Escrito por Alfredo Jalife-Rahme
El mismo día que EU alcanzó 10 mil
muertos por el Covid-19, el índice Dow Jones se disparó 7.7 por ciento.
La "intoxicación bursátil"
de EU no es compartida por la mayoría de los otros rincones del planeta que
propenden al humanismo.
La cosmogonía geopolítica de EU,
desalmada e hiper materialista, tampoco es compartida por otras civilizaciones:
Europa, Rusia, China, India y el Mundo Islámico (mil 800 millones y 57 países).
A Kissinger, de 96 años (recluido en
Nueva York: epicentro de la pandemia), se le derrumbó su caduco "Orden
Mundial", donde pregona el regreso del Estado-Nación de Westfalia de 1648,
bajo la égida de EU: escrito seis años más tarde a la crisis de 2008 (https://amzn.to/2V87seV).
Cuando aún no llegaba su aliado Trump
al poder, exhortaba un G-2 "cultural" de la raza blanca de EU con
Rusia contra China (raza amarilla de "cultura" diferente), luego de
que, en 1971, operó el acercamiento de EU con China contra la ex URSS. ¡El
poder por el poder: sin escrúpulos!
Ahora proclama que "la pandemia
alterará para siempre el orden (sic) mundial" cuando "EU deberá
proteger a sus ciudadanos de la enfermedad, mientras inicia el trabajo urgente
de planificar una nueva época" (https://on.wsj.com/2Xlh1Ka).
Otro "G-2" tras bambalinas,
la asociación estratégica de China y Rusia, dejó plantado a Kissinger, quien
goza de enorme influencia con el eje Trump/Jared Kushner/Netanyahu, por lo que
su punto de vista, más que reflejar la nueva realidad geoestratégica, delata el
accionar de EU a nivel doméstico y foráneo.
Concede que "en un país dividido
(sic) un gobierno eficiente y de largo (sic) alcance es necesario", donde
la "confianza pública es crucial". ¿Golpismo sumado de irredentismo
supremacista?
Evoca una perogrullada: "cuando
la pandemia haya concluido, varios (sic) países serán percibidos en sus
fracasos", sin importar qué tanto "el juicio de valor sea
correctamente objetivo". Repite lo consabido sobre el colapso del sistema
de salud de EU y no evalúa que sea uno de los peores del mundo: basado en
ganancias que benefician al Big Pharma que obtiene un millón de millones de
dólares al año (https://bit.ly/3aOCU8S).
Felicita a Trump por "haber
realizado un trabajo sólido (¡mega-sic!) para evitar la catástrofe (sic)
inmediata" cuando una "exitosa (sic) vacuna está de 12 a 18 meses de
distancia".
Sustenta su supremacista "orden
mundial", hoy (trans)mutado, cuya "urgente tarea" debe ir en
"paralelo (sic) a la transición (sic) del orden post coronavirus",
basado en el Plan Marshall y el Proyecto Manhattan a implementar en tres
"áreas".
Sus dos primeras "áreas"
versan en banalidades: 1. "Fortalecer la resiliencia global a las
enfermedades infecciosas"; y 2. "Luchar para curar las heridas de la
economía mundial", con el fin también de "impedir el caos en las
poblaciones mas vulnerables del mundo". ¿De cuando acá Kissinger se
preocupa por los desposeídos?
Su tercera "área" es
notablemente supremacista: "salvaguardar los principios del orden mundial
liberal", con ideas caducas del pretérito pluscuamperfecto: "las
democracias del mundo necesitan defender y sostener sus valores de la
Ilustración (sic)". ¿Cuáles valores? ¿Cuál Ilustración? Cuando EU se
consagró a imponer su unipolaridad barbárica.
Juzga que "el tema milenario de
legitimidad y poder no puede ser resuelto en forma simultánea con el Covid-19
encima" por lo que exhorta a la "moderación (¡súper-sic!) en todos
lados": en la "política doméstica" y en la "diplomacia
internacional". ¿Alienta un golpe de Estado?
Sputnik cataloga la visión de
Kissinger de "pronóstico sombrío" (https://sptnkne.ws/BVSM).
Kissinger urge descubrir una curación
para el coronavirus y la necesidad de proteger al "orden mundial
liberal", ya que de otra forma el "mundo se incendiará".
¿Amenaza con el "síndrome Sansón"?
Se equivoca Kissinger, que no sabe
nada de economía ni de medicina ni de humanismo: el Covid-19, más temprano que
tarde, tendrá su tratamiento, pero su "orden mundial liberal" no
tiene curación porque ya había fenecido mucho antes de la pandemia.
Las jeremiadas de Kissinger suenan
huecas y a destiempo.
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