Los bancos son armas de destrucción masiva
Segunda parte de la serie: La Pandemia del Capitalismo, el
Coronavirus y la crisis económica
26 de marzo por Eric Toussaint
Las
acciones de los bancos se desplomaron en todo el mundo desde mediados de
febrero de 2020 (véanse las infografías). Son los grandes accionistas que se
liberan de esas acciones bancarias ya que se encuentran entre las que tienen
mayor riego.
Sommaire
Los gobiernos y las autoridades bancarias mienten
sistemáticamente sobre los certificados de salud de los bancos. Los grandes
medios de comunicación difunden ese falso mensaje porque dependen muchísimo de
los bancos que financian una parte de la publicidad, de la que viven. Algunos
banqueros o grandes accionistas de los bancos son propietarios de grandes
medios de comunicación o de agencias como Bloomberg que informan sobre la
situación de los mercados financieros. Los planes de rescate puestos en
práctica por los bancos centrales no tienen por fin responder a las necesidades
urgentes de poblaciones afectadas por la pandemia del coronavirus. Ya sea en
Europa, en Estados Unidos o en Japón, las ayudas financieras masivas otorgadas
por los bancos centrales tienen por objetivo principal proteger y rescatar a
los grandes accionistas de los bancos privados en particular y el sistema de
dominación capitalista en general.
Es fundamental decir la verdad sobre los bancos, y
lograr convencer a un número cada vez mayor de personas de que es necesario
expropiar a los grandes accionistas de los bancos, es decir a sus propietarios
capitalistas
Es fundamental decir la verdad sobre los bancos, y
lograr convencer a un número cada vez mayor de personas de que es necesario
expropiar a los grandes accionistas de los bancos, es decir a sus propietarios
capitalistas. La expropiación debe hacerse sin indemnización y debe permitir la
creación de un verdadero servicio público de ahorro, de crédito y de seguros
bajo control ciudadano. A eso, el CADTM le llama la socialización completa de los
bancos y las compañías de seguro.
Esta medida debe formar parte de un
programa más amplio que comporte la suspensión del pago de la deuda seguido
de la anulación de las deudas ilegítimas ya sean públicas o privadas, el cierre
de las bolsas, la creación de un verdadero servicio nacional de salud público
gratuito, la expropiación sin indemnización de las empresas farmacéuticas y de
los laboratorios privados de investigación y su transferencia al sector público
bajo control ciudadano, la expropiación sin indemnización de las empresas del
sector de la energía, para poder realizar, de manera planificada, la lucha
contra la crisis ecológica. Y, por supuesto muchas otras medidas radicales y
fundamentales, y, prioritariamente, las medidas de urgencia para mejorar
rápidamente las condiciones de vida de la mayoría de la población.
La respuesta necesaria a la pandemia del
coronavirus debe ser la ocasión de promover una auténtica revolución para
modificar radicalmente la sociedad: en su modo de vida, su modo de propiedad,
su modo de producción, en los valores que inspiran los comportamientos. Esta
revolución se realizará solamente si las víctimas del sistema comienzan a ser
autoactivas, se autoorganizan y desalojan o expulsan el 1 %, y sus
lacayos, de los diferentes centros de poder para crear un verdadero poder
democrático. Una revolución ecologista y socialista, autogestionaria y
feminista es necesaria.
La respuesta necesaria a la pandemia del
coronavirus debe ser la ocasión de promover una auténtica revolución para
modificar radicalmente la sociedad
Los bancos están en muy mal estado, contrariamente
a lo que dice el discurso oficial. Pero, atención, no nos malinterpreten. Los
bancos como instituciones están en mal estado pero eso no quiere decir que sus
grandes accionistas y sus dirigentes no obtengan de ellos grandes beneficios.
Por el contrario, una de las razones por lo que están en ese estado lamentable
reside en el hecho de que los grandes accionistas y sus principales dirigentes
extraen el máximo de dinero de los ingresos bancarios.
Los bancos distribuyeron a lo largo de estos
últimos años dividendos muy importantes a sus accionistas. Sus dirigentes están
muy, pero muy, bien pagados. Aunque hay una manera indirecta de hacer ganar más
dinero a los grandes accionistas: la recompra de acciones de los bancos.
Una de las técnicas empleadas por los
grandes bancos para aumentar los ingresos y el patrimonio de los accionistas
consiste en recomprar sus acciones en la bolsa.
Estos últimos años, recurrieron sistemáticamente a esta operación,
especialmente, y en forma masiva, en Estados Unidos. Si la cotización bursátil
de los bancos llegaron a máximos hasta comienzos de febrero de 2020, fue porque
los dirigentes de los bancos, con el acuerdo de los grandes accionistas,
consiguieron que los bancos compraran, con mucha frecuencia, sus propias
acciones, gracias a la liquidez que les dan generosamente los bancos centrales,
a coste nulo o ínfimo. Pero ¿a quién los bancos recompraban sus acciones? A sus
grandes accionistas ¡Por supuesto! Y eso, a estos últimos, les procura una gran
entrada. Expliquemos las cosas simplemente. Tomemos el ejemplo de un gran
accionista que compró un paquete de acciones cuyo precio unitario fue de 70. Si
la cotización se elevó hasta 100, y el gran accionista vende sus acciones a su
propio banco, obtiene 100 por cada acción,
y gana 30. En algunos países las «plusvalías» sobre acciones no pagan impuestos
bajo el pretexto de hay que estimular a las bolsas de valores.
Una de las técnicas empleadas por los grandes
bancos para aumentar los ingresos y el patrimonio de los accionistas consiste
en recomprar sus acciones en la bolsa
Incluso es más interesante para los
grandes accionistas revender sus acciones a su(s) banco(s) —pongo en plural
ya que los grandes accionistas lo son de varios bancos— que recoger
dividendos que son susceptibles de pagar más impuestos que una plusvalía debida
a acciones. Digamos que los grandes accionistas combinan los dos ingresos: la
reventa de una parte de sus acciones obteniendo de esa forma una plusvalía, y
logrando dividendos de sus otras acciones.
Los accionistas, en general, aceptan bien el
anuncio de una empresa de que recomprará sus propias acciones puesto que las
sociedades proponen a menudo una «prima», es decir un precio de recompra
superior a la última cotización de cierre de esa acción. Con esta maniobra se
incita a los accionistas a guardar sus títulos para ofrecerlos a la oferta de
recompra. Lo que, además, tiene la ventaja de hacer aumentar de nuevo la
cotización del título en la bolsa.
El hecho de que los bancos recompren sus propias
acciones (y por lo tanto anularlas) le ofrece otra ventaja: el volumen de
acciones en circulación disminuye, pero, de pronto, la ratio entre el monto de
dividendos distribuidos y el volumen de acciones en circulación aumenta. La
«rentabilidad» o el rendimiento también aumenta lo que crea artificialmente una
demanda para las acciones todavía en circulación, por lo que se venden más
caras en la bolsa y la cotización del banco aumenta.
El hecho de que los bancos recompren sus propias
acciones (y por lo tanto las anulan) le ofrece otra ventaja: el volumen de
acciones en circulación disminuye, pero, de pronto, la ratio entre el monto de
dividendos distribuidos y el volumen de acciones en circulación aumenta
Como lo describe el Financial
Times, experto en la materia: «La recompra de acciones es neutra, en
teoría, para el valor de una empresa ya que cada dólar dado a los accionistas
es un dólar de menos en su balance.
Sin embargo, una reducción en la cantidad de acciones en circulación aumenta
el beneficio por acción —lo que, con frecuencia,
hace aumentar su precio— mientras, al mismo tiempo, hace aumentar la
remuneración de sus directivos.» [1] (Financial Times, « Bank-ledfreeze on
stock buybacks could spread across US market », https://www.ft.com/content/b1fa1688-68f6-11ea-a3c9-1fe6fedcca75 , 20 de marzo de 2020).
Hay que señalar, que entre comienzos de
2009 y fines de septiembre de 2029, los grandes bancos de Estados Unidos
dedicaron 863.000 millones de dólares en recompras de sus propias acciones
(S&P 500 Buybacks &Dividends - buybackdiv.pdf, https://www.yardeni.com/pub/buybackdiv.pdf,
23 de marzo 2020). Después del sector dominado por Google, Apple, Amazon y
Facebook que procedió a recompras de compras por una suma de 1,394 billones de
dólares, el sector bancario en Estados Unidos es el que recompró el mayor
volumen de acciones, mucho más que el sector industrial o que los sectores de
energía y de bienes primarios. El total de recompras en el conjunto de todos
los sectores alcanzó en Estados Unidos a más de 5,250 billones de dólares en
ese mismo período. Y es uno de los factores principales de la burbuja bursátil.
El mismo fenómeno es observable en otros continentes con los mismos efectos.
Gráfico 1: Los bancos recompran sus propias acciones
Evolución entre el primer trimestre de 2007 y el tercer trimestre de 2019 Recompra durante el tercer trimestre de 2019: 47.500 millones de USD
Gráfico 2: Sumas acumuladas de las recompras de acciones por los bancos entre el primer trimestre de 2007 y el tercer trimestre de 2019
Fuente: https://www.yardeni.com/pub/buybackdiv.pdf ,
23 de marzo de 2020, p.12. Total: 863.300 millones de dólares
Todo el aumento del valor de las acciones de los
bancos de los últimos años fue anulado. Pero, mientras tanto, los grandes
accionistas recogieron sus beneficios, como se dice en la jerga de los
comentaristas de la bolsa
A pesar de que se supone que las bolsas
son lugares donde los empresarios capitalistas reúnen sus capitales extras por
la venta de sus acciones con el fin de desarrollar sus empresas, en realidad
operan como templos de la especulación donde
las empresas van a comprar sus propias acciones con el fin de favorecer a sus
grandes accionistas. Esa es una de las razones por las que habría que cerrar
las bolsas.
Se trata de movimientos puramente
artificiales de capital ficticio. [2] Pero la ilusión puede durar años. Y
eso es lo que acaba de pasar.
Aunque ese manejo no puede durar
eternamente. Desde hace dos o tres años, numerosos economistas heterodoxos y
varios organismos internacionales anunciaban el próximo fin del ciclo alcista
del mercado bursátil ya que era evidente que una burbuja
especulativa se estaba formando y que estallaría.
A partir de mediados de febrero de 2020, debido a la extensión de la epidemia
del coronavirus y sus efectos en la locomotora china, los grandes accionistas
consideraron que la fiesta había terminado y decidieron brutalmente vender en
grandes cantidades paquetes de acciones. Y como fueron los primeros en vender,
lograron unas enormes ganancias. Muchos fondos de pensiones y de inversiones
siguieron esos pasos y también dieron la orden de vender. Eso produjo un
desplome brutal de la cotización de las acciones.
Con la crisis de febrero-marzo de 2020,
los bancos estadounidenses anunciaron, a mediados de marzo, que cesaban de
recomprar sus propias acciones ya que, según el Financial Times, la
prosecución de dichas operaciones podía ofender a la opinión pública.
Hay que hacer una diferencia entre los grandes
accionistas de los bancos que recogen beneficios y los propios bancos que ven
como su capital se funde, se desploma la cotización de sus acciones y tienen
que anunciar pérdidas, incluso, quizás, alguno quiebre
Durante el mes de marzo de 2020, los discursos de
los directivos de los grandes bancos centrales que querían ser
tranquilizadores, produjeron el efecto inverso. Aquellos y aquellas que poseían
acciones de los bancos se dijeron que si los bancos centrales anunciaban
medidas tan imponentes (volveré sobre este tema en el próximo artículo de esta
serie), el momento era muy grave y no había que perder ni un minuto: había que
vender lo que podía venderse antes de que el precio bajara aún más. Todo el
aumento del valor de las acciones de los bancos de los últimos años fue
anulado. Pero, mientras tanto, los grandes accionistas recogieron sus
beneficios, como se dice en la jerga de los comentaristas de la bolsa.
Revendieron paquetes de acciones, ganaron la diferencia entre el precio de
compra, que pagaron al comienzo de la burbuja bursátil, y el comienzo del movimiento
de ventas durante la época de saldos y liquidaciones. Encontraron compradores
en los fondos de inversión y en los hedgefunds a la búsqueda de precios
tirados, guardaron para sí lo que no habían vendido, que les permite mantener
un peso determinante en el banco (con un 4 a un 6 % de las acciones, un
gran accionista puede controlar una sociedad ya sea un banco o de otro tipo).
Estos grandes accionistas esperan que los gobiernos y los bancos centrales con
sus planes de ayuda generen un remonte de los precios en los meses vinientes.
Aquí, conviene precisar que es demasiado pronto para hacer previsiones sobre la
duración de esta crisis y sobre el tiempo que se necesitará para que los
mercados bursátiles comiencen a estar al alza. Esto puede durar algunos meses
como varios años. Además de la duración de la pandemia, de la duración de la
crisis en el sector productivo, acontecimientos sociales y políticos pueden
igualmente influir fuertemente en el calendario.
En lo inmediato, los bancos declararán
pérdidas y no pagaran los impuestos. Recibirán nuevamente grandes beneficios de
los gobiernos y de los bancos centrales. Pero, atención, hay que hacer una
diferencia entre los grandes accionistas de los bancos que recogen beneficios y
los propios bancos que ven cómo su capital se funde, se desploma la cotización
de sus acciones y tienen que anunciar pérdidas, incluso, quizás, alguno
quiebre. Los grandes accionistas consideran el banco como una fuente óptima de
ingresos a riesgo de llevarlos al borde de la quiebra. Están convencidos que
los bancos de los que son accionistas, o del banco del que son accionistas, son
demasiados grandes para quebrar. Estos accionistas saben que las autoridades
públicas dirigidas por sus amigos del gobierno y del banco central aportarán
su ayuda a los bancos para rescatarlos con el dinero del contribuyente. Los
grandes accionistas son los primeros que en caso de desplome de la cotización
de sus acciones se deshacen de una buena parte de ellas, pero mantienen una
cantidad que les permitirá controlar siempre la situación. Además están
protegidos por la ley que considera que la responsabilidad del accionista se
limita a las acciones que posee de la empresa. Aunque estos grandes accionistas
son responsables de enormes pérdidas, lo único que arriesgan es su inversión,
su apuesta. Pero nunca ponen todos los huevos en la misma canasta, y son
accionistas de muchas sociedades de diferentes sectores y su fortuna está
también muy diversificada. Una gran parte de su patrimonio está compuesto por
activos más sólidos que las acciones: bienes inmobiliarios, bienes artísticos
de gran valor, oro, yates, aviones, etc.
Los grandes accionistas están protegidos por la ley
que considera que la responsabilidad del accionista se limita a las acciones
que posee de una empresa
Como ya lo expliqué en precedentes
artículos (https://cadtm.org/La-pandemia-del-capitalismo-el-coronavirus-y-la-crisis-economica y https://cadtm.org/No-el-coronavirus-no-es-responsable-de-las-caidas-en-las-bolsas),
es necesario agregar que los grandes accionistas (y otros especuladores) juegan
en montañas rusas cuando los mercados bursátiles están muy agitados. El día en
que el mercado está a la baja, al comienzo de la sesión, estos accionistas
venden paquetes de acciones y en el curso del día, o a la mañana siguiente,
cuando comienza el alza, son los primeros en comprar cuando el precio todavía
está muy bajo. Es por eso que asistimos a días en que las cotizaciones se
desploman, seguidos de otros en que remontan de forma efímera. Pero, ahora mismo,
la tendencia es claramente la caída en picado, y los grandes accionistas se
deshacen de grandes paquetes de acciones.
En Europa
Entre el 17 de febrero y el 12 de marzo de 2020. El
precio de las acciones de los bancos europeos literalmente se hundieron, en la
mayoría de los casos, con pérdidas que van del 30 al 45 %. En el caso de
Natixis (que ya fue rescatado durante la crisis anterior), la caída fue del
54 %.
Durante el mismo período, las acciones de los
principales bancos escandinavos también cayeron con fuerza: Nordea (Finlandia)
cayó un 38%, SEB (Suciae) un 32%, Handelsbanken (Suecia) un 28%, Swedbank
(Suecia) un 24%, Danske Bank (Dinamarca) perdió un 36%.
En las Américas
Las acciones de los ocho mayores bancos de Estados
Unidos sufrieron una fuerte caída. También, los bancos canadienses cayeron pero
menos que sus vecinos. Las acciones de los principales bancos de México,
Colombia, Brasil, Chile y Argentina también se desplomaron y eso continúa.
En Asia
Todos los grandes bancos de los principales países
de Asia también tuvieron pérdidas en las bolsas. La caída de los bancos chinos
es netamente más limitada que la del resto del mundo. Los bancos japoneses
tuvieron el mayor hundimiento.
En África
Las acciones de los bancos de las cuatro
principales economías de Africa también cayeron. Los bancos de Nigeria fueron
los más afectados en la caída del precio de las acciones.
Clasificación de los bancos según el tamaño de la pérdida del precio de sus acciones entre el 17 de febrero y el 13 de marzo de 2020
Se ve muy claramente que son las acciones de los
bancos europeos las que perdieron más, entre el 17 de febrero y el 13 de marzo
de 2020.
En la continuación de esta serie, continuaré con el
análisis de la situación de los bancos. Todavía hay mucha materia para
desarrollar. Luego, abordaré otros aspectos de la crisis económica y financiera
internacional: el hundimiento del precio del petróleo, el comienzo del
estallido de la burbuja del mercado obligatorio privado, el desplome del precio
de los títulos de las deudas privadas y el brutal aumento de los rendimientos y
de las primas de riesgo, por el contrario, la buena salud de los títulos de
deuda pública ya que su precio aumenta.
Los Estados de economías dominantes se
financian con un tipo de interés negativo
pero acumulan deudas ilegítimas. Igualmente mencionaré el hundimiento de las
compañías aéreas y de la industria aeronáutica. Y trataré las respuestas de los
bancos centrales y de los gobiernos.
Vista la rápida evolución de esta crisis, la
planificación de esta serie se mueve. En cada parte esencial pondré de relieve
las propuestas de medidas a tomar.
|
Traducido por Griselda Pinero
El autor desea agradecer a Bruno Colbalchini la
producción de las infografías sobre los bancos y a Víctor Isidro, Camila
Galindo, John Freddy Gómez, Sushovan Dhar, Julio Gambina, Daniel Munevar,
Carlos Carcione y Bruno Colbalchini la asistencia prestada en la investigación
de la información sobre los precios de las acciones de los bancos.
Notas
[1] « Stock buybacks are neutral, in theory, for
a company’s value as every dollar handed back to shareholders is a dollar less
on its balance sheet. However, a reduction in the number of the shares
outstanding increases earnings per share — which can often lift prices — while
also boosting pay for managers ».
[2] «El capital
ficticio es una forma de capital (títulos de la deuda pública, acciones,
acreencias) que circula mientras que los ingresos de la producción a los que da
derecho solo son promesas, y por lo tanto el desenlace es por definición
incierto» Entrevista realizada por FlorianGulli a Cédric Durand: « El capital
fictif, Cédric Durand», La Revue du projet: http://projet.pcf.fr/70923.
Según Michel Husson, «el marco teórico
de Marx le permite el análisis del “capital ficticio”, que puede ser definido
como el conjunto de los activos financieros cuyo valor se basa en la
capitalización de un flujo de futuros ingresos: “La formación de capital
ficticio se llama capitalización”. […] por ejemplo, si el ingreso anual es de
100 libras esterlinas y el tipo de interés del 5 %, las 100 libras
esterlinas representarían el interés anual de 2.000 libras esterlinas,
figurando ahora estas 2.000 libras como el valor de capital del título jurídico
de propiedad sobre las 100 libras anuales. Para quien compra este título de
propiedad, las 100 libras de ingreso anual representarían en realidad los
intereses de su capital invertido al 5 %. De este modo desaparece el
último rastro de cualquier conexión con el proceso real de valorización del
capital» [Karl Marx, El Capital, libro III, tomo II (Akal ediciones,
edición1977, reimpresión 2016)]. Michel Husson, «Marx et la finance: une
approche actuelle», À l’Encontre, diciembre de 2001,
https://alencontre.org/economie/marx-et-la-finance-une-approche-actuelle.html.
https://alencontre.org/economie/marx-et-la-finance-une-approche-actuelle.html.
Para Jean–Marie Harribey: «Las burbujas
estallan cuando la diferencia entre el valor realizado y el valor prometido se
vuelve demasiado grande y cuando algunos especuladores comprenden que las
promesas de liquidación lucrativa no podrán ser cumplidas por todos, en otras
palabras, cuando las plusvalías financieras no podrán nunca ser satisfechas si
no hay una plusvalía suficiente en la producción.» Jean-Marie Harribey, « La
baudruche du capital fictif, lecture du Capital fictif de
Cédric Durand », Les Possibles, N° 6 - Printemps 2015 : https://france.attac.org/nos-publications/les-possibles/numero-6-printemps-2015/debats/article/la-baudruche-du-capital-fictif.
Fuente: http://www.cadtm.org/Para-afrontar-esta-crisis-multidimensional-hay-que-expropiar-a-los-banqueros-y
No hay comentarios:
Publicar un comentario