“ ... Aquí el único
que incita a la violencia es el gobierno de Piñera, con la violencia de
Carabineros y las Fuerzas Armadas, contra las y los manifestantes y familias,
con 24 asesinatos según datos oficiales, cientos de torturados y heridos, más de
200 personas con mutilaciones en sus ojos o heridas oculares graves, casi
15.000 detenidos, gaseando y golpeando brutalmente a manifestantes, sean niñas
y niños, mujeres, ancianos y adultos, invocando, por primera vez desde la
dictadura, al toque de queda y al estado de emergencia por una crisis social.
Mientras viola sistemáticamente los Derechos Humanos de las grandes mayorías
mediante la violencia de Estado- lo que ha sido denunciado por diversos
organismos internacionales y de DD.HH.-, se ha dedicado a rechazar
todas las demandas que el pueblo ha manifestado en las calles. Esta medida
insólita no podrá acallar las voces de millones ... ”
Para el Séptimo
Juzgado de Garantía los hechos objeto de la querella se enmarcan en el
"legítimo ejercicio de la libertad de expresión consagrada en la
Constitución Política del Estado y los tratados internacionales".
Martes 19 de noviembre 2019 10:45 hrs.
El Séptimo Juzgado
de Garantía de Santiago declaró inadmisible la querella invocando la ley de
Seguridad interior del Estado presentada por la Intendencia Metropolitana en
contra de Dauno Tótoro, ex candidato a diputado por el distrito 10.
La acción penal se
fundaba en un video de redes sociales que, según se detalla en el
escrito, “incitó a los asistentes a adoptar medidas de
coordinación para una huelga general indefinida funcional al
derrocamiento del Gobierno”.
Sin embargo, el
Séptimo Juzgado de Garantía llevó a cabo la revisión formal y consideró que la
querella era inadmisible. Según señala el juez Daniel Urrutia en su
resolución “los hechos se enmarcan en el legítimo ejercicio de la
libertad de expresión consagrada en la Constitución Política del Estado y
los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Chile, no
constituye delito lo relatado“.
Luego de conocida la
decisión del Tribunal, Dauno Tótoro, emitió un comunicado público en el que
critica la forma en que el gobierno de Sebastián Piñera reprime el derecho a la
libertad de expresión. ” No nos extraña que Piñera y el Gobierno quiera
atemorizar con métodos que son realmente insólitos. Si la única salida
que propone un gobierno tan débil es perseguir a los dirigentes políticos y
sociales, evidentemente va por mal camino y se va a seguir hundiendo
como lo hace desde hace un mes. Si el gobierno quiere perseguir a quienes piden
su renuncia, tendrá que encerrar a un país entero”.
Además el Licenciado
en Historia de la Universidad de Chile apunta a la violencia que ha ejercido
Carabineros durante estas semanas de movilizaciones sociales. “Aquí el único
que incita a la violencia es el gobierno de Piñera, con la violencia de
Carabineros y las Fuerzas Armadas, contra las y los manifestantes y familias,
con 24 asesinatos según datos oficiales, cientos de torturados y heridos, más
de 200 personas con mutilaciones en sus ojos o heridas oculares graves, casi
15.000 detenidos, gaseando y golpeando brutalmente a manifestantes, sean niñas
y niños, mujeres, ancianos y adultos, invocando, por primera vez desde la
dictadura, al toque de queda y al estado de emergencia por una crisis social.
Mientras viola sistemáticamente los Derechos Humanos de las grandes mayorías
mediante la violencia de Estado- lo que ha sido denunciado por diversos
organismos internacionales y de DD.HH.-, se ha dedicado a rechazar
todas las demandas que el pueblo ha manifestado en las calles. Esta medida
insólita no podrá acallar las voces de millones”.
Finalmente, Tótoro
llama a las organizaciones civiles, sociales, políticas e intelectuales, y a la
comunidad nacional e internacional en general, “a rechazar esta persecución
política que han desatado contra el pueblo trabajador, las y los movilizados y
las voces que luchan frente a esta injusticia y, asimismo, seguir
exigiendo el juicio a los responsables políticos y materiales de los crímenes a
los DD.HH. que se han cometido, la liberación de los presos políticos,
y el fin a la impunidad”.
La querella contra
Dauno Tótoro fue presentada por la Intendencia Metropolitana, representada por
Felipe Guevara y patrocinada por los abogados Jorge Bofill, Samuel Donoso,
Marcelo Sanfeliú y Gabriel Zaliasnik. Bofill fue el encargado de anunciar el
Gobierno apeló a la decisión del Séptimo Juzgado de Garantía y además informó que
solicitó que el juez Urrutia se declare inhabilitado pues en su resolución
expresó una opinión sobre el fondo del asunto y, según la apreciación del
abogado de la Intendencia, “no aplicó el derecho”. Finalmente, señaló que los
hechos por los que se pretende la persecución judicial de Tótoro sí son
constitutivos de delito, ya que la libertad de expresión es un derecho
fundamental, pero sujeto a límites.
¿QUIÉN GOBIERNA REALMENTE EN CHILE?
por Gustavo Burgos
El 7º Juzgado de Garantía de Santiago
declaró inadmisible la querella presentada por el equipo de abogados de Piñera
en contra del dirigente del PTR, Dauno Tótoro. La acción judicial está
sustentada en la atribución a éste de un acto inducción a la subversión,
penalizado por la Ley de Seguridad Interior del Estado. Debe decirse que Tótoro
se limitó ha expresar, de la misma forma que lo ha hecho quien escribe estas
líneas y millones de chilenos en todo el país, la imperiosa necesidad y clamor
popular de tumbar al Gobierno patronal y asesino de Piñera. Coherente con este
hecho, el juez de Garantía se limitó a constatar que la conducta descrita en la
querella no era delictiva, sino que el simple ejercicio del derecho
constitucional a exteriorizar la crítica política y en este caso, la necesidad
de que Piñera abandone La Moneda, como condición necesaria para la satisfacción
de los reclamos democráticos y nacionales que han sustentado el levantamiento
popular.
El
acto confirma dos tendencias: aquella en la que el Gobierno de Piñera,
desesperadamente, trata de afirmar su autoridad reduciendo su función a liderar
la represión en contra del movimiento popular y, la segunda, que las
instituciones del régimen se han -de facto- conformado como un Gobierno de
Unidad Nacional, de base parlamentaria. Esta nueva articulación del régimen
explica que adicionalmente Carabineros haya decidido, hace algunas horas,
seguir las determinación de varias Cortes de Apelaciones y comunicara que
cesará en el uso de balines para reprimir las manifestaciones. Piñera ya no
gobierna y está en La Moneda sólo para reprimir, el verdadero Gobierno se apoya
en el entramado parlamentario que suscribió el Acuerdo por la Constitucional
por la Paz.
No
es accidental que los suscriptores del acuerdo hayan declinado la tarea de
sacar a Piñera del Gobierno. En realidad tal medida es necesaria toda vez que
las directivas de los partidos de lo que fue la Concertación, y parte
sustancial del Frente Amplio (RD, Comunes, Liberales y Boric) no sólo han
comprometido su voluntad política con el proceso constituyente, sino que
necesariamente con la continuidad de Piñera hasta el final de su mandato. Esto
explica, como primera cuestión, que el acuerdo constitucional comenzara -en su
punto Nº1- invocando el explícito acuerdo de los firmantes por restablecer el
orden público. Demás está decirlo, este explícito reconocimiento de la
autoridad represiva del Gobierno no hace sino otorgar amparo a la brutal acción
represiva del piñerismo que hasta este momento acumula 24 asesinatos, 221 mutilados
con pérdida ocular y sobre 2500 personas heridas como resultado del intento de
mantener el orden público.
La
muerte de Abel Acuña, horas después de suscrito el acuerdo, fue ocasionada por
la represión policial sobre el cuerpo médico que trataba, en medio de la
manifestación en la Plaza de la Dignidad en Santiago, de rescatar la vida del
manifestante. Debe decirse por lo mismo que tal hecho represivo es es una
materialización directa del Acuerdo por la Paz. Las manos de los suscriptores
del acuerdo cuyo único beneficiario es el moribundo Gobierno piñerista, están
manchadas con la sangre de los caídos y así debe ser calificado este acuerdo,
no sólo como una traición de quienes en algún momento se proclamaron del lado
del «movimiento social», sino que como un explícito acto de incorporación a las
tareas de Gobierno.
Pero,
como lo ha demostrado la realidad, el Acuerdo por La Paz no ha logrado
restablecer el orden público, la represión aún debilitada por la renuncia a la
utilización de balines sigue azotando al pueblo de forma inclemente y las
movilizaciones han entrado en una nueva fase, luego de la poderosa expresión de
fuerza que significó la movilización de la Huelga General del 12 de noviembre.
Es
cierto, el régimen burgués se ha rearticulado como unidad nacional y apuesta a
ahogar el movimiento sumiéndolo en el camino institucional mediante la
represión, sin embargo esto es sólo un aspecto del proceso. El Acuerdo ha
puesto de manifiesto además el verdadero carácter de las organizaciones que han
sostenido esta lucha: las asambleas, cabildos y coordinadoras que se han
desplegado por todos los territorios. Tales organismos tendencialmente expresan
el poder de las bases, un poder de clase, de los trabajadores y explotados. El
reclamo popular por una Asamblea Constituyente, en esta dinámica, pone de
manifiesto la voluntad del movimiento popular de tomar en sus manos tareas de
Gobierno. El movimiento no acepta «soluciones por arriba» ni «cocinas» sean
estas pequeñas o amplias. Está vivo aún el recuerdo de la transición
democrática que dejó indemne el régimen pinochetista, sacando formalmente a
Pinochet. Las bases saben que estos acuerdos son conspiraciones en su contra y
que de ellos sólo cabe esperar engaños y la perpetuación del orden establecido.
Puesto
de esta forma, el movimiento requiere hacer consciente y unificar aquello que
ha venido haciendo desde el primer día: luchar de forma decidida y sin cuartel
por echar abajo a Piñera. Hoy día el campo político se divide en claros
espectros de clase, los que apoyan a Piñera y su Acuerdo de Paz y, del otro, el
pueblo movilizado que reclama Fuera Piñera. La capacidad del movimiento de
imponer sus reclamos dependerá, como se viene confirmando en lo corrido de esta
semana de la unificación en contra del Gobierno patronal y de su capacidad de
asestar nuevos y más profundos golpes de movilización popular.
Corresponde
dar una mirada general a lo que ocurre en el campo de la movilización.
Este
movimiento, como se ha dicho, ha creado organismos de diverso signo junto a las
asambleas populares. Lo más llamativo: los comités de autodefensa que
garantizan la lucha callejera con una completa y creativa estructura de líneas
que van desde la primera de choque, hasta el apoyo de la salud de los
luchadores. Tales organismos que agrupan principalmente a la juventud obrera
precarizada y cesante, del tipo ACAB (All Cops Are Bastards), son una genuina
innovación del movimiento y son los responsables de mantener ocupadas las
calles por más de un mes, arriesgando su vida en primera línea.
También
se han creado, más bien han pasado a ocupar un papel muy importante, las
coordinadoras y frentes de trabajadores. En todo el país diversos frentes se
han dado la tarea de unificar políticamente el movimiento. Unidad Social es la
máxima expresión de este fenómeno, aún burocrática, pero son centenares los
frentes que se han conformado y todos ellos han apostado a la organización
general y al potenciamiento de los trabajadores organizados. La proyección de
la lucha, su elevación política dependerá en buena forma de la capacidad de
estos organismos de reconocerse políticamente y de levantar tareas de de
Gobierno. En Valparaíso, el Grupo 1º de Mayo, como corriente, es la expresión
más desarrollada de esta dimensión del movimiento.
El
corazón del movimiento, volvemos sobre ello, lo constituyen las asambleas
populares, los cabildos. La debilidad de la clase trabajadora en sus lugares de
trabajo, ha reconducido su disposición a la lucha -al igual que durante la
Dictadura- a los lugares en donde viven. Son los territorios, los cordones en
Valparaíso, las manifestaciones más elocuentes y tendenciales de poder obrero.
Es en estos lugares en donde se librará la batalla por la resolución política
de este movimiento. No es accidental que Renovación Nacional y la Derecha hayan
captado esta potencialidad e instruyeran a su militancia a incorporarse a estos
espacios. Es allí donde debemos dar la pelea, necesariamente.
Comenzamos
esta nota preguntándonos quién gobierna en Chile. Está claro que el campo
burgués se ha reconfigurado y se dispone a cerrar la crisis ahogando el
movimiento con una mezcla de la tradicional zanahoria y garrote. Los
trabajadores, por el contrario, estamos en proceso de unificación, de buscar
una fórmula propia de Gobierno, un Gobierno asentado en las organizaciones de
base y en ese sentido, los trabajadores comienzan, también a gobernar y a
disputar el poder.
Podrá
pensarse que esto es desmesurado porque el polvo levantado por la batalla no
deja ver el horizonte, pero la tendencia de poder se ha construido y dependerá
de la capacidad de la clase, de su activismo y de su militancia, de que esta
tendencia madure en términos revolucionarios. Un gran Frente que agrupe a las
organizaciones en lucha, un Frente 18 de Octubre como ya se ha planteado, un un
frente por la dignidad dicen otros, es aquello que debe concentrar nuestros
esfuerzos. Es la senda de un Gobierno de los Trabajadores, porque esta es la
cuestión central, qué clase gobierna.
Fuera
Piñera, vivan los trabajadores!!!!!
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