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GEOPOLÍTICA, INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y
POSCAPITALISMO
19/07/2019
Inteligencia
Artificial y el proceso de enajenación
Vivimos en
el siglo XXI un clima de creciente inseguridad, en el que el desarrollo e
introducción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación
–Tic- van cada día a mayor velocidad. La Inteligencia Artificial está trayendo
consigo cambios que producen mucha angustia entre la población trabajadora, que
se encuentra en una situación social parecida a la clase trabajadora en
Inglaterra en el siglo XIX.
Un estudio
sobre la percepción de la Inteligencia Artificial (IA) en Europa revela que hay
un creciente y justificado miedo a que los dueños del capital impongan los
robots y éstos los desplacen del trabajo que desarrollan, que es su vida misma;
pese a que los capitalistas, y algunos políticos, prometen que los robots
crearán nuevos trabajos, nada dicen que destruirán un número
desproporcionalmente mayor y, además, el trabajo será cada vez de menor
calificación, mayor informalidad y, por lo tanto, menor remuneración y
estabilidad. Para lo cual necesitan la destrucción de todas las organizaciones
gremiales, sociales y políticas que los trabajadores construyeron desde 1830.
Llama la
atención que el estudio revela que el 70% de los encuestados en Europa cree que
los gobiernos deberían implementar serias limitaciones legales a la
automatización en las empresas. Dos de cada tres encuestados, el 66%, perciben
que estas innovaciones no serán usadas para el bien de la sociedad y consideran
que es necesario aplicar un mayor control sobre el sector tecnológico, ya sea
en forma de leyes, impuestos adicionales u otras medidas. En este aspecto
observamos entonces que la crisis que provocó la batalla entre capitales
financieros por introducir las nuevas tecnologías de la comunicación e
información generó el terreno para un desarrollo creciente de una conciencia no
alienada acerca del tema no solo teórico sino practico de la IA.
Una voz
alienada en torno a la Inteligencia Artificial (IA) podría exclamar: “¡Robots
de todos los países uníos!” asignándole con ello el lugar y valor que la
humanidad tiene en la historia, a los robots. Humanizando a los Robots y
deshumanizando a la población trabajadora misma que los fabrica. Pareciera que,
afortunadamente, la conciencia social a nivel de los trabajadores no ha llegado
a alienarse ni extrañarse anteponiendo el enfrentamiento con los otros
trabajadores por sobre el enfrentamiento con la oligarquía financiera.
Esto que observamos en la órbita de las luchas gremiales no se observa aun a
nivel de las luchas políticas, lo que es un aspecto al menos alentador.
En el ámbito
de la política, sin embargo, la encuesta revela que los ciudadanos europeos
afirman que la confianza de los votantes en los políticos sigue cayendo en
picada. Pues, proyectan la responsabilidad del malestar a los políticos. Sin
embargo, muchos prefieren depositar más su confianza en la Inteligencia
Artificial para tomar decisiones que en los dirigentes políticos. En concreto, el
25 % de los europeos encuestados cree que sería mejor que una Inteligencia
Artificial tomase decisiones importantes sobre cómo llevar su país adelante.
Este porcentaje es aún mayor en países como el Reino Unido, Países Bajos o
Alemania, donde uno de cada tres ciudadanos (el 33%) preferiría darle dicho
poder a una IA. En Portugal, un país donde esa nueva tecnología ha sido
implementada en menor grado, ese porcentaje no alcanza el 20% y España
representa la media europea con un 26% de la población que preferiría que un
sistema robotizado e informatizado dirigiese el país antes que Sánchez, Rivera,
Casado y compañía.
En otras
palabras, se puede observar que la manipulación y ‘producción’ de la conciencia
política por la Inteligencia Artificial (IA) ha tenido un resultado mayor en
los países más ‘desarrollados’ en la implementación de Robots e IA en general,
que se manifiestan con comportamientos más afines a apoyar el crecimiento de la
IA, algo que luego lo empobrecerá más en lo económico, en lo social, en lo
político y en lo cultural. En segundo lugar, el desarrollo de esta conciencia
extrañada y alienada es menor en el lugar de trabajo y sus luchas gremiales,
que en el ámbito político y político-electoral.
El fundador
de WikiLeaks, Julian Assange, advirtió de los inmensos peligros para la
humanidad en el uso de la Inteligencia Artificial (IA). El afirmaba que “el
futuro de la humanidad es la lucha entre humanos que controlan a las máquinas
enfrentadas a las máquinas que controlan a los humanos y, entre la democratización
de la comunicación y la usurpación de la comunicación por parte de la
inteligencia artificial”.
En manos de
las élites oligárquicas globales que controlan a la sociedad bajo el
capitalismo globalizado, toda innovación tecnológica se transforma en un arma
dirigida contra la clase trabajadora, los pueblos y las naciones. La
indetectable influencia social en las masas y pueblos potenciada por la IA en
manos del capitalismo globalista es una amenaza existencial para la humanidad
toda, y se expresa particularmente a nivel político y tiende a expresarse como
un autoritarismo sin igual, sin sujeto autoritario, sin oligarquía global
autocrática. Apareciendo como una confrontación de los Pueblos y Trabajadores
contra las nuevas tecnologías, contra el progreso. Cuando los pueblos y
trabajadores no luchan contra las tecnologías nuevas sino contra la exclusión
económica social, cultural y política que las nuevas tecnologías de robots y de
la IA producen ‘en manos’ de la oligarquía financiera global.
Los límites
de la Inteligencia Artificial bajo el capital financiero globalizado
Veamos ahora
como el desarrollo de la IA, bajo lógica del capitalismo manejado por las
fuerzas financieras globalizadas, crea también sus propios límites en el
mercado. La automatización plena del proceso de producción (con la
robotización) es una situación bajo la cual al dejar de existir la creación de
valor, también deja de existir el plusvalor, ésta es la condición por la cual
agota el capitalismo sus capacidades de inclusión social y humana como sistema,
porque bloquea la reproducción del sistema capitalista, como ya dimos cuenta en
nuestro libro ‘El Capitalismo en su Declive’ (2018).
La
robotización genera un desempleo masivo sin que genere más plusvalor, riqueza
social. La única forma de acumular es profundizar aún más la lucha por
re-apropiación del plusvalor-riqueza social ya creada. Lo cual lleva a un
camino hacia una economía que legítima toda forma de ‘apropiación de riqueza’ o
plusvalor ficticio, hacia una economía especulativa que está por colapsarse.
Con ello, no sólo se crea una crisis sistémica para el capital, que hoy se hace
cada vez más profunda, sino que al mismo tiempo se puede prever la reacción
popular ante el desempleo masivo que genera (la lucha de los trabajadores
calificados como chalecos amarillos son el preludio). Así que el lema pronto
será: Trabajadores de todas las naciones y pueblos uníos para poder desplegar
todas sus potencialidades emancipatorias en lo económico, político y cultural.
Es un hecho
que toda actividad tiende a ser monetizada[1],
además de mercantilizada, en el capitalismo globalista actual y muy en
particular nuestro tiempo libre. Es más, la monetización de la Inteligencia
Artificial (IA) ha invadido cada vez más nuestro tiempo libre. Google ha
monetizado la búsqueda de información por páginas web; Facebook, Twitter e
Instagram han monetizado los medios sociales; Uber y Lyft han monetizado el uso
de vehículos privados; Airb&b ha monetizado el uso de casas y apartamentos
privados; Amazón, Grubhub, Door Dash y Uber Eats han monetizado servicios hasta
con bicicletas y motocicletas de entregas a domicilio. Hulu, Apple Music,
Spotify compiten ya con nuestro sueño. El tiempo de los subocupados y
desempleados ha sido monetizado por Task Rabbit, Fiveer, etc. ¿Qué les queda a
las empresas de Inteligencia Artificial por monetizar en términos de tiempos
que aún quedarían libres de ser monetizados, cuando hasta el tiempo de mayor
intimidad han invadido-monetizado?
Pareciera
que queda muy poco de la vida cotidiana ya por monetizar para la IA. Esto se
evidencia en las tasas de retorno que van en picada en este sector de IA.
Cuando la tasa de ganancia tiende a la baja en las empresas que utilizan
Inteligencia Artificial suelen profundizar, como toda empresa capitalista solía
hacer, aún más en la tecnificación y en la IA, en particular en la
robotización. En este contexto hemos de comprender que Amazon anunció en julio
de 2019 que la compañía introducirá más robots y sistemas automatizados para
seleccionar bienes y llenar pedidos en sus almacenes con la consecuencia de
hacer innecesaria una parte importante de su fuerza laboral.
En concreto
la compañía anunció el 11 de julio que ‘recapacitará’ unos 100 mil trabajadores
para que unos entren en los nuevos empleos y los demás ‘puedan’ buscar otro
trabajo con la nueva capacitación. Amazon encubre el desempleo masivo ante la
prensa y la comunicación en general bajo el rótulo de haberles capacitado mejor
para poder mantenerse en el mercado de trabajo. El hecho es que muchos perderán
su trabajo y pocos encontrarán otro empleo, y lo que sucede hoy en Amazon
podemos esperar que suceda mañana en cualquiera de todas estas corporaciones
basadas en Inteligencia Artificial. Es decir, podemos esperar pronto un
“Apocalipsis Laboral” no solo de trabajadores independientes sin trabajo
registrado sino también de masas de ex–asalariados desempleados que, en medio
de una gran crisis bursátil, podrían explotar movilizándose
políticamente y en muchos países a la vez.
¿Cuán cerca
está la culminación en una Gran Crisis (bursátil)?
Estamos ante
una situación económica muy particular, la bolsa de valores de Nueva York sigue
en alza aunque hay ya crecimiento negativo en la economía real de EEUU. El
Producto Industrial para Chicago, por ejemplo, alcanzó una tasa negativa anual
del 22% desde junio de 2018.
Los
resultados en la reunión del G-20 pueden ofrecer un breve respiro a los
mercados financieros (Bolsa de Valores en alza), pero no frenará la
desaceleración general que la economía mundial está experimentando, con la
probable y cada vez más cercana nueva recesión en la producción, el comercio y
la inversión. Los índices de actividad a nivel mundial en los sectores de
fabricación, y los llamados servicios, ya han disminuido a niveles no vistos
desde el final de la Gran Recesión en 2009.
Pareciera
que la bolsa de valores tuviese una vida independiente de la economía real.
Veámoslo más de cerca. El retraso en el estallido de la crisis se explica a
partir de la ampliación de la emisión sin respaldo de la liquidez monetaria. La
Reserva federal, al igual que el Banco Central Europeo como el de Japón, han
inyectado dinero ‘emitiendolo sin respaldo’ en el mercado a través de los
grandes bancos. Este dinero no termina en manos de los consumidores sino que lo
reciben los grandes consorcios a tasas de interés cada vez más bajas. A mayor
acceso al crédito, más liquidez monetaria, más crece la recompra por las
grandes corporaciones de sus propias acciones, que suben con ello su precio de
modo ‘artificial’.
De esta
forma parece que hay prosperidad pero es solo para las grandes corporaciones,
porque la economía real se encoge con las consecuentes alzas en el desempleo y
bajas en los ingresos de los ciudadanos comunes. La Reserva Federal de EEUU
puso un freno a la baja de las tasas de interés hacia finales de 2016 e inició
una política de contracción monetaria retirando liquidez (dinero) del mercado y
subiendo las tasas de interés. Tasas de interés en alza implican mayores
dificultades de pago de las deudas entabladas por gobiernos, empresas y
ciudadanos. Si el alza de tasas de interés continúa un tiempo largo, la
incapacidad de pago aumenta y con ello las bancarrotas estallan.
El hecho, el
16 de julio de 2019, donde los inversores retiraron mil millones de dólares al
día del Deutsche Bank (el banco de inversiones más grande de Europa) es señal
de alarma de posibles y cercanas quiebras de bancos. No importa si el proceso
comienza en Europa, Japón o EEUU, al quebrar un megabanco suelen empezar a
quebrar otros en cadena, produciendo por efecto dómino una gran ola de quiebras
en la era de la globalización. La Bolsa de Valores en el mundo entero
colapsaría y con ello la recesión sería inevitable.
Nos
preguntamos ¿cuán lejos está el inicio y cuán seguros de que suceda estamos?
Ahora bien, hay un espacio de tiempo entre el momento de la expansión monetaria
y su impacto en los precios de las acciones en la Bolsa de Valores. El pico en
la expansión monetaria es anterior al pico observado en la Bolsa de Valores y
ese tiempo varía a lo largo de la historia reciente. En 1987 ese tiempo fue
mucho más corto que el observado en 1927, por ejemplo. El pico en
Standard&Poor (329.9 en setiembre de 1987) lo alcanzó 7 meses después del
pico en la expansión monetaria de enero de 1987.
En junio de
2003, observamos otra vez un pico en la expansión monetaria y el pico en
S&P de 1.549 se observa apenas cuatro años más tarde en octubre de 2007,
antes de caer contundentemente a 735 en febrero de 2009, un retroceso
impactante del 52%. El tiempo recorrido entre el máximo alcanzado en la expansión
monetaria y el máximo en la Bolsa antes de la crisis bursátil de octubre de
2007 fue de 52 meses.
En la
actualidad la expansión monetaria alcanzó su máximo nivel (16%) en Octubre de
2016, es decir, (en julio de 2019) hace 32 meses. La presión del Banco Central
General Globalista de Basilea sobre la Reserva Federal –Fed- (globalista
por trayectoria) es posponer hasta donde sea posible la introducción de una
baja en la tasa de interés y seguir retirando liquidez (dinero) del mercado.
Además, la Fed tiene un escaso margen de 2% (nominal) para bajar las tasas de
interés ya que están con tasas reales (tomando en cuenta la inflación) cercanas
a cero.
Un margen de
rebaja de la tasa de interés de 2% máximo resulta muy poco frente al 5%
requerido durante las recesiones anteriores.
La Reserva
Federal está “inclinada” a bajar la tasa de interés, debido a una muy fuerte
presión de Trump, pero queda aún por ver si la bajará con cambios mínimos de
0.25% por vez (Trump presiona por el doble, al menos de un 0.50% por vez), con
qué periodicidad y si la política de retirar liquidez (dinero) del mercado
continuará o no. El tiempo comienza a estar en contra de Trump, quien piensa
en: sustituir al Presidente de la Fed y/o dejar en manos de la Secretaria del
Tesoro la política de ‘parar la expansión/contracción monetaria’. Trump sabe
que la crisis bursátil es inevitable pero busca posponerla hasta después de las
elecciones presidenciales de noviembre de 2020.
La magnitud
de la crisis podría llegar a imaginarse si tomamos en cuenta que la bolsa de
valores (S&P) se encuentra varios cientos-por-ciento por encima del ‘valor’
que las acciones hubieran tenido sin la política de expansión monetaria
(Burbuja) de la Fed. La liquidez global (el dinero disponible) se expandió en
15 billones (millones de millones) de dólares, incomparable con cualquier otro
momento en la historia del capitalismo y el estallido de la crisis que se
avecina tendrá la magnitud correspondiente. Esta expansión monetaria se dio a
partir de la Crisis Financiera Global de 2007/08, comenzó en enero de 2009
cuando asume Obama y siguió hasta 2016 (cuando la Fed volvió a subir las tasas
de interés bajo presión de las fuerzas globalistas representadas por el Banco
de Basilea).
En noviembre
2016, cuando Trump es electo presidente, las fuerzas globalistas empujaron la
Fed a elevar las tasas de interés a sabiendas que esto provocaría una crisis
internacional. Su objetivo era “salvar”, luego de la crisis, al mundo del caos
económico introduciendo una cripto-moneda global en reemplazo de un dólar
deslegitimado totalmente. La cripto-moneda permitiría hacer transacciones más
allá del sistema bancario (sistema con los políticos considerados responsables
de la crisis por la población), pero serán las mismas corporaciones y los
mismos banqueros los que lanzarán la cripto-moneda y la IA, como la solución
para salir de la crisis y la propagarían a través de las grandes plataformas
globalistas de telecomunicación. Irónicamente, los salvadores de la crisis serían
los mismos que la generaron.
Los
globalistas explotarían el hecho que la población, al menos en Occidente,
tiende a confiar más en la comunicación que fluye a partir de la Inteligencia
Artificial que en las decisiones de los políticos e igualmente más en una
cripto-moneda que en los banqueros. Pero aun así, todavía necesitarán que la
crisis internacional estalle durante el gobierno de Trump y sea él a quién
todos los norteamericanos, y luego el mundo, responsabilicen por lo que las
grandes corporaciones financieras produjeron.
La Nueva
Formación Social ante la crisis a nivel mundial
En la era de
la globalización, una crisis bursátil en un país como EEUU impactará en el
mundo entero. Igualmente la crisis, incluso la caída de un megabanco como el Deutsche
Bank (donde ya decidieron en julio de 2019 despedir 18 mil empleados de un
total de unos 95 mil, es decir, casi 20%) es señal que al sistema financiero
mundial le aguardan unas muy profundas sacudidas. Estamos frente al momento de
una gran crisis, de la cual ni la Nueva Formación Social Emergente, en torno a
la Nueva Ruta de la Seda y bajo iniciativa de Pekín, saldrá ilesa. Sin embargo,
estará en una posición mucho mejor para poder salir adelante que el Occidente
anglosajón[2].
China,
también Rusia y la India, tienen el oro suficiente para respaldar su moneda en
un momento de colapso bursátil, que no es el caso de EEUU en particular y de
ninguna moneda fiduciaria de Occidente. El mercado de bonos y acciones chinos
es el segundo mercado más grande del mundo y su economía real crece con buen
ritmo, aunque descendiente y a partir de una deuda creciente. La expansión
monetaria en China es fuerte y se dirige particularmente a inversiones en la
economía real de la Nueva Ruta de Seda. El Occidente anglosajón, en cambio
suele invertir esos dineros emitidos sin respaldo para que grandes consorcios
logren adquirir acciones propias en la bolsa de valores, creando solo riqueza
ficticia. Al ser las tasas de interés en Europa y Japón aún más bajas que en
EEUU, hubo un flujo de capital hacia EEUU, con el resultado de un alza en el
precio del dólar. Trump en julio de 2019 ha declarado la guerra de monedas y
pretende bajar las tasas de interés por debajo de las tasas en Europa y Japón.
Será una tarea dura de realizar sin la “cooperación” clara de la Reserva
Federal, de trayectoria globalista e incluso enfrentada a su política.
Ante la
amenaza de una guerra de monedas y el cuadro oscuro de una crisis bursátil
mundial, comienzan a percibirse en Europa mejores oportunidades para invertir
en China. Recientemente se observa una tendencia a cambiar de ‘portafolio’
hacia adquisiciones en la bolsa de valores de China. Los inversores obtienen
los mismos retornos que hoy les ofrece EEUU pero corren menos riesgos al
diversificar su portafolio de inversiones. Es de esperar además, que los
precios en el mercado de las acciones y bonos de China reciban un impulso, cuando
estas inversiones se hagan una práctica común.
En este
sentido, Europa ya está mirando más hacia el Este. Portugal se ha convertido en
el primer país de la zona euro en vender deuda pública denominada en yuanes,
también conocida como ‘bonos panda’. El país logró colocar con éxito bonos con
vencimiento a tres años por importe de 2.000 millones de yuanes (260 millones
de euros) y un cupón del 4,09%. El Bank of China y HSBC actuaron como
suscriptores conjuntos de la operación, mientras que CaixaBI actuó como asesor
financiero. Esto supone la primera emisión de ‘bonos panda’ por un país de la
zona euro y la tercera vez que un emisor soberano europeo accede al mercado
‘onshore’ de China. Polonia, en agosto de 2016, se convirtió en el primer país
europeo en emitir deuda en yuanes, seguido de Hungría en julio de 2017. Además
de Portugal, Italia y Austria están llevando a cabo emisiones de ‘bonos panda’.
Realizar
inversiones en China resulta controversial en un momento de tensiones
geopolíticas entre EEUU y China. En este punto los globalistas coinciden con
Trump. Sin embargo, al anunciar el Banco Central Europeo que bajará aún más las
tasas de interés real (tomando en cuenta la inflación) a niveles negativos, los
fondos de pensiones europeos pronto seguirán el ejemplo de Portugal, Austria e
Italia, invirtiendo en bonos del gobierno chino por ejemplo. La opción correrá
el riesgo de buscar un beneficio en un mercado (chino) desconocido pero
probablemente más estable, en vez de asumir pérdidas seguras en su propia casa
en momentos de una crisis bursátil en camino. Invertir en bonos (panda) e
incluso en acciones chinas significaría optar por un riesgo menor durante la
crisis bursátil que se avecina.
Para China,
haber adoptado el yuan basado en el ´patrón de cambio oro´ ha
sido y será la forma de poder enfrentar la crisis bursátil mundial. La
adquisición de oro por el gobierno chino, desde hace ya muchos años, va de la
mano con una desdolarización progresiva, es decir China vende bonos en dólares
del Tesoro norteamericano para comprar oro. Se estima que China habrá
adquirido 150 toneladas de oro tan solo en el año 2019. En medio de la
guerra comercial con EEUU, China ‘permitió’ (aunque no lo necesitaba) que el
Yuan se devaluara frente al dólar, contrarrestando (al abaratar todos sus
productos) el impacto de los aranceles impuestos por EEUU. Si, a partir de la
gran crisis bursátil, el Yuan avanzara en tomar un lugar principal como moneda
de reserva internacional, las monedas fiduciarias como el dólar, Euro o Yen, tendrían
que ser respaldadas por oro si no quisieran hundirse más. En el caso
estadounidense, muchos autores consideran muy difícil que el país haya guardado
una cantidad significativa de oro. De ser así, el dólar ya no podría sostener
su papel de moneda internacional de reserva estratégica.
La Guerra
Económica de EEUU o el hundimiento de un Imperio
El gobierno
de Trump, y no en menor medida las fuerzas continentalistas estadounidenses que
lo acompañan desde la vicepresidencia, son cada vez más conscientes de la
pérdida de “capacidad” del dólar como moneda internacional de cambio y de
reserva. Las fuerzas globalistas, desde la cámara de representantes como desde
las Cities de Wall Street y Londres, en cambio celebrarían dicho suceso, como
hemos señalado en trabajos anteriores. Es sabido que el grueso de las
transferencias internacionales pasa aun por el sistema bancario estadounidense.
El Tesoro de EEUU utiliza el sistema SWIFT con fines geopolíticos. Bloquea
transferencias de personas, empresas, bancos y hasta de países enteros (Irán,
Venezuela, Rusia) como nuevo instrumento de guerra real para conservar
la posición dominante del dólar como moneda de reserva internacional, que ya no
es hegemónica porque cada vez es más cuestionada.
En concreto,
los países europeos reciben amenazas de ser sancionados con eventuales
bloqueos, al comerciar petróleo con Irán por fuera del dólar, país justamente
bloqueado para hacer transferencias bancarias vía el sistema dolarizado. En el
G20, ahora son Alemania, Francia y Gran Bretaña los que anunciaron un mecanismo
especial para negociar por fuera del Sistema SWIFT del Dólar. Se llama
Instrumento de Soporte de Intercambio Comercial (INSTEX por sus siglas en
inglés), sistema que impide que la Secretaria del Tesoro de EEUU bloquee las
transferencias, ya que evitan pasar por ahí. No debemos subestimar la medida
europea, ya que constituye el primer paso en grande en su desdolarización
(salirse de la jaula del área dólar), que a su vez significaría el golpe de
gracia para el sistema SWIFT, y con ello del dólar mismo como moneda
internacional estratégica de cambio y de reserva.
Tenemos en
claro que las sanciones norteamericanas podrán hasta bloquear el acceso de
bancos, o hasta países europeos, al Sistema Financiero norteamericano. La Casa
Blanca, al entrar en una Guerra Económica con Europa (con el fin de castigar a
Irán), podría incluso dispararse en su propio pie y allanar el camino a los
globalistas en su objetivo de hundir al dólar como moneda. Es baja la
probabilidad que los dejen llegar tan lejos. Lo anterior no quita que se está
fortaleciendo y alentando la mirada de Europa hacia el Este y hacia la Nueva
Ruta de Seda.
Así como
Macrón anunció con bombos y platillos en el 14 de julio (la fiesta nacional en
Francia) la necesidad de una Defensa Europea propia e implícitamente el adiós a
la OTAN, así también podrán proponer (y de seguro junto con China y los países
de la Nueva Ruta de la Seda) el adiós al Sistema Monetario basado en el dólar.
La gran ganadora será la Nueva Formación Social Emergente, aunque
contradictoriamente, también EEUU podría volver a ser un país ‘normal’, ya sin
rasgos imperiales como sugieren cada vez más sectores de EEUU. En este
sentido Europa ocupa cada vez un lugar estratégico mayor en el panorama
geopolítico de este tiempo.
En medio de
toda esta guerra económica, tarde o temprano la Formación Social Emergente en
torno a la Nueva Ruta de Seda, logrará que el Yuan pueda manifestarse como
moneda internacional de cambio estratégica y pronto de reserva también, al ser
respaldado por el oro. La Nueva Formación Social Emergente no posee las
vulnerabilidades ante una gran crisis, que si tiene una sociedad capitalista
dominada por el capital financiero globalista. Ante una gran crisis
internacional, la Nueva Formación Social Emergente recibirá los fuertes golpes
y también sentirá los límites de la acumulación por la acumulación misma,
racionalidad que se agota en Occidente, y mientras el “tercer mundo” emergente
del sur multipolar, como ya hemos señalado en nuestro libro ‘El Capitalismo en
Declive’, podrá desplegar otra mirada que se respalde en la economía real de
bienes y servicios atendiendo a la necesidad concreta de preservar el trabajo y
la producción real por sobre la rentabilidad y las tasas de ganancia del
capital.
¿La
Inteligencia Artificial puede ser un camino hacia el socialismo?
Ya desde los
años noventa, académicos e investigadores como Paul Cockshott y Allin Cottrell
han contestado solventemente a todas las críticas procedentes de la economía
‘burguesa’, particularmente de la marginalista y la escuela austriaca[3],
asegurando y demostrando que el nivel tecnológico que existe actualmente con la
Inteligencia Artificial elimina cualquier tipo de impedimento técnico
-naturalmente la cuestión política es la clave- para planificar una
economía de modo comunitario poscapitalista y eficaz.
En esta
línea sendos autores en base a sus análisis aportan dos razones fundamentales
para sostener sus postulados. En primer lugar, porque con el nivel tecnológico
de hoy en día a partir de la Inteligencia Artificial y la robotización existe
la capacidad de solucionar los más complejos sistemas de ecuaciones
simultáneas.
Segundo,
porque la información significativa[4]
para organizar una economía no es tácita ni tampoco subjetiva como la economía
vulgar afirma. Es decir, si en el sistema capitalista los precios de mercado
gravitan en torno a magnitudes objetivas -tiempo de trabajo socialmente
necesario-, en una economía comunitaria poscapitalista se pueden calcular de
forma directa los costes laborales de los distintos bienes sin necesidad de
incorporar el dinero como una variable imprescindible. Incluso el componente
“subjetivo” de la demanda podría ser incorporado a la planificación mediante
información no enajenada obtenida en torno a necesidades y preferencias a
través de la Inteligencia Artificial. Los desequilibrios se podrán solucionar
con una retroalimentación (‘feed back’) informativa hacia las unidades de
producción. En otras palabras el poscapitalismo podrá ser más eficaz que el
capitalismo.
En un
entorno de gran crisis podrán darse y desarrollarse las fuerzas políticas para
que la nueva formación social emergente en construcción abandone dicha
racionalidad capitalista, mientras el globalismo en el Occidente Anglosajón
podrá aferrarse con autoritarismo a la racionalidad vigente.
En una
formación social emergente que históricamente ha buscado el camino hacia el
comunitarismo poscapitalista, la revolución de la inteligencia artificial y la
robótica tienen la potencialidad de crear las circunstancias para dar el salto,
buscando como horizonte una elevación masiva, no solo del bienestar económico
de la población, sino también de su vida cultural y el tiempo libre no
enajenado-monetizado. El reemplazo de las ocupaciones tediosas no debería
necesariamente conllevar al desempleo y la desposesión/destitución de los
pueblos y naciones, sino que estaría en condiciones de abrir también mayores
oportunidades de tiempo libre para con la comunidad y para sí mismo, claro que
desmonetizado.
La cuestión
clave trata acerca de ¿quién controla los medios de producción y, por ende, la
sociedad?
He aquí un
tema y reto de cómo construir una democracia desde abajo a nivel económico,
social, político y cultural.
Bibiografía
consultada
Tylor
Durden, Amazon Is Giving Workers A Chance To Learn To Code Before Robots
Take Their Jobs, Zero Hedge, 11 de julio de 2019.
Europa Press, Portugal, primer país de la
eurozona en vender ‘bonos panda’, www.elpais.cr , 30 de mayo de 2019.
Jorge
Veraza, KARL MARX Y LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL , UAM Azcapozalco,
México Revista Trabajadores 2018
Charles Hugh
Smith, What is Left To Monetize?, Zero Hedge, 7 de julio de 2019
Frank
Shostak, When Will The Stock Market Respond To 2016’s Liquidity Collapse?,
Mises Wire, 12 de julio de
2019
Zero Hedge, China
(Officially) Buys Gold For 7th Straight Month As Treasury Holdings Tumble, 11
de julio de 2019
Holland
Gold, Oostenrijk wil obligaties uitschrijven in Chinese yuan, www.hollandgold.nl,
30 de abril de 2019
Philip Giraldi, Goodbye Dollar, It Was Nice
Knowing You; Zero Hedge, 6 de julio de 2019
Christian
Orozco, La planificación socialista de la economía. Entre la utopía y la
realidad, www.elsaltodiario.com,
20 de abril de 2018
[2] Como ya trabajamos en el último artículo por su posibilidad de
funcionar con ganancias muy reducidas apostando a sostener la estructura de
producción de bienes y servicios en el largo plazo.
Capitalismo
de Inteligencia Artificial vs nueva formación social poscapitalista, Wim
Dierckxsens, Walter Formento, 10/07/2019. https://www.alainet.org/es/articulo/200904
[3] La Escuela austríaca, también denominada Escuela de Viena, es una
escuela de pensamiento económico que defiende un enfoque individualista
metodológico para la economía denominado praxeología. La Escuela Austríaca se
originó en Viena en 1871 con la publicación de Principios de Economía de Carl
Menger. Se trata de una posición heterodoxa basada principalmente en el
individualismo metodológico y en el subjetivismo. Sus recomendaciones de
política económica suelen ser anti-intervencionistas.
[4] “Una economía socialista, por el contrario, dispone de información
mucho más completa (coeficientes técnicos, existencias totales de cada recurso,
conocimiento de los principales planes de inversión, etc.) que está
inmediatamente disponible y es transparente (no oculta en el interior de cada
empresa, como en el capitalismo).” (Nieto y Catalá, 2016).
https://www.alainet.org/es/articulo/201097
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