21 octubre
2019 0
Foto: EFE –
Alberto Peña
La
institución identificó a un niño que tiene alojadas balas en el hígado, riñón y
piernas y a una niña con balines en una pierna, entre otros.
El Instituto
Nacional de Derechos Humanos (INDH) de Chile denunció este domingo que varias
de las personas detenidas durante los enfrentamientos que se dieron en varias
localidades del país trasandino, sufrieron malos tratos, torturas y vejaciones
sexuales.
En un
comunicado, la INDH señala que está llevando adelante un «trabajo ininterrumpido»
para «resguardar los derechos de las personas en el contexto de las jornadas de
protestas». «Hemos estado en terreno reuniendo información relevante sobre el
estado de las personas heridas y detenidas, y las vulneraciones de que han sido
víctimas», señaló el director Sergio Micco.
En los
hospitales Félix Bulnes, San Juan de Dios, Clínica Dávila y San Borja, el
instituto registró lesiones graves en al menos 22 personas.
Uno hombre
recibió un disparo percutado por Fuerzas Especiales, a cinco metros de distancia
y se encuentra en estado grave. Asimismo, el INDH identificó a un niño que
tiene alojadas balas en su hígado, riñón, y en sus piernas; a una niña herida
con un balín en la pierna, y a un cuarto hombre que recibió una lacrimógena en
su rostro.
El INDH
estuvo en manifestaciones en Santiago, Maipú, Iquique, Antofagasta, Coquimbo,
Valparaíso, Talca, Concepción, Valdivia, Temuco, Puerto Montt y Punta Arenas,
donde se constató el actuar policial y se abordaron buses para constatar el
estado de las personas detenidas.
Con ese
mismo objetivo, visitaron varias comisarias a lo largo de Chile, en la que
registraron 140 detenidos, aproximadamente.
Muchas de
esas personas acusaron uso desmedido de la fuerza al momento de la detención,
vejaciones injustas a niños/as, malos tratos, golpes en rostros y muslos,
torturas, desnudamientos a mujeres y vejaciones sexuales, entre otras
vulneraciones.
El
descontento de parte de la sociedad es por el sistema de pensiones chileno,
administrado por empresas privadas, el coste de la salud, el deficiente sistema
público de educación y los bajos sueldos en relación con el coste de la vida,
emergió con las protestas por el precio del metro.
El hartazgo
llega al punto de que la deriva violenta de este fenómeno encuentra
justificación en algunos ciudadanos, pese a que no participen en los actos
vandálicos.
«Si no hay
destrucción nadie nos escucha», dijo una persona de la Rancagua a una
televisión chilena, en las puertas de un concesionario de vehículos que fue
quemado.
«La gente
está cansada de tantos abusos, solo queremos una marcha pacífica, queremos
tener jubilaciones dignas y una educación buena para nuestros hijos y eso no se
está diciendo», dijo una mujer de la misma localidad al mismo medio de
comunicación.
Según
algunas cifras, los enfrentamientos ya han causado tres muertos.
Publicado
originalmente en Montevideo
Portal
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