viernes, 20 de agosto de 2021

OTRO PERÚ ES POSIBLE, ESTADO PLURICULTURAL

  



“…soy un peruano que orgullosamente, como un demonio feliz habla en cristiano y en indio, en español y en quechua”

JM Arguedas

Vicente Otta R.

 

Convertir la mayoría popular-nacional en hegemonía política 

Las últimas dos generaciones de peruanos, en su gran mayoría urbanos, alfabetos, culturalmente mestizos, que se han formado laboralmente creando su propio empleo; que no conoce el mundo de la fábrica ni la vida sindical o política partidaria, constituyen la base social de cualquier proyecto político futuro. Estos millones de peruanos que bailan huaynos, tekno-cumbias o tropical andino, que por miles aplauden semana a semana a Wendy Sulca o Max Castro en restaurantes-peña, estadios o complejos deportivos de los conos de Lima, estos peruanos decimos, son la fuerza principal que construye el Perú moderno. Han logrado grandes avances en la reconquista del espacio territorial (dominan la mayor parte del espacio limeño y de las grandes ciudades del interior), tienen una fuerte presencia en la economía: Gamarra, Unicachi, Ollaraya y, mediana y gran empresa; la producción, comercio, transporte y otros servicios, así como en el campo de las profesiones liberales. Es de mayor gravitación su contribución en la gastronomía, artesanía, música, danzas, etc. Lo que no tienen todavía es conciencia de esta fuerza, de la importancia de su rol en la sociedad actual. 

Hijos de los dominados y sojuzgados durante cientos de años, ya perciben que hay un cambio sustancial en su actual situación, que pueden y deben asumir las riendas del país en sus manos.

Perviven virreyes y oligarcas

Las elecciones últimas y estos primeros días del nuevo gobierno permiten constatar la mantención de vicios coloniales y criollos republicanos. Racismo, exclusión política; en suma, un sentido de enunciación colonial-virreinal.  

Estas fuertes tensiones afloraron abiertamente durante el gobierno transformador del general Velasco, y han marcado los procesos electorales de los últimos 40 años.

Encierra una disputa ideológica y política de enorme trascendencia y de largo aliento. Es la pugna por hegemonizar el actual proceso de modernización fortalecido, hace 50 años, con la Reforma Agraria. Esta modernización es un hecho irreversible, que en las últimas tres décadas transcurridas intenta ser conducida por un programa neoliberal de matriz euro-céntrica. 

No otra cosa significa la propuesta de Vargas Llosa, Hernando de Soto y la sistemática prédica de gente como Juan Carlos Tafur o Alberto Vergara, que expresan la versión “culta”, cosmopolita y orgánica del neoliberalismo criollo; en tanto, proyectos como los de Fujimori, Toledo, Humala, que se inician como plebeyos, subalternos, expresan versiones improvisadas, sin sustento ideológico-político sólido, que son absorbidos y fagocitados por las castas dominantes y el neoliberalismo. 

Modernidad endógena o exógena

Esta modernización promueve la nueva reinserción del Perú al mundo occidental anglosajón, que, en su versión neoliberal contemporánea, pretende reanudar los lazos de dominación, que tras quinientos años no han terminado de ajustarse del todo.

Es el proyecto reordenador de occidente para el siglo XXI, la era de la globalización. Por eso pretenden acentuar la relación asimétrica Norte - Sur, ampliar la brecha y dominación científico-tecnológica, abrumarnos con su cultura consumista y que la música, vestimenta, comida, usos y costumbres sean meran copias de la cultura anglo-sajona, una vez más. 

En otros términos, culminar el largo proceso de extirpación de idolatrías empezado hace 500 años y dejarnos sin espíritu, sin cultura. 

Convertirnos en unos completos mamarrachos. Todo esto es lo que se esconde tras las la conformación o no de los bloques globales, regionales y sub-regionales.

Un proyecto socialista contemporáneo tiene que encarar y dar respuesta a estas tareas de manera raigal y totalizadora. No se responde a estas formidables presiones solo con políticas gubernamentales de corto plazo, ni con políticas de estado que pueden tener visiones y plazos mayores, pero siguen siendo tributarias de la matriz euro-céntrica; sometida a los nuevos aparatos virreinales como el Banco Mundial, el FMI, Club de París. Esto es, administrando el mismo estado criollo y sumiso al poder neoliberal mundial. 

Para responder exitosamente hay que recurrir a nuestras viejas y hondas tradiciones, a nuestra sabiduría ancestral, a “nuestra propia manera de ver el mundo y hacer las cosas”. Sustentarse en nuestra matriz civilizatoria, que tiene cinco mil años de existencia 

En este enorme desafió por construir la hegemonía del proyecto pluricultural, de raigambre andina, la propuesta del socialismo mágico, de Estado pluricultural, es la piedra angular sobre la que se asienta todo el proyecto de recuperación y afirmación de la nación peruana, de su identidad y personalidad. 

El consenso de Washington y el imperio del neoliberalismo

El rasgo distintivo del nuevo orden que postulamos trasciende el cambio de modelo económico, de mecanismos y procedimientos de la actual forma de democracia o de ganar elecciones y obtener el control del gobierno. Incluye toda esta variedad de formas de acción política y de acumulación de fuerzas, pero en la medida que pretende subvertir un poder establecido y sedimentado con más de 200 años de existencia, su resignificaciòn implica cambios raigales en el estado y la mentalidad y sentido común, que se formularon desde la colonia, del que el estado criollo es en lo sustantivo, su continuación, bajo ropajes diferentes. Su sello de clase y dominación colonial y extranjerizante, es finalmente el mismo.

Si esta mirada histórica, justa y pertinente se amplía y es capaz de abordar asuntos como el calentamiento global o la acentuación mundial de la diferencia entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen muy poco, estamos hablando de una crisis civilizatoria.

El actual modelo neoliberal triunfante y vigente desde 1990, con el llamado Consenso de Washington, ha exacerbado todos los defectos que devalúan los aportes de la civilización industrial, que en sus albores cumplieron el rol de combustión del desarrollo de la ciencia, tecnología, las artes y cultura, el denominado periodo del progreso social a escala mundial. 

Todo aquello que dinamizara el mercado y alimentara la reproducción ampliada del capital, convertido ahora en su revés.

A partir de los años 70s la crisis del sistema capitalista produjo modificaciones sustantivas en la dinámica de expansión y acumulación del capitalismo. Dada la reducción de la tasa de ganancia por el incremento del costo de la energía fósil, el desarrollo tecnológico y el costo de su reconversión; la presencia de la Unión Soviética y la emergencia de bloques mundiales de países poco desarrollados (No Alineados) que se liberaron del dominio imperialista o limitaron su presencia: Cuba, Perú, Chile, Viet Nam, Nicaragua, El Salvador, países africanos, entre otros.

Este escenario motivó que las grandes potencias capitalistas diseñaran y aplicaran modificaciones al funcionamiento del capitalismo mundial que condujeron a su versión actual.

 Calentamiento global, la pandemia como plebiscito mundial

 A la precaria situación de ingresos, salud y educación de la inmensa mayoría de personas en el mundo, se ha sumado desde el año 2019 la pandemia del virus Covid-19 que asola al mundo con millones de muertes y cientos de millones de infectados. Como la peste, que en siglos pasados asolaba a la humanidad, periódicamente. Entonces la ciencia no había logrado aún, grandes avances en proteger la salud, medicinas y tratamiento para prevenirlas o combatirlas. ¿En el siglo XXI, se puede afirmar lo mismo? Otrora, la humanidad era presa de estas catástrofes sanitarias porque carecía de los medios para combatirlas. En la actualidad estos medios nos solo existen, abundan.

El neoliberalismo ha mostrado una absoluta orfandad e ineficacia del Estado que mercantilizó las urgencias de la población. Salud, educación, vivienda, seguridad, dependen completamente de que haya o no dinero para comprarlas en el mercado.

Los millones de pobres carecen de recursos para adquirirlo, por eso sobre ellos se abate la muerte y miseria.

La indolencia y drástica reducción de la protección social, ha producido consecuencias letales y crueles. Millones de muertes y enfermos injustificados, a la vez que aumenta la pobreza, el hambre y como consecuencias de ellas, se incrementan otras enfermedades.

Lo primero que debemos señalar que el virus Covid-19, no brota de manera accidental; es consecuencia del calentamiento global. Los genomas sufren mutaciones por los cambios de la temperatura. Todos los organismos vivos se van modificando. Estas mutaciones, afectan directamente a la especie humana pues en último término, somos un organismo vivo más en la cadena biológica planetaria.

A mediados de los años 50s, del siglo XX, se dan las primeras llamadas de atención sobre el cambio de temperatura y su peligrosa influencia sobre los organismos vivos. El año 1978, la ONU lo incorpora en su agenda.

Recién el año 2009, que se forma una comisión de trabajo para atenderla. A partir de los años 2014-2015 se realizan las cumbres mundiales sobre el Cambio Climática. Las grandes potencias industriales, EE.UU Japón, Alemania, países nórdicos y China, principales emisores de sustancias contaminantes, han hecho todo lo posible para reducir el alcance de estos eventos. Estableciendo vallas muy bajas sobre los estándares de control de contaminación y otorgando solo carácter consultivo a las cumbres. Sus conclusiones, solo recomiendan, sugieren. Carecen de fuerza vinculante.

Resultado de las cumbres climáticas mundiales: el calentamiento global continúa, produce el Covid-19, causa desastres en todo el mundo. Sequías prolongadas, desertificación, pérdida de cosechas y hambruna; desglaciación, lluvias bíblicas, Inundaciones; incendios incontrolables en áreas inmensas, etc. Esto trae como consecuencia la desaparición de especies de animales y plantas y el incremento del hambre y la pobreza.

Pone en serio e inminente peligro la continuación de la especie humana sobre el planeta tierra.

Estamos llegando al punto de no retorno. Si no se adoptan drásticas y urgentes medidas para reducir el calentamiento planetario, nuestros hijos y nietos no heredarán la tierra sino un infierno yermo, sin agua y sin vida.

Sumac Kausay: Ruptura epistémica y espiritual. Otro mundo posible y necesario.

Existen momentos en la vida de las naciones en que los tiempos se juntan. La coyuntura se roza con la historia. Estamos ante uno de esos momentos.

El neoliberalismo al llevar al límite las formas de explotación social y ambiental ha llevado a la humanidad y al planeta que lo cobija a un callejón sin salida.

La arrogancia producida por los logros científicos, económicos y culturales alcanzados con el racionalismo occidental, ha colocado al hombre en la cima de los seres vivientes, enajenándolo de su condición natural y transformándolo en amo y señor de la existencia planetaria.

La naturaleza y los demás seres vivos pasaron a ser considerados objetos para su uso y abuso. Esclavos sin derecho alguno.

El desarrollo exponencial de la ciencia y tecnología, para elevar la productividad industrial, la maquinaria bélica y la acumulación capitalista, ha terminado generando una depredación tan brutal sobre el medio ambiente, que ha puesto en grave riesgo su propia permanencia en la tierra.

Estos resultados son parte constitutiva del sistema capitalista, acrecentado ahora en su versión neoliberal, que acentúa el divorcio del hombre y la naturaleza. No podría ser de otra manera.

La solución de esta difícil situación no radica en posibles reajustes del sistema y su matriz civilizatoria, que ya viene mostrándose poco viable.

Está fuera de ella, en la matriz civilizatoria de los pueblos milenarios, originarios, que han mantenido, a pesar de las fuerzas colonizadoras, su visión panteísta de la vida, la sacralidad de la existencia de todos los seres que pueblan el universo, no solamente del mundo conocido como planeta tierra.

La fortaleza espiritual de los pueblos antiguos ha sido y sigue siendo tan grande que el genocidio, la extirpación de idolatrías y otras crueles formas de negación de su existencia social y espiritual, no han podido destruir su presencia.

Tras siglos de dominación y persecución, enarbolan su propuesta de reencuentro fraternal entre los pueblos, la reconstrucción de los lazos con la naturaleza, expresado en su vinculación respetuosa con ella, sustentada en el reconocimiento de una relación de interdependencia irresoluble.

La expresión ontológica de esta forma de vida se halla en la fraternidad cósmica. La existencia como una experiencia trascendental que escapa a la comprensión inmediata y racional del ser humano. Su comprensión se alcanza con el retorno a las formas elementales de la vida, en que los genomas no han alcanzado la diferenciación de las especies.

Alcanzar esta existencia fraternal entre los seres humanos y el conjunto de la naturaleza, es lo que puede denominarse, Sumac Kausay. El vivir en armonía, el buen vivir

El Estado Pluricultural y Descentralista, alternativa política desde la matriz civilizatoria, andina-amazónica

Hay que puntualizar que esta noción de estado parte de una visión que resignifica y redignifica el legado histórico de nuestros pueblos. Será fiel a tal propósito en tanto este modelo estatal alternativo, pueda expresarlo en su espíritu y estructura, en el contenido vital y operante, del nuevo pacto social y ambiental, que las renovadas elites políticas y la sociedad en su conjunto, lo formulan y suscriben como constitución Pluricultural, Descentralista y ambiental, del Perú del siglo XXI.

Implica adoptar enfoques políticos que responden a nuestra diversidad geográfica, social y cultural, valorando y rescatando la valiosa contribución elaborada por los pueblos sumergidos, abandonados y olvidados secularmente por el estado oligárquico, criollo y limeño céntrico.

Asumir la nueva constitución como la expresión más elevada de una amplia y profunda lucha por la renovación ética y moral de nuestra sociedad.

El compromiso con la política como servicio ciudadano, el bien común como aspiración superior de la condición ciudadana.

Heredera y continuación de la constitución de 1979, cuyo espíritu esencial es el servicio a la persona humana, su carácter social y soberanía nacional

Estos enunciados rectores harán de la nueva carta magna una carta del siglo XXI, atenta a los cambios globales de la humanidad y a la urgente corrección de la depredación ambiental y el calentamiento global. La tierra es el hogar común de todos los seres que la habitamos.

Una relación global, verdaderamente intercultural, permitirá el dialogo entre nuestros países y sus pueblos, de intercambio respetuoso y en condiciones de igualdad. Superando el establecido hace 450 años, en que los países de Europa nos informan o comunican sus decisiones, y los pueblos del sur, receptores de sus mensajes, asentimos con poca posibilidad de disenso y replica.

La histórica asimetría en la relación hombre-mujer tiene que cambiarse; un mundo más justo exige que la mitad femenina de la humanidad esté en pie de igualdad con la otra mitad, los varones, en todo sentido.

Un patrón de organización estatal que prioriza las regiones y su articulación, como factor determinante en el desarrollo del país.

Una estructura de Estado, que incluye la representación de los pueblos indígenas en los diversos niveles de gobierno, desde el gobierno central y, con mayor énfasis, en los niveles sub-nacionales.

Supone autoridades bilingües e interculturales. Funcionarios de todo nivel con conocimiento de las culturas de su ámbito de gestión y manejo de la lengua de la comunidad en que se desenvuelve.

Con políticas públicas interculturales en educación, salud, justicia, seguridad, alimentaria, etc.

Lo que está en juego en este periodo, es mucho más que un periodo de gestión gubernamental.

Se ha abierto la enorme posibilidad del cambio constitucional; no solamente tirar al tacho la constitución fujimorista, irrita, antipopular y antinacional, vigente, también el gran reto de lograr una carta constitucional que se nutra de nuestra historia, de los saberes civilizatorios de nuestros pueblos, excluidos, por más de 450 años, de la historia oficial del Perú colonial y criollo republicano.

Está en la agenda la renovación del socialismo peruano, retomar el camino iniciado por Mariátegui.

El condicionante mafioso del cambio constitucional, candado de la constitución fujimorista, hace poco viable su cambio por el camino congresal. Solo una gran presión social puede imponer el procedimiento y su resultado. Oponerse a una masiva exigencia social es un desacato que puede terminar con la disolución congresal y su remplazo por otro parlamento que, surgido de la exigencia de este objetivo, apruebe los cambios o modifique el articulo 206 e incluya la Asamblea Constituyente como mecanismo de cambio.

La activa participación ciudadana, la movilización social serán factores decisivos.

Para llegar al cambio constitucional hay que resolver el desastre sanitario y reactivar la economía

La sociedad reclama el control de la pandemia, que se traduce en vacunar a toda la población nacional hasta diciembre del presente año. Mantener y reforzar las medidas preventivas, haciendo estrictas las medidas de control y ampliar la cobertura de atención a los pueblos indígenas y poblaciones alejadas de la capital y grandes centros urbanos. Los positivos avances deben continuar hasta culminar la vacunación de toda la población.

La reactivación económica es una tarea de suma urgencia. Inversión social, financiamiento especial a las Mypes, crédito de urgencia a la agricultura familiar, pequeña y mediana, impuesto especial a la sobre ganancia minera, cobranza coactiva a los grandes deudores y evasores de la SUNAT, son algunas de las medidas económicas de urgencia. Entre tanto los bonos y bolsas de alimentos deben garantizarse a la población vulnerable, por lo menos hasta fin de año.

Es un hecho extraordinario que se haya abierto el proceso constituyente; que culmine en el cambio constitucional implica grandes luchas y acciones diversas. Que la actitud favorable se traduzca en voluntad organizada y movilizada para hacer el cambio, es la tarea inmediata.

Modificar la correlación de fuerzas, hasta convertirla en poder constituyente, es la tarea esencial del actual periodo político.

La solución de las urgencias sanitarias y económicas inmediatas será la demostración práctica, que Pedro castillo y su gobierno saben gobernar, y más importante aún, gobiernan en aras del bien común y el interés nacional.

El buen liderazgo se legitima y valida atendiendo y resolviendo las necesidades más urgentes de la población y la nación.

 

Fuente: http://otramirada.pe/otro-per%C3%BA-es-posible-estado-pluricultural

 

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