03/12/2018
Ensayos sobre las izquierdas en América
Latina y el Caribe
Diría Francisco, no el Papa de Roma,
sino mi recién fallecido padre ¡que terquedad la tuya, intentar debatir
lo que nadie parecer querer cambiar! Y es que es el pragmatismo se
viene imponiendo como razón política en las propias
izquierdas. Solo los más osados se atreven a plantear uno u otro tema teórico
que muestre algún nivel de atasco en su implementación en la praxis. Lo hacen a
sabiendas que desde múltiples lugares se le acusará de revisionistas, renegados, intelectuales pequeño burgueses o,
hasta de ser parte de la nómina de algún servicio secreto internacional, hecho
del cual los acusados no se habían enterado hasta la fecha. A pesar de ello,
tomo aire para buscar aliento y me decido a hacer las veces de secretario de
multitudes diversas y, en consecuencia, procedo a tomar nota de los
planteamientos y dudas que en tono de murmullos se escuchan cada vez con mayor
insistencia en distintos lugares de lucha de nuestraamérica. La única intención
de este escriba –aunque sospecho que dirán que tengo ocultas e innobles
intenciones- es la de intentar contribuir a la construcción de una agenda
compartida sobre los desafíos epistémicos, conceptuales y de acción de los
socialistas libertarios a finales de la segunda década del siglo XXI.
Por supuesto me refiero al socialismo
científico sistematizado por Karl, el nacido en Tréveris. Fíjense que digo que
él “sistematizó” y en ningún momento que creó, porque Marx fue un científico
social y no un religioso, ni un infalible gurú. Y allí dos problemas iniciales,
sobre los cuales volveré más ampliamente en otros artículos.
El primero de ellos reside en el hecho
que a través del tiempo ha surgido una especie de ortodoxia marxista que se
siente facultada para establecer los cánones del marxismo, la legalidad y
legitimidad del pensar la transformación, que ha convertido el pensamiento
crítico en estático alejado del dinamismo dialéctico, para el cual categorías
como imperialismo, obrero fabril, partido revolucionario, trabajadores,
ideología, alienación, entre otras, no han sufrido cambios en el terreno
concreto de la lucha de clases a más de un siglo de haberlas definido
inicialmente. Marx siempre estuvo atento a la influencia de las realidades
históricas concretas en la teoría, entendiendo que la dialéctica no era una
externalidad analítica, sino que tocaba al propio pensamiento socialista.
El segundo de ellos, es la creciente
invisibilización del hecho que Carlos Marx se reclamó socialista científico,
algo que ahora pasan por alto muchos apologistas neo metafísicos que atacan sin
cesar cualquier apelación a la mentalidad científica. La transformación
estructural de las sociedades capitalistas para abrir paso al socialismo no es
un acto solo de voluntad –que la requiere- sino también de pensamiento
estructurado, de conocimiento en profundidad de las ciencias puestas al
servicio de la liberación del hombre por el hombre. En consecuencia, el
marxismo es el pensamiento científico transdisciplinario que reflexiona, estudia
y propone ideas para el cambio estructural de las sociedades a partir del
estudio de cada coyuntura histórica, nunca en abstracto, ni desde el
inmovilismo cognitivo.
Marx fue un hombre de su tiempo
histórico. Como pocos comprendió el impacto del desarrollo científico y
tecnológico en el modo de producción capitalista. Carlos Marx fue un enamorado
de las posibilidades que encerraban la primera y segunda revolución industrial
para romper las profundas y estructurales desigualdades acumuladas por siglos.
Por ello interpretó de manera acertada el impacto de la relación del trabajo
colectivo de los obreros industriales y fabriles alrededor de las máquinas y
las innovaciones, en los procesos de producción de mercancías. Construyó una
interpretación única y singular respecto a la conciencia de esa clase social,
constituida en el corazón del modo de producción, a la cuál caracterizó como el
motor de la nueva historia de la lucha de clases y de las posibilidades de
construcción de la vida colectiva del común, el socialismo.
Marx construyó una teoría que hemos
denominado marxismo, no como un nuevo relato teológico, sino como un método
para actualizar de manera permanente el presente y el devenir de las luchas.
Karl, el gigante revolucionario no podía prever –ni era su tarea histórica- que
precisamente el desarrollo tecnológico que ocurriría 150 años después de la
elaboración del Manifiesto Comunista (1848) conocería una tercera y cuarta
revolución industrial (1960-2019/ 2020- ) que ahora no tan solo deja de agrupar
a los trabajadores en fábricas para la producción de mercancías, sino que
comienza a expulsarlos de ellas, impactando la idea de lo colectivo en la
producción, reconfigurando también el papel de otras clases sociales
consideradas en algún momento subalternas al proyecto socialista.
El problema es que la reflexión sobre
estas dinámicas es muy precaria aún en América Latina y el Caribe y ahora, para
colmo, se nos anuncian las consecuencias inmediatas de la primera ola del
desembarco (década de los ´20 del siglo XXI) de una cuarta revolución
industrial (fábricas 4.0, expulsión en masa de amplios sectores de la
clase obrera de las fábricas, crisis humanitaria laboral en los países
altamente industrializados, ALC como simple campo de extractivismo de materias
primas de viejo y nuevo cuño), así como de la llamada era de la
singularidad (fusión de tecnología con vida humana), en medio de una
crisis ecológica planetaria sin precedentes.
¿Cuál es el impacto de estas nuevas
realidades en el plano teórico general del socialismo, en las organizaciones
revolucionarias y en el propio programa de acción de las luchas socialistas?
Sobre esto seguiremos escribiendo, como simples secretarios de múltiples voces
que reclaman un espacio y una agenda emergente para mantener viva y con
posibilidades de disputa del poder la idea socialista por parte de quienes
vivimos del trabajo en el siglo XXI.
Luis Bonilla-Molina
Candidato a la Secretaría Ejecutiva de
CLACSO. Actualmente es el lìder fundador del portal de los maestros y maestras http://www.otrasvoceseneducacion.org
Fundador (Director Ejecutivo) de la Web
de trabajo colectivo: http://otrasvoceseneducacion.org/
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