13/08/2019
| Antony Dapiran
Desde hace casi dos meses, una ola de
manifestaciones antigubernamentales sacude la región de Hong Kong. Provocada
inicialmente por un proyecto del gobierno de aprobar una ley que permita la
extradición de sospechosos criminales para ser juzgados por tribunales de China
continental, las protestas se han convertido en un movimiento democrático más
amplio, que reclama la rendición de cuentas del gobierno y el sufragio
universal. Las manifestaciones han sido impulsadas en gran parte por jóvenes
activistas, que han desarrollado y adaptado sus tácticas durante las protestas
semanales y los consiguientes choques con la policía, ofreciendo una clase
magistral a los y las activistas de todo el mundo. He aquí algunas de sus
principales tácticas.
No más acampadas – “¡Sé como el agua!”
Los movimientos de acampada que hubo en todo
el mundo tras la crisis financiera de 2008 sirvieron de inspiración para la
anterior acción masiva de desobediencia civil en Hong Kong –una serie de
manifestaciones que pasaron a denominarse Occupy Central o el Movimiento
de los Paraguas– en 2014. Aquellas manifestaciones adoptaron la lógica de
la acampada de las movilizaciones anteriores y la gente ocupó las principales
arterias de la ciudad durante 79 días, esperando que el trastorno forzaría al
gobierno a sentarse a la mesa de negociación. El gobierno se negó a ceder y las
protestas acabaron en un fracaso.
Esta vez, la gente de Hong Kong se inspira en una
fuente más cercana: el héroe local y actor de cine de acción Bruce Lee, quien,
como es sabido, solía aconsejar: “Sé como el agua”.
Los jóvenes manifestantes hongkoneses evitan las
tácticas de acampada fija del pasado para impulsar un estilo de protesta ágil y
sumamente móvil. Una concentración puede convertirse en una marcha; una marcha
puede iniciarse en una dirección y de pronto cambiar a otra dirección; el
objetivo de una acción determinada puede ponerse de manifiesto tan solo en el
curso de la acción misma. En las manifestaciones recientes, pequeños grupos de
manifestantes se desgajaban para llevar a cabo ocupaciones ilegales de algún
edificio gubernamental, invadiendo el vestíbulo y los ascensores. Cuando el
gobierno declaraba cerrado el edificio y daba permiso al personal para
abandonarlo, los manifestantes se dispersaban y acudían al siguiente objetivo.
Como decía Bruce Lee, “el agua fluye, pero puede golpear”.
Protestas de código abierto
La ola de manifestaciones actual en Hong Kong
carece de líderes. Se trata en parte de una respuesta a la agresiva persecución
por parte del gobierno hongkonés de los líderes de la anterior ola de
protestas: la cabeza visible del Movimiento de los Paraguas, Joshua Wong, acaba
de salir de la cárcel, mientras que muchos otros líderes, entre ellos los
impulsores del plan de Occupy Central, Benny Tai y Chan Kin-man, siguen
encerrados. Sin ningún líder visible, no hay nadie a quien encarcelar.
Sin embargo, la falta de una dirección centralizada
también es resultado del uso táctico de las redes sociales. La gente acude a
foros en línea como LIHKG –una especie de versión local de Reddit en que los
usuarios dejan comentarios y votan propuestas– y se apuntan a grupos de
Telegram (los más amplios cuentan con decenas de miles de miembros), cuya
función de votación permite a los participantes votar sobre los siguientes
pasos: ¿Deben los manifestantes permanecer en el lugar o dispersarse? Se vota
ahí mismo y se actúa de acuerdo con el resultado.
El profesor Francis Lee, de la Universidad China de
Hong Kong, habla de manifestaciones de código abierto. Voluntarios con
megáfonos o walkie-talkies ayudan a anunciar y coordinar, pero no son líderes.
Los manifestantes también han explicado que esta falta de liderazgo anima a
todo el mundo a implicarse y participar en el movimiento. De este modo ponen en
práctica la democracia participativa a la que aspiran.
AirDrop
El uso de Telegram por parte de la gente es
notorio, así que tal vez no resultará extraño que durante los primeros choques
más intensos entre manifestantes y policías, Telegram informara de que había
sido objeto de un vasto ataque de denegación de servicio procedente de China
continental. A esto hay que añadir la gran sobrecarga de las redes de telefonía
móvil cuando hay decenas de miles de personas concentradas en una zona limitada
e intenta acceder simultáneamente a sus dispositivos, con lo que las
comunicaciones se vuelven rápidamente problemáticas. Ante esto, la gente ha
adoptado tecnologías P2P alternativas, en particular la aplicación AirDrop con
el que están equipados todos los teléfonos de Apple. AirDrop permite a los
usuarios de un iPhone intercambiar mensajes e imágenes mediante una conexión
BlueTooth, sin necesidad de conectarse a través de la telefonía móvil.
Así se ha utilizado AirDrop tanto para compartir
mensajes con otros manifestantes durante las marchas como para difundir
comunicados a una comunidad más amplia. Los usuarios y usuarias del metro de
Hong Kong pueden recibir mensajes no solicitados a través de AirDrop con lemas
favorables a la causa o el anuncio de la siguiente convocatoria. Antes de las
manifestaciones, en los grupos de Telegram se difunde el mensaje “Recuerda
llevar el AirDrop conectado”. Cuando iba a concluir una manifestación reciente
y la gente estaba preparándose para volver a ser agua y dispersarse, mi
móvil empezó de pronto a sonar y mostrar el siguiente mensaje en AirDrop: “Nos
vamos todos a las 19:00”.
Cadenas de suministro y lenguaje de signos
Las experiencias del Movimiento de los Paraguas y
los recientes choques con la policía han enseñados a los y las activistas que
necesitan ciertos pertrechos en primera línea. Para asegurar que los nuevos
suministros lleguen rápidamente, los manifestantes de Hong Kong han
desarrollado un sistema original de señales manuales para enviar mensajes a
través de la multitud sobre los pertrechos requeridos. La señal avanza a lo
largo de las filas de gente hasta la retaguardia de la manifestación, donde se
guardan los materiales previamente transportados a un lugar próximo. Desde
allí, los pertrechos solicitados pasan de mano en mano a lo largo de una cadena
humana que atraviesa la multitud hasta el sitio en que se precisan. Estas
cadenas de suministro humanas han llegado a extenderse a lo largo de un
kilómetro y es impresionante observar cómo funcionan.
Este lenguaje de signos se ha vuelto tan icónico
que en una reciente concentración de cabellos plateados, o sea, de
personas mayores que se manifestaron en apoyo a la joven generación, los
ancianos estuvieron ensayando con los jóvenes las señales manuales para mostrar
su solidaridad.
Neutralización de gases lacrimógenos
Cuando al comienzo del Movimiento de los Paraguas,
en 2014, la policía lanzó bombas lacrimógenas, hubo una gran indignación en la
comunidad hongkonesa, dando lugar a la ocupación del centro de la ciudad
durante 79 días. Cinco años después, el lanzamiento de gases lacrimógenos en
las calles de Hong Kong es moneda corriente. En efecto, el pasado fin de
semana, la policía sembró de bombas lacrimógenas diversos barrios densamente
poblados tanto el sábado como el domingo, y al atardecer del domingo de manera
casi constante durante unas cuatro horas. Este aumento del uso de gases
lacrimógenos se debe en parte a que los manifestantes han aprendido a
neutralizarlos.
Pequeños grupos móviles de bomberos esperan
detrás de la primera línea, equipados con conos de regulación del tráfico.
Cuando cae una bomba lacrimógena entre la multitud, acuden corriendo al lugar
para tapar la bomba con uno de los conos, creando así una chimenea que
retiene y canaliza el humo como con un embudo. Después se acerca otro miembro
del grupo y vierte agua en el cono para apagar la bomba. Si no disponen de
conos de tráfico, utilizan agua o toallas mojadas para apagar las bombas
lacrimógenas, o un manifestante ágil, provisto de guantes calorífugos, recoge
la bomba y la lanza de vuelta a la policía o a un lado donde no haya gente y no
moleste a nadie.
Evitar una estampida
Uno de los mayores riesgos de lesiones o muerte en
medio de una multitud de gente se deriva del peligro de estampida. Esta amenaza
tiene que ver con la geografía urbana de Hong Kong: manifestaciones recientes
han tenido lugar en callejuelas estrechas y sinuosas del antiguo barrio de
Sheung Wan, o en laberintos de pasos y cruces elevados que hay por toda Hong
Kong. Cuando la policía lanza bombas lacrimógenas sobre multitudes apretujadas,
o las compañías Raptor de la policía antidisturbios lanzan una de sus
cargas con porras eléctricas, el riesgo de pánico entre la multitud y de
estampida es agudo. Conscientes de este peligro, grupos de manifestantes gritan
en este caso “Uno – dos, uno – dos…” al unísono a medida que retroceden y todo
el mundo mantiene el ritmo yendo para atrás. Esto asegura una retirada ordenada
y evita lo que de otra manera podría ser una estampida mortal.
La Revolución se financiará con el micromecenazgo
Los activistas de Hong Kong querían llamar la
atención del público internacional sobre su causa y entendieron que la cumbre
del G20 de líderes mundiales prevista en Osaka (Japón) para finales de Junio
les brindaba una oportunidad. Aunque no pudieron llevar su lucha hasta la mesa
de la sala de reunión del G20, optaron por un plan B: las mesas de desayuno de
los asistentes. Eligieron una serie de anuncios a toda plana en periódicos de
todo el mundo para dar publicidad a su lucha. Financiaron los anuncios lanzando
una campaña de micromecenazgo que recaudó el equivalente a unos 650.000 euros
en cuestión de horas. Grupos de voluntarios redactaron y revisaron los textos
en diversas lenguas, contrataron los anuncios y enviaron las maquetas a
periódicos de todo el mundo. En los días inmediatamente anteriores y durante la
cumbre del G20, en periódicos de todo el mundo, desde el New York Times
hasta The Guardian, Le Monde y Süddeutsche Zeitung,
pasando por The Australian y Asahi Shimbun, Globe & Mail
y Seoul Daily, aparecieron sorpresivos anuncios a toda plana y en blanco
y negro que decían “Apoyad a Hong Kong en el G20”.
01/08/2019
Antony Dapiran es escritor y abogado residente en
Hong Kong.
Traducción: viento sur
https://www.vientosur.info/spip.php?article15046
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