21/02/2019
Hace un año hacia
fines de 2017/2018, el presidente Trump se opuso a toda acción de
desestabilización en Venezuela, incluso bloqueo la acción de su canciller Tillerson/JPMorgan
de avanzar con su estrategia de “solución” militar para la península de Corea,
para luego destituir al alfil del continentalismo financiero estadounidense,
facilitar los acuerdos de paz entre Corea del sur y Corea del norte y luego
poner en su lugar a Pompeo.
Ahora,
Pence-Pompeo-Bolton y Rubio, aparecen nuevamente habiendo impuesto su
iniciativa por sobre la aprobación del presidente para actuar contra la
República Bolivariana de Venezuela. Todas las movidas dan muestra como si el
presidente Trump hubiera sido subordinado por tal iniciativa sometiéndose a las
ambiciones del Estado Profundo Continentalista Republicano (Tea-Party)
estadounidense.
En su estrategia
los ´Continentalistas´ necesitan subordinar a los gobiernos de los países
de la Cuenca del Caribe, que contiene las más grandes reservas mundiales de
petróleo y gas a fin de salvar el estatus de moneda internacional de reserva
del dólar al menos para el hemisferio occidental. En este contexto es que Trump
aparece cediendo ante la iniciativa del Tea Party continentalista y “dejando
hacer” al vicepresidente Mike Pence y al senador Marco Rubio en la operación de
desestabilización contra Venezuela, que es el modo como se instrumenta la
movida y la cobertura para tal acción injerencista.
Es más, pareciera
que el Estado Profundo republicano y demócrata se unieron al menos en torno al
´caso de Venezuela´. Basta ver la agresiva campaña en torno a Venezuela de los
grandes medios de comunicación (CNN, Deutsche Welle, BBC, etc.) para dejar en
claro que los globalistas están de lleno en este proyecto. A los globalistas no
les preocupa la caída del dólar sino su preocupación principal es detener el
avance y ascenso de la Nueva Formación Social que se desarrolla desde el
Oriente a partir del proyecto de las Nuevas Rutas de Seda impulsadas por China,
Rusia y los países de Eurasia en general y cortar sus tentáculos en América
Latina. A pesar de las sanciones económicas, apoyo financiero a la oposición
venezolana y "guarimbas" (mercenarios de las fuerzas globalistas que
mataron docenas de inocentes promovidas por la CIA), el Gobierno bolivariano
sigue firme con la ayuda aparentemente invisible de Rusia y China que no
permiten a Washington derrocar al chavismo. Para ellos el futuro de la
globalización se decide en Venezuela.
El Estado profundo
unificado en torno a Venezuela proyecta destruir las capacidades instaladas
para iniciativas soberanas de sus Estados, para que solo desde el heterogéneo
“mercado” de actores del poder financiero pueda imponerse y dictarse la
iniciativa. Donald Trump tachó de 'dictador' al presidente de Venezuela,
Nicolás Maduro, y dijo que "todas las opciones, incluyendo
militares, están sobre la mesa". Esta es la estrategia defensiva
de un esquema de poder en declive internacional pero con una fuerte capacidad
militar y financiera para imponer condiciones aun en toda la Hispanoamérica
(Latinoamérica) desde México hasta las Islas Malvinas y la Antártida. Nos
preguntamos si va haber invasión o si Trump podrá cambiar de parecer al igual
que en el caso de Corea del Norte y mandar (uno de) los halcones a la casa.
¿Cuál es el motivo de nuestra duda?
¿Donald
Trump ha sido obligado a renunciar a su política?
Hemos analizado en
diferentes artículos nuestros que EEUU está perdiendo la capacidad de imponer
el petro-dólar como moneda de cambio y el dólar (bonos del Tesoro) como moneda
de reserva mundial, al perder el control sobre el mercado energético petrolero
en Medio Oriente, donde Rusia emerge a nivel mundial como el mayor productor de
energía fósil y China como su principal consumidor.
La Venezuela
Bolivariana en este contexto de crisis mundial, había decidido en marzo de 2018
establecer los precios de venta ya no en dólares estadounidenses sino en la
moneda del principal comprador, el petro-yuan-oro chino. Esta movida lo que
hace es poner de manifiesto la nueva realidad económica mundial de cambio del
centro de gravedad económico del occidente anglosajón estadounidense-británico
al Asia pacifico. Pero también pone de manifiesto que se ha iniciado la batalla
por la nueva moneda de reserva mundial, lo cual pone en peligro el exorbitante
poder que los petrodólares a escala global tienen desde 1973 hasta este
momento.
Para el capital
financiero continentalista estadounidense (expresado en el Tea Party
Republicano), con sus empresas petroleras y su complejo industrial y militar,
es fundamental no perder esta batalla y dará pelea para que el petro-dólar siga
reinando como moneda de reserva internacional al menos en el hemisferio
occidental (argumento continentalista) y que no se consolide la estrategia de
poder multipolar emergente (argumento globalista). De este contexto
proviene la decisión de la oligarquía continentalista estadounidenses de
acelerar los plazos para imponer la iniciativa para derrocar al legitimo
gobierno venezolano y apoderarse de su riqueza petrolera, ahora necesaria ya
no como fuente de energía para Estados Unidos sino sobre todo como
instrumento estratégico de control sobre el mercado energético mundial en su
lucha contra Rusia, India y China.1
Esta iniciativa
tiene su contexto también en las elecciones legislativas (conocidas como midterm
en EEUU) realizadas el 6 de noviembre de 2018, el presidente
Trump enfrenta una presión extremadamente fuerte. Hemos de tomar primero en
cuenta que han sido las fuerzas globalistas que, a través de su control sobre
la Reserva Federal, sus aumentos en las tasas de interés y la contracción
monetaria han generado una escasez relativa de crédito, han reducido
sensiblemente la capacidad de pago de la deuda ya contraída, bloqueando de este
modo la capacidad de contraer nuevas deudas. Así se anunciaba la ya inevitable
crisis bursátil y una ola de bancarrotas en el mundo entero, como ya observamos
en nuestros artículos de diciembre de 2018.2 Lo
interesante es que a partir de la política acordada de ambos Estados Profundos
(continentalista y globalista) la Reserva Federal (Fed) dio, al menos
temporalmente, marcha atrás a su política de contracción monetaria y pone a los
neoconservadores republicanos en capacidad de imponer la línea de gobierno.
Recordemos que una situación similar ya se observó cuando se enfrentó el
canciller Tillerson (hoy reemplazado por Pompeo) con Trump por los temas de
guerra contra Corea del Norte3 y
la invasión a Venezuela4.
Trump acabó por
retroceder ante los halcones y admitió que la retirada estadounidense de
Siria que había anunciado será más larga que lo previsto
inicialmente. Al mismo tiempo, el consejero para la seguridad nacional, John
Bolton, construía una internacional terrorista contra Irán. El secretario
de Estado Mike Pompeo publicaba una declaración contra Venezuela, dando
con ello a Juan Guaidó la señal para que se autoproclamara
presidente interino. Con ello se intenta crear una situación de doble poder
institucional en el gobierno de Venezuela como tendencia, auspiciado y
sostenido no por la soberanía popular electoral del voto del pueblo venezolano
sino desde un centro alternativo de decisión con punto central de apoyo en el
continentalista neoconservador Mike Pence, vicepresidente del gobierno de
Estados Unidos y desde allí a partir de construida figura de Gaidó. De este
modo logran abrir en Venezuela la vía para el “caos controlado”, la “caída” del
gobierno, la erosión de las capacidades del ejercicio de la soberanía del
Estado venezolano y principalmente el control de todas las riquezas naturales
estratégicas de Venezuela y de la Cuenca del Caribe.
El 22 de enero,
los neoliberales del Partido Demócrata adoptaron en la Cámara de Representantes
una ley que prohíbe al presidente Donald Trump sacar a Estados Unidos de
la OTAN. Los neoconservadores han redefinido los objetivos del AfriCom,
del CentCom y del SouthCom autorizándolos a defender intereses que no son
los del Pueblo estadounidense y contrarios a la política original del
presidente. El Pentágono está aplicando en la Cuenca del Caribe la
estrategia que ya utilizó en la región africana de los Grandes Lagos y
que luego reprodujo en el Gran Medio Oriente. El 26 de enero, Mike Pompeo
anunciaba que otro neoconservador continentalista Elliott Abrams, el veterano
especialista en “operaciones especiales” de injerencia y desestabilización como
en los casos Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, será su enviado
especial para Venezuela.5
Es difícil
exagerar lo ofensivo que es un personaje como Elliott Abrams para los
latinoamericanos que recuerdan la sangrienta debacle de Estados Unidos en
Nicaragua y a quien acusaron de cubrir las atrocidades cometidas en El
Salvador, Honduras Guatemala y Nicaragua (Caso Irán-Contras). Los 14
presidentes vasallos del Grupo de Lima y otros tantos de la Unión Europea ahora
tienen que renunciar a cualquier tipo de dignidad frente a su propia gente y
actuar como si Abrams fuera un “referente de los derechos civiles y humanos”.
Pareciera que en la política el cinismo es la regla.
La lectura más
probable es que los viejos conservadores, ahora devenidos Neocons, están
demostrando que están asustados y paranoicos al poner a Abrams en un puesto
clave. Estas personas sólo adelantarán el colapso de lo que queda del Imperio
norteamericano y de la estrategia defensiva del continentalismo financiero
militar del pentágono y el comando sur. Es cierto que las fuerzas
estadounidenses instaladas en Colombia y los barcos de la USNavy, que están
frente a la costa venezolana podrán lanzar tantos golpes mortíferos como
deseen. Es cierto también que a los oficiales corruptos no les gusta el combate
y que, si bien pueden ayudar a una fuerza de invasión de los EEUU, solo lo
harán mientras las cosas parezcan fáciles.
Las reformas
chavistas dieron poder a un gran número de venezolanos pobres que, por primera
vez, sintieron que un gobierno defendía sus intereses. Hay muchas armas en
circulación en Venezuela y las milicias populares y la Guardia Nacional
estarían muy dispuestas de distribuir más armas en la población local si una
invasión pareciera tener éxito. Se puede esperar que muchos venezolanos tomen
las armas y resistan una invasión de los Estados Unidos y Colombia. Es probable
que estas personas combatan con firmeza, y tan pronto como las cosas vayan mal
(que es lo que siempre ocurre) las fuerzas invasoras correrán tan rápido como
puedan. Es historia conocida que los “yanquis” son capaces de devastar un país
por la violencia pero incapaces de permanecer en su territorio.
Hemos de tener
claro que el objetivo de la estrategia continentalista estadounidense, con
Pence-Pompeo-Bolton, es quedarse con el control del Petróleo de Venezuela y el
Esequibo6 y
junto con los globalistas pretenden destruir la economía venezolana dejando
“fuera de juego” a las petroleras Chinas y Rusas, y sus grandes inversiones
realizadas en la economía real de la Venezuela desde 2010. De este modo
aseguraría la posición para golpear estratégicamente a la estrategia de
multipolarismo BRICS (China-Rusia-India-Brasil-Sudáfrica) que avanza y se
consolida en las Américas desde Estados Unidos, Canadá, México hasta Brasil y
Argentina pasando por la clave Cuenca del Caribe. Para la estrategia del
continentalismo norteamericano en declive es clave consolidar su posición
dominando los recursos energéticos de la Cuenca del Caribe y de la Cuenca del
Medio Oriente, que estratégicamente necesitan China, Rusia y la India.
Pero aquí no
termina todo, el continentalismo norte-americano también tiene por objetivo
asegurar la Cuenca del Plata, la Cuenca de los grandes recursos de proteínas
vegetales, animales y alimenticias que se generan en esta pampa húmeda que va
desde Argentina a Brasil pasando por Uruguay, Paraguay y Bolivia. Donde los
Gobiernos de Argentina y Brasil, fuertemente respaldados por los grupos
financieros locales, son débiles frente a Washington, que ya tiene presencia
desde 1930 en la región, pero que también obtienen sus principales ingresos
económicos por el comercio que realizan con China, India y Rusia. Por lo cual
si China, Rusia e India pierden sus posiciones en Sudamérica no solo se
debilitan estratégicamente por la pérdida del acceso al Petróleo sino también
por la pérdida del acceso a los alimentos para sus Pueblos.
Mientras para el
Continentalismo financiero norteamericano sería una victoria estratégica porque
no solo fortalecerían su posición propia, sino que lo harían debilitando tanto
al Multipolarismo BRICS como al Globalismo financiero de Londres-Nueva York.
Una victoria muy difícil de lograr que sin embargo no puede detener su declive
solo hacerlo más lento. Esta política lo llevaría necesariamente a militarizar
no solo su política en Sudamérica sino también en Estados Unidos a toda la
sociedad civil, estrangulando y disciplinando a todos los sectores sociales,
algo que ya vimos en el fenómeno llamado “Fascismo” en la Alemania-Italia-Francia-Japón
por la guerra-crisis financiera internacional de 1929.
Contrariamente a
lo que creen “todos”, el continentalismo de la derecha financiera republicana,
expresado políticamente por Pence-Pompeo-Bolton, no busca “rescatar” la
Democracia, ni al Pueblo ni a los Derechos Civiles y Humanos en Venezuela ni en
ningún país del mundo. Solo está detrás de su estrategia de recuperación de poder,
recuperación de grados de libertad para imponer sus intereses estratégicos en
declive desde 1994-99. Consideran también los globalistas que se empezaría a
lograr bloqueando el acceso del multipolarismo, que encabezan
China-Rusia-India, a los recursos estratégicos de energía y alimentación, los
flancos débiles del Multipolarismo BRICS. La derecha financiera republicana ya
fue capaz de “dinamitar” las tres torres del principal centro financiero del
mundo en Nueva York en setiembre de 2001 para debilitar la posición del
globalismo financiero de Londres-Nueva York y de justificar guerras de invasión
en Medio Oriente con su socio Bin Laden en los negocios del petróleo en Houston
de la familia Bush. Es claro que hoy en proceso de declive no tendrá límites a la
hora de defender sus intereses.
El objetivo
principal de Estados Unidos no es derrocar al presidente Maduro sino
aplicar en la Cuenca del Caribe la doctrina Rumsfeld-Cebrowski de
destrucción de las estructuras estatales en los países de la región para
subordinarlas definitivamente a la estructura-estatal del continentalismo de
Washington. Eso exige, ciertamente, la eliminación de Nicolás Maduro,
pero también la de Juan Guaidó. La guerra colonial del siglo XXI es cada vez
más una guerra militar-irregular y financiera-irregular a través de la
secretaria del Tesoro de EEUU y el comando sur, estrangulando los países como
hoy está haciendo no solo a Venezuela. También a Irán que es otra amenaza junto
con China y Rusia para el imperio del dólar. Aunque la Reserva Federal con su
política de retorno a la expansión monetaria podrá prolongar el tiempo de vida
al dólar como moneda de reserva internacional, esta no podrá detener el colapso
bursátil por mucho tiempo y con ello tampoco el colapso del dólar.
El tipo de
“travesuras” de la pandilla de NeoConservadores: Pence, Pompeo, Bolton y
Abrams, es asombroso por su crudeza. Estos ya tuvieron que retirarse varias
veces de otros escenarios como derrotados. Aún siguen con sus métodos de acoso
y piensan que ahora sí pueden ser exitosos con todos los medios de comunicación
a su favor. Los fracasos humillantes de otras sangrientas invasiones dan margen
al propio Trump, y algunas personas responsables en el Pentágono, para retomar
la conducción del gobierno de EEUU para salirse ya mismo de esta guerra
estúpida e inmoral orquestada por los Neocons. Nos preguntamos si es posible
algo parecido a lo que Trump ya realizo cuando solucionó el conflicto de la
península de Corea por la vía diplomática, no sin antes haber expulsado al
canciller de los intereses petroleros el neoconservador Tillerson-JPMorgan (Vea,
Experto ruso en asuntos militares escribe sobre Venezuela Un diagnóstico sobre
la agresión a la República Bolivariana www.admin_kritica, 2 de
febrero de 2019).
En la Conferencia
de Seguridad de Múnich, el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, afirmó en su
discurso que Alemania y otros países europeos de la OTAN deben cumplir con el
objetivo de gasto del 2% del presupuesto en la Alianza. En el caso del
controvertido gasoducto Nord Stream 2, amenazó abiertamente a los germanos con
terminar el apoyo de la OTAN si no colaboran: "No podemos asegurar la
defensa de Occidente si nuestros aliados se hacen dependientes de
Oriente". Con esto Pence revela de hecho que Estados Unidos ya no es un
líder y está cediendo terreno y otros liderazgos en el mundo: Rusia, China e
incluso Irán (Sputnik News, “Despojan a EEUU de su estatus de líder mundial”,
18 de febrero de 2018 www.mundial,sputniknews.com).
Trump
reafirma su línea política en el Estado de la Unión
El mensaje del
presidente Donald Trump sobre el Estado de la Unión tuvo el 5 de
febrero como telón de fondo la nueva realidad política estadounidense. Se trata
de un escenario que acaba de ser particularmente relevante durante el reciente
cierre parcial del gobierno federal, el más largo de la historia y en el que
los demócratas le bloquearon, por lo menos temporalmente a Trump, la
posibilidad de obtener $5,700 millones para (la ampliación de) el “muro” que
quiere construir en la frontera con México.
El debate sobre la
seguridad en la frontera está en manos de un comité de conferencia del
Congreso, que tuvo hasta el 15 de febrero para lograr un acuerdo o por lo menos
extender los presupuestos para el año fiscal federal 2020, que mientras tanto
han sido aprobados. Sin consenso hubiesen vuelto a entrar en un cierre parcial.
Es sabido que la demócrata globalista Nancy Pelosi ha insistido en que no
avalará que se destine el monto entero de dinero para construir “un muro”, pero
sostuvo que hay ambiente para financiar “nuevas estructuras” en la frontera y
medidas de seguridad modernas.
Nancy Pelosi ya
había hablado con el presidente Trump entre otras cosas sobre su opinión de
trabajar juntos sobre temas como la infraestructura. Sobre este tema
particularmente había consenso de firmar una ley que de hecho ya ambos partidos
habían dado su aval y también ha sido un eje central de la campaña de Trump.
Los demócratas globalistas han entendido que la población estadounidense quiere
de modo urgente reparar la deteriorada infraestructura para mantener y
recuperar en EEUU su grado de competitividad perdida por la deslocalización de
las transnacionales globalistas al Asia-pacifico desde 1990. Se estima que el
proyecto de 1.5 billones (millones de millones) de dólares creará 15 millones
de nuevos empleos, número que podría alcanzar incluso el doble. Se esperaba que
en semejante coyuntura la bolsa de valores de Nueva York pudiera alcanzar
nuevos máximos históricos.
La ley fue
aprobada antes del 15 de febrero. (Zach Scheidt, The Art Of The Deal And
Trump’s State Of The Union Address, Daily Reckoning, 3 de febrero de 2019). Trump mostró por su
parte que no ha abandonado el eje central de su campaña política y aún aprobada
la ley declaró la “emergencia nacional” para asignar por vía administrativa los
fondos adicionales para el muro. (Vea, José A. Delgado Robles, Mensaje del
Estado de la Unión en nueva realidad política, www.elnuevodia.com).
De aprobarse los
1.5 billones (millones de millones) de dólares es factible negociar 5.7 mil
millones de dólares para el muro en la frontera con México ya que no representa
ni el medio por ciento del total, hecho que podría atribuirse al mero redondeo
de cifras. La única razón por la que no pasó la ley en 2018 fueron ciertas
diferencias en la ejecución de las obras, ya que Trump quería mayor
participación de la empresa privada y los gobiernos locales, mientras los
demócratas querían una mayor centralización en el gobierno federal7.
La ley fue aprobada antes del 15 de febrero.
El presidente
estadounidense, Donald Trump, declaró el estado de emergencia nacional después
de que el congreso se negara a dar más presupuesto para la construcción del
muro fronterizo. Los demócratas están enfurecidos y muchos integrantes del
Partido Republicano están incómodos con el precedente que sentará la declaración.
La pregunta es ¿si el congreso puede detener la declaración de emergencia? El
congreso no tiene el poder directo para frenar al presidente en este caso. La
Cámara de Representantes y el Senado pueden emitir lo que se conoce como
resolución conjunta de término para que venza el estado de emergencia si creen
que el presidente está actuando de manera irresponsable. Es muy probable que
pueda pasar esa resolución. Las leyes establecen que si una cámara aprueba una
resolución de este tipo, la otra tiene que votarla dentro de dieciocho días.
Los demócratas son la minoría en el Senado, pero necesitarían el apoyo de media
docena de senadores republicanos.
La pregunta que
sigue es ¿Qué podría hacer Trump ante una resolución así? El presidente puede
vetar una resolución conjunta del congreso que ponga fin a la declaración de
emergencia. Para revertir un veto, el congreso debe volver a votar y conseguir
el respaldo de dos tercios de los legisladores en las dos cámaras y es muy poco
probable que los demócratas consigan el respaldo de suficientes republicanos en
la Cámara de Representantes o en el Senado como para revertir el veto (Vea,
Nicholas Fandos, Donald Trump declaró estado de emergencia; ¿qué se puede
hacer ahora? www.nytimes.com/es,
15 de febrero de 2019).
El New York Times
por ende se pregunta si el Congreso puede demandar a Trump. Los demócratas
tendrían dos opciones: la Cámara de Representantes puede sumarse a una acción
legal en contra de la declaración de emergencia que presenten terceros o
presentar su propia demanda. Hay dudas sobre la disposición legal que tiene la
Cámara Baja para demandar por cuenta propia. Los líderes y los abogados de los
políticos en la Cámara de Representantes tendrán que deliberar si conviene
arriesgarse a hacerlo si hay fuertes probabilidades de que un juez deseche la
acción por falta de acreditación legal. Sin embargo, es muy probable que haya
desafíos legales a la declaración de Donald Trump que alarguen la
implementación durante cierto tiempo y probablemente mueren en la Corte Suprema
cuando ya se está en plena campaña electoral. Al reafirmar su política propia
se enfrenta totalmente a los globalistas lo que podría significar que se acabe
una política común en otros campos como el de Venezuela y podría hasta
distanciarse de los halcones en su propio gobierno que han fomentado este
enlace.
¿Podría
Trump reafirmar su línea política frente a Venezuela?
El propio
secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres confirmó que
los Estados de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad reconocen al
presidente Nicolás Maduro, a excepción de Israel y Australia, como mandatario
constitucional y legítimo de Venezuela. La Organización de las Naciones Unidas
rechazó posiciones a favor de los intereses del diputado de la Asamblea
Nacional en desacato, Juan Guaidó, quien se autoproclamó "presidente encargado"
en un acto inconstitucional el pasado 23 de enero. La opción militar de la que
habló también el secretario de Estado, Mike Pompeo, está con ello más lejos de
hacerse realidad y con ello incluso está en duda su permanencia en el gobierno
de Trump.
Al no obtener el
pretexto para una intervención militar directa en Venezuela, los planes de
enviar ayuda humanitaria a Venezuela de los Neoconservadores Republicanos del
Tea Party pueden quedar reducidos a una provocación. El borrador de la
resolución que EEUU presentó al Consejo de Seguridad busca, de hecho, camuflar
las provocaciones que se están tramando con el envío de la ayuda humanitaria
como medio para desestabilizar la situación en Venezuela, como declaró Lavrov a
los periodistas en Moscú (Sputnik News 17 de febrero de 2019). El Sputnik News
del 18 de febrero informa que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro,
anunció que el 20 de febrero llegarán al país 300 toneladas de ayuda
humanitaria proveniente de Rusia y llegan legalmente por el aeropuerto de
Maiquetía en el estado de Vargas (norte) y con ello quedaría también sin su
efecto buscado.
La portavoz de la
Cancillería rusa, María Zajárova afirma que Rusia está dispuesta a contribuir a
la búsqueda de un entendimiento mutuo entre todas las fuerzas constructivas y
patrióticas en Venezuela. En este contexto, Zajárova expresó su apoyo a los
objetivos declarados por los participantes del Mecanismo de Montevideo,
integrado por México, Uruguay, Bolivia y los países de la Comunidad del Caribe
(Caricom). Habiendo mostrado su determinación con el eje central de su política
anti-globalista y no continentalista, no se descarta que Trump pudiera dar un
viraje a la política con Venezuela y reemplazar uno(s) de sus halcones
neoconservadores en el gobierno.
1 Ver también: Manlio Dinucci Venezuela, putsch del
Estado profundo estadounidense, Red Voltaire, 30 de enero de 2019.
3 Rex Tillerson reveló el plan secreto para invadir
Corea del Norte y el papel de China en la operación. https://www.infobae.com/america/eeuu/2017/12/18/rex-tillerson-revelo-el-plan-secreto-para-invadir-corea-del-norte-y-el-papel-de-china-en-la-operacion/
.
4 Trump se planteó invadir Venezuela para derrocar el
chavismo https://www.lavanguardia.com/internacional/20180705/45667480066/trump-planteo-invadir-venezuela.html
5 Vea, Thierry Meyssan, ¿Donald Trump ha sido obligado
a renunciar?, Red Voltaire 29 de enero de 2019.
6 El conflicto en la zona del Esequivo comenzó cuando
la Petrolera Exxon de la Corporación JPMorgan avanzo sobre el petróleo en
conflicto entre Venezuela y Guyana. Viceministro acusa a EEUU de busca
"encender conflictos" entre Guyana y Venezuela. https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201812241084356284-conflicto-entre-guayana-y-venezuela-papel-de-eeuu/
7 Zach Scheidt, The Art Of The Deal And Trump’s State
Of The Union Address, Daily Reckoning, 3 de febrero de 2019.
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