¿Se puede saber dónde estás? ¡Estamos buscándote por todas partes! Tienes que poner manos a la obra. El tiempo apremia, el coloso con pies de barro se desmorona, pero no terminará de caer si no lo hacemos caer. Organizarnos y organizar es la tarea de momento. Sin organización no estaremos preparados para cuando llegue el momento decisivo. La familia, célula biológica de un nuevo orden humano, no está al margen de ese proceso. Organizar y preparar la familia para los grandes cambios en curso es tarea muy actual.
Existen entre nosotros algunas discrepancias formales, algunas diferencias psicológicas. Es absolutamente natural, ¡no somos clones! Pero por encima de lo que los diferencia, todos estos espíritus ponen lo que los aproxima y mancomuna: su voluntad de crear un Perú nuevo dentro del mundo nuevo.[1] Solidaridad, trabajo, libertad, democracia, ese es el mejor regalo para las generaciones que nos siguen.
¿ESCUCHARON?
Es el sonido de su mundo derrumbándose.
Es
el del nuestro resurgiendo.
El día que fue el
día, era noche.
Y noche será el día
que será el día.[2]
Una era da sus primeros pasos sobre los escombros de la que ya fue.
Es la era de la luz.
Es la era de la singularidad en la universalidad.
Es la era humanamente natural y naturalmente humana.
Es la era del hombre total.
Con la magia de los constructores del futuro se va el 2012. Y con esa misma magia construiremos el 2013. ¡Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo! Son los sinceros deseos de José Bernardi Aranibar, Rosa Basili, Juan Aguilar Quispe, Martín Parodi Vásquez, Artidoro Velapatiño Castilla, Frederic O’Brien Berengel, Ada Luz Picardo Silva, Jesús Gavilán, Ramón García Rodríguez, Gustavo Pérez Hinojoza, Manuel Velásquez Rangel, Antonio Rengifo Balarezo, Jorge Salinas Cerreño, Mariano Cormilluni, Odilón Farfán Anaya, Edgar Bolaños Marín.
Tacna, 24 diciembre 2012
TacnaComunitaria
DIVAGACIONES DE NAVIDAD1
I
La humanidad, que tan rápidamente se internacionaliza, no tiene todavía un día de fiesta universal, ecuménica. Navidad es una fiesta del mundo cristiano, del mundo occidental. El Año Nuevo es una fiesta de los pueblos que usan el calendario gregoriano. A medida que la vinculación internacional de los hombres se acentúa, el calendario gregoriano extiende su imperio. Aumenta, en cada nueva jornada, el número de hombres que coinciden en la celebración del primer día del año. El Año Nuevo, por ende, parece destinado a universalizarse. Pero el Año Nuevo carece de contenido espiritual. Es una fiesta sin símbolo, una fiesta del calendario, una fiesta nacida de la necesidad de medir el tiempo. Es una efemérides anónima. No es una efemérides cristiana como Navidad.
Navidad es festejada como una efemérides cristiana. Mas, en Europa y en Estados Unidos, su sentido y su significado se han renovado y ensanchado gradualmente. Hoy Navidad es, sobre todo para los europeos, la fiesta de la familia, la fiesta del hogar, la fiesta del home.2 Es la fiesta de los niños, entre otras cosas, porque en los niños se renueva, se prolonga y retoña la familia. Navidad ha adquirido, entre los europeos, una importancia sentimental, extra-religiosa. Creyentes y no creyentes celebran Navidad.
Navidad, por eso, tiene en Europa mucha más trascendencia y vitalidad que las fiestas nacionales. Las fiestas nacionales son sustancialmente fiestas políticas, de suerte que están reservadas casi exclusivamente a una celebración oficial. No suscitan entusiasmo sino entre los parciales, entre los prosélitos del hecho político, de la fecha política que conmemoran. En Francia, por ejemplo, el 14 de julio no apasionó casi sino a los funcionarios de la Tercera República. La izquierda —el socialismo y el comunismo— no se asocia a los festejos oficiales. La extrema derecha —nobles y camelots du roi3— consideran el 14 de julio como un día de duelo. En Italia, el 20 de setiembre tiene una resonancia social más limitada todavía. Dos partidos de masas; el socialista y el popular, no se asocian a la conmemoración de la toma de la Ciudad Eterna. Los socialistas miran el 20 de setiembre como; una fiesta de la burguesía. Y el Partido Popular es un partido católico que debe mostrarse fiel al Vaticano. En Alemania el aniversario de la revolución es más popular, porque la revolución cuenta con la solidaridad de todos los adherentes a la República y de todos los adversarios de la monarquía. Los demócratas, los católicos, los socialistas y los comunistas se sienten, por diversas razones, más o menos solidarizados con el 9 de noviembre.
II
En tanto, Navidad es en Europa una fiesta a la cuál se asocian los hombres de todas las creencias y de todos los partidos.
La costumbre establece que la Cena de Navidad reúna, sin que falte uno solo, a cada familia. Los empleados y obreros que tienen a sus familias en pueblos lejanos, se ponen en viaje anticipadamente para arribar a sus hogares antes de la noche de Navidad.
Las sesiones de las cámaras se clausuran con la debida oportunidad para que los diputados puedan estar en sus pueblos el 24 de diciembre. La facilidad de los transportes permite, a todos los viajeros, estas vacaciones.
Los ausentes forzosos telegrafían o telefonean en la noche del veinticuatro, a sus casas distantes, para que la familia los sienta espiritualmente presentes.
Navidad por su carácter, no es, consiguientemente, una fiesta de la calle sino una fiesta íntima. Navidad se festeja en el hogar. El veinticuatro de diciembre, los bazares y las tiendas rebozan de compradores. Todo el mundo se provee de golosinas y de juguetes para sus niños. Los escaparates aladinescos, pletóricos, resplandecientes; los nacimientos, los árboles de Navidad y los viejos Noel cargados de bombones; la muchedumbre que hace sus compras; los hoteles y los restaurantes de lujo que se engalanan para la cena de nochebuena; he ahí los únicos aspectos callejeros de Navidad. Navidad es una fiesta hogareña, familiar, doméstica. Los que no tienen nido, los que carecen de familia se reúnen y se divierten entre ellos. Forman las clientelas de las cenas de los restaurantes y de los cabarets. Y de los niños sin hogar se ocupa la generosidad de los espíritus filantrópicos. Abundan instituciones que regalan juguetes, trajes y dulces a los huérfanos.
En Francia, Noel, la nuit de Noel4, tiene un eco popular enorme. El reveillon5, es uno de los grandes acontecimientos del año en la vida íntima francesa. Los niños colocan sus zapatos en la ventana en la noche de Navidad para que Noel deposite en ellos sus etrennes.6
En Alemania no hay familia que no prepare su árbol de Navidad. El Weilnachtbaun (árbol de Navidad) es generalmente un pequeño pino adornado de estrellas, bombitas, bujías de colores, etc., Bajo el Weilnachtbaun se ponen los regalos. A las doce de la noche encienden las bujías y las luces de bengala del árbol de Navidad. Todos se abrazan y se besan y se cambian regalos. Luego se sientan en torno de la mesa dispuesta para la cena. Y antes y después de la cena cantan canciones de Navidad. Algunos de los Weinachtliedér7 tradicionales son excepcionalmente bellos.
III
Y así en los demás países de Europa, lo mismo que en los Estados Unidos, la fiesta de Navidad es celebrada con verdadera efusión familiar. Como en la noche en que Jesús nació en un establo, en la Navidad europea nieva casi siempre. El frío y la nieve de la calle aumentan, por tanto, la atracción del hogar, del home, donde la chimenea arde muy cerca de un árbol de Navidad o de un barbudo Noel de chocolate cubiertos de nieve. La tradición y la literatura pascuales hacen de la nieve un elemento decorativo indispensable de la noche de Navidad. El escenario de Navidad nos parece necesariamente un escenario de invierno.
Probablemente, por esto, la fiesta de Navidad tiene entre nosotros un sabor, un color y una fisonomía distintos. Navidad es aquí, al revés que en los países fríos, más una fiesta de la calle que una fiesta del hogar.
La clásica nochebuena limeña es bulliciosa y callejera. La cena íntima, hogareña, carece aquí del prestigio y de la significación que en otros países. Y, por esto, Navidad no representa para nosotros lo que representa espiritualmente para el europeo, para el norteamericano: la fiesta del hogar. Nuestra posición geográfica es culpable de que tengamos una navidad bastante desprovista de su carácter tradicional. Una Navidad estival que no parece casi una Navidad.
Algo de nieve y algo de frío en estos días de diciembre harían de nosotros unos hombres un poco más sentimentales. Un poco más sensibles a la emoción del hogar y de la familia y al encanto cándido de los villancicos. Un poco más ingenuos e infantiles, pero también un poco mejores y, tal vez, más felices.
José Carlos Mariátegui
NOTAS:
1 Inicialmente publicado en Información (Lima, 25 de diciembre de 1923), bajo el título de Navidad en nuestra época. Trascrito, con el epígrafe definitivo, en Mundial Lima, 25 de diciembre de 1925. En la antología publicada por Alberto Tauro, bajó el título de Navidad en la literatura peruana (Lima, Editorial Huascarán, 1948), pp. 117-123. Y en Cultura Peruana: Nº 45; Lima, noviembre-diciembre de 1950.
2 Hogar.
3 Grupo de muchachos monarquistas que propugnaba la restauración Borbónica en Francia.
4 La noche de Noel.
5 Cena de Noche Buena.
6 Aguinaldos, obsequios de Navidad.
7 Villancicos o canciones de Navidad.
NAVIDAD SOCIALISTA
Siempre que llegan estos días me pongo a meditar en el profundo significado que tienen estos días del año. Para empezar, se acerca el fin de un año y el comienzo de otro. Si hemos trabajado adecuadamente, entonces podemos hacer un balance provechoso para la realización del ideal.
Vivimos inmersos en la sociedad capitalista de corte europeo que nos quedara como legado de la Conquista y de la Colonia. La Independencia reafirmó esta realidad. Ahora, en pleno siglo XXI sólo una persona muy ingenua, por decir lo menos, pretendería renunciar a todos los aportes de la cultura occidental.
La Navidad es parte de este aporte, y es un elemento importante de nuestra segunda tradición: la española. Junto con el idioma de Cervantes (ya tenemos un Nobel en Literatura) llegó la religión cristiana y con ella la Natividad.
Esta fiesta universal (se festeja en muchos países en el mundo incluida China) significa el nacimiento de Dios hecho hombre. Hasta los romanos existía la creencia en el semidios, hijo de Dios con una mujer, pero no de un Dios hecho hombre. Creo que es un paso muy importante en la evolución de la humanidad. Por esto quizá César Vallejo exclamó: el Dios es Él (es decir, el ser humano).
Pero Jesús o Cristo o Dios hecho hombre no es un hombre completo. Sigue siendo un Dios, y por tanto es infalible. Y la característica principal de un ser humano es su capacidad de errar pero también de corregir y por ende de avanzar.
El marxismo aporta a la humanidad el concepto del hombre hombre o del ser humano que vive en función de la especie y no exclusivamente para sí o para su clase. No es Dios ni quiere serlo; aspira más bien a ser un ser humano a carta cabal. Y esto lo logra interesándose por toda la especie y luchando por su supervivencia tanto en la Tierra como en el Espacio.
El ser humano tiene una necesidad de infinito y esta necesidad la llena su creencia en Dios o en cualquier creencia que le sirva para vivir y morir. El socialismo es un alto ideal de la humanidad y es capaz de llenar esa inmensa necesidad de trascendencia que tienen las personas. Seamos comprensivos y tolerantes con nuestro pueblo que vive la fe cristiana traída por los españoles al igual que no podríamos arrancarles la lengua porque hablan en el idioma de Quevedo y Neruda. Por lo contrario, vivamos nuestra fe socialista con entusiasmo y difundámosla con amor y convicción, recordando la tremenda fuerza religiosa que aporta el converso.
Feliz Navidad Socialista y un Próspero Año Nuevo Proletario, les desea su hermano y compañero:
Manuel Velásquez Rangel.
Lima, 25 de Diciembre del 2012.
Navidad
En la Biblia no se indica la fecha exacta del nacimiento de Cristo. Ni los testigos de JEHOVÁ celebran la Navidad; tampoco los judíos. Por lo demás, no siempre se ha celebrado el 25 de diciembre. La fecha fue escogida por el Papa Julio I como nacimiento de Jesús en el año 350, lo que fue decretado por el papa Liberio en el año 354.
Sin embargo, para nosotros la Navidad tiene un significado. El espíritu navideño es una sensación, una vivencia que debemos tener en todo momento y no una norma que hay que cumplir por decreto en determinada fecha.
La Navidad es perdonar y amar. Valorar la paz y la generosidad. Acordase de los familiares y amigos íntimos que están en lugares lejanos y que ahora no nos acompañan. También es hora de acordarse de los ausentes, que ya no volverán a esta reunión familiar. Mientras sentimos su presencia ellos revivirán y nosotros también.
Aunque soy ateo endiosé a una persona muy querida por toda mi familia en la época que existía la familia extensa y era ella la que tenía el poder de convocatoria. Ella fue la que me dio seguridad personal, al prodigarme su cariño. Esa diosa fue mi abuelita, Angela, quien habiendo fallecido; aún me acompaña, como debe acompañarse, en los momentos difíciles. En una ocasión me salvó la vida. Creo en los milagros.
Aunque soy ateo, en esta fecha navideña me acuerdo de Cristo que revolucionó las costumbres de la época. Un solo ejemplo doméstico: Cristo invitó a su madre a la mesa, contraviniendo la costumbre judía de la época.
Debemos rescatar nuestra tradición para defendernos de la agresión cultural y del consumismo materialista del capitalismo. El niño Jesús, introducido por los españoles y recreado, como niño Manuelito, por el pueblo cusqueño, es más nuestro que el Papá Noel de nariz roja de empedernido cervecero, como dijera nuestro literato Gabriel García Márquez.
En la época del imperio del Tahuantinsuyo El Sol, era el dios supremo. Y con debida razón. Con su calor regenera la vida en la tierra. El primer mes del calendario Inca es diciembre, le llamaban Capac Raymi, tal como aparece en una de las estampas de Huamán Poma de Ayala, nuestro cronista indio. Era una fiesta religiosa prehispánica en honor del Sol; se bebía chicha de jora, chacchaba coca y se bailaba; también se sacrificaban animales. Donde aún pervive el ayllu no asoma la soledad ni la depresión. El solsticio de verano, es celebrado en otras partes del mundo bajo diversas modalidades.
En la proximidad de la fecha de la navidad es costumbre adornar la casa y prodigar regalos. Pero, tal vez, el mejor adorno de navidad es una gran sonrisa. Y el mejor regalo que pende del presente árbol navideño es la existencia de una familia alegre. El estar reunidos, conversar y recordar a los ausentes.
Finalmente, vaya mi agradecimiento a todos los que han propiciado la presente reunión. Y un fraterno abrazo, especialmente a los niños traviesos y amorosos.
Lima, Surco, casa de Adriana y Jorge, 24 de diciembre del 2011
Antonio Rengifo Balarezo
▼
De: Frédérique Apffel-Marglin
Para: Antonio Rengifo B.
25 de diciembre de 2011
Gracias, Antonio por estas lindísimas notas.
Hoy fui a la synagoga (Brokline, Boston) a celebrar el festival de las luces con mi hijo Marcos, su esposa Cindy y sus tres niños. Fue lindísimo.
Allí aprendí que la menorah, el candelabro de ocho ramas, viene de un arbusto(o árbol) llamado "salvia palestina" y que es también una adoración del árbol.
La variedad sud americana de la salvia se llama salvia divinora y es una planta sycotropica! Imagínate! La torah misma con el tiempo fue vista como el "arbol de la vida".
Te mando muchos deseos para un Año Nuevo lleno de salud, de amistad, de cariño y de amor.
Federica
▼▼▼
No hay comentarios:
Publicar un comentario