Opinión
23/01/2020
Parece que el término Inteligencia Artificial
se ha instalado en nuestra mente y de hecho forma parte de nuestro vocabulario
cotidiano desde hace un par de años, pero lo cierto es que fue en 1956 cuando un profesor
universitario, John McCarthy, lo acuñó en una conferencia académica. Aunque las
Leyes de Turin y de Asimov son de 1950, habría que esperar 6 años para acuñar
este término y referirse a ese conjunto de tecnologías con las que se pretende
que las máquinas sean inteligentes.
La Robótica también ya es término muy asiduo y
cotidiano en nuestros días, hace no más de un par de años atrás, parecía ser de
ciencia ficción, algo que quedaba muy lejos, pero nada más real, a punto tal
que vino para quedarse para siempre en nuestro entorno. Robótica es un concepto
que etimológicamente viene del idioma checo, es la unión de dos términos:
robota que es como se lo define al trabajo forzado, y robota, sinónimo de
servidumbre; esta palabra se empezó a usar por primera vez o hacerse
referencia, allá por el año 1920.
Actualmente la Robótica es definida como la ciencia
y la técnica que está involucrada en el diseño, fabricación y utilización de
robots, así mismo, el robot es, por otra parte, una máquina que puede
programarse para que interactúe con objetos y lograr que imite, en cierta
forma, el comportamiento humano o animal.
Desde entonces, y volviendo a la Inteligencia
Artificial, han pasado más de 6 décadas, y los avances han sido llamativos:
ordenadores capaces de ganar a campeones de ajedrez, máquinas que aprenden
solas, coches que se conducen solos, entre otras…
Pero, ¿qué será capaz de hacer realmente la Inteligencia Artificial dentro de 10 años?
¿Seguiremos llamando Inteligencia Artificial a la Inteligencia Artificial? ¿Qué
hay de realidad y qué de ciencia ficción o esperanza en lo que se dice
sobre estas tecnologías?
Si hacer predicciones a futuro es difícil, hacerlo
sobre una tecnología como la Inteligencia Artificial se antoja complicada
incluso para los propios expertos que trabajan en su desarrollo y análisis
cotidiano, galopando a un ritmo vertiginoso que va marcando esta nueva era.
En la actualidad existe a nivel global una mitad de
expertos que dicen que la robotización va a destruir empleo de una manera
inexorable; uno de los emblemas de estos denominados tecno-pesimistas es Marin
Ford, autor del libro El ascenso de los robots: la tecnología y la amenaza
del desempleo masivo, un ex-emprendedor de Silicon Valley que está
convencido de que las máquinas inteligentes eliminarán muchos más empleos en el
futuro. Este experto en la materia esboza que no es un enemigo de la
tecnología, pero que debemos tener respuestas económicas y políticas para la
ola de desempleo tecnológico que se viene.
Martin Ford es uno de los voceros de un ingreso
básico universal para los ciudadanos de todos los países, para que puedan hacer
frente a la disrupción tecnológica.
Sin dudas en el pasado, la automatización era un
fenómeno que solía estar concentrado en una industria a la vez; eso permitía a
los trabajadores que eran desplazados por la tecnología en una industria
moverse hacia una nueva industria emergente. Pero en la actualidad todo es
diferente –manifiesta Ford- y esto se debe a que la IA puede utilizarse en
todas las industrias y hace que la automatización se pueda dar simultáneamente
en muchas industrias.
A medida que los algoritmos sean cada vez más
inteligentes, el proceso se va acelerar, agrega Martin Ford, quien también
expresa su preocupación de que si se trabaja menos horas y se gana un sueldo
menor ¿cómo se haría para sobrevivir?, entre los grandes interrogantes que
exponen este grupo de expertos respecto al avance tecnológico.
Del otro lado de los expertos de las academias, se
encuentran quienes miran con optimismo todo lo que ocurre en la Cuarta
Revolución Industrial del siglo XXI que está generando sin dudas cambios
estructurales en el empleo así como también en otras actividades. Si bien no
desconocen que la IA y la automatización ocasionan un aumento de la
productividad, incentivan la relocalización y emergen interrogantes sobre su
impacto en el empleo y la equidad social, entre otras. un estudio realizado por
la Universidad de Oxford, pronostica que el 47% de los empleos corren riesgo de
ser reemplazados por robots y computadores con Inteligencia Artificial, durante
los próximos 15 o 20 años.
Si bien este fenómeno no es nuevo, también es
verdad que nunca antes se había dado aceleradamente (y esto es a raíz de lo que
caracteriza a esta nueva era: la Digitalización y la Velocidad). La destrucción
de puestos de trabajo a manos de la tecnología siempre ha existido, y esto data
desde la revolución industrial a fines del siglo XVIII, pero hasta ese momento
los seres humanos siempre habíamos logrado crear muchas más fuentes de trabajo
que las que se habían aniquilado con la tecnología.
Los ejemplos son múltiples en la actualidad de
procesos de destrucción creativa de la tecnología que está logrando crear
nuevas empresas, pero siempre a costa de terminar con otras que empleaban
muchas más personas, una de las que más resaltaron en el mundo fue Kodak a
manos de Instagram, o también de Blockbuster a manos de Netflix, y esto ocurre
en gran parte porque las empresas como las antes enunciadas no han sabido
innovar a tiempo, como una de las grandes causales.
Como lo expresé ut-supra, Frey y también Osborne
fueron los primeros que alertaron sobre los riesgos de la Inteligencia
Artificial y la Robótica a raíz de sus efectos disruptivos, y esto se daba, a
diferencia del pasado, de manera exponencial, es decir cada vez más acelerada.
También es dable destacar que ya en 2003,
economistas como Maartin Goos y Alan Manning, advertían que ese avance
exponencial de la tecnología estaba empezando a crear una polarización laboral
en la que solo sobrevivirán los trabajadores con mayor y mejor educación.
Ahora bien, volviendo a la temática en cuestión en
lo que atañe a la realidad y a nuestra región (Latinoamérica) es un imperativo
saber cómo enfrentar estas cuestiones, sobre las cuáles se debe dar respuestas
acabadas y precisas en el menor tiempo posible, con el objeto de poner andar
políticas públicas acordes a la nueva era tecnológica.
Son varias las voces que tratan
estos temas trascendentales, dando una impresión de que la discusión del tema
tecnológico se haya planchado, debido a la masividad; pero nada más distante
que ello, el debate se debe dar de cara a la sociedad y con todos los actores
que forman ésta.
La IA y la Robótica ya no pertenecen a un futuro
lejano sino que se están convirtiendo en realidad con rapidez. Si bien lo
observamos con cotidianeidad en el sector manufacturero, también se están
comenzado a ver sus ventajas en otros ámbitos importantes de la vida humana.
El Dr. Gustavo Beliz fue uno de los pioneros en
tratar estas cuestiones tecnológicas en la región y principalmente en nuestro
país, un profesional que abrió el debate en torno a las nuevas tecnologías.
Entre sus tantas ponencias, hace poco tiempo atrás, en la Pontificia Academia
Vaticana lanzó una advertencia sobre los riesgos que emanan de la Inteligencia
Artificial y la Robótica, expresando que todos, en especial dirigiéndose a los
latinoamericanos, debemos ser conscientes de que existe un calentamiento global
tecnológico sobre nosotros. Y agregó también que los avances tecnológicos
co-existen con el hambre en nuestra región y una muestra acabada de ello es el
ejemplo de que la mitad de los latinoamericanos tiene un Smartphone y de ese
50%, el 31% no le alcanza sus ingresos para vivir y un 16% de ese tercio pasa
hambre, esto nos habla de “pobreza analógica y riqueza digital”.
A su vez, Beliz también resalta el abuso de la
tecnología; puesto que esto provocaría inexorablemente un problema de salud
pública, es por eso que reafirma que el abuso del celular sin dudas puede
derivar en una enfermedad social. Y también señaló que la adicción tecnológica
y las fake news representan en la actualidad problemas de salud pública, debido
a que afectan la cohesión social, la calidad democrática y la productividad
laboral. Otro ejemplo al que hace alusión es que Latinoamérica tiene los niveles
más bajos de adhesión al sistema democrático, con una gran demanda de equidad,
y además la región posee la inter-confianza interpersonal más baja del mundo
con el 14%, y esto genera el famoso Panic Atakk en los latinoamericanos
respecto a los cambios tecnológicos, que sin dudas, repetimos, hay que revertir
con políticas publicas acordes a estos nuevos tiempos, quizás tratando de
comprender y estudiando lo que este experto cree que es posible como ya ocurrió
una vez en el mundo.
Para Beliz es hora de crear un Nuevo Contrato
Social Tecnológico, que tenga como eje 3 elementos indispensables: La
geopolítica de los robots, la tecno-gobernanza y la cognificación, pues al día
de hoy existe un nivel muy alto de desconfianza entre los latinoamericanos respecto
a estos cambios exponenciales, un ejemplo de ello es que 4 de cada 5
latinoamericanos creen como una creciente amenaza a las nuevas tecnologías.
Además es dable advertir y tener plenamente en
cuenta que el Smartphone es una herramienta de conexión y trabajo, pero a su
vez también es un arma de destrucción masiva y de obesidad tecnológica. Por
último es necesario redefinir el contrato de propiedad en un mundo digital que
incluya nuestros datos y la necesidad de que los algoritmos sean un derecho
universal; siguiendo en estas líneas, según la Doctrina Social de la Iglesia,
esa propiedad debe tener una función social, en otras palabras es darle “un
alma a la tecnología”.
Sin dudas es hora de reinventar el trabajo, a
través de nuevas formas de trabajo que se focalicen principalmente en
habilidades blandas como ser: la Empatía, el trabajo en equipo y la
inteligencia emocional; también es posible reinventar el trabajo con nuevas
habilidades del sector civil, para no tener zombis tecnocráticos, sino servidores
tecno-saphiens.
También reclamo un no a la manipulación y
esclavitud digital, como lo expresa y se suma a ese pedido desde la Santa Sede,
con una mirada ecuménica, el Papa Francisco en su encíclica “Laudato Si” en
donde expresa el cuidado de la casa común. También en la Exhortación Apostólica
Postsinodal “Christus Vivit” hace un llamado especialmente a los jóvenes para
abordar el ambiente digital, celebrando sus avances a favor de la humanidad,
pero a la vez resaltando sus defectos y más aún las consecuencias nefastas que
aún son una materia pendiente.
Por último, es preciso tener presente, ante varios
interrogantes que aún nos restan dilucidar y muchos más los que aun vendrán,
que en el mundo contemporáneo se vive una cultura ampliamente digitalizada,
afectando de manera muy profunda la noción del tiempo y del espacio, la
percepción de uno mismo y de los demás con respecto al mundo o al entorno en
que convivimos, el modo de aprender, de comunicar, de informarse y de
relacionarse con los demás.
Una manera de acercarse a la realidad que suele
privilegiar la imagen, en vez de la escucha y la lectura, y esto incide en el
modo de aprender y en el desarrollo del sentido crítico.
Si el conocimiento puede crear problemas, no es a
través de la ignorancia el camino para resolverlos, sino que será a través de
la creatividad.
No hay tiempo que perder. La velocidad del cambio
es de tal magnitud que profesiones y oficios útiles de repente parecen
pre-históricos. Nuestro deber es estar preparados y crear las condiciones para
conducir el cambio tecnológico hacia estados más inteligentes y economías más
sólidas e inclusivas que creen trabajos sustentables. Porque con cada empleo
que se pierde, una persona queda herida en su dignidad, y ninguna tarea cobra
más sentido que remediarlo.
El momento es ahora, capital humano sobra, la
Cuarta Revolución Industrial no espera, es una coproducción de todos, entender
y comprender el tiempo en que vivimos, pero el éxito, repito, estará y será tal
cuando le demos realmente a todo esto “un alma a la tecnología”.
Fuentes consultadas
ROBOTLUCION. El futuro del trabajo en la
integración 4.0 – Autor: Dr. Gustavo Beliz. Editorial: Planeta. (2017).
EL AUGE DE LOS ROBOTS. – Autor: Martin Ford.
Editorial: Paidós. (2016)
SALVESE QUIEN PUEDA. – Autor: Andrés Oppenheimer.
Editorial: Debate. (2018).
LAUDATO SI. – Autor: Papa Francisco. Ediciones:
Paulinas (2015).
CHRISTUS VIVIT. – Autor: Papa Francisco. Ediciones:
Paulinas (2019).
Dr. Mario Ramón Duarte
Abogado (UCASAL)
Juez Administrativo de Faltas Sauce (Ctes.)
Especialista Derecho Faltas y Contravencional
(UCSF)
Investigador y consultor seguridad
Miembro Dossier Geopolítico (CBA. ARG)
Colaborador CENEGRI (RJ. BRA.)
ESP. Ciberseguridad y ciberdefensa
https://www.alainet.org/es/articulo/204354
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