ARTÍCULO DEDICADO A LA MUJER
PERUANA EN EL DÍA INTERNACIONAL
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vie.,
15 mar. 15:03 (hace 17 horas)
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Estimadas
amigas(os):
Este
artículo se dedica a las mujeres peruanas que siguen luchando por sus
derechos frente a una sociedad, en particular de los hombres, para que asuman
su solidaridad con sus hermanas, y a lo que se suma la falta de definición de
gobernantes que canalicen cambios en las estructuras del poder (autoritarismos
y dictaduras), a través de reformas en la justicia, la política, la economía
y la promoción cultural ante los nuevos frentes de una sociedad que debe
buscar igualdad y fraternidad en todos los campos.
El
escrito que se presenta trata de desarrollar el titulo de esta colaboración,
bajo el ideal que tenemos que respetar la historia de personajes que pusieron
bases significativas, en este caso de lucha por los derechos de la mujer en
el marco de la democracia y el Estado de derecho.
Atentamente,
Fernando
Arce Meza
Surco, 15 de Marzo del
2019.
LA
SITUACIÓN DE LA MUJER PERUANA LLEVA A LA REFLEXIÓN QUE EN LA LUCHA POR SUS
DERECHOS NO HA ESTADO SOLA Y DESDE LOS AÑOS 20 UN HOMBRE DE OPINIÓN COMO EL
AMAUTA MARIATEGUI Y UNA EJEMPLAR POETISA COMO MAGDA PORTAL DIERON LOS CAMINOS
DE UN FEMINISMO EN LUCHA Y DE TRIUNFO
El día
8 de presente mes se celebró el día internacional de la mujer en sus derechos
igualitarios de los géneros. En el caso peruano la lucha por dichos derechos
tiene contornos dramáticos, porque cada día que pasa algo ocurre contra la
mujer, llegándose al punto de cometerse el delito de asesinato, que hasta el
momento de lo que va del año se pasan de 25 feminicidios.
Esto da
un promedio de que cada dos días y medio una mujer, es asesinada, se ha
reportado en lo que va del año más de 406 incidentes contrarios a la vida de
las mujeres; la situación se agrava, porque aparentemente se hace difícil
explicar los atentados que sufren, estos atentados se explican bajo el signo
sociológico y político. Estos hechos son contrarios a las mujeres, pero ellas
no se dejan vencer y luchan por sus derechos.
Sintetizando,
la situación de las mujeres bajo la discriminación debe ser tratada en la medida
que, se siga un proceso de decisión política, para acabar con el estilo
cultural que por siglos tiene un comportamiento marcadamente machista, el
mismo que históricamente se ha mantenido en el Perú, bajo una educación que
ha reforzado el predominio del hombre, lo que ha hecho que el machismo se
haya enraizado, y que lamentable considera a las mujeres como seres de
segunda y tercera categoría, tan igual como de ser indígena, a lo que se
suman la discriminación que sufren otras etnías: el negro e injertos.
Aclarando
que la mujer andina, en especial está en mayores condiciones de inferioridad
que las mujeres de las ciudades. Dicha inferioridad se presenta, cuando llega
a Lima, sin dejar de percibir que la situación de la mujer rural tiene más
condicionantes que, expresan aún una mayor inferioridad, principalmente por
pertenecer al sector quechua hablante y que sufre extrema pobreza. Con estos
caracteres no solo se le considera más inferior; sino también su perfil que
muestra su identidad étnico/andina, tal cual lo hemos indicado, se hace más
visible cuando la mujer serrana emigra a las ciudades.
Empero,
la mujer andina de las comunidades campesinas no se atiene a ser menos,
porque durante cientos de años, su actuar comunitario, dejó huellas heredadas
provenientes de lo que hoy se relieva de las culturas prehispánicas, ello
permitió a la mujer comunitaria que no haya necesitado de igualdades con los
hombres, dado que la mujer ha sido y es activista defendiendo la
supervivencia de sus respectivas comunidades, donde sus instituciones como el
ayni y la minka, por ejemplo consolidan la solidaridad y el unionismo de los
hombres y mujeres; asimismo, no llegan a atemorizarse ante la autoridad
local, provincial o nacional, ni las imposiciones de superioridad por parte
de los varones. Esto último se contrapone al machismo predominante en
el país.
Como
bien sabemos el Perú ha sufrido los efectos de la invasión de los españoles
de entonces, su larga estancia de tres siglos de dominio político y social
por convertirla en una colonia; la independencia de España, no significó
cambios de la mencionada situación, porque quedó la colonialidad interna, la
que hace posible la sujeción al ejercicio del poder de parte de los grupos
políticos y económicos exclusivos en el entendido que se hacia más fuerte en
la república. El reinado de la colonialidad interna, por mucho tiempo se
expresa en los gobiernos que se mantuvieron, gracias al autoritarismo, la
percepción sobre que dicha sujeción se imponía a las poblaciones recurriendo a
la represión cuando aparecieran las protestas de las agrupaciones políticas
y/o de las organizaciones sociales que no comparten las políticas en cuanto
al uso y abuso del poder que favorecen en los negocios que el Estado, cuando
se adquieren bienes y servicios, por ejemplo los contratos de obras públicas,
donde los gobernantes y sus amigos son sobornados al recibir importantes
comisiones de las “empresas nacionales y extranjeras amigas”.
La
república incompleta y sin elecciones libres durante todo el siglo XIX y
parte del XX se hizo oficial que el Perú se distinguiera por los gobiernos
autoritarios al mando de presidentes militares y también civiles, quienes
continuaran, porque contaron como soportes a los grupos económicos, los que
igualmente son favorecidos por el autoritarismo; sin embargo, los gobiernos
elegidos por el voto también pasan por estas vicisitudes, donde solapadas
formas de autoritarismos salen a luz, y a las que recurren los caudillos
presidentes.
Es
decir, en el Perú las responsabilidades, por ejemplo de las rendiciones de
cuentas se diluyen sus dispositivos, al punto de que no existen para
verificar las cuentas en gastos y realizaciones, periódicas y anualmente por
parte de las entidades públicas. El congreso no fiscaliza las acciones que comprometen
a las inversiones y gastos que financia los fondos del tesoro público, ello
delata que no existen los contrapesos entre los poderes del Estado.
Esto
expresa la pobre institucionalidad cuya vigencia tiene que estar
necesariamente supedita al ejercicio de la democracia política y al respeto
de los derechos ciudadanos, éstos son esenciales para la vida republicana, y
que paradójicamente no se aprecia que los ciudadanos estén acostumbrados y
formados cívicamente, ello a la vez supone que no hay políticas de respeto a
sus derechos y de cómo cumplir sus deberes. Se hace imprescindible vivir
bajo el régimen del juego democrático y de un Estado de derecho.
Mientras
no haya disposición por la democracia en ejercicio -el desden por su
práctica- persistirá no solo por la colonialidad interna que es aprovechada
por los poderosos en política; sino quienes mantienen el modelo económico en
el que prima el extractivismo (propia de países con colonialidad interna y de
formas dependientes externas) esperando exportar los recursos minerales, sin
intentar por una economía diversificada con una explotación de la energía -no
exportable-, si no más bien para usar esos productos como el gas, a fin de
crear: temoeléctricas y polos petroquímicos, que fluyen en dirección a la
producción bajo el valor agregado, sin recurrir a las costosa importaciones.
Con
otras políticas se estaría en condiciones de ir implementando una economía
sustentable, su forma de producción sería impactante como para desarticular
la desigualdad en favor de la movilidad y el escalamiento personal y
colectivo, la economía renovada echa raíces para la democracia económica.
Todo lo
dicho de las postergaciones relacionadas con el no cumplimiento de las
ofertas electorales por los caudillos presidentes, están en contra a los
derechos ciudadanos, en términos de que dichos derechos, son para los
peruanos hombres, y no se incluyen a las mujeres. Significa que no existe un
acercamiento en la igualdad de género, porque este reconocimiento de
igualdades se debe producir en el corto plazo, y cuando cambiemos la forma de
los comportamientos en todos los campos, los que no solamente respondan a las
decisiones por las reformas públicas y de las gestiones sanas de los
gobiernos.
La
igualdad que representa combatir y acabar con el machismo, porque el marco
del desenvolvimiento del país se produce porque somos una sociedad sin
ciudadanos y de escondidos autoritarismos, donde aún la democracia es opaca y
de baja intensidad, donde los hombres y mujeres no participan en la vida del
país. Participar requiere tener información y datos verdaderos –frente a una
prensa escrita y televisiva que no es la adecuada, ni considera el progreso
del conocimiento sin perder los equilibrios emocionales-. Estos conocimientos
de información son el refuerzo a la vida ciudadana, la que hace posible los
valores de la autoestima, la honestidad y el derecho a tener un servicio público
gracias a la presencia de los organismos del Estado.
Los
peruanos no tienen una educación no solo para la vivir en democracia y de de
valores cívicos, esto si bien es esencial, por cierto que con un marco nuevo
para que se desenvuelve la vida política, económica y cultural con mejores
resultados; sino también están los signos de una educación científica, como
técnica para el trabajo; las razones de estos equívocos
y rebotes por el progreso tiene relación directa con la presencia de
densos residuos de colonialidad interna.
La
reforma como la judicial es más importante para que se llegue a la igualdad
ante la ley; la reforma política no puede estar atada los mezquinos intereses
de los congresos donde persiste la unicameralidad dirigida a dar mayorías que
pertenecen a la “elite del dinero y de la componenda”. Los representantes no
nacen producto de elecciones al interior de los partidos organizados.
La
unicameralidad no admite fiscalizar, menos provocar enjuiciamientos a los
comprometidos en los contratos que el Estado realiza, casos de las
construcciones de los proyectos de obras. Se requiere un parlamento bicameral
que conlleva a un senado revisor cuya representación sea regional o nacional,
y una cámara diputados resultado de las elecciones por distritos electorales.
Otra
reforma es la administrativa relacionada con la carrera pública y la
meritocracia en los tres poderes del Estado, la misma que se dirija a las
reformas de la educación, la salud y la seguridad interna, ello también
obliga a revisar que el poder ejecutivo disminuya el número de ministerios
bajo el sustento de precisar las competencias tanto de la labor de los
ministerios en relación al quehacer de los gobiernos regionales y los
gobiernos municipales, si ello no conlleva al proceso de descentralización
que considere nuevas regiones distintas a la falsa regionalización
departamental, y de la formulación en que se distinga la separación de
funciones entre los municipios provinciales y distritales, incluido los
probables excesos en el número de los municipios.
Este
marco, donde es por lo demás relevante la sujeción de autoridades y
ciudadanía a la colonialidad interna, que significa el predominio de los
grupos de poder político y económico que perturba la libertad personal, el
maltrato en especial de sectores étnicos y femeninos, su poca participación
política y sin creación firme de partidos y asociaciones de la civilidad con
otras formas organizativas que muestren la democracia como régimen de vida.
Hace
unas pocas décadas que las mujeres peruanas sienten no contar con el pleno
uso de sus libertades e independencia en sus vidas relacionadas al destino
que se labran los seres humanos, esto ha respondido a lo que en anteriores
partes de este artículo se señalan en el marco de poder y del comportamiento
al estar en manos mayoritariamente de los hombres, esto es inapropiado para
la vida de las mujeres en todos los campos, se considera que las mujeres no
tienen capacidad, por ser inferiores a los hombres.
En las
primeras décadas del siglo XX los hombres no sólo estaban formados con estilo
cultural renovado de lo tradicional; sino tuvieron la calidad en usar su
posición difusora, a través de los medios de opinión de esos años, de
preferencia en el decenio del 20, donde apareció la labor periodística de
personalidades que entendían que las bases políticas habrían de ser distintas
a los autoritarismos tradicionalistas, y que no se asemejan a las tradiciones
de los pueblos, como no entraban en conflicto con la renovación generacional.
Al
regresar en 1923 de Europa, José Carlos Mariátegui fue uno de los que
comprendieron la realidad del país y de sus desigualdades, entre ellas de la
mujer. En sus artículos para las revistas Mundial y Variedades desde 1924
dedicó al feminismo apreciaciones en que “es cierto que las raíces
históricas del feminismo están en el espíritu liberal. La revolución francesa
contuvo los primeros gérmenes del movimiento feminista. Por primera vez se
planteó entonces, en términos precisos, la cuestión de la emancipación de la mujer”.
En este mismo artículo el amauta Mariátegui continúa haciendo ver que
“solamente en el hogar es, en realidad una defensa de la servidumbre de la
mujer. En vez de ennoblecer y dignificar el rol de la mujer lo disminuye y lo
rebaja. La mujer es algo más que una madre y que una hembra,
así como el hombre es algo más que un macho”.
En el
último párrafo de su artículo termina expresando que: “el tema es muy
vasto. Este breve artículo intenta únicamente constatar el carácter de las
primeras manifestaciones del feminismo en el Perú y ensayar una
interpretación muy sumaria y rápida de la fisonomía y del espíritu del
movimiento feminista mundial” y por último señala: “la cuestión femenina es
una parte de la cuestión humana. El feminismo me parece, además, un tema más
interesante e histórico que la peluca”.
En esta
situación de la mujer postergada, los peruanos se han olvidado de Magda
Portal Moreno, limeña que vivió de 1900 a 1989, o no saben muchas jóvenes que
Magda fue una líder del feminismo, luchadora sin pausa por los derechos de la
mujer, y que por ser mujer y tener una concepción política no claudicó y
desarrolló una vida entregada a la redención, para acabar con las
discriminaciones y abusos del poder en el Perú.
En el
conocimiento del tema de la mujer, Mariátegui ha sido el que mejor entendió
lo que significaba los derechos de la mujer, en los “7 Ensayos de la realidad
peruana”, publicado en 1928 le da un peso a la poesía y a los autores que en
esos momento estaban en una línea nueva distinta a los hombres ilustrados y
literatos, muchos tradicionalistas incapaces de tocar el tema del rol
de las mujeres en la literatura y menos lo que
representaban los movimientos feministas, y de conocer algo opacaban a las
mujeres como a Magda Portal.
En su
proceso a la literatura peruana, José Carlos Mariátegui acentúa la
participación de la mujer en esa materia, en especial en la poesía que, ya no
solo no llega a ser secuaz de la poesía del varón; sino tenía el signo de
mujer, dejaba de ser asexuada, llegando al año 1928 consideró que: “la
poetisa es ahora aquélla que crea una poesía femenina. Y desde la poesía de
la mujer se ha emancipado y diferenciado espiritualmente de la del hombre”
“tienen una alta categoría en el elenco de todas las literaturas” y “ha empezado
a ser distinta”. Se interpreta que, a través de la “escritura de la
poesía, la mujer renace rejuvenecida”.
Mariátegui
específica que: “Magda es esencialmente lírica y humana. Su piedad se
emparenta –dentro de la autónoma personalidad de uno y otro- con la
piedad de Vallejo”. “Así se nos presenta en los versos”, “en su poesía se
encuentra todos los acentos de una mujer que vive apasionada y
vehementemente, encendida de amor y de anhelo y atormentada de verdad y
esperanza”. Mariátegui considera de lo que debe ser la mujer.
Sobre
la poetisa que es y el feminismo de Magda Portal, termina preguntando
José Carlos Mariátegui ¿Toda Magda está en estos (sus) versos? Toda
Magda no. Magda no es sólo madre, no solo es amor. ¿Quién sabe de cuantas
oscuras potencias, de cuantas contrarias verdades está hecha el alma como la
suya?
Las
respuestas a la seria inquietud del camino que siga Magda Portal, se
encuentra en su propia vida de sacrificio por sus ideas, por esas causas la
apresaron y la deportaron desde muy joven, se afilió a la primera APRA de
1924 que en ese momento Haya de la Torre y Mariátegui marchaban unidos. Al
volver del exilio ya había muerto el Amauta; ella siguió en el aprismo del 30
y del 31, donde Haya era el jefe, fue combativa militante hasta su renuncia
en 1950, después de haber sido durante 20 años secretaria de asuntos
femeninos y la única mujer del conjunto dirigencial del partido. Como
fundadora del partido programó la capacitación de las mujeres, trató que el
sector femenino se convirtiera un movimiento alrededor de un ideal por la
lucha de los derechos políticos de las mujeres, alcanzar a ser iguales a los
varones; pero, su decepción fue al darse cuenta que los altos dirigentes no
la apoyaban, a pesar de como se ha dicho era la única mujer en dirigir la
secretaria nacional de las mujeres del partido aprista.
El
trabajo por la capacitación de las mujeres apristas fue denodado; sin
embargo, los esfuerzos por los derechos femeninos no encontrarían eco en las
dirigencias masculinas y del jefe del partido Haya de la Torre. En el segundo
congreso nacional celebrado entre fines de 1947 y comienzos de 1948 hizo
saber Víctor Raúl que las mujeres apristas eran nada más que simpatizantes.
Lo
dicho por Haya, a Magda la “hirió tremendamente”. Ella pidió la
palabra, pero como ya estaba al final, Haya me contestó: “No hay nada
en discusión”. Pero yo le dije: “Si pido la palabra”.
El dobló el libro de actas fuertemente y me dijo: “No hay nada en
discusión”, “pero yo me levante de mi asiento y me fui. Me fui
con unas cuantas compañeras”. “No volví más al partido”.
La
declinación de Víctor Haya a nombre del partido organizado y de banderas
revolucionarias puso en evidencia que, llegando a los años 50 se dio marcha
atrás en una de las más importantes banderas en los derechos políticos de las
mujeres en el Perú. Nueva postergación, lo que no llama la atención porque la
república está secuestrada y monitoriada por los grupos de poder, no podían
quebrar las normas de una población acostumbrada a la vigencia de mantener el
estatus social y político de la colonialidad interna.
Solo si
hay la decisión política por las reformas públicas y las gestiones sanas de
los gobiernos, en cuanto a desplazar políticas de Estado añejas que la seguir
predominando ello perturba la libertad personal, el maltrato en especial de
sectores étnicos y femeninos -añadido en su poca participación ciudadana- y
sin creación firme de partidos y asociaciones de la civilidad, el Perú
continuará opaco y relegado al progreso y la modernidad.
Notas: las citas de José Carlos
Mariátegui pertenecen a los artículos en las revistas Mundial y Variedades, y
en las publicaciones del mismo Mariátegui en Temas de Educación, Peruanicemos
Al Perú, Cartas de Italia y los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad
Peruana (esta última tiene más de 30 ediciones populares y ediciones del
extranjero traducidas a varios idiomas).
Sobre
la poetisa Magda Portal ver la tercera edición de su novela “La
Trampa”, publicada en Lima en el año 2018 (su única novela se divide en
varios ensayos relacionados con los acontecimientos políticos vividos con
gran intensidad por Magda Portal en su calidad de escritora).
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