viernes, 6 de julio de 2018

LOS PELIGROS DEL NEGACIONISMO FUJIMORISTA



Estimados amigos:

El siguiente escrito se hace como un aporte al negacionismo que reaparece en el Perú, siguiendo al negacionismo en Europa al término de la segunda guerra mundial. Ahora el Perú sufre la peligrosidad del negacionismo que acaudilla el segundo fujimorismo fiel representante de la derecha fundamentalista y su aliado de ruta del neoliberalismo.

Nuevamente les pido disculpas por la extensión, pero no puedo dejar de mencionar muchos sucesos de parte de la historia de estos últimos 30 años donde hizo su aparición el novísimo experimento autocrático del fujimorismo tan deseado por los grupos de poder económico y los entusiastas neoliberalistas.

Agradezco vuestras críticas y respuestas en contrario que estén imbuidos de esclarecimientos y de enriquecer los hechos con objetividad y que sean producto de comparaciones razonadas y prudentes.

Atentamente,
Fernando Arce Meza

LOS PELIGROS DEL NEGACIONISMO FUJIMORISTA

En el mes anterior comentamos que la segunda versión fujimorista que acaudillan los hermanos –Keiko y Kenji- hasta la salida de este último, la señora Keiko es la heredera principal de Alberto Fujimori, en consecuencia hasta el momento es la sucesora indiscutible tanto de ser dueña del poder del movimiento, como la candidata próxima para ocupar el cargo de presidenta.
Se dice que gracias a esta herencia/sucesión, Keiko asumió la dirección del movimiento y ha sido la razón de ser que en menos de diez años haya podido  lograr un partido organizado y todopoderoso en el país, ello explica porque en dos oportunidades en el 2011 y en el 2016 estuvo a punto de ganar las elecciones presidenciales, siendo que en estas dos contiendas la candidata Keiko recibió el apoyo incondicional de los grupos del conservadorismo tradicional peruano, unido al nuevo poder empresarial, porque veían que Keiko heredera de AFF habría de fortificar el modelo neoliberal sin alteraciones, dado que Humala (2011) como PPK incluido (2016) despertaban sospechas en relación al modelo económico que tanto había costado mantener.

La fuerte coalición constituida por los conservadores fundamentalistas aportan la ideología de la política autoritaria y en el orden económico aportan la praxis del neoliberalismo en la gestión de los gobiernos, de tal manera que esa unidad aseguraba la continuidad a fin de perdurar tanto en el corto, mediano plazo, como por largo tiempo. 

Sin embargo, a pesar del poder económico, y de la fuerza política de los mencionados conservadores, tuvieron como contrarios al resto de los peruanos que veían peligrar lo poco que se había avanzado en el régimen democrático, por lo que en las dos últimas elecciones presidenciales se formó un frente antifujimorista que la votación le cerraron el paso al movimiento mencionado.

En el Perú hacía tiempo que no se había vivido la presencia de una coalición de fuerzas políticas y económicas tan homogéneas como para tener el poder y el control político y socio/cultural en su característica confesional y por tanto fundamentalista, y que representa tanto el soporte que requieren los grupos económicos empresariales, como de su actuar impositivo del neoliberalismo.De nada vale que el Estado peruano haya dejado de ser confesional, a fin de que exista separación entre el Estado y la Iglesia Católica.

Todavía el fujimorismo está adherido al conservadurismo y no le interesa entender lo que significa la independencia en todo Estado moderno, esto obedece a que bajo el predominio de las ideas conservadoras está cubierta por las religiones católica y evangélica, que además de no ser legal ni racional, no respetan el libre albedrío de los ciudadanos, propias de una república liberada de los designios de los fundamentalismos, los cuales señalan y disponen lo que debe hacer el Estado y sus poderes públicos.

Los designios tanto de los católicos reaccionarios, como de los delirantes evangélicos, convierten al país en una república no solo autoritaria, sino en totalitaria, y frente a estas condiciones los peruanos debemos estar en alerta. Ante ese totalitarismo que se intenta imponer, tal como ocurrió en la Alemania de Hitler y el facismo de Mussollini en Italia, aun cuando ellos siendo totalitarios hayan ganado las elecciones, después vino el desembalse antidemocrático que redujo a los ciudadanos, al sometimiento. Usar las lacras ideológicas ya manifestadas para adueñarse de los gobiernos y el poder por décadas, a fin de ejercer todo tipo de discriminaciones abusando del poder autocrático.  

La presencia de Martha Chávez y de Francisco Tudela conduce a recordar como el Opus Dei -del hoy cardenal Cipriani- reinó y cogobernó con el facismo franquista en España desde 1936 hasta casi 1978, en donde hubo muchos presos políticos, y deportados quienes se salvaron de los fusilamientos seguros, además que no se permitió las libertades públicas, y la única verdad como ley era solamente del llamado generalísimo Franco y del fundamentalismo de la iglesia católica.  

Después de la segunda guerra en el mundo surgió el negacionismo como faro que alumbra el cinismo, todo lo contrario a una positiva revisión de los hechos que, como en el caso del Perú, se percibe que la verdad de lo ocurrido en las décadas del 80 y del 90 se intenta provocativamente se decide cambiar los acontecimientos, al considerar que los actos del gobierno, en particular de los años 90 el fujimorismo asumió el gobierno total.

Esta decisión por cambiar se fundamenta en ese negacionismo, y que los  fujimoristas afirman denodadamente que la subversión no solo recién ingresa por su iniciativa en el combate interno, no utilizando las instrucciones dadas por la literatura de la época en Vietnam, destinadas a como de lugar a terminar con el terrorismo vietnamita; ellos más bien consideran que no cometieron los excesos de la guerra total y definitiva por parte de las fuerzas armadas, a pesar que uno de sus dirigentes fujimorista dijo en una oportunidad “que ellos mataron menos”, sin reconocer que ha sido desafortunado, porque la liquidación de terroristas se dio por parte de las fuerzas armadas, como consecuencia de las instrucciones de los manuales antiterroristas, a partir de 1989 por disposición del primer gobierno de García Pérez; sin embargo, la fuerza armada reconoció su experiencia ganada en el combate, y se comenzó a ganar la partida a la subversión, siendo así que en una buena parte de los frentes anti subversivos pasado algunos años ya no se hizo caso a los manuales para combatir usando los métodos en Vietnam, los mismos que fueron empleados por el ejército de los Estados Unidos. A eso se suma que en la lucha contra sendero luminoso ya no había necesidad de enfrentarse de manera frontal, porque el GEIN de la policía apresó a los cabecillas de sendero y del MRTA.

Para el fujimorismo de hoy en su segunda versión político/económica, estos últimos acontecimientos nunca sucedieron, ni menos cabía la explicación arriba  expresada, aun cuando los siete tomos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) en su calidad de documento oficial investigó lo acontecido en las décadas del 80 y 90, poniéndolo a disposición de las personas e instituciones del Perú y del mundo, y es lógico que el primer fujimorismo cuestionó y trató de quitar validez a lo preparado por la CVR, e igualmente trató de desprestigiar a los miembros de dicha comisión, donde hubo un representante de las fuerzas del orden; asimismo, se negó a reconocer que los desaparecidos fueron responsabilidad de las fuerzas armadas en su mayor intensidad, sabiendo que los terroristas mataban principalmente a la población en el teatro de la lucha y poco les importaba que los muertos recibieran sepultura o fueran escondidos, y, a muchos de los ciudadanos asesinados, los terroristas acusaban de soplones al servicio de las fuerzas del orden, y para mayor abundamiento los ciudadanos muertos por sendero luminoso aparecían con avisos colgados en los cuerpos por haber sido cómplices y/o vendidos al gobierno de turno. Lo que expresaban esos avisos era una forma de publicitar sus acciones del miedo, horror y temor.  
  
Es imperdonable que algunos peruanos criticaran y quieran traer abajo a la CVR sin haber leído sus investigaciones y documentos en sus siete volúmenes, y ni siquiera por lo menos sus comentarios se han hecho después de haber leído el tomo resumen, que fue preparado para no hacer inalcanzable la lectura de los mencionados 7 tomos. De ser necesario la lectura de los mismos se haría a fin de ampliar el contenido de las investigaciones formuladas al detalle.  

Este mensaje distorsionado de los hechos pertenecen al negacionismo tanto para el primero, como para el segundo fujimorismo en que arrebatadamente, se trata de mantener una situación alucinante de cambiar la verdad de los hechos, sin intentar explicar bajo un enfoque de comprensión y de prudencia los errores que pudo cometer la CVR en la perspectiva cientista del revisionismo o de una revisión en donde se señale lo que no fue o no ocurrió en tales hechos, porque no pueden por ejemplo negar que los detenidos en el cuartel de los cabitos y en el CIE en Lima, con los años han aparecido personas sepultadas y vestigios de haber sido quemados; estos ciudadanos que de ser o no terroristas, debieron pasar por las cortes de justicia para esclarecer su situación.

Este atentado contra los derechos del hombre y de la mujer al desparecerlos, demuestran la cantidad de miles de peruanos muertos. Estos son muchos y que si se equipara en su mayor cuantía de ciudadanos muertos, lo que vendría a llamarse a error de los sentenciados por los jueces sin rostro. De los arrepentidos su liberación y los acusados sin pruebas fueron en cantidades mayores durante el fujimorismo de los 90.

Y, en cuanto a las nuevas sentencias que se hiciera a quienes se les acusó de terroristas y que en los últimos años del 90 y los años iniciales del nuevo siglo XXI, de su revisión resultaron menores a los liberados que fueron procesados por las comisiones de indultos de los años 90 con la importante intervención del padre Hubert Lanssiers. Estas sentencias revisadas han sido motivo de tratar que a la llegada de la democracia se miente, o con mala voluntad se afirme que se liberaron a terroristas que estuvieron sentenciados. Con esto último se quiere sorprender a la ciudadanía, desconociendo que todos estos actos de revisión, como de las liberaciones se hicieron siguiendo las pautas de la Comisión Interamericana de derechos humanos (CDIH) y de la Corte de Justicia de Costa Rica, no quedando a los gobiernos, a partir del 2001 efectuar cambios porque se llegaría a cometer actos fraudulentos con el fin de justificar las liberaciones presuntas de terroristas debidamente acusados.

De haber ocurrido esto último el gobierno y los gobiernos al liberar terroristas no sólo se pasaba por encima de la ley y la moral política; sino a nivel internacional se le acusaría al Estado peruano de liberar a los delincuentes del terror. Esto refleja el negacionismo fujimorista en su dos fases, destinadas para construir una versión dislocada, llegando hasta negar la libre producción cinematográfica y se prepara por ese motivo una ley distinta del cine peruano que de concretarse será un atentando más a la libertad de opinión y de expresión. El negacionismo fujimorista de la segunda fase quiere escribir –sin calidad de lo que representa la narrativa- una historia del conflicto armado, para los escolares y la juventud universitaria que implícitamente tiene que ser hecha por historiadores y sociólogos de destacada formación y prestigio, apreciando que por lógica son los llamados hacer correcciones vía el perfeccionamiento de los ya narrados escritos de los tristes hechos del conflicto armado.

Opinamos, el negacionismo fujimorista se inscribe no sólo obedeciendo a su crasa formación frente a quienes son habitúes de experiencia en preparación de las investigaciones constantes y a la vez en actualización de sus respectivas profesiones, los representantes del fujimorismo no solo ignoran estas delicadas historias de terror de sendero y su enfrentamiento con las fuerzas armadas; sino también este arremeter disloca los hechos e intenta aparentes cambios, incluida la desaparición del Museo de la Memoria (LUM), en cambio se habrá de construir un parque de los “Héroes de la Democracia” que será de una intolerable perversidad a los sentimientos e inteligencias de los peruanos al colocar ciudadanos de lucha por las libertades y de la lucha contra la subversión asesina, esto resulta Inexplicable, por ejemplo levantar un monumento en casos semejantes a lo que la señora Martha Chávez llegó a señalar del autosecuestro del profesor de la Cantuta y de los nueve estudiantes, los que fueron liquidados por miembros del denominado grupo COLINA -una compañía paramilitar del CIE-. ¿serían patriotas algunos suboficiales ya muertos merecedores de himnos y monumentos?  Ese grupo que “hasta lo malo lo hizo mal” y trajo consecuencias como que todo el ejército se enterara que los COLINA actuaron de manera delincuencial.   

El fujimorismo conservador y neoliberal, aparte de no tener altura y carecer de condiciones académicas para hacer nuevas expresiones de creación histórica y sociológica –con narrativa y relacionando variables intervinientes de las hipótesis de trabajo-, estructurar como se realizaron los hechos del conflicto armado. Los cuadros del fujimorismo no están formados ni en condiciones de hacerlo, todo responde a la desventura propia de la perversidad negacionista, perteneciente y que se identifica con la inconfundible ideología de la derecha  que aviva el enriquecimiento y la codicia enmarcada en un neo facismo.  

Esta perspectiva de efectos repudiables, repercutiría en el sentir de los ciudadanos cultivados y no privilegiados, son pasos que suenan para acercarse a escondidas por su condición de incompetencia propia de los autoritarismos en varios niveles de su escala social y política, la cual responde a ese constructo conservador que por años se le induce a la ciudadanía, para que actúe ocultando que se vive en una autocracia mafiosa y enemiga de la democracia, tipificada en los años 90. Ello denota peligrosidad contra la república y sus ciudadanos, porque si bien no arrastra académicos y profesionales de prevalerte calidad universitaria, si son arrastrados los ciudadanos manipulados y los grupos mayores del clientelaje, pertenecientes a los escalones sociales D y E, y a una parte del grupo C como son los segmentos medios constituidos por profesionales y peruanos que son ignaros cívicos desconocedores de la historia, aun cuando de dichos segmento salen los parlamentarios que forman esa mayoría obsecuente, para servir a la dirigencia de FP encabezada por Keiko Fujimori, la primogénita de AFF.

El Perú de hoy y en el corto plazo la derecha conservadora no tiene cuadros académicos e investigadores en las ciencias sociales e históricas. Pues estas vivencias y esclarecimientos que requieren los gobiernos son prácticas de la política, pero que se alimentan de conocimientos bajo sus orígenes judeocristianas en que se asienta y se reflejan en las democracias, condiciones básicas que han permitido sus edificaciones de los países del primer mundo.

El negacionismo fujimorista cumpliría un papel semejante cuando después de la segunda guerra mundial hubo personajes en Europa que intentaron crear perspectivas atrevidas contrarias no sólo al progreso de la humanidad; sino de reconstruir los países de la desvastada lucha entre los ejércitos del nazismo/fascismo y las fuerzas armadas de la Europa y de los países del resto del mundo en el conflicto mundial, al querer que las fuerzas del eje acabaran sin considerar la dignidad de la humanidad, porque fueron guerras de odio.

Los tribunales internacionales sentenciaron a los asesinos del pueblo judío y de otras etnias que no eran de sangre pura y no pertenecían a una raza superior, por tal razón se elimina a todos los que no eran de dicha raza. Asimismo, se descalifica a quienes niegan y ocultan los asesinatos en masa y con gran cinismo niegan los hechos de desolación de los países invadidos por el nazismo austro/alemán  y de sus aliados del fascismo surgido en la Italia de Mussolini. Es innegable que estos negacionistas eran y son de la extrema derecha, ellos por ejemplo pusieron que el exterminio no existió con las cámaras de gas, lo que hubo es el tifus que necesitaba terminar usando el gas, como se verá es una explicación simplona que intenta justificar las muertes.

Esta demás explicar el negacionismo fujimorista en el contexto de la derecha conservadora y fundamentalista que señala que los terroristas fueron los que desaparecieron a los ciudadanos en los territorios en que se dio el conflicto armado, ni cabe hablar de excesos y hasta de acabar como en toda guerra haciendo uso de cualquier medio para eliminar a los subversivos, se llegó si cabe la expresión a razonar que el autosecuestro fue de los propios alumnos de la Cantuta que perdidos como terroristas se eliminaron por su propia cuenta.

¿Hubo libertad de terroristas sentenciados, insinuadas a través de los ministros de justicia? sin embargo, al reinicio de la democracia en el 2001, cómo el poder judicial dejaba su papel al no ser respetado, así como no medir las consecuencias de lo que significa proceder manipulando las disposiciones de la CIDH y de la Corte de Costa Rica. Cualquier cosa podía ocurrirse al fujimorismo y sus aliados cuando se levantó el temerario señalamiento que estos organismos superiores de justicia internacional estaban copados por una logia masónica, donde sus miembros (abogados), era un cartel marxista del terrorismo mundial. Cabe considerar de cómo la dirigencia fujimorista y sus amigos de ruta proceden con una constancia inapropiada con tamañas afirmaciones, las cuales no son serias, ni merecen respuestas y menos tomarse en cuenta.  

Fernando Arce Meza                                       Surco, 4 de Julio del 2018


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