Foto: andina.com.pe
Información
25/10/2018
Según el último Censo de Población y
Vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI) el año 2017 cuyos datos recién vienen siendo publicados, tenemos datos
muy interesantes sobre la medicación de la pobreza, pobreza monetaria, que es
la que resalta.
Según el INEI, en el Perú, las personas
que no son pobres, son aquellas que tienen ingresos individuales por encima de
los 338 soles, es decir, sobre algo más de 150 dólares al mes. Los pobres
extremos, serían aquellos que ganan menos de 183 soles al mes, es decir, menos
de 80 dólares.
El salario mínimo vital se encuentra en
los 930 soles, es decir, en más de 415 dólares. Por lógica, un individuo con
estos ingresos, según esta lógica, solamente con un sueldo mínimo vital normado
por el Estado, ya no es pobre, es clase media y además, logra un ingreso con el
que supuestamente podría cubrir las necesidades de una persona adicional. ¿Esto
será cierto?
Según esta lógica, hemos pasado de
tener 42,4% de población en situación de pobreza el 2007, a tener, 21,7% de
población en situación de pobreza (más de 6 millones de habitantes) el 2017.
Según esta estimación, además, mientras la pobreza en la zona urbana se
encuentra alrededor del 15%, en la zona rural se encontraría alrededor del 44%.
La desigualdad es enorme.
En la misma estimación, a la fecha, el
departamento más pobre del Perú sería Cajamarca (52%), el mismo lugar donde
opera el tercer yacimiento minero más grande del mundo (Yanacocha) operado por
Newmont Mining, Buenaventura y World Bank.
Por otra parte, según estos mismos
cálculos, la pobreza extrema, habría pasado de 11,2% el 2007, a 3,8 el 2017.
Como en el caso anterior, la desigualdad de la misma entre lo rural y urbano,
es abismal. 1,2% en la zona urbana y 12,8% en la zona rural. Y como en el caso
anterior, la pobreza extrema nuevamente se situaría en Cajamarca con más de 20%
de la población en esta situación.
Ahora, el peso poblacional de los
pobres urbanos y rurales, estaría equiparado, es decir, existen casi tantos
pobres urbanos (3 millones 752 mil) como rurales (3 millones 154 mil) sin
embargo, la diferencia está en las cantidades absolutas, es decir,
aparentemente hay más población, pero, menos pobres en la zona urbana pues, hay
mayores oportunidades de ganar más de 150 dólares por mes en estas que en las
zonas rurales. De estos pobres, el 33% habla un idioma indígena y más del 40%
del total, indígena y no indígena, es población de 0 a 14 años de edad.
De todos, casi el 70% no cuenta con
títulos de propiedad, el 42% vive en casas de adobe y el 58% bajo pisos de
tierra. El 73% de estos pobres no tiene acceso a agua pública. Y el 50% de
ellos y ellas, solamente ha estudiado el nivel primario. Más del 80% no cuenta
con ningún seguro de salud. El 53% se dedica a la agricultura (ya no cruzamos
esto con la capacidad de asistencia técnica y crédito de estos y el conjunto de
agricultores que está por debajo del 10%).
En el año 2014, un diario local
decía: “El Perú tendría la oportunidad de convertirse en un país de
primer mundo en los próximos 13 años, es decir en el 2027, si logra un
crecimiento sostenido anual del 6%, así lo estimó el Instituto de Economía y
Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL)”1 La pregunta sería, ¿con estos indicadores, será
cierto que seríamos un país del primer mundo aquí a 10 años?
Jorge Arboccó
Antropólogo peruano
No hay comentarios:
Publicar un comentario