Fuentes: Asia Times
Por Pepe Escobar | 13/10/2020 | Mundo
«Si Joe Biden gana, el peligro que la guerra fría se convierta en guerra caliente se reducirá drásticamente»
Todo lo relacionado con China depende del resultado de las próximas elecciones presidenciales. La apuesta de Trump 2.0 es impulsar básicamente el “desacoplamiento”¿ Su objetivo? Empobrecer a la «maligna» China con una guerra híbrida múltiple que socave el superávit comercial chino y coopte grandes sectores de Asia.
El equipo Biden, aunque no desea caer en la trampa de una nueva Guerra Fría (según el programa oficial de Demócrata), sería sólo un poco menos categórico. Su programa declara que «salvará orden internacional basado en las reglas» , pero mantendrá las sanciones promulgadas por Trump.
Muy pocos analistas chinos están mejor situados para estudiar el tablero geopolítico y geoeconómico que Lanxin Xiang: experto en las relaciones entre China, Estados Unidos y Europa, profesor de Historia y Relaciones Internacionales en el IHEID de Ginebra y director del Centro de Estudios de Un Cinturón, Una Carretera en Shanghai.
Xiang obtuvo su doctorado la Johns Hopkins, y es tan respetado en los EEUU como en China. Durante un reciente seminario vía Internet, expuso un análisis que Occidente tiende a ignorar.
Xiang se se centró en la administración Trump para definir un objetivo él califica de «arriesgado, peligroso y altamente ideológico». No por Trump –que «no está interesado en cuestiones ideológicas»– sino por el hecho que la «política de China ha sido secuestrada por los partidarios de la guerra fría que pretenden cambiar el régimen chino»
Xiang explora la razones de la actual situación: «Cometimos un gran error en los últimos 40 años. Desde el acuerdo con Nixon los chinos quisimos leer de nuevo la Historia. Quisimos negar toda la historia de las relaciones entre EEUU y China. Esto ha creado incertidumbre estratégica y nos ha conducido a errores de cálculo.»
Para agravar el problema, Xiang teme que a China «le falta de estrategia general. Los chinos no están realmente seguros de lo que EEUU quiere hacer, porque su actual política va más allá de la mera contención”. Xiang la define como «una estrategia muy bien pensada por George Kennan, el padre de la Guerra Fría. En toda esta política hay un patrón occidentalista contra las culturas no caucásicas». Esta política es muy peligrosa. Es un refrito de Samuel Huntington, y deja muy poco espacio para el compromiso. En pocas palabras, esta es la «forma americana de tropezar con una nueva Guerra Fría».
¿Una sorpresa “de octubre”?
Todo lo anterior se conecta con la preocupación de Xiang sobre una posible sorpresa de Octubre: «Probablemente podría ser sobre Taiwán. O un conflicto limitado en el Mar de la China Meridional. Los militares chinos están muy preocupados. La Sorpresa de Octubre como conflicto militar no es impensable, porque Trump puede querer una presidencia en guerra».
Para Xiang, «si Joe Biden gana, el peligro que una Guerra Fría se convierta en Guerra Caliente se reducirá drásticamente. Hay cambios en el consenso bipartidista en Washington. Históricamente, a los republicanos no les ha importado la cuestión de “los derechos humanos y la ideología”. Los chinos siempre prefirieron tratar con los republicanos. Le era difícil tratar con los Demócratas por cuestiones ideológicas. Ahora la situación se ha invertido”.
Xiang cuenta que personalmente invitó a un alto consejero de Biden a Beijing: “Es muy pragmático. No demasiado ideológico». Pero en caso de un posible segundo gobierno de Trump también todo puede cambiar: «Mi corazonada es que estará totalmente relajado, incluso podría revertir la política ante China. No me sorprendería. Volvería a ser “amigo” de Xi Jinping».
Tal como está, el problema es que «el Encargado de las Relaciones Internacionales se comporta como un propagandista ideologizado , que se aprovecha de un presidente errático».
Por esto Xiang no descarta una invasión de Taiwán por tropas chinas. Analiza el siguiente escenario: “Si gobierno taiwanés anuncia: somos independientes, justo en el momento de una visita del Secretario de Estado estadounidense, esta declaración provocaría una acción militar limitada, que podría convertirse en una escalada. Hay que recordar Sarajevo. Esto me preocupa muchísimo. Si Taiwán declara la independencia, el Ejército chino invadirá la isla en menos de 24 horas”.
Beijing calcula mal
A diferencia de la mayoría de los estudiosos chinos, Xiang es refrescantemente franco hablando sobre los defectos de Beijing: «Varias cosas deberían haber sido mejor controladas. Los chinos no deberíamos haber abandonado el consejo original de Deng Xiaoping. China debería esperar su momento y mantener un perfil bajo. Deng, había establecido un plazo para este cambio, al menos 50 años.»
El problema es que «la velocidad del desarrollo económico de China condujo a cálculos precipitados y prematuros. Y a una estrategia no bien pensada. La diplomacia del «guerrero lobo» pareció una postura extremadamente asertiva. Pero China comenzó a molestar tempranamente a los EE.UU. –e incluso a los europeos. Eso fue un error de cálculo geoestratégico.» Para Xiang «la sobre-extensión del poder chino geopolítico y geoeconómico es un problema”. Le gusta citar a Paul Kennedy: «Cualquier gran superpotencia, si se sobre-extiende, se vuelve vulnerable».
Xiang llega a afirmar que BRI –la Iniciativa del Cinturón y la Carretera- (Nuevas Rutas de la Seda), cuyo concepto elogia con entusiasmo, puede estar sobrecargada: «Pensaron que era un proyecto puramente económico. ¿Pero calcularon su alcance global tan amplio?»
Entonces, ¿la BRI es un caso de sobrecarga o una fuente de desestabilización? Xiang cree que «los chinos nunca se han interesado por las políticas internas de otros países. No estamos interesados en exportar un modelo. Los chinos no tienen un modelo maduro, con una estructura definitiva . A menos que hablamos de la exportación de la cultura tradicional china».
El problema, una vez más, es que China pensó que era posible «colarse en áreas geográficas a las que los EEUU no le prestaban demasiada atención, sin provocar necesariamente un revés geopolítico (África, Asia Central). Pero esa política fue ingenua».
A Xiang le gusta recordar; «el modelo de inversión en infraestructura fue inventado por los europeos. Los ferrocarriles. El Transiberiano. Los canales, como en Panamá. Detrás de estos proyectos siempre hubo una competencia colonial. Nosotros estamos desarrollando proyectos similares sin colonialismo». Aún así, «Los planificadores chinos enterraron su cabeza en la arena. Nunca usan la palabra geopolítica. Así que entre los políticos chinos se cuenta la broma: Puede que no te guste la geopolítica, pero a la geopolítica le gustas tú».
Preguntar a Confucio
El aspecto concluyente de la «situación post-pandémica», según Xiang, es olvidarse del lobo guerrero. “China puede ser capaz de reiniciar la economía antes que nadie. Desarrollar una vacuna que funcione realmente. China no debería politizarla. Sobre la vacuna debe mostrar que cultiva valores universales. Debe mostrar en la práctica el multilateralismo ayudando a todo el mundo. Así, sin lugar a dudas , mejorará su imagen».
En cuanto a la política interna, Xiang es categórico, «durante la última década, el asunto de las minorías, se ha ido estrechando hasta un punto que no ayuda a la imagen de China como potencia mundial». En una reciente encuesta en occidente industrializado «las opiniones favorables incluyen sólo dos países asiáticos: Japón y Corea del Sur”.
La principal tesis de Xiang es que «la legitimidad en la tradición china de la filosofía política es una cuestión dinámica. Trasladar los valores políticos occidentales al sistema chino no funciona».
Sin embargo, Xiang subraya , «el gobierno chino se enfrentó a una crisis de legitimidad». Con esta afirmación se refiere a la campaña anticorrupción de los últimos cuatro años: «La corrupción oficial –que es un efecto secundario del desarrollo económico- sacó a relucir el lado malo del sistema. El gran prestigio de Xi Jinping es que entendió que no podíamos permitirlo que la corrupción continuara. Si hubiese seguido el PCCh habría perdido legitimidad.»
En China dice Xiang “Desde Confucio, la legitimidad se basa en el concepto de moralidad. Los comunistas no pueden escapar a esta lógica. Nadie antes de Xi Jinping se atrevió a enfrentar la corrupción. El tuvo las agallas para erradicarla. Arrestó a cientos de generales corruptos. Algunos intentaron dar un par de golpes de estado».
Al mismo tiempo, Xiang está contra del «endurecimiento de la atmósfera en la libertad de expresión”. Menciona el ejemplo de Singapur, “Es sistema autoritario ilustrado. Singapur es una pequeña ciudad-estado, como Hong Kong. Imitaron el sistema legal británico y funciona muy bien para una nación de ese tamaño». Xiang cita a Aristóteles: «La democracia nunca puede funcionar en países muy grandes. En las ciudades-estado, sí.»
Armado con Aristóteles Xiang analiza Hong Kong: «Hong Kong tenía un estado de derecho –pero nunca una democracia. El gobierno era nombrado directamente por Londres. Así es como Hong Kong funcionó realmente –como un dínamo económico. Los economistas neoliberales consideran a Hong Kong como un modelo. Es un sistema político para los millonarios y los comerciantes. Aunque el gobierno colonial no gobernó de manera autoritaria nunca hubo democracia. Era el paraíso de “la economía de mercado”. Hong Kong fue gobernado por el Jockey Club, HSBC, Jardine Matheson, con el gobierno colonial como coordinador. Nunca se preocuparon por la gente común».
Xiang señala que «el hombre más rico de Hong Kong todavía paga sólo el 15% del impuesto sobre la renta. China quiso mantener ese patrón, con un gobierno colonial nombrado por Pekín: mantener la política de los magnates. Pero ahora hay una nueva generación. Gente nacida después del acuerdo con el Reino Unido, ciudadanos que no sabe nada de la historia colonial. La élite china que gobierna desde 1997 no prestó atención a los ciudadanos y descuidó a la generación más joven. Durante todo un año los chinos no hicieron nada. Entonces, el orden se derrumbó. Esta es la razón por la que los chinos continentales decidieron intervenir. De eso se trata la nueva ley de seguridad«.
¿Y qué hay Rusia, el otro actor maligno favorito de occidente ?
Responde Xiang: «Hasta hace unos seis meses Rusia y China preferían que ganara un Trump que no provocara más guerra. La Guerra Fría fue un gran triángulo estratégico. Después de que Nixon fue a China, los Estados Unidos se sentaron en el medio y se dedicaron a manipular a Moscú y a Pekín. Ahora todo ha cambiado. China y Rusia tienen acuerdos estratégicos».
Fuente: https://observatoriocrisis.com/2020/10/10/los-limites-del-poder-de-china/
https://rebelion.org/los-limites-del-poder-de-china/
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