lunes, 25 de noviembre de 2019

¡QUÉ SE VAYAN TODOS!




¡ Qué se vayan todos !  Si, que se vayan, pero . . .  ¡ Vendrán, de nuevo, todos ! Se irán los Fujimoris, los Toledos, los Garcías, los PPKs, los Ollantas-Heredias, las Susanas, los Castañedas, los Becerriles y, también, sus lacras segundones, pero vendrán los mismos con distinto ropaje, con distinta careta, aparecerán renovados y frescos, como recién nacidos, todo distinto, sólo una cosa no cambiará: “La Corrupción”. Ahora serán más sofisticados, más avezados, más duchos, más astutos y más facinerosos. Son, pues, máquinas del engaño, de la jugarreta y la traición. Por ello ¡No cambiemos mocos por babas! Estamos advertidos.

Y es que son hijos nacidos y criados en una misma cloaca, amamantados de una misma ubre y hermanados en una misma causa: El Robo y la destrucción del país. No les interesa nada.

Cansada ya la historia, de nuestro Perú, de avisarnos de estos corruptos, no advertimos de sus tantas mañas que centenas de años nos vienen esquilmando
Juran y perjuran y se santifican y prometen ¡Qué nunca más robarán! o, en todo caso, ¡Robarán, pero harán obra!, así se blanquean; y que rendirán cuentas de cada céntimo de sol gastado. Prometen ser infatigables, severos e implacables en juzgar y sentenciar a los pícaros; cadena perpetua, caiga quien caiga, los peces gordos primero, dicen. Se hacen gárgaras y se enjuagan sus bocas - que arte de genios - fabricando estructuras mentecatas para ganar votos y robar el poder. Disfrazan mentiras, donde poder engañar sin ni siquiera sonrojarse la cara y dicen llamarse “cualidad moral inmaculada”. Los engaños son pan de cada día y son de todo tipo, ensalivados con argucias y falacias para ganarse la confianza de los votantes. Son, pues, hasta hoy, cinco expresidentes consecutivos anteriores y algunos ex ministros, ex alcaldes y ex gobernadores embarrados hasta el cuello, pero, también, algunos congresistas, algunos magistrados judiciales y cuanta laya de gentuza que nos gobernaron siempre.

Se rasgan las vestiduras prometiendo solucionar los profundos problemas del país; erradicarán el hambre y la miseria, nos dicen; no habrá niños desnutridos, ni anémicos, ni con hambre, ni ninguno de ellos se acostará sin comer su ración, en la noche; prometen construir colegios, hospitales, carreteras y puentes, y si no tienes río, para este tu puente, prometo, también, construirte, tu rio y, también, te instalaré, en tu casa, tu biblioteca, para que seas culto y seas leído y no te engañen jamás. Convertiremos al Perú en un país pujante y del primer mundo. Emboscadas mafiosas montadas ante un andamiaje sedientos de poder. Pobres diablos.  

Crearemos y defenderemos el empleo digno y nadie y jamás te botará de tu trabajo; tu salario será reajustado periódicamente para que puedas mantenerte y mantener a tu familia y no se mueran de hambre; garantizaremos la salud gratuita para ti y toda tu familia; fortaleceremos la educación que será de calidad y gratuita. ¡El Perú me necesita!. 

Canalladas dantescas y monstruosas, montadas al amparo de ninguna ley que les obligue a cumplir lo prometido y rendir cuentas; más bien todo esto se convierte en legitimado y legalizado. Blasfemias barnizadas y disfrazadas para hacerla digerible y engañar al pueblo. Por eso recordemos a Simón Bolívar, cuando dijo, “Más que por la fuerza, por el engaño nos han dominado”.

Fabrican campañas políticas y nos venden el producto, que son ellos mismos, envueltos en el mejor papel de regalo ribeteado con oro. Es una inversión, dicen, y gastan millonadas de dinero en su campaña política, cuyo origen es de la mafia para devolverlo después, como el caso ODEBRECHT. 

Disfrazan el oportunismo electorero, con poses de hechizo mágico, se fotografían sonrientes y llenos de felicidad, rostros felices, frases como para vender el mejor sebo de culebra, que todo lo cura y que es oportuno y eficaz, para nuestros males, dicen como cualquier mercachifle. Marketing político, nos repiten. Y, eso sí, ningún proyecto de desarrollo, ninguna idea de planificación gubernamental, ningún atisbo sobre realidad nacional, ni cuál es la visión, de un Perú mejor; repiten lo mismo, palabras huecas y poca seriedad en sus planteamientos, jamás saben sobre los problemas urgentes y reales de la población y si lo saben no lo dicen. La cuestión es votos y más votos y más votos, todo prometen para después olvidarse del pueblo, de sus necesidades y de su hambre. Llenan de afiches las avenidas y calles, millones gastan en anuncios televisivos, en los periódicos, en la radio, paneles publicitarios, caravanas y hasta compran a quienes se venden para editorializar mensajes que lo hagan vendible. Hubo un candidato que hasta se fue a dormir en una choza, en Cajamarca. ¡Soy del pueblo!, miren donde duermo, dijo.

¡Es, esto, la democracia! Siéntanse felices y voten cada vez que hay que votar y cada vez que les convoquemos. ¡Esto es civismo! ¡Es ser un buen ciudadano! ¡Cumple tu deber patriótico!, nos machacan día y noche. La democracia se reduce, así, en emitir el voto, y luego ellos deciden y gastan los dineros del pueblo, mientras nosotros en la miseria.

Es pues interminable las drásticas condiciones de miseria en que nos han sumido los que nos gobernaron. Somos poseedores de una cultura andina riquísima. El Perú es el segundo productor mundial, de cobre, plata y zinc; ocupa el tercer puesto, en el mundo en la producción de plomo, cuarto lugar, en el mundo, de estaño y molibdeno y sexto en la producción de oro. De nada nos sirven las ingentes riquezas que nuestro país posee.

Produce cobre con 2.44 millones de TMF (toneladas métricas finas) que representa el 11.8% del total mundial. Zinc, produce 1.47 millones de TMF que representa el 11.6% de todo lo producido en el mundo. En plata, alcanzó un cuantioso volumen de 4,163 TMF, ubicándonos en el segundo puesto a nivel mundial con una participación de 15.5% a nivel global. Cuenta con las mayores reservas de plata, a nivel mundial, con un total de 110,000 TMF que representa el 19.6% del total. En la producción de plomo alcanzó 289,195 TMF, ocupando el tercer mayor productor mundial. En oro produjo 142.6 TMF aportando con el 4.4% de la producción mundial y siendo el sexto lugar en el mundo. En cobre, zinc y molibdeno ocupamos el tercer lugar a nivel global, con mayores reservas. 

La agroindustria de Ica, Piura y La Libertad, cuyas irrigaciones se hicieron con dinero del pueblo y hoy son de propiedad de grandes transnacionales nacionales y extranjeras, con una productividad asombrosa, el producto, casi en su totalidad, se destina a la exportación y para alimento de carros (etanol), quedando para el país un ridículo porcentaje y de la peor calidad. Las condiciones laborales de los trabajadores, de esta industria, son deplorables, tienen vacaciones sólo 15 días, muchos de ellos sin seguridad social ni jubilación; los empresarios sólo pagan el 15% del impuesto a la renta, etc. 

De acuerdo a un estudio de la FAO, más del 99 por ciento de nuestro pescado se llevaron afuera, quedando menos del 1 por ciento para el país. Se llevan al extranjero, sin pagar nada por el alimento físico, ni siquiera pagan su IGV, etc, y, peor aún, para alimento de animales de zoológico, mientras nuestros niños sufren de anemia por carencia de hierro que muy bien podría proporcionar este nuestro pescado.   

Una compatriota nuestra que vende su maca en la esquina de la calle, paga, relativamente, más impuestos que una transnacional minera que ni paga por el oro, plata, etc, físico que se lleva, así como tampoco paga su IGV, cuando exporta el mineral o cuando importa su maquinaria minera; en la etapa de exploración tampoco paga su IGV cuando compra, en nuestro país, sus teodolitos, carros, zapatos, cascos, hospedaje, alimentación, movilidad, etc. mientras que una microempresa peruana cierran su negocio si hace lo mismo. Cajamarca es el primer productor de oro en el país y se encuentra en el primer lugar de pobreza; Echarate, Cusco, produce casi el 100% del gas que se consume en el país y, hasta, se exporta; y el gas cuesta, allí, 60% más que en Lima, sus pobladores más del 90% cocinan con leña y este mismo gas se exporta al país de México muchísimo más barato que lo que cuesta en Lima.

En este contexto de corrupción y de enseñoramiento del neoliberalismo, nuestro patrón productivo está estancado, carece de diversificación productiva y está inmerso de agotamiento tecnológico. Hay ausencia del sector manufacturero doméstico y el que existe genera dependencia tecnológica por ser foránea y está afincada, fundamentalmente, a la extracción de materias primas. Este proceso de crecimiento genera una dinámica productiva trunca y aislada carente de eslabonamientos y encadenamientos productivos con la economía local y es inconsistente para la modernización de nuestra economía e impide, además, alcanzar capacidades competitivas dinámicas que permitan una inserción exitosa. Somos una economía primaria exportadora que lo arrastramos desde hace siglos. 

El sector agrícola se encuentra estancado, con una estructura productiva obsoleta y en decadencia. La mayor pobreza se encuentra en el campo con más del 60%. Que contrasentido, el trigo lo importamos casi en un 100%, el maíz en 60%, la leche en un 35%, mientras nuestras chacras están desocupadas y el campesino en la mayor pobreza.

Y qué fue, igualmente, de la tremenda riqueza del guano de la isla (aportó cerca del 90% de los ingresos estatales), del azúcar, del algodón, del caucho, etc. 

Un trabajador que gana el salario mínimo tiene que trabajar 48 años para igualar a lo que gana un funcionario del Banco Central de Reserva del Perú, en un año, en la actualidad. 

Cerca del cincuenta por ciento de nuestros niños son anémicos; más del diez por ciento tienen desnutrición crónica; cerca de la cuarta parte de la población peruana se encuentra en la pobreza. El 80% de trabajadores son informales; el 70% de trabajadores mineros son servis (precarios). Sólo el 20% de los trabajadores tienen seguridad social, etc, etc.

Definitivamente, todo esto es consecuencia del capitalismo. Seguimos entrampados en esta corrupción fortificado por la arremetida feroz del neoliberalismo.  

Por qué esta nuestra riqueza engendra tanta pobreza, arrastrando drásticos indicadores sociales y económicos desdiciendo, muy severamente, la tenencia de abundante riqueza natural. La corrupción, el engaño y la astucia arrastran a nuestro país al desbarrancadero. 

No elijamos, nunca más, a nuestros propios ladrones; a los que nos encarcelan injustamente fabricando mentiras; a los que judicializan y criminalizan nuestros justos reclamos; a los que nos reprimen y nos matan, cuando discrepamos el modo de desarrollo económico más conveniente para el país; a los que dan leyes en contra del trabajador y el pueblo; a los que saquean nuestra riqueza sin pagar nada; a los que privatizan nuestra educación y nuestra salud; a los que se oponen a un desarrollo con presencia nacional; a los que están en contra del país. A los que negocian nuestros recursos naturales que, como en el caso de Cajamarca, en el año 2016 las grandes transnacionales exportaron mineral, de este departamento, por un cuantioso monto de S/ 4,475 millones, mientras que a la región le correspondió la miseria de 279 millones, es decir que por cada S/ 100.0 exportados a la región le transfirieron S/ 6.2. En este mismo año, Arequipa exportó S/ 13,144 millones y por transferencia le correspondió S/ 399 millones, lo que evidencia que por cada S/ 100.0 exportados la región recibió la miseria de S/ 3.0 

Convenzámonos y prometamos que aquellos que nos robaron, torturaron, reprimieron, humillaron, vejaron y mintieron, jamás ganen en las consultas electorales. Despreciémoslo con la negativa de nuestro voto haciéndolo muy concienzudo y bien pensado. No cometamos, de nuevo, la equivocación de elegirlos, para que nos gobiernen y nos saqueen y nos alimenten con nuestra propia hambre; pensemos una y mil veces en elegir a alguien que nos represente y esté junto a nosotros en momentos difíciles y complejos, pero sin engaños.

Definitivamente, si es posible salir de este entrampamiento que estamos envueltos. Que nuestras riquezas se queden para alimentar a nuestro pueblo y que no se lleven grandes transnacionales y nos dejen en la miseria. Tanta riqueza ancestral andina que heredamos y tanta riqueza de nuestros recursos naturales, hoy, serán suficientes para que ningún niño muera de hambre y que tranquilamente puedan sanarse, de su enfermedad, pero no puede porque no tiene dinero.

Prometamos que ¡NUNCA MÁS NOS DEJAREMOS ENGAÑAR!, para que ninguno de nuestros hijos muera de hambre   

Econ. Juan Verástegui Vásquez

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