Nota Introductoria.
Los tiempos actuales nos sugieren, apremiantemente, aplicar la teoría a los hechos concretos de la realidad concreta, que es lo mismo que asentar bien las ideas y los pies en la materia. Va este breve ofrecimiento.
I. La Lucha Legal.
Desde que los trabajadores asaetados por el interés de clase se vieron exigidos por la necesidad de organizarse en gremios sindicales para la defensa de sus salarios como de las mejores condiciones de trabajo frente al capital, comprador de su fuerza de trabajo, aquel interés de clase se expresó dentro del sistema dominante como derechos del trabajo, pues obedecía a los límites que las condiciones de su explotación le ponía dentro de la legalidad y la Constitución de un Estado liberal, de clase. Así, la fuerza de las organizaciones obreras se hizo rápidamente universal allí donde el capital depositaba la explotación del trabajo y su democracia farisea. Fue así, que al calor del poder del Capital germinó un contralor arbitral o neutral internacional del interés de clase: la OIT (Organización internacional del Trabajo), abrevadero hoy de las legislaciones laborales particulares de los estados bajo los dominios del poder del capital.
En el Perú es por todos conocidos el Ministerio de Trabajo, un pequeño intendente neutral dependiente de su central mayor, la OIT. Su legislación se inspira en aquellos principios conciliatorios de su central mayor. Todo él está determinado hasta en sus mínimos detalles de legalidad, por la patronal y sus concesiones a las masas trabajadoras, que en largas jornadas de lucha conquistaron a sangre y fuego sus reivindicaciones inmediatas, para luego pasar estas conquistas, a una legislación laboral en forma de ley o Derecho del Trabajo, que hasta cátedra tiene hoy en las universidades. Pero al menor pestañeo y aburguesamiento del estado mayor de los trabajadores, son rápidamente abolidos por la patronal. Esto son los confines absolutos de la Lucha Legal del Trabajo contra el Capital en un escenario económico político social como el nuestro, que se desenvuelve dentro de un capitalismo marginal, dependiente del capital transnacional. Y guiándonos siempre por el “Camino de Mariátegui para el Resurgimiento del Perú”, veremos que concluida la colonización española por la independencia del Perú, la economía nacional continua como hasta hoy siendo una economía colonial.
La lucha legal y el interés de clase de las masas trabajadoras, tiene sus límites al asomarse en el horizonte político del Cambio Social la lucha por la Liberación de la Fuerzas Productivas. Y cuando esto sucede, la lucha legal de aliento medido, decae; sino recordemos las enseñanzas del Amauta JCM cuando al referirse a la sola lucha por el aumento de sueldos y salarios ya lo calificaba como propio de una “moral sanchopancesca”, que lo incapacita para la conquista de un alto ideal. En nuestro medio hay más de un título rimbombante de centrales de trabajadores que hacen gala de su “moral sanchopancesca”, que de tiempo en tiempo disimula su esterilidad interviniendo en movilizaciones masivas, sin un ánimo de combatiente real.
Hasta aquí, lucha legal y el interés de clase como comienzo o germen de la conciencia de clase, que hace su recorrido propio valiéndose del camino democrático burgués de la: LUCHA ELECTORAL. Es este otro terreno, eminentemente político social; y aquí se ve la ascensión del proletariado en su misión de clase como la redención social del trabajo. Como continuidad superior de la lucha legal, la lucha electoral tiene un trato aparte.
Héctor Félix D.
27.10.20
COLECTIVO PERÚ INTEGRAL
27 de octubre del 2020
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