Escribe: Milcíades Ruiz
Se ha convocado a elecciones generales en una situación difícil por la
pandemia y crisis económica. La incertidumbre política es muy grande y la
izquierda no está en condiciones favorables debido a que se mantiene el régimen
electoral fraudulento en beneficio de las fuerzas de derecha que imponen la
razón del dinero para distorsionar la voluntad popular. No obstante, planteo
luchar contra este impedimento cambiando totalmente el sistema político.
El estilo de
gobierno refleja las condiciones en que se desenvuelve un mandatario. Cuando el
ex congresista Carlos Bruce, relató la forma en que Vizcarra llegó al poder,
como un enchape de la plancha presidencial de Kuczynski, para aparentar arraigo
provinciano, la prensa le dio un sentido perverso. Pero quedó claro que
Vizcarra no estaba identificado con el pensamiento del movimiento PPK.
Anteriormente,
la empresa de Vizcarra había tomado vuelo como sub contratista de CONIRSA, un
consorcio patrocinado por ODEBRECHT con el “Club de la construcción”, que
sobrevaloraron obras contratadas con el estado. Los vínculos estaban allí y
confiadamente fue ubicado en la plancha presidencial. Favorecido por el mal
menor, Kuczynski ganó las elecciones y lo primero que hizo Vizcarra fue tomar
las riendas del Ministerio de Transportes donde estaba el emporio de obras.
Vizcarra le
puso el ojo al gran proyecto Chinchero del aeropuerto cusqueño, pero se le cayó
la pretensión, al desatarse un escándalo político por advertirse corrupción,
viéndose obligado a salir del escenario para ir a la embajada de Canadá, por
razones políticas y no diplomáticas. Keiko, favorita de ODEBRECHT no perdonó la
derrota y preparó la vendetta vía el congresista Mamani, sacando del poder a
Kuczynski. Automáticamente Vizcarra tomó la presidencia, sin estar identificado
con el plan de gobierno y este, quedó de lado.
Vizcarra
asumió el poder como un asunto suyo y no, del movimiento PPK. De este modo, se
fue quedando sin respaldo de los gobiernistas, sin partido, ni entorno
ideológico. Keiko trató de manejar a Vizcarra sin lograrlo, abriéndose una
disputa de poder de la que salió ganando este, quien disolvió el Congreso,
dominado por aquella. Vizcarra se sintió superpoderoso al no tener ningún
freno.
Pero no
teniendo una organización política que lo respalde, se vio precisado a conducir
el gobierno de manera personal, improvisando gabinetes ministeriales con gente
que desconocía, y con la cual no tenía unidad ideológica. Las defecciones eran
frecuentes, teniendo que cambiar ministros seguidamente y así, continúa sin horizonte,
actuando según la temperatura política, azuzado por la prensa. Esto explica su
estilo de gobierno porque no tiene otra opción.
Para mala
suerte nuestra, es en estas condiciones, que la pandemia llegó al país y los
resultados de esta situación los conocemos. No tiene a nadie a quien recurrir y
se bate empíricamente como puede. No tiene claridad sobre sus funciones ni las
de otros poderes del estado. Deja de hacer lo suyo para hacer las veces de
poder electoral, de poder legislativo, de fiscal y ahora se enfrenta a su
propio engendro, el parlamento complementario, al que quiere avasallar con sus
amenazas chantajistas.
He descrito
lo que ya se sabe, para hacer ver que el resultado es consecuencia de nuestro
sistema político tramposo. Hasta por casualidad pueden llegar a ser nuestro
presidente. Los vicios que contiene el régimen electoral son los insumos de los
productos políticos que obtenemos. Un nuevo régimen electoral, diferente al que
nos ha impuesto la república “bicentenaria”, es una necesidad vital para la
patria.
No me estoy
refiriendo a reformas, sino a un cambio integral para una nueva democracia, con
otros parámetros conceptuales y metodológicos. La república “bicentenaria” ha
sido manejada por los colonialistas y sus descendientes, marginando a los
peruanos ancestrales. Tenemos que poner fin a la discriminación política que
bloquea la verdadera democracia. Está cerrado el derecho de participación en el
gobierno, para los grupos sociales mayoritarios, a causa de sus rasgos
raciales.
Los pueblos
del interior son gobernados por grupos minoritarios ajenos a las realidades y
vivencias de la población, pues el sistema electoral evacúa autoridades que
nadie conoce. Oportunistas de toda índole y traficantes políticos se adueñan
del manejo administrativo, para sacar provecho personal. Zonas indígenas de la
selva están bajo el mando de quienes no son del ámbito de las comunidades
nativas, y no les importa el saqueo de sus recursos forestales, ni la defensa
del hábitat humano y biológico.
Los
beneficiarios del programa Reactiva Perú en la selva, resultan ser las empresas
depredadoras de la Amazonía, algunas de las cuales tienen denuncia fiscal por
tala ilegal. Pero son muchos los vicios del vigente régimen electoral y eso no
se arregla con reformas superficiales. El sistema exclusivo de partidos
políticos se ha tornado perjudicial para una verdadera democracia. Son las
instituciones más corruptas, pero de allí surgen los parlamentarios, alcaldes,
gobernadores, altos funcionarios y todo el andamiaje de la podredumbre
gubernativa.
Hay personas
honorables en los partidos políticos, pero es el sistema el que no se ajusta ya
a los requerimientos de nuestra época. No son los parlamentarios los llamados a
cambiar el régimen electoral porque están allí, como beneficiarios del mismo, y
no van actuar contra sus intereses. No habrá una nueva república, ni nueva
democracia, ni nueva constitución, si no se cambia íntegramente el sistema
político vigente.
Hace falta
entonces que los interesados en el cambio de régimen electoral lo exijan
persistentemente, sin concesiones reformistas, presentando la alternativa que
contengan sus demandas democráticas, para ser aprobadas vía referéndum, u otro
medio efectivo. Una opción podría ser el régimen de representatividad política
multisectorial como derecho ciudadano de un lado, y de otro, la representación
territorial por valles y cuencas autónomas, en un nuevo sistema de gobierno
confederado. Pero igualmente, habrá otras opciones que tengan mayor fundamento.
Ustedes tienen la palabra.
Otra información en https://republicaequitativa.wordpress.com/
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