Escribe:
Milcíades Ruiz
Fujimori
está preso, pero sigue gobernando. Lo que estableció en la carta Magna es lo
que rige y a ella apelan tanto los suyos como los anti fujimoristas. Debe estar
riéndose de la crisis política que, por obra suya, patinan sus enemigos. La
cuestión de confianza la estableció el japonés, para que nada impida sus afanes
dictatoriales manteniendo al Congreso bajo amenaza de cierre y adelanto de elecciones.
Esta macabra trampa es la que usa Vizcarra con el coro de muchos incautos.
¡Cosa más grande en la vida!
¿Por qué
hace eso? La función del Ejecutivo es “ejecutar” lo que dispone el Legislativo.
Su función es administrar el Estado y para eso, contrata personal que gerencie
cada sector como un ministro, y un gerente general como Premier. Para tal
efecto, pide al Congreso un presupuesto operativo y este se lo aprueba cada
año. Los ministros y Premier son empleados laborales nada más y no son autoridades
elegidas en representación del pueblo.
A pedido del
presidente se le ha dado el dinero para que arregle la inseguridad ciudadana de
la que somos víctimas todos los días. ¿Por qué no hace ese trabajo para el que
pidió tanto presupuesto? Pidió dinero para desarrollar proyectos y actividades
productivas. Sin embargo, los ministerios no han gastado ni la mitad en las
actividades programadas ni en la inversión pública para generar empleo.
Tienen la
plata, pero no ejecutan. Deja de gobernar el Estado administrando sus
actividades y se dedica a crear crisis política con propuestas que corresponden
al poder electoral, al poder judicial y a otras autonomías. Esto no sucede en
las comunidades, cooperativas, asociaciones, sociedades empresariales, donde la
máxima autoridad es la Asamblea General de socios o, asociados.
En las
organizaciones populares, el presidente y directivos son elegidos para gobernar
la entidad de la mejor manera en beneficio de los propietarios. Estos pueden
contratar un gerente general y gerentes especializados si son convenientes para
la prosperidad, pero jamás, un empleado contratado puede insolentarse con la
asamblea general, planteando una cuestión de confianza, pues será destituido
inmediatamente.
Entonces,
¿Cómo es posible que, a nivel de gobierno de nuestra república, un empleado
contratado, como lo es el Premier, se atreve a lanzar diatribas a la Asamblea
General (Congreso) poniéndola contra la pared con una cuestión de confianza?
Pues porque así lo estableció arbitrariamente el fujimorismo en la Constitución
vigente. No cabe duda de que es un procedimiento espurio, contrario a un orden
democrático. Hacer prevalecer esta norma es una aberración y eso es lo que
corresponde corregir.
Pero quienes
exigen con los puños cerrados la aplicación de este procedimiento son los
mismos que detestan esta Constitución espuria, pidiendo una nueva con todo
rigor. En esta coyuntura apelan a ella, gritando e invocando se aplique lo que
Fujimori tramó. Puede haber razones justificadas, pero son contrarias a los
principios democráticos. Entonces en qué quedamos: O nos regimos por los
principios democráticos o, lo hacemos según conveniencia. ¿Y si esto se hiciera
con el Congreso de mayoría izquierdista?
No vale
escupir al cielo dice el refrán, pero cierta candidata presidencial dice que el
archivamiento del proyecto de adelanto de elecciones es porque los congresistas
se aferran a los “sueldazos” que reciben (Diario UNO- 26.09), olvidando que
ella los recibió por cinco años. Pero quizá no ha pensado que dicho adelanto
coge desprevenido a su partido que tendría que acreditar ya, 24 mil militantes
empadronados en 20 regiones por lo menos, para poder inscribirse. ¡Cosa más
grande en la vida, chico!
Pero
entonces dirán, pedimos el cierre del congreso porque no podemos contra Fuerza
Popular que con su mayoría bloquea la lucha contra la corrupción. Por ahora es
así, pero en la perspectiva no. No habrá tiempo para que se salven los
corruptos en el poco tiempo que queda de gobierno ya que los fiscales, poseen
abundantes pruebas y quizá los juicios culminen en el próximo gobierno.
En cambio, a
la izquierda le favorece que el fujimorismo se siga quemando y la derecha se
siga desprestigiando. Hay congresistas corruptos que figuran con en el código
de ODEBRECHT cuyos nombres se revelarán. Lanzarle el salvavidas del adelanto de
elecciones impedirá que se ahoguen. Cerrar el Congreso es victimizar al
fujimorismo, lo que le otorgará dividendos políticos para resucitar con un
electorado que siempre se ha identificado con las víctimas políticas. La
historia lo confirma.
¿Qué
propones entonces? Propongo ser coherentes con nuestros ideales y las
oportunidades que nos brindan las circunstancias. Usar el cerebro antes que el
hígado. No claudicar en nuestros principios. Preferible perder con honor que
prestarse a intereses ajenos. Explotar los errores e inmoralidades de la
derecha para avanzar en nuestro empoderamiento. Se muy ben que ir contra la
corriente me expone a condenas, pero es el costo que tengo que asumir con
coraje. Admito que puedo estar equivocado. Disculpen.
Septiembre
2019
Otra
información en https://republicaequitativa.wordpress.com/
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