EL ENGENDRO CONTRA SU CREADOR
Escribe: Milcíades Ruiz
La desaprobación del gabinete ministerial por parte
del Parlamento ha desatado una serie de iras entre los que veían en el premier
designado una solución a sus intereses afectados. No como una solución a la
crisis que atraviesa el pueblo desprotegido, a los malos resultados del manejo
de la pandemia, ni del desempleo, crecimiento delincuencial, etc. Es lo que
menos les importa.
Todas las acusaciones se hacen contra el parlamento al
que acusan de defender intereses particulares, pero nadie dice nada sobre
los intereses que representaba el gabinete depuesto, sobre todo conociendo la
trayectoria política de su presidente, lo que ha sido determinante ya que sus
acompañantes carecen de experiencia política y actúan de manera personal. Es un
pleito en las alturas del poder donde hay intereses en pugna por ambos lados.
Pero no son todos, y viendo los resultados de la
votación de grupos salta a la vista que los grupos que votaron en contra
tuvieron desconfianza por diversas razones. No se puede condenarlos por ejercer
sus atribuciones. Entonces, los que defienden el “Estado de Derecho”, omiten
este derecho y se parcializan, hasta el extremo de decir que han actuado contra
el pueblo. Esta práctica de tergiversar los hechos para darles sesgos políticos
de su conveniencia en frecuente entre los políticos.
Pero estamos hablando de todo en torno a este suceso,
que después de todo, es resultado, es consecuencia, es efecto, es producto
generado por un proceso concatenado que viene desde muy atrás. Todo
manufacturero, todo el que produce una mercancía sabe que, si la mercadería
salió dañada, deforme, horrible y monstruoso, es porque las fallas están en el
proceso y no en el producto.
Las fallas pueden estar en los insumos, mal manejo de
proporciones, etc., y que, si no se corrigen la fallas el producto final será
el mismo. Un producto de calidad, un producto ideal, se alcanza perfeccionando
el proceso. A la inversa, el producto pierde calidad cuando se deteriora el
proceso, falsificando insumos o procediendo empíricamente, o por un mal manejo.
Esto mismo, sucede en los procesos políticos.
Volviendo al asunto de la decisión del Parlamento,
podemos seguir el rastro del proceso y preguntarnos: ¿Quién creó la existencia
de este Congreso? La respuesta es obvia. ¿Por qué este poder legislativo no
tiene la calidad deseada? Pues porque las condiciones del proceso en el que se
generó, estaban deterioradas. Entonces, cuando vemos que el legislativo se
rebela contra su creador, ¿Por qué culpar al engendro?
Si seguimos con el análisis retrospectivo del proceso
político vamos a encontrar muchas otras causas en el manejo de una situación
política y un poco más atrás la existencia misma en el cargo del actual
presidente, sin las condiciones mínimas de respaldo orgánico, ni ideológico, ni
programático, siguiendo su propio instinto para gobernar imprevistamente. De
esto se han aprovechado muchos para influenciarlo.
Quizá esto pude haberle sucedido a otra persona, pero
el sistema electoral permite que las planchas presidenciales incluyan
vicepresidentes que tengan atractivo electoral, más que por su capacidad de
gobernar. Entonces los resultados son estos. Pero también podremos encontrar
causas del resultado electoral cuyas consecuencias las estamos viviendo. Esta
parte del proceso, este insumo, aunque no el único, es lo que está
condicionando la mala calidad gubernativa.
Esta falla no ha sido corregida, ni se ha planteado
corregirla en su totalidad. Apenas algunas reformas circunstanciales, pero sin
cambiar su naturaleza antidemocrática. No se cambia la pieza defectuosa, sino
se la pule para que siga funcionando, aunque mal. Han sido ya convocadas las
próximas elecciones generales, pero las condiciones en que nos encontramos son
muy malas y todo indica que será un proceso electoral irregular cuyos resultados
son imprevisibles.
¿A nosotros que nos queda? ¿Qué deberíamos hacer
entonces? No podemos resignarnos a proseguir como estamos. La indiferencia hace
daño social. Tenemos que involucrarnos en la lucha por cambiar las condiciones
en que se desarrolla nuestra patria. La pandemia nos ha limitado y mientras no
salgamos de este problema, tendremos muchos impedimentos.
Pero cada uno por su lado, puede hacer mucho,
preparándose para la lucha que tendremos que afrontar, si queremos mejorar
nuestras condiciones de vida. Ya nos han mecido tantas veces los gobiernos de
turno, abusando de nuestra inocencia política. Tenemos que reaccionar sin dejar
pasar las oportunidades para hacer prevalecer nuestras demandas de justicia
social. Salvo mejor parecer.
Agosto, 2020
Otra información en https://republicaequitativa.
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