerra comercial desatada por Donald Trump contra China, que
tiene su punto álgido en una guerra por la superioridad tecnológica que se
plasma, entre otras, en las sanciones impuestas al gigante chino de las
telecomunicaciones ZTE y la multinacional Huawei, suavizadas luego pero con
severas condiciones que limitan la compra de componentes a empresas
estadunidenses.
Global
Times llama a los chinos a permanecer
modestos, ya que esa actitud es beneficiosa para el ascenso de China y
ayudará a la sociedad china a ser realista. En paralelo, hace un llamado a la
objetividad y la autocrítica, destaca que China ha realizado enormes avances en
todos los sectores, pero sentencia: Existe una gran brecha entre China y
EE.UU., que requiere generaciones de arduos esfuerzos para superar.
El
editorial también convoca a no alarmar a las élites occidentales con alusiones
a que China superará a Occidente en pocos años, porque genera temores y
resentimientos, sobre todo en Estados Unidos, agravados en este periodo de
crisis y desconfianzas mutuas.
El
mencionado editorial coincidió con la difusión del Top500, uno
de los índices más valorados por los medios chinos, que es el ranking de
las 500 supercomputadoras más eficientes del mundo, elaborado de forma
independiente de los gobiernos por varias universidades de Estados Unidos.
Desde 2012 el tope de la lista correspondió a dos superordenadores chinos, con
la peculiaridad de que el Sunway TaihuLight (que lideraba desde 2016) fue
creado por el Centro de Investigación Nacional de China con componentes
enteramente fabricados en el país.
En
la lista de junio de Top500, los ordenadores chinos fueron
desplazados por sendos aparatos estadunidenses de la IBM, que ocupan el primero
y el tercer lugares. Sin embargo, China amplía su ventaja entre los 500
ordenares más potentes con 206 unidades frente a 124 de Estados Unidos, lo que
muestra que la competencia entre ambas potencias sigue siendo muy cerrada (goo.gl/XDE6df).
Uno
de los caminos que ha encontrado China para reducir la brecha tecnológica
consiste en la compra de empresas occidentales de alta tecnología y en fuertes
inversiones en investigación y desarrollo. Sin embargo, un informe de Global
Times de agosto de 2017 destaca que en las tecnologías de vanguardia
las inversiones estadunidenses son muy superiores a las del dragón. En 2016
Estados Unidos invirtió en inteligencia artificial cuatro veces más que China,
diferencia similar a la que mantiene en robótica, drones e impresiones 3D,
entre otras (goo.gl/Yrgd2z).
La
segunda manera de reducir la brecha viene siendo el robo de propiedad
intelectual que hace China, de los más diversos modos, algunos de ellos
ilegales pero legítimos. Algo que no debe sorprender, toda vez que las
potencias ascendentes en la historia, como Inglaterra y Francia, llegaron al
privilegio usando y abusando de la piratería. Los corsarios británicos fueron
bendecidos con las patentes de corso que emitían los reyes, de modo que nadie
debe sorprenderse de la piratería china.
El
sector tecnológico está resultando clave para la seguridad nacional, según creen
los gobernantes de las principales potencias. Algunos especialistas estiman que
China ganará la batalla por la inteligencia artificial para 2025, cinco años
antes que el plazo fijado por el gobierno de Xi Jinping (goo.gl/N43pTA).
Para
quienes pensamos que la historia la mueven los conflictos colectivos, la
propuesta de que todo lo deciden las tecnologías nos parece una concesión
elitista a las tecnocracias. Los grandes cambios los promueven los pueblos,
ayudados en diversos grados por las tecnologías.
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