En cuanto a la publicación de Hildebrandt, te agradezco que me la envíes pues para mi es importante estar al tanto de cómo piensan los bellacos escribientes de la burguesía, sin gastar mucho tiempo en ello, ya que después de leer unos números, uno sabe ya lo que le espera. Hildebrandt es un cínico descarado. Basta leer su mamotreto de antes de las elecciones para ver como despotricaba contra Castillo y la Fujimori. Están sus repetidas chácharas anticomunistas contra el que él llama incapaz Castillo, simple profesorcito, evaluación que lo pone en el pedestal de Vargas Llosa. No deben olvidarse los infames ataques de Hildebrandt contra Béjar, a quien tildó de estrafalario y a quien ridiculizó mediante caricaturas de uno de sus chulillos, cuando Béjar fue despedido del cargo de Ministro de RREE. Y ahora, con todo desparpajo asevera "He defendido la legitimidad de este gobierno y he criticado, con aspereza, sus continuos errores. Pero una cosa es equivocarse y otra es jugar sucio.
Y juega sucio el presidente Castillo cuando revienta el esfuerzo centrista de su primera ministra y los malabares dialécticos de su ministro de Economía, que hace ahora de intérprete y piadoso traductor.
Hildebrandt es un escriba que no tiene principios más allá de la defensa de una gaseosa, indefinida democracia, recurso que le permite presentarse como la tronante encarnación de la honradez. Una honradez que mete en el mismo saco a tirios y troyanos, y que le permite a su arrogante ego tildar de ignorantes e incapaces a todo aquel que, según él, no sea ilustrado como él supone que él mismo lo es. Siempre en primer lugar, como se ve, su figuración como justo, honrado juez centrista, ni con Dios ni con el diablo, pero sí disfrazadamente con ambos, la altisonante verdad patentada sin partido ni compromiso ni programa. Qué lejos de González Prada, un severo juez con ideología, programa y compromiso anarquista.
La verdad es que, dadas las circunstancias, históricamente sería un enorme avance que Castillo empujara las reformas en beneficio del pueblo contra el viento y la marea de los sectores reaccionarios y de los hildebrandts y oportunistas y carrieristas de "izquierda". Eso desvestiría a la reacción y sería una lección histórica para el pueblo. Ahora, Castillo y algunos sectores reformistas están enredados en el juego leguleyo en el que jamás un programa popular podrá vencer a una burguesía oligárquica sumamente atrasada, reaccionaria y sanguinaria como la peruana. Al permanecer en este juego dominado por la burguesía lumpen en alianza con el imperialismo, el peligro para el pueblo es que Castillo y los sectores avanzados que lo apoyan salgan pintados como culpables del desbarajuste que los reaccionarios crean a diario, y por lo tanto que el pueblo caiga en el desánimo y el cinismo y se desarrollen los sectores fascistas que quieren repetir los platos de Indonesia y Chile.
Lamentablemente, la movilización del pueblo no tiene cabeza que la organice. Algunos sectores de "izquierda", corruptos, incluso confabulan para que no les arrebaten la fuente de sus privilegios (Patria Roja, o más bien sus restos, por ejemplo, sólo se desvive por no perder la administración del dinero de los maestros. Cero movilizaciones en apoyo al gobierno elegido por el voto popular). Creo que nunca ha sido más sentida la falta de un partido revolucionario ideológica y organizativamente sólido, especialmente después de ya casi medio siglo de total predominio de la ideología y la escena neoliberal.
30 noviembre 2021
Rebelde Marxista
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