Escribe:
Milcíades Ruiz
Cuando el candidato presidencia de “Perú Libre” apareció con
sombrero aparentando ser campesino, se abrieron muchas esperanzas de que
solucionaría los graves problemas del agro nacional y así lo manifestaron
dirigentes gremiales. Fue una falsa expectativa. Nunca pensaron que, alcanzado
el gobierno, recibirían maltratos. Hoy la situación es diferente y la mayoría
agraria repudia la ineptitud gubernamental. El descontento ha ido creciendo
alcanzando niveles de conflicto social violento. Veamos.
El 18 del presente asistí a una
asamblea nacional de todos los gremios agrarios convocada por la Plataforma
Nacional del Agro- PLANAGRO, con participación de delegados campesinos de todo
el país. También, del subsector agroexportador. El cuestionamiento a la
política agraria del gobierno y a la gestión del ministro Mayta era general.
Hubo el acuerdo unánime de unirse para crear un poder institucionalizado, que
tenga capacidad de negociación, para hacer prevalecer las demandas del agro
nacional y no ser burlados por este, ni por cada gobierno de turno.
No era la derecha, a la que
siempre culpamos. Desde octubre pasado, ya el descontento agrario empezó a
estallar y en noviembre se demandó la destitución del ministro Mayta, al que
acusan de inepto, mentiroso, divisionista y atentar contra la autonomía de las
organizaciones de regantes. Los paisanos del ministro y sus compañeros de la
CNA, han sido los más indignados. Las federaciones de Ica y de Loreto, llegaron
a interponer demanda penal contra este ministro, acusándolo de maniobras
fraudulentas para hacerse de la presidencia de la CNA. La demanda está en
curso.
El alcalde de Ccorca (Cusco),
Wilber Lucio Huamán Cconcha, vino a Lima para conversar con el ministro Víctor
Mayta, pero ni lo recibió. “La II Reforma Agraria es un cuento” dijo con
amargura. Es que, en su distrito rural, el 95% de productores son de
comunidades campesinas, dedicadas a la agricultura y ganadería. Desde el inicio
de la pandemia sus economías cayeron de manera estrepitosa, por el cierre de
mercados, ferias y otros espacios de comercio, dejándolos sin el sustento para
sus hogares.
Por otro lado, la Junta Nacional
de Usuarios de Riego, que agrupa a 127 valles de agricultores regantes, por
acuerdo de asamblea, solicitó al presidente Castillo la destitución del
ministro Víctor Mayta, por su “mala gestión”, no resolver el sobreprecio de
fertilizantes, ni haber diseñado correctamente la denominada II Reforma
Agraria. También, por el mal nombramiento de personas con altos sueldos sin
cumplir los perfiles técnicos. “Lo responsabilizamos por la pérdida de la
campaña agrícola 2021-2022”, señaló el presidente gremial amenazando con un
paro nacional.
Presurosamente los gremios
agrarios fueron recibidos en palacio de gobierno, pero como ya es costumbre,
fueron mecidos. Entonces, gremios de regantes de Junín anunciaron un paro
regional. También, el 17 del presente la Junta de regantes de las provincias de
Espinar, Quispicanchi y Urubamba, en Cusco bloquearon las carreteras en Anta,
Calca y Urubamba, paralizando el ferrocarril a Machu Picchu, protestando contra
la desatención del drama agrario.
Pese a ello, no han encontrado la solución esperada y desde este
lunes 24, han radicalizado sus medidas de fuerza con un paro agrario de mayor
dimensión. La principal exigencia de los
campesinos cusqueños es la destitución del ministro cusqueño Víctor Mayta,
quien antes fue asesor de la Federación Agraria Revolucionaria Túpac Amaru del
Cusco - FARTAC.
Los
huelguistas acusan al ministro Mayta de no haber cumplido con concertar la reunión
prometida de representantes del movimiento campesino con la presidenta del
Consejo de Ministros Mirtha Vásquez, en la fecha acordada. Una y otra vez, el
incumplimiento de los compromisos pactados, se convierte en detonante. No piden
dinero ni bonos caritativos. Nunca pidieron II reforma agraria, ni bonos por
haber comprado fertilizantes, pues el 88% de la agricultura familiar es de
subsistencia. No usa fertilizantes. Solo piden mejores condiciones de trabajo.
No limosna.
Pero el gobierno, siendo pro campesino, no acoge las
demandas de los agricultores, e impone el asistencialismo que supone, necesitan
los campesinos. La campaña agrícola ya entró en su fase final, esperando las
últimas lluvias para la maduración. Sin embargo, la reactivación no llega. Entonces
hay desesperación, porque si hay mala cosecha, sufrirá la familia y millones de
niños pagarán las consecuencias. Eso no está en la consciencia nacional, ni en
la del gobierno. Son otros aspectos los que están en el primer plano político.
En cambio, en la otra orilla, hay
mucho contento entre los grupos de poder, donde el afán de lucro no tiene
moral, aun a costa de perjudicar a los agricultores nacionales. En el año
fenecido, hubo récord histórico de importaciones agrarias, para lo cual se
retiraron del mercado US$ 6,379, millones 200,000, provocando el alza del
dólar. Las principales empresas importadoras de productos agrarios en 2021
fueron: Alicorp del Grupo Romero, con adquisiciones por US$ 584.000.000,
Cargill Américas Perú con US$ 479.700.000 y Contilatin del Perú con US$
442.100.000. (Fuente: Adex).
La pregunta que salta de todo
esto, es ¿Por qué, el gobierno de la triple alianza (PL. JPP, FA) no atina a
resolver las demandas del agro? Todos esperamos que un gobierno de izquierda
haga una gestión “de sacarse el sombrero” y con gran apoyo popular, pero al
parecer no hay solidez ideológica, ni solvencia de manejo. No tiene horizonte
porque no sigue un proyecto nacional. La Vicepresidenta, Dina Boluarte, dice
ahora que nunca abrazó el ideario de Perú Libre y el presidente ha confesado
que no estaba preparado para gobernar y que recién está aprendiendo. Vaya pues.
No faltará quien se pregunte: ¿Y
entonces por qué no fue honesto con su partido y aceptó la candidatura sabiendo
que no estaba apto? El asunto es que, a estas alturas, no hay derecho a que
nosotros tengamos que pagar el alto costo de una inconsecuencia. Dada esta
situación, una alternativa podría ser que la izquierda peruana se compre el
pleito decididamente, poniendo a disposición sus mejores recursos humanos, con
capacidad de revertir el deterioro.
Más precisamente, convocar a los
más esclarecidos y seleccionar los más idóneos para cada sector de gobierno. En
especial, proponer al cargo de Primer Ministro a una personalidad que sepa
gobernar y tenga el liderazgo que se necesita para sumir la gestión
gubernamental, como ocurre en otros países en que este, asume el protagonismo
central. En Cuba, Fidel tenía más protagonismo que el presidente Dorticós. En
Alemania, tampoco es el presidente el principal protagonista.
Pero claro, es solo un decir,
porque si no hay condiciones para ello, no será factible. Con toda seguridad,
hay mejores ideas, pero algo hay que hacer para salvar el prestigio de la
izquierda como gobierno. Están próximas las elecciones regionales y municipales.
Si no se hace algo por mejorar la actual gestión gubernamental, no habrá apoyo
popular para la izquierda.
Estamos perdiendo una oportunidad
que se presentó inesperadamente y será muy difícil recuperar la confianza
popular, si continuamos con los desaciertos. ¿Ustedes que dicen? El que calla,
otorga.
Enero 25-2022
Otra información en https://republicaequitativa.
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