(Versión Breve)
(1° de Mayo de 2020)
Por Miguel Aragón
1° de mayo, DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES;
Día Internacional, de todos los trabajadores del campo y de la ciudad;
Día Internacional, de todos los trabajadores manuales, y de todos los trabajadores intelectuales.
Desde el año 1993, la economía en Perú se encuentra atravesando un ciclo largo de crecimiento capitalista.
Este crecimiento capitalista (por más de 25 años) se expresa en el despoblamiento del campo, y en el crecimiento numérico de los trabajadores asalariados. Ahora, los trabajadores asalariados somos muchos más, de lo que ya éramos hace 25 años.
Nuestra fuerza numérica se ha incrementado, con más trabajadores en el sector minero, en el sector agro exportador, en el sector pesquero, en el sector industrial, y en el sector de construcción.
Nuestra fuerza numérica, también se ha incrementado con la gran cantidad de trabajadores asalariados que participamos en las actividades comerciales y en las actividades educativas, sanitarias, de transporte, y de otros servicios, donde somos mal llamados “trabajadores informales”.
Este capitalismo periférico, que en el siglo XXI adopta e introduce nuevas técnicas de producción y de intercambio de mercancías, se acrecienta con la fuerza de cientos de miles de trabajadores dispersos, que desde nuestros domicilios, o en las calles, participamos en la cadena de producción y comercializan de mercancías y servicios de las grandes empresas.
Este capitalismo periférico, recluta mujeres, jóvenes y niños, la mayoría de los cuales deambulan en las calles, o están apretujados en pequeños talleres, ofreciendo productos importados y atendiendo servicios complementarios de las grandes empresas transnacionales.
Este nuevo contingente de trabajadores asalariados, que no tienen horario fijo de trabajo, ni jornada laboral de 8 horas, y ningún derecho social, viven amontonados con sus familias, en los barrios miseria que rodean las ciudades, sin servicios de agua potable, ni alcantarillado, ni energía eléctrica.
Este nuevo sector de los trabajadores asalariados, que ahora somos la mayoría indiscutible, no tenemos la posibilidad de sindicalizarnos en la manera tradicional. Pero estamos descubriendo que si tenemos la gran posibilidad de agruparnos por barrios y municipios, cambiando así los términos de la lucha social.
Este es el nuevo reto, que nos plantea este nuevo 1° de Mayo. Adaptarnos a las nuevas condiciones de trabajo, y desarrollar nuevas formas de organización y de lucha.
Este es el reto que tenemos por delante.
¡ VIVA EL 1° DE MAYO !
¡ DÍA DE COMBATE !
¡ DÍA DE FIESTA PROLETARIA !
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