lunes, 4 de febrero de 2019

EL CEMENTERIO LUGAR DE LA MEMORIA


No quiero ser cómplice silente de un agravio moral; es decir, de la destrucción del mausoleo en donde reposaban los restos mortales de las víctimas de la matanza de los penales en la isla/presidio del Frontón, ocurrida entre el 18 y 19 de junio de1986 durante el gobierno de Alan García Pérez.



            El alcalde del distrito, Miguel Saldaña Réategui, a dos días del término de su mandato, encabezó la operación de demolición el sábado 29 de diciembre de 2018.  Se ejecutó la demolición por mandato de la  Ley 30868, que modifica la ley 26298, Ley de cementerios y servicios funerarios publicada el 10 de noviembre de 2018 en el diario oficial El Peruano.  La iniciativa legislativa promovida por Alberto de Belaunde fue aprobada en el pleno del Congreso por 91 votos a favor, 1 en contra y 9 abstenciones en el mes de octubre de 2018.
 
            Hoy día, 19 de enero de 2019, se comunicó conmigo mi hija que reside en Paris y me informó de una noticia  triste: la demolición de dicho mausoleo ubicado en el cementerio del distrito de Comas, Lima.  Entonces, me sentí jaqueado, conmovido.  Me dije:  debo propalar mi voz de protesta a través de Internet, el único medio expresión al que tengo acceso.  Ese medio de expresión ya lo había utilizado con mi artículo La Invención del Diablo.


            En el referido artículo –del año 2012- menciono:  Si no inventan al Diablo o fabrican un enemigo, no existiría a quién echarle la culpa de los pecados cometidos; y quedar exentos de culpa…

            Es un ardid de la clase dominante y sus aliados polarizar maniqueamente a la sociedad peruana; bajo el pretexto irracional que el mausoleo de un humilde cementerio era terrorista y que los muertos también son terroristas.


Mausoleo en el cementerio de Comas. (Foto: Andina)

            Ese sobrio mausoleo le pone un espejo a los detentadores del Poder; es decir, a los gobernantes y empresarios vende patria.  Con la destrucción del mausoleo, lugar de la memoria, quieren infructuosamente quebrar el espejo para que no se revele su abominable rostro.  Son perpetradores de un agravio moral.  No es un acto de justicia; sino la revancha o venganza de los vencedores de la guerra civil, que pone en peligro la reconciliación.  Por último, con la demolición del mausoleo, ni siquiera hay paz en los sepulcros.

Lima, Unidad Vecinal N°3, enero19 del 2019
Antonio Rengifo Balarezo
rengifoantonio@gmail.com

NOTA.-
La Invención del Diablo:
Nuestra Bandera, prensa mensual de izquierda
De igual a igual.net

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