martes, 17 de noviembre de 2020

ESTALLIDO POLÍTICO

 


Escribe: Milcíades Ruiz

El estallido juvenil contra lo que venía sucediendo en la esfera política de los mayores, ha sido un desborde social espontáneo, aunque posiciones interesadas lo han interpretado a su gusto y conveniencia. El pueblo despertó dicen algunos, pero la verdad es que esta movilización no ha sido convocada por las organizaciones, populares, ni por los gremios de trabajadores y menos por los partidos políticos supuestamente representativos de la sociedad.

Por el contrario, cuando los politiqueros se subieron al carro del movimiento para sacar provecho, fueron rechazados por los jóvenes, teniendo que desembarcarse vergonzosamente. Como todo exabrupto social, es de naturaleza temporal sin haber sido proyectado con fundamento político sostenible. Por eso vemos actuando juntos a actores derechistas e izquierdistas, alentándola para llevar agua a sus molinos.

Se trata de un producto procesal generado por la propia dinámica política. Si algo sale mal en lo que estamos haciendo, es porque hay una falla. Si no la corregimos, puede llegar el momento en que ocasione problemas. En este caso, las fallas políticas persistentes, sin corregir, hicieron saltar los ánimos de los jóvenes, que es el sector social más emotivo e intransigente. Las malas prácticas políticas generaron repudio e impaciencia.

El desprestigio del Congreso de la República, llegó a un punto en que se hizo insoportable para los jóvenes tras la decisión de vacar al presidente. Pero no es un movimiento vizcarrista, ni de defensa del corrupto. Es un movimiento de repudio a los políticos inescrupulosos enquistados en los mandos del país. No están luchando contra el neoliberalismo, ni por el cambio de constitución, como intentamos influir. Nuestra visión, no es la que ellos manejan.

Tampoco se podría decir que la muerte de dos jóvenes en el enfrentamiento con la policía, ha sido por defender la democracia, pues precisamente se han movilizado en repudio a ella, desnaturalizada por la mafia política. Con harta hipocresía se utiliza políticamente a los muertos. Nunca hicieron esto en defensa de los numerosos campesinos muertos a balazos policiales, ni de los sobrevivientes perseguidos por la represión judicial, tan solo por defender su hábitat.

No es honrado dar a los hechos una connotación que no la tienen, y peor, si es con alguna intención soterrada. Tampoco apropiarse de méritos ajenos. La renuncia de Merino deja sin bandera a quienes le pusieron la puntería. Ahora lo reemplaza otro de la misma madriguera, pero la figura política y jurídica sigue siendo la misma. ¿O es que ahora, la vacancia sí, es constitucional y, ya no es, golpe de estado? La podredumbre sigue intacta. Merino es solo chivo expiatorio, ofrecido miserablemente por sus propios mentores.

De nada habrá servido el sacrificio de los jóvenes si pasado el momento crítico, todo sigue igual. Todo quedaría reducido a una victoria pírrica, de haber logrado la renuncia de Merino y nada más. Si las mafias políticas se han apoderado del poder es por el sistema político. Si esto no se cambia, seguiremos en las mismas. La calidad política de los órganos de gobierno, depende del sistema político. No se trata de simples reformas de apariencia, sino de un nuevo sistema que garantice la real representatividad democrática.

Que los políticos no se hagan los vivos queriendo sacar provecho de la gesta juvenil, como buitres carroñeros. La protesta deja mal parados a los partidos políticos, porque no se necesita de ellos para manifestarse públicamente. Quedan como organismos en desuso. Los colectivos tienen mayor convocatoria que los partidos políticos. Este, es un detalle que debe llamar a la reflexión y cambiar el viejo estilo de nuestro sistema político.

Ni la OEA ni los organismos internacionales manejados por EE UU intervienen cuando los sucesos son a favor del imperialismo. Ellos temían que el desborde conduzca a un gobierno popular como Venezuela y Bolivia. Por eso también enfilaron contra Merino y se aprestaban a intervenir para asegurar que las próximas elecciones no se les vaya de las manos. Pero ahora cambian de proceder porque el nuevo presidente es del partido morado, cuyo dueño es pro norteamericano.

No nos engañemos ni nos apasionemos con espejismos pasajeros. Lo que sí deberíamos agradecer a los jóvenes rebeldes, es haber demostrado que una movilización popular masiva y prolongada puede obtener triunfos en su lucha por el mejoramiento social. Esta es la principal conclusión que debería ser tomada en cuenta por las organizaciones populares en sus estrategias de lucha. Si así lo hiciera por una nueva constitución que responda a sus intereses, sería excelente.

La protesta quedaría en nada, si no se cambia el sistema político. La ley de partidos políticos, la ley electoral y todo el paquete normativo de la democracia fraudulenta, debería ser cambiado para lograr una democracia más auténtica. Esta demanda debería tener prioridad como paso previo a participar en la formulación de una nueva constitución. Primero hay que eliminar las trabas electorales que impiden el acceso al poder, a las fuerzas populares. Si no luchamos por este cambio, seguiremos lamentando lo de siempre.

¿Qué pasará ahora que el movimiento se esfumó? No deberíamos dejar que solo sea un recuerdo. Nos corresponde dar continuidad a la protesta, darle sostenibilidad para reforzar la lucha popular. Salvo mejor parecer.

Noviembre 17/2020

Otra información en https://republicaequitativa.wordpress.com/

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario