Ante qué coyuntura internacional nos encontramos en 2020
Foto: Telam
·
Wim Dierckxsens, Walter Formento
13/08/2020
Introducción
Las elecciones en Estados Unidos en 2016 fueron una
batalla política que cambió el rumbo de la política internacional de Estados
Unidos. Esta batalla política tuvo su momento clave en las elecciones donde
cuatro grandes actores de poder disputaban la presidencia, de los cuales tres
eran fracciones distintas de la oligarquía financiera y una expresaba a los
sindicatos y trabajadores.
En el Partido demócrata se expresaba de modo
dominante la oligarquía financiera globalista, que constituía el Estado
Profundo –Deep State– en el Partido Demócrata y lo controlaba, expresándose en
las figuras de Clinton´s y Obama´s. Pero será desafiado por el movimiento de
trabajadores organizados en sindicatos y desde los barrios urbanos pobres, que
se expresa hoy por Sanders y Osorio Cortes. Esta fracción tuvo todas las
condiciones para ganar las internas Demócratas, pero el aparato financiero-electoral
operó para que en las elecciones internas indirectas Sanders “sea” derrotado.
Todos los datos afirman que Sanders tenía mayoría de electores para ganar la
interna, pero que estos fueron comprados y reorientados de modo que se impuso
la candidata del estado profundo oligárquico financiero globalista.
En cambio en el Partido Republicano, el estamento
de poder profundo del continentalismo financiero –Ted Cruz, Marco
Rubio, John Kasic– fue derrotado por Donald Trump. Este expresaba a la
oligarquía financiera local-nacional contra el estamento de poder profundo de
la oligarquía financiera continentalista, que expresa los intereses de
los Bush/Rockefeller/Houston/Dallas/Tea-Party, petróleo y
finanzas. Que en la fórmula presidencial se expresó en el
vicepresidente Pence y también en los secretarios Tillerson/Pompeo/Bolton.
Trump fue la gran sorpresa, una sorpresa porque pudo imponerse contra el
establishment republicano sin que hubiera mayores resistencias a este supuesto
extraño.
Este era un primer momento, cuando se expresaron
los distintos actores políticos, económicos e intereses presentes en cada
partido político, esto ya fue una muestra de las nuevas condiciones nacionales
e internacionales y las características conflictivas del resultado electoral
que sorprendió a “todos”, o casi a todos. Particularmente pone de manifiesto la
fragmentación de la oligarquía financiera en Estados Unidos y sobre todo la
sorpresiva derrota de la oligarquía globalista. Eso en un momento donde el
planteo del referéndum de febrero de 2016[1],
acerca de la salida de Gran Bretaña -Brexit Británico- de la Unión Europea,
signaba el momento. Y mostraba también el escenario de crisis en la Unión
Europea entre la oligarquía globalista enfrentada a la oligarquía británica y a
la oligarquía germana-franco-italiana en la Unión Europea, expresada por el
bloque Alemania-Francia-Italia.
El mundo mostraba también a partir de 2014-2016,
que nuevos actores mundiales estratégicos multipolares emergían, como
multipolarismo político-Económico estratégico –BRICS– y como Dialogo
Filosófico-Cultural estratégico de Civilizaciones. Ambos en dialogo y
enfrentados a los Unipolarismos Financieros.
En este marco general es que situamos la realidad
de Estados Unidos cuando abordamos su situación nacional de pre-guerra civil,
que es el modo como se expresa la batalla política entre fracciones de
oligarquías financieras en Estados Unidos. Una pre-guerra civil que aparece
bajo las formas de puja entre actores populares que se expresan y distinguen
desde sus referencias étnico-político-sociales como: afroamericanos (Black-Lives-Matter),
hispanoamericanos, mexicanos, angloamericanos, etc.
Que es un modo distinto de cómo se manifestaron las
luchas entre 1961-1973 en una situación similar de crisis mundial, con
referencias a sus pertenencias socio-económicas (clases) y organizaciones
sindicales y a sus líderes propios (ej.: Martin Luther King, Malcolm X,
etc.). Donde además, la oligarquía financiera continentalista/tricontinentalista se
expresaba en y desde el partido republicano y, la gran burguesía industrialista
y el movimiento obrero sindical en el Partido Demócrata.
Por ello, tal vez, la necesidad de los asesinatos
del presidente John Kennedy, de Robert, de Martin Luther King, Malcolm X y
tantos otros por el estado profundo económico-financiero. Hasta que el Partido
demócrata quedó subordinado a la oligarquía financiera Globalista (anglo-holandesa) entre
1991-1994 con los Clinton´s y Obama´s. Y el Partido Republicano bajo control
del estamento de poder profundo de la oligarquía continentalista
norteamericana. Por lo tanto, ambos partidos están bajo control oligárquico
financiero unipolar y enfrentados de modo estratégico, porque la oligarquía
globalista requiere de la negación de lo nacional o desarticulación de las
oligarquías continentales y locales/nacionales para imponer y actuar en sentido
estratégico.
La crisis financiera global que estalla con centro
en Estados Unidos entre septiembre de 2001 y 2008, se transformará en crisis
sistémica entre septiembre de 2019-marzo de 2020 también con centro en Estados
Unidos. Cuando la Oligarquía Financiera Global, transnacionales financieras
globales, no pudo imponer sus condiciones a la nación China, mediante la guerra
financiera (desde las Cities de Londres, Nueva York y Hong Kong), ni
luego mediante la guerra militar irregular (terrorista Otan/Daesh/Isis/etc.) en
Siria, para que luego escalara a China, Rusia e India, en su segundo
movimiento, mediante la sublevación de la población musulmana en cada país.
Entonces, la crisis tomó forma, en 2016-2017 de Brexit golpeando sobre la City
de Londres, de Trump-Presidente golpeando sobre la City de Nueva York y de Tiananmen
II (2019) golpeando sobre la City de Hong Kong, esta última en una doble acción
aparentemente combinada tanto desde Xi Jimping como desde Trump.
En este contexto, emerge la Pandemia Coronavirus
-Covid19- que toma forma de crisis sanitaria mundial. Donde ésta, por un lado,
impide observar el despliegue de la crisis sistémica y, por otro, también
impide observar la crisis energética del petróleo fósil y por carácter
transitivo, también del petróleo y gas de esquisto en Estados Unidos, en
general, controlado por los intereses globalistas de Chevrón y Obama. Todo lo
cual resultará en el fortalecimiento de Rusia y también de
Alemania-Francia-Italia en la UE; también de Irán-Rusia-China; también de
Irán-China-Egipto-Libia-Rusia. Y luego, permite observar el despliegue de la
crisis del petro-dólar como moneda de reserva mundial controlada por el
continentalismo, que deviene en Tricontinentalismo norteamericano desde
1971/73; que en su despliegue, permite que emerja y se consolide una fracción
desde su seno, como oligarquía global hacia 1987/94.
Ésta, desde 2018, viene planteando ya su moneda
global propia, la Libra (de Facebook) como moneda virtual soportada en el
Complejo Estratégico de Inteligencia Artificial -CE/IA- globalista, las GAFAM
(FAAMG en inglés). Claro que el CE/IA está en plena disputa entre los intereses
Globalistas y los del Continentalismo Norteamericano, que desarrolló todos los
antecedentes de las GAFAM desde 1940-2013 y que a partir de 2013-2020 empieza a
ser disputado por la oligarquía globalista.
Ésta controló y desarrolló las GAFAM hasta que
estalló la crisis sistémica en septiembre de 2019. Desde este momento hasta
marzo de 2020, el Continentalismo Norteamericano articulando con Trump en el
gobierno, recuperó posiciones en marzo/abril de 2020, hasta el punto donde
aparecen signos que las GAFAM están en plena situación de disputa entre ambas
fracciones de oligarquía. Esta lucha por el Complejo Estratégico de
Inteligencia Artificial es una muestra de la batalla inter-oligárquica en Estados
Unidos, que se expresa en las luchas callejeras y en los muertos por Covid-19.
Donde el CE-IA del multipolarismo BRICS, es también parte de esta batalla
estratégica en el terreno de la IA, aunque como contradicción externa.
Todo este sistema de intereses y contradicciones es
lo que se manifestará y tiene lugar en la batalla electoral por la presidencia
de los Estados Unidos en noviembre de 2020 o como suceda. Y nos permite abordar
su complejidad y la dinámica de los actores estratégicos en pugna.
El Imperio del Caos
En octubre de 2016, un mes antes de las elecciones
en EEUU escribimos: “Parece que hemos entrado en el Imperio del Caos, entendido
como lo que resulta de la negativa a aceptar el propio declive hegemónico.
Parece que Obama lidió con la decadencia de Estados Unidos, como Gorbachov en
la ex URSS. La pretensión de California, Hawái y Puerto Rico de separarse de la
Unión de Estados (si Trump ganase las elecciones) aparecería
como el modo de plantearse incluso la Perestroika en Occidente.
Ante el posible triunfo electoral de Trump (y
con las derrotas en el Brexit, en Hong-Kong, en Nueva-York, en Siria, Irán,
Libia, etc.), los globalistas que pretenden y necesitan imponer un nuevo
orden en el mundo, con un proyecto del Estado Global que estaría por encima de
las naciones, e incluso por encima de los EEUU, se encuentra en un momento
donde si no pudiese retomar el control de EEUU, por cualquier medio, podría
debilitarse de modo cualitativo. Esto en un contexto de crisis de los actores
transnacionales unipolares financieros, que es el modo como se expresa
principalmente ésta, y de fortalecimiento de los actores nacionales,
articulados en lo multipolar/poliédrico y pluriversal que es el otro modo de
expresarse. Lo cual lleva la crisis por la puja de poder mundial a un alto
nivel de complejidad.
Por ello, el Globalismo Unipolar, para lograr su
cometido, no puede descartar en este contexto un golpe de
estado, la ley marcial para no mencionar la “eliminación física del nuevo
presidente”. Consideramos, en agosto de 2020, que pudimos describir a
grandes rasgos y prever en 2016 lo que en estos cuatro años ha sucedido, pero
aún faltan los meses de mayor tensión. Entonces ¿Qué más podría suceder durante
y qué después de las elecciones de noviembre 2020?
Si los demócratas realmente hubieran tenido la
intención de "ganar" en 2016, Hillary Clinton no era la mejor
candidata y tal vez podríamos llegar a coincidir que fue la peor opción para
disputar contra Trump. El Comité Nacional Demócrata (DNC) manipuló el proceso
primario contra Bernie Sanders, como todos sabemos y hemos ya escrito también,
lo hicieron hace 4 años y lo volvieron a hacer en 2019. La figura de Hillary
fue odiada y no sólo por los conservadores. Aunque todas las encuestas (a
menudo realizadas por los globalistas quienes controlan el partido Demócrata) dijeron
que Clinton ganaría en forma contundente, nunca hubo gran cantidad de
militantes y simpatizantes en los eventos de su campaña. Ella nunca logró mayor
impacto más allá del “aparato” comunicacional. Incluso se podría haber pensado
que todo fue preparado para que perdiera. La retórica de Trump era claramente
anti-globalista y sus llamados a "drenar el pantano" movilizaban y
convocaban a simpatizantes y votantes.
Hay que tomar en cuenta que los globalistas
elaboran estrategias a más largo plazo que los electorales, es decir no piensan
primero en los próximos 4 años de gobierno, esto se deriva luego de definir y
establecer lo estratégico del poder. Para que la fracción del Estado profundo
globalista pensase que Trump se convierta en presidente, tal vez pensó primero
en la “utilidad” de su presidencia como chivo expiatorio del colapso económico
que estaba en desarrollo. Tengamos en cuenta que desde la crisis de 2008, la
´economía de mercado´ de los EEUU (una burbuja observada en la Bolsa de
Valores) solo se ha sostenido a flote a fuerza de la emisión de dinero
sin respaldo, expansión monetaria, realizada por la Reserva Federal -Fed-. La
Fed estimulaba con expansión monetaria -crédito- otorgado a bajas y
decrecientes tasas de interés para que las principales transnacionales
globalistas (GAFAM/FAAMG), lo “invirtieran” en adquisiciones y
re-compra de sus propias acciones. Esta política aumentó el precio de las
acciones de las mega-transnacionales sin cesar y con ello fomentó la centralización de
capital, ingresos y riqueza en muy pocos, y cada vez menos, actores financieros
transnacionales.
Esta burbuja de “dinero de helicóptero”, emisión
sin respaldo, estallaría independientemente de cuánto dinero “fabrique” la
Reserva Federal, estallido que podría ser “usado" para desprestigiar
y debilitar al presidente Trump, según los Globalistas. En medio
del actual confinamiento por Covid-19, están maniobrando para un mayor declive
de una economía estadounidense ya debilitada, por su transnacionalización
global. Las características propias de la Pandemia permiten que la crisis
económica permanezca invisibilizada, en medio de las otras crisis que
estallaron (sanitarias, energética, militar, paramilitar, de moneda de
reserva, etc.) y siguieron estallando en el primer semestre de 2020.
El hecho es que todo empezó con la Crisis Sistémica
de septiembre de 2019[2].
La cual sigue, se profundiza y manifiesta con la Batalla y Crisis por el
control de las Tecnológicas –GAFAN– en marzo/abril 2020. Y todo
parece como si estuvieran preparando al pueblo y la nación norteamericana (y
al mundo) para el colapso que se espera hacer “estallar” antes de las
elecciones de noviembre de 2020. Hasta la fecha, las acciones de GAFAN
han subido un 35%, desde la crisis bursátil que alcanzó su pico mínimo a
mediados de marzo. Las demás empresas que cotizan en la Bolsa de Nueva York
(S&P500) vieron bajar sus acciones. Aunque un nuevo colapso bursátil se
diera, la centralización de capital real en cada vez menos empresas globalistas
transnacionales será un hecho y con ello un mayor control sobre la sociedad y
el mundo entero.
Trump ante todo ha sido un presidente
antiglobalista y ha logrado avanzar en este objetivo general. Su guerra
comercial con China comenzó para obligar a las transnacionales
globalistas (GAFAN+Microsoft), que operan con sus plataformas en
ese país, regresar con sus inversiones a Estados Unidos o salir de China. Pero
los globalistas, recientemente perdieron el control de la City de Hong Kong, en
medio de la “guerra comercial” con Pekín y antes, con el Brexit, la City
financiera de Londres perdió el control sobre la UE y Gran Bretaña. Estos
hechos han debilitado particularmente a las fuerzas globalistas. Y recientemente
se sumó la crisis en la City de Nueva York, cuando a partir del 23 de marzo de
2020 la Reserva Federal (Fed) ya no opera sin control político. Cuando
Trump (como parte de la oligarquía local/nacionalista) incorporó
a la Secretaría del Tesoro (oligarquía continentalista con centro en el
Tea Party y Houston/Dallas) en un frente único para limitar a la Fed
Globalista, para así poder ya no solo influir, sino decidir sobre la expansión
monetaria y también sobre el destino de dichos fondos.
En la misma línea, pero en otro plano, observamos
que la OTAN-Globalista ha perdido mucha de su legitimidad en la Unión
Europea, “legitimidad”/poder que procedía de imponerse como
vencedor en la guerra mundial en 1944-50 e incorporar a Europa occidental
(también a Japón) como parte de su Bipolarismo.
Primero fue Alemania, pero ahora Francia aboga por
una organización militar netamente europea. Mientras Alemania está presionando
para que envíen las tropas fuera de su territorio nacional, Trump mismo ha
manifestado que la OTAN es un costo improductivo y sería mejor que regresen a
EEUU, las tropas y las bases militares. Este es el cuadro previo a las
elecciones y con una agenda globalista de un ´Economic Reset´ (básicamente
la sustitución del dólar por una moneda globalista) programado
originalmente para la tercera semana de enero de 2021 durante el Foro Económico
Mundial, proyecto que ha sufrido contratiempos por lo planteado antes.
Escenarios posibles para las elecciones de 2020
Faltan menos de tres meses para las elecciones
nacionales en los Estados Unidos. Cabe esperar que las mentiras y amenazas
que emanen de ambos partidos aumenten geométricamente a medida que se
acerque la fecha de la votación. Cuando la administración Trump pretendió la
reapertura de la economía, los demócratas se manifestaron contrarios a la
iniciativa e intentaron explotar en su beneficio las crisis y la pandemia. Como
ya señalamos en nuestro artículo anterior[3],
los Black Lives Matter, que operan en nombre de la justicia social, son
conducidos desde la fracción globalista del partido demócrata para generar una
´Revolución de Colores´, con el objetivo de condicionar de modo estructural a
Trump, reduciendo sus capacidades de “maniobra”, iniciativa política y
económica, en lugar de ser un genuino movimiento emancipatorio.
Las autoridades del partido demócrata han propuesto
que las elecciones se realicen por correo local o electrónico, y los
republicanos la rechazaron. Porque esto “desalentaría” y/o bloquearía el voto
en los sectores sociales de la población proclives a votar a Trump. Pero
también por la “posibilidad” de ser tecno-manipuladas, porque
quién controle las capacidades de Inteligencia Artificial / Big-Data
controlará también las elecciones. Trump sabe por experiencia propia
que la posibilidad de “orientar” elecciones es posible, por los servicios
que le “presto” la contratación de Cambridge Analytica para las elecciones de
2016. Ningún partido que resulte perdedor en una elección, no presencial y
directa, aceptará los resultados y los impugnará, y el ganador será “acusado”
de haber hecho trampa.
Los demócratas presionen también para que los votos
se emitan/manejen vía correo local. Por supuesto, tienen una agenda para que
sus partidarios se registren en sus respectivos estados y emitan sus votos en
el buzón del correo local. El problema fundamental es que no existe un sistema
nacional en los Estados Unidos donde registrarse para votar. En Virginia,
por ejemplo, se puede registrar y votar sin ningún contacto humano. El proceso
de registro se puede realizar llenando un formulario en línea, pero no hay
documentos que se presenten que permita certificar la persona, lo que significa
que toda la información puede ser falsa. En la ciudad de Nueva York, en agosto
todavía estaban luchando para contar las papeletas por correo de las primarias
demócratas de junio. En Wisconsin, más de 20.000 papeletas primarias fueron desechadas por
inválidas, etc. Unas elecciones por correo local llevaría meses poder obtener
un resultado final, sin hablar de las apelaciones.
Se puede suponer que habría condiciones para los
debates presenciales entre candidatos, pero éstos expondrían la fragilidad en
la salud mental de Biden de modo estructural. Los demócratas harán, y ya hacen,
todo lo posible para que no haya debates presenciales entre Trump y Biden.
Prefieren que éste solo aparezca ante los grandes medios-plataformas
globalistas, si se pudiera en modo pre-grabado/editado, controlados por los
demócratas, que hacen campaña a su favor.
Trump en cambio está presionando para que haya
múltiples debates presenciales, y en diferentes distritos, incluso plantea que
el primero tiene que ser en agosto. La pandemia constituye una excusa para que
Joe Biden no esté presente en debates, que a la vez revela la debilidad de su candidatura.
Biden, el candidato del Partido Demócrata, padece demencia y al parecer en
etapa cuatro, por lo tanto, lleva a pensar que al igual que hace 4 años también
ahora podría ser la peor opción electoral, al menos para los demócratas. Si
realmente esperan convocar a un amplio espectro de votantes contra Trump.
Por ello, un escenario que se vuelve probable para
los grandes intereses financieros globalistas podría ser aquel donde
el actual presidente continúe en el cargo. Para lo cual deberían poder estar
los “acuerdos” y “condiciones” políticas para realizar elecciones. No hay
tiempo, el acto electoral está planteado institucionalmente para el 3 de
noviembre. Y debería suceder como máximo el tres de enero de 2021, porque de lo
contrario, automáticamente el 20 de enero de 2021[4],
a las 12hs, pasaría la presidencia a manos de la presidenta de la cámara de
representantes, la pro-globalista Nancy Pelosi. Si bien podría ser una de las
opciones de los globalistas, este escenario sería de baja probabilidad porque
Trump y la derecha financiera continentalista en el Partido Republicano no
aceptarían tal salida.
Para que las fuerzas globalistas analicen
“negociar/acordar” con Trump, el escenario donde “faciliten” que éste gobierne
por otros cuatro años, deben “crearse” condiciones para debilitar las opciones
de Biden. Este escenario tiene ya sus antecedentes, desde el momento en que
facilitaron que este se “impusiera” sobre Sanders, utilizando una serie de
maniobras y “alquimias” propias del sistema electoral indirecto de Estados
Unidos. Por el cual lo dejaron fuera de carrera, cuando era el más probable
vencedor en una situación de “normalidad” mínima. El triunfo de Biden en las
internas/primarias demócratas, reveló a alguien que ya tenía la fragilidad de
salud mental y, además, que ya estaba expuesto a los “negociados” en Ucrania,
lo cual permitiría suponer que impusieron a un candidato frágil y probable
“perdedor”. Con un acuerdo entre las fuerzas del estado profundo es “posible”
realizar unas elecciones electrónicas cuyo resultado a priori esté acordado.
En esta dirección Kissinger[5] ya
planteó, en abril de 2020, el escenario de “unidad” a ser aceptado y construido
entre las tres grandes fracciones oligárquicas presentes en Estados Unidos. Una
realidad institucional, en el marco de la cual debería producirse el acto
electoral y, a la vez, garantizarse que ganen ambos: Trump la presidencia y las
tres fracciones financieras constituyendo el bloque de poder de gobierno, con
sus contradicciones en posición secundaria respecto del oponente principal a
acordar: China y el multipolarismo BRICS.
Como ya hemos descripto en la Guerra de Big
Data y el ´Muro Tecnológico´[6],
el proceso de desconexión de China se ha puesto ya en marcha, desconexión que
hace años ya recomendó Samir Amín en China a los dirigentes políticos, como
único modo de transición hacia un socialismo democrático. Solo un nuevo bloque
de poder financiero en unidad, tiene chances frente a la opción de ceder ante
el avance de la China Multipolar que suma a la Rusia (Putin), la India (Modi),
más África, Oriente Medio y Sudamérica. Además de una relación que se
desarrolla con Alemania y la UE.
Retomando, sin el acuerdo de cúpulas consolidado,
los resultados electorales en EEUU jamás podrán ser “aceptados” ni por uno ni
por otro partido. Pero independientemente del acuerdo de cúpulas, recordemos
que el otro escenario que avanza es aquel del descontento civil, con múltiples
focos activos de protesta y con manifestaciones violentas en las calles que han
desencadenado el ´caos´, organizado desde arriba y por fuera de lo popular.
Esta “violencia social” conducida desde arriba (oligarquías globalistas
demócratas), tal vez fuera el prerrequisito para que se lograsen forzar
“acuerdos” entre las fracciones oligárquicas financieras en Estados Unidos. Y
hayan sido un factor necesario para negociar unas elecciones digitales, bajo el
acuerdo que concluya confirmando a Trump en el cargo por cuatro años más. Es
decir, un escenario donde es acusado por el electorado demócrata de usurpar el
proceso electoral pero sostenido por un acuerdo oligárquico de cúpulas entre
las tres oligarquías financieras en Estados Unidos y su poder
político-comunicacional-militar. El resultado con Trump ´reelecto´
públicamente, sin ninguna duda sería considerado el peor resultado posible para
el caos en las calles. Pero, observando la coyuntura, bien podría ser el único
resultado favorable para el núcleo de poder-profundo globalista (el
Deep State Democrata).
Si hubiera conducción desde las bases y sin acuerdo
de cúpulas, la lucha social podría adquirir un carácter más radical contra las
elites en el poder, pero con la mitad de la población dividida en varios bandos
este escenario pierde fuerza. Si, en cambio, hubiera una fracción de la
oligarquía financiera que quedara fuera del acuerdo de cúpulas, sea cual fuese,
esta situación incluso podría avanzar a una probable "guerra civil".
Todo esto en la medida que se profundice la lucha por la Casa Blanca y no se
incluyan a todos los intereses en juego en un determinado bloque de gobierno y
participación en la riqueza.
Esto es más que probable en caso que no haya
“acuerdos inclusivos” previos o posteriores. Estados como California, y otros,
pueden declararse independientes y hasta puede que Estados Unidos se precipite
en una crisis de desintegración nacional desde los estados federales, lo cual
sería el más desfavorable de los escenarios no solo para las fuerzas
globalistas, sino para el conjunto de las fracciones de oligarquías financieras
en Estados Unidos.
Todos tenemos presentes que el objetivo estratégico
de los actores e intereses financieros globalistas es precisamente: borrar la
soberanía de las naciones, incluso la de Estados Unidos en general. Pero
en este momento, su prioridad es conformar un frente oligárquico común en
Estados Unidos desde donde confrontar, primero que todo con China, imponiendo
un ´Muro Tecnológico´, para frenar y paralizar al multipolarismo-poliédrico
BRICS, económico-cultural estratégico. Ésta sería la plataforma también para
convocar/forzar un re-alineamiento subordinado de la Unión Europea
(Alemania-Francia-Italia) y del Asia Pacifico (Japón-Corea del Sur-Indonesia),
que están cada vez más cerca de realizar acuerdos con el multipolarismo BRICS.
La perspectiva poselectoral
La batuta de este juego poselectoral, sin embargo,
pareciera no estar aun en manos de la élite del Estado-Profundo-Globalista en
el Partido Demócrata, sino en manos de la elite del
Estado-Profundo-Continentalista Republicano, elites financieras
continentalistas que ya articulan con los intereses del nacionalismo
oligárquico (oligarquía local de mercado interno) que rodea y
se expresa con Trump.
Si estos últimos dos (Nacionalismo y
Continentalismo) exigen o afirman soluciones alternativas, como
persistir en la lucha contra los globalistas (luchar por el retorno de
las inversiones de los Big Five y otras más a EE.UU.) y la seguridad
basada en un enfoque multipolar; con el espacio de dialogo internacional
abierto con las naciones del mundo multipolar (Pekín/Moscú/etc.) como aliados
de coyuntura en el consejo de seguridad de la ONU (la reunión de los 5).
Entonces existiría la posibilidad de otro escenario, donde éstos puedan evitar
que los globalistas tomen el control del gobierno, con su excluyente proyecto
de ´Economic Reset´ para un mundo global más allá de las naciones y de los
ciudadanos en el mundo , convertidos en los ´Siervos de la Tierra del siglo
XXI´[7].
Pero también es de tener cuidado un escenario donde
el continentalismo financiero norteamericano pueda conducir el bloque
oligárquico, logrando subordinar al globalismo y al Trump-ismo (nacionalismo
oligárquico), forzando el escenario mundial en términos de confrontaciones
militares de envergadura el escenario planteado por Kissinger. Si
se orienta hacia una política solo articulando con el continentalismo
norteamericano, para derrotar a los globalistas en el partido demócrata,
entonces es probable que puedan en la batalla contra el globalismo debilitarlo
pero fortaleciendo al continentalismo financiero norteamericano.
Este escenario fortalecería la estrategia de
imponer un nuevo bipolarismo mundial hacia ´Otro Siglo Americano´, escenario de
baja probabilidad. Donde en el mejor de los casos nos deslizaríamos hacia un
mundo nuevamente partido en dos, en un bipolarismo con guerra fría entre Oeste
y Este. Este bipolarismo militarista tiene probabilidades reducidas
de imponerse pero no nulas y puede desembocar en un escenario catastrófico.
Pues, para que avance tiene que poder forzar confrontaciones militaristas y
polarizaciones ideológicos-culturares donde se instale el eje Fascismo-Antifascismo.
De darse, este sería el peor escenario para los Pueblos, las Naciones y la
Humanidad.
Como ya hemos planteado en otros artículos, la
prioridad en este contexto es lograr que la paz asegure que el terreno de
política sea el escenario donde se deban resolver las diferencias, para que la
política presencial sea el terreno donde se deciden y definen las diferencias
de intereses y proyectos. No olvidemos que en este momento del desarrollo de
todas las capacidades de destrucción masiva, estamos a un paso de que una
confrontación militar nos lleve a la destrucción de la Humanidad y de la Vida
en el planeta Tierra.
La salida más sensata, pero no garantizada,
pareciera ser caminar hacia un nuevo orden mundial de Paz, realmente inclusivo
de naciones unidas, con todas las regiones, multipolar y pluriversal en
un mundo que reduce a un mínimo posible el espacio para la guerra. La paz
mundial tiene también su “precio” cuando China y Rusia deberían ser solidarios
y ayudar incluso a Estados Unidos a salir de su crisis civilizatoria y ya no
solo económica. Incluso convocando a Estados Unidos a formar parte del
multipolarismo pluriversal. En este escenario Trump y Sanders, la economía
real, el Estado, las empresas nacionales norteamericanas y los que viven de su
trabajo (ocupados y desocupados) de todos los orígenes étnicos-religiosos son
los actores principales.
12-08-2020
Bibliografía
Walter Formento y Wim Dierckxsens, Elecciones
en EE.UU.: Hillary vs Trump, www.mariwim.info, 5 de noviembre de 2016.
Wim Dierckxsens y Walter Formento, Ante qué
coyuntura nos encontramos, www.mariwim.info,
25 de noviembre de 2016.
Brandon Smith, Elección 2020: el peor de los casos
es el más probable,
www.Alt-Market.com , 23 de julio de 2020.
James Bovard, ¿Hacemos que Estados Unidos
sea Constitucional otra vez? Zero Hedge, 31 de julio de 2020
Philip Giraldi, El fraude electoral es
real: el sistema electoral es vulnerable, Fundación Culture
Estratégica, 6 de agosto de 2020
Ben Wilson, 1000 de las papeletas de correo
una vez que se consideren inválidas ahora ordenadas para ser contadas en
NYC, www.SaraACarter.com,
6 de agosto de 220
[1]https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/02/160220_reino_unido_referendo_ue_importancia_decision_wbm
[2] Perestroika: De la caída Soviética a la de
Washington - 1989-2020, Wim Dierckxsens, Walter Formento, 18/10/2019. https://www.alainet.org/es/articulo/202728
[3] ¿Revolución de Colores en Estados Unidos?,
Wim Dierckxsens y Walter Formento, 21/07/2020. https://www.alainet.org/es/articulo/208002
[4] https://cnnespanol.cnn.com/2020/07/31/por-que-trump-no-tiene-autoridad-para-retrasar-la-eleccion-presidencial/
[5] Pandemia de crisis y coronavirus: Crisis de
las transnacionales y el retorno de los Estados nacionales, Wim Dierckxsens,
Walter Formento, 21/04/2020. https://www.alainet.org/es/articulo/206048
[6] Nueva guerra fría y muro tecnológico,
inteligencia artificial, big data, Wim Dierckxsens, Walter Formento,
31/07/2020. https://www.alainet.org/es/articulo/208207
[7] Esta descripción remite a que los pueblos
pueden quedar relegados a ser solo realidad en su terruño pero quedarían
excluidos de y reducidos a participar de los espacios públicos de decisión
política incluso de los espacios indirectos a los cuales ya los relegó el
sistema representativo formal. Asociándolo a la historia de los seres humanos
durante el feudalismo reducidos a ser solo siervos atados a la tierra y
vendidos con ella, como los instrumentos de labranza y el ganado, del señor
feudal que los tenía en propiedad, como ´animales parlantes´.
https://www.alainet.org/es/articulo/208433
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